Todas las entradas de: Carlota

Últimas noticias

Últimas noticias (ésta no menos interesante que algunas que aparecen en la prensa)

CAIDA TORTUGA DESDE UN DECIMO PISO. NO SE LA ENCUENTRA. LAS LABORES DE BUSQUEDA CONTINUAN
A las 18:00 horas de hoy, domingo, una familia residente en el décimo piso de mi edificio se ha dado cuenta, en el momento de ir a darle de comer, de que había desaparecido una tortuga de su propiedad, que estaba en su habitat dentro de la terraza-tendedero. Han supuesto que el animal,que debe ser inquieto, ha caído sobre los arbustos del jardín que están inmediatamente debajo de esa terraza-tendedero. Sigue Leyendo...

De números, cuadrados mágicos y Durero

Siempre me habían atraído muy poco, por no decir nada, las matemáticas en general. La geometría en el colegio me espantaba, los problemas aritméticos me mareaban. Con los años, quizá debido a que tuve que trabajar mucho con números en una determinada y bastante larga etapa de mi vida laboral, llegué a cogerles cierta afición, sin pasarme. Si ahora mismo mi vida dependiera de resolver una raíz cuadrada, por sencilla que fuera, y sin calculadora, perecería en el intento.

Sin embargo sí que me interesan las curiosidades que tienen que ver con las cifras: por ejemplo, en alemán (y supongo que en el resto de las lenguas germánicas, salvo en inglés en la actualidad), al decir una cantidad se mencionan primero las unidades y a continuación las decenas. Sigue Leyendo...

A Ismael, siguiendo la cadena

Voluntad de escribir no nos falta,
Olvidando la pereza veraniega.
Recordemos la ilusión de mente y mano
Empezando a escribir cada día,
Más tarde releyendo y corrigiendo.

Vivencias, experiencias, anécdotas,
Ocupan nuestros pensamientos,
Recuerdos que no sabemos por qué
Entran de nuevo en nuestras vidas.
Meditémoslos y contémoslos.

Tenemos el privilegio de poder hacerlo en Vorem.
Un abrazo a tod@s.

Mis deseos

Si tuviese que dar hasta la última gota de mi sangre para que fueses feliz, la daría. Si hubiese de padecer algún estigma o enfermedad extraña para ello, lo aceptaría igualmente.

Sé muy bien que la felicidad es algo transitorio, que depende en gran parte de nuestra capacidad para encajar los golpes de la vida y para refugiarnos en las cosas familiares cuando todo nos parece que se derrumba a nuestro alrededor. Sé muy bien de los agridulces recuerdos, que nos hieren y nos acompañan a la vez. También sé que pasamos por etapas muy diferentes, en las que parece que la vida decididamente nos conduce por sendas indeseadas. Sigue Leyendo...

Carta al Gran Jefe Blanco

La carta al Gran Jefe Blanco de Washington
(“En 1854, el Gran Jefe Blanco de Washington hizo una oferta por una gran extensión de tierras indias, prometiendo crear una reserva para el pueblo indígena. La respuesta del Jefe Seattle, transcrita en su totalidad, ha sido descrita como la declaración más bella y más profunda jamás hecha sobre el medio ambiente.” Nota que figuraba en la edición hecha por el PNUMA de Naciones Unidas del mensaje del Jefe indio.)

¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento, ni aún el calor de la tierra? Dicha idea nos es desconocida.
Si no somos dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas ¿cómo podrán ustedes comprarlos?
Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada brillante mata de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocío en los oscuros bosques, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto es sagrado a la memoria y al pasado de mi pueblo. La savia que circula por las venas de los árboles lleva consigo las memorias de los pieles rojas. Sigue Leyendo...

Mi recuerdo a Cesárea

Cesárea era una vecina, una buena vecina, que vivía en un piso junto al nuestro y estaba casada y sin hijos.

Era como una pasita. Menuda, delgadita, con el pelo canoso eternamente recogido en un moño. Era muy cariñosa conmigo y con todos los demás niños de la vecindad y hablaba en un tono bajo, como disculpándose de tener algo que decir. No sé qué años tendría, desde luego mayor que mis padres, pero daba la impresión de estar avejentada.

Hoy, precisamente hoy

Recién estrenada la pasada noche
Dí un paso más, un paso significativo,
En el camino sin retorno de la vida.

