Preciosa mía. Tan íntima y extraña al mismo tiempo. Tan preciosa y tan mía. Y sin embargo distante, como el paraíso o el infierno. Preciosa mía. Mi rincón salvaje donde puedo ser libre de nuevo. Preciosa mía, mi honda. Mi más honda que los misterios del fuego, que nadie en la tierra comprende.
Sabes, preciosa, ¿sabes?, cuando me canso de mi, quiero pensar en ti, hacerte cierta, sentirme pleno. Quiero quererte aunque nadie quiera que te quiera. Preciosa mía, hembra hermosa por voluntad unánime del universo.
No temas, solitaria compañera, no temas. Yo conquistaré tu centro mismo y extenderé tus periferias. Alguien quizás se sume, importa mucho eso, cuando derrote tu soledad.
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Hoy es fiesta en el universo.
Breve poema extraño de infidelidad y vida eterna.
Me gusta el vino tinto
los jazmines
la infidelidad de las mujeres ajenas
y los perros
Me atraen Venecia y los cementerios abandonados.
En uno de ellos,
encontrar una tumba
y que el muerto me diga:
“Estoy en Venecia, con tu mujer, a quien le regalo jazmines,
acompañado de tu perro… son las tres de la mañana”
¿qué importa ser cornudo, si tengo pruebas, de la vida eterna?
Hoy es fiesta en el universo.
Tentativa para una revisión de nuestro lenguaje falaz.
Nuestro lenguaje tiene pretensiones de totalidad, como si hubiéramos alcanzado a nombrarlo todo, y no es así. ¿Quién puede expresar en palabras el aroma de los jazmines? ¿Quién puede decir lo que sintió en su primer orgasmo? ¿Cómo se denomina a lo padres a los que se les muere un hijo? La primera pregunta es botánica, la segunda es maravillosa y la tercera es excesivamente triste. Ninguna de las tres tiene una respuesta verbal. ¿Con qué nombre puede decirse nuestro actual sistema político mundial, donde un tercio de la población padece hambre extrema?
Buscando la otra poesía.
Eres un ser humano
Eres un ser humano. Un puente absurdo entre el silencio del pez y el canto del ave. Eres caída alta, entre el infierno que construyes y el paraíso que nunca alcanzas. Eres dos guerras mundiales para disimular tu constante vivir la guerra, en la que ahora mismo, te recreas y callas.
Eres un ser humano. Ni la inocencia espiritual de los ángeles, ni la inocencia animal de los animales. Pudiste fingir un viaje a la luna, como una mujer finge un orgasmo, o pudiste haber llegado. Pero inexorable por tu egoísmo, morían como mueren ahora, de hambre en la tierra tus hermanos.
Constructo del abandonado en lo alto
He muerto balcón, mujer, por decisión arquitectónica tuya,
por el egoísmo, exquisito y atroz, de tu delirio,
que negó la calentura, por el afán de riquezas.
En ese lugar extraño que me construiste
miro la calle, desde lo alto, vacía
y a mi espalda, el resto de tu casa, con vos y tu flamante marido.
Intuyo un sótano, tuyo, tuyo,
que me dice que nunca serás
mía mía.
Prosa poética sobre el número cero
Que misión extraña, que profunda ingeniería de la nada, lleva algún día a los torpes humanos, a concebir un número tan raro, tan nadie y tan nynguno, como el número cero.
Será quizás porque cero veces he sido amado de veras, habie~do creído falsamente noventa y nueve, pero el cero tiene un misterio íntimo, una connotación entrañable, en su hermoso decir que no dice. Acaso los demás númers cuentan nuestros anhelos, matematizan nuestros deseos, indagan en nuestras intenciones que siumpre resultan fallidas. En camrio, no hay humano alguno que haya sido engañado alguna vez por el número cero. Yo con él cuento mi realidad, con los otros enumero mis fantasías.