Hoy, ya al despertar, echo de menos,
Entre todas las voces, aquellas
Que nunca más volveré a escuchar.

Algunas voces vienen de mi niñez
A recordarme que he sido muy querida,
que lo soy y lo seré mientras vivan.

La brisa y yo

Noche pacífica y fresca. En el firmamento, no terciopelo sino tafetán lustroso de azul profundo, reluce como un solitario diamante Venus en el horizonte Sur. Destaca sobre los edificios de enfrente y con su parpadeo me asegura que vela por nosotros.

Cuando se levanta la brisa, una oleada de ramas mecidas por ella va recorriendo los árboles. Su rumor se une al canto de los grillos, al agua que riega los jardines a esta hora avanzada de la noche, al sonido del lejano tráfico.

¿Adonde?

¿Adonde van a parar los suspiros reprimidos, las palabras cariñosas que nunca pronunciamos, las cartas de amor que jamás remitimos, los sueños felices que nunca contamos, las simpatías personales nunca expresadas, los abrazos suprimidos por cortedad, los reconocimientos de valía del otro acallados, la preocupación por personas ajenas que se supone no deben preocuparnos?

Puede que todo ello vaya a parar a alguna gran bolsa, cuya localización ignoramos. Quizá deberíamos indagar y, si la encontramos, deberíamos hacer que su contenido lloviera encima de todo el Planeta para que llegara a sus destinatarios. Una lluvia de Cosas Positivas. Sigue Leyendo...

Subiremos a los pinos

Saldremos de la casa, cruzaremos la carretera y nos meteremos por el sendero de enfrente, ése que llevaba a la casa de él. La bordearemos y nos meteremos en los prados. Es la hora mágica del crepúsculo, más mágica allí que en ningún otro lugar del mundo.

Comenzaremos a subir porque vamos a los pinos. Iremos buscando las huellas de animales que hayan pasado recientemente: algún corzo, algún jabalí como los que venían antes a hozar junto a la casa cuando había llovido. También las huellas de neumáticos de los que no han querido subir andando. Hay formaciones de pizarras que sobresalen a ambos lados del camino. Si nos cansamos podemos sentarnos un rato, como sobre un trono que domina todo el paisaje que nos rodea. Sigue Leyendo...

El niño

Sus ojos azules son
Azules como la mar,
No guardan un aguijón
Tiernos son en su mirar.
Ignorando la malicia,
Alegra los corazones.
Goza dando una caricia
Ordenando sus dragones.

Observa los talismanes,
Goza atesorando motos,
Acepta todos los planes,
Inquiere sobre las fotos:
Tiene curiosidad por ellas.
Necesita sus muñecos,
Analiza las estrellas.
Sol es. De luz son sus ecos.

La noche

Le pareció que caminaba por un espacio desconocido, en compañía de la soledad. Los altos árboles no parecían ser sus amigos de la niñez, sino que mostraban una estampa extraña, distorsionada. Por encima de sus copas llegaba el resplandor de la luna, que plateaba las hojas allá en las alturas.

Se esforzaba para que sus pasos no tuvieran eco. No quería despertar a los pequeños habitantes de la noche, esos que salen de sus moradas y merodean asomándose a las ventanas iluminadas tras las cuales hay gente conversando, viendo la televisión o leyendo. Esos que esperan que todo el mundo duerma para bailar a su antojo a la luz de las estrellas e intervienen en el orden de las cosas: a veces lo trastocan todo. Sigue Leyendo...

Las excursiones de antes

Cuando ella me contaba las excursiones que habían hecho cuando todos estaban solteros, yo sentía celos. Así que entiendo que la siguiente generación pueda sentir lo mismo de todo lo vivido cuando todos éramos niños o adolescentes. Quieres hacer como que no te interesa el tema, intentas pasar sobre él como de puntillas, pero en el fondo te duele que se hayan divertido tanto si tú no estabas.

Lo cierto es que debían componer, entonces, un grupo bastante animado, cuando eran tan jóvenes, como luego lo compusieron cuando ya estábamos los chicos en el mundo y una vez olvidadas las miserias de la guerra. Sigue Leyendo...

Radiografía de un amigo

Siempre ha sido un poco pintoresco, pero creo que ahora ha perdido definitivamente la chaveta. No a nivel de atacar a nadie ni a sí mismo, pero sí a hacer y decir tonterías que no se corresponden en absoluto con su edad. Que un hombre separado y con pareja con la que convive desde hace veinte años, que para más inri es abuelo, vaya pregonando a los cuatro vientos su intención de ligar con mujeres (al menos dos, que sepamos) a las que ha conocido en otros tiempos y cuyo trato meramente amistoso ha interrumpido él por propia voluntad, no creo que pueda explicarse como un rasgo bromista de su carácter: es que ha perdido el norte. Sigue Leyendo...

Mi refugio

Tengo un lugar que yo misma me he construido mentalmente. Se trata de una pequeñísima cabaña, rodeada de vegetación, altos árboles y flores de todos los colores imaginables. Se escuchan los trinos de los pájaros y el ruido de pequeños animalillos al desplazarse entre las plantas.

No dispongo más que de una habitación para mí sola. Yo decidí el color en el que se debían pintar las paredes, para que resultara lo más relajante posible. También elegí un cómodo sillón, situado junto al único y gran ventanal de la estancia. Desde mi sillón puedo contemplar los árboles y recibir los rayos del sol naciente, pues el ventanal está orientado al Este. Sigue Leyendo...

La absenta

La absenta o ajenjo, bebida originaria de la Provenza, fue en el siglo XIX y comienzos del XX la bebida preferida de los artistas. Pintores y literatos como Toulouse-Lautrec, Van Gogh (que se cortó el lóbulo de una oreja bajo los efectos de esta bebida y se lo regaló a una prostituta), Picasso, Baudelaire, Hemingway, Degas, Manet y Oscar Wilde (que inmortalizó la bebida ahora rehabilitada al plantearse: “¿Cuál es la diferencia entre un vaso de absenta y una puesta de sol?” parecen haberla utilizado sin mucha moderación, ya que creían que les ayudaba a acrecentar su inspiración. Se la llegó a llamar “bebida maldita de los modernistas” y se creyó que era causante de ataques epilépticos. Ha estado siempre rodeada de un halo de misterio y de romanticismo, que aún persiste. Sigue Leyendo...

Gibran Khalil Gibran

Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.

Del hablador he aprendido a callar, del intolerante a ser indulgente y del malévolo a tratar a los demás con amabilidad. Y por curioso que parezca, no siento ninguna gratitud a esos maestros.

Nuestras palabras no son más que migas que caen del banquete de la mente.
Si revelas tus secretos al viento no le eches la culpa al viento por revelárselo a los árboles.

Gibran Khalil Gibran
Poeta, pintor, escultor, filósofo, escritor y ensayista libanés (1883-1931), autor entre otras obras de “El profeta” (su obra maestra) y “El loco”. Sigue Leyendo...

El Óleo de Alá

Tengo un frasco de cristal, con su tapón del mismo material, que contiene una pequeña cantidad (como medio litro quizá), de óleo de Alá. Sé que es óleo de Alá porque vino de Siria. Pero igualmente podría ser óleo de Manitú, de Lugh o de alguna deidad andina, dependiendo de su origen.

Y al mirarlo colocado en una estantería me he acordado del nombre de “El óleo de Alá” como título a un poema muy irónico que alguien compuso con mucho salero para ser leído en una ocasión festiva en la década pasada. Poco podíamos entonces imaginar que este óleo nos diera tantos quebraderos de cabeza, que subiera de precio hasta límites insoportables para economías modestas y no tan modestas. Sigue Leyendo...

Fenómenos luminosos

Las luces Min Min es el nombre dado a una formación luminosa inusual de la que se ha informado en múltiples ocasiones al este de Australia. Las luces se han producido en lugares muy distantes y su descripción varía, aunque son descritas como borrosas y en forma de disco, que aparecen sobre el horizonte. A menudo se describen como blancas, aunque se dice que a veces cambian de color del blanco al rojo, al verde y nuevamente al rojo y al blanco. Algunas las describen como débiles, otros como lo suficientemente brillantes como para iluminar el terreno bajo ellas y proyectando sombras claramente definidas sobre objetos cercanos.
Pueden encontrarse relatos sobre las luces en los mitos aborígenes previos al establecimiento de occidentales en la región, y desde entonces han formado parte del amplio folklore australiano. Sigue Leyendo...