Risas y llantos
caricias y alegría,
emociones que emanan
sutilmente del interior.
Algarabía e insomnio,
noches de luna
y días de sol,
compartidos, disfrutando
del milagro de una vida nueva.
Pronto llegará,
ya que da menos para ser uno más.
La noche se preveía muy calurosa, Maria y su esposo estaban en el balcón intentando que la pequeña brisa que les llegaba les refrescara tan solo unos minutos. Aquello era agobiante,
el calor de varios días que no les daba tregua, los tenía sumidos en una necesidad constante de que las ventanas estuvieran abiertas, para que esa brisa reconfortante los aliviara.
De pronto y sin avisar, entraron en escena unos pequeños personajes; por su apariencia y color se les suponía que no serían muy bien recibidos en el entorno, asombrados y con un poco de inquietud los sentimientos se vieron avasallados por estas criaturas muy conocidas, pero que hacía mucho tiempo, no las tenían de visitantes en su hogar.
Nunca podrá la lejanía apartar de mi memoria tu recuerdo,
no hay distancia más corta que la del pensamiento
a través de el te siento a mi lado,
el suave céfiro me trae tu aliento,
tus susurros, tus besos.
Y en mis sueños tomas mi mano
y nos adentramos en un mundo onírico,
especial y único
donde solo cabemos los dos.
Dama oscura, que en la plenitud del silencio
te acercas a nuestras almas
tomándolas sin previo aviso y sin consideración.
Como odio verte a mí alrededor.
No sabes que no es mi hora,
no sabes que no me voy.
En los senderos de la vida voy sorteando peligros
los que tú premeditadamente me impones.
Llevo en mi equipaje la esperanza,
la seguridad de que nunca me verás caer…
…..por ahora ¡No!
En un mar de palabras
se cruzaron dos caminos
y en aquella intersección
la flor de la amistad brotó.
Tienes corazón de oro
eres afable y sentido,
poeta y gran pensador
el amigo que todos desean
el Maestro de quien quiero aprender,
de tu alma fluye como un torrente
la pasión y el deseo de una felicidad constante.
Te deseo en este día de tu cumpleaños
esos sueños tan ansiados, esa Paz tan merecida
y muchos y grandes éxitos tan merecidos.
Paseo en la madrugada por la orilla del mar de mi vida. Las pequeñas olas que acarician la dorada arena apenas rozan mis pies, su espuma no llega hasta mí
En esa quietud y sosiego que me da el rumor del mar, vienen a mi mente bellos recuerdos, remembranzas de días felices.
A mis ojos en bandada se agolpa un mar de lágrimas luchando por salir, por inundarlos, ahogando mi sentir.
Ya todo se viste de fiesta. Aunque no se pueda, se gasta, se come más de lo debido. Compramos por impulso, porque los demás lo hacen, porque las fechas lo requieren.
¿Por qué no hacemos las cosas más sensatamente y nos ceñimos al presupuesto de que disponemos?
Seguro que somos más felices haciendo las cosas coherentemente, no porque nos lo digan en los anuncios de la televisión, de los diarios o en las vallas publicitarias.
De todos es sabido que la vida es una carrera sin vuelta atrás. No hay desvíos que te hagan volver a desandar el camino recorrido. Empiezas la marcha con tu vehículo recién estrenado. Poco a poco le vas añadiendo extras. Unas ruedas más potentes un motor renovado, las luces te indican el camino más nítidamente y así vas recargando el depósito, maqueando tu vehículo. Lo cuidas, embelleces y te sientes orgulloso de el.
Con el tiempo entras en una autopista de muchos carriles y te das cuenta de que otro vehículo se acerca a ti y decide hacer el camino a tu lado. Es mucho más grande y potente que el tuyo, lo ves hermoso y seguro. Te alegras de poder recorrer el camino junto a él
Tengo en mi pecho encendida
una verdad que se asoma,
con su fuego me encandila,
con su llama me provoca.
Son tus palabras amor,
las que acarician mi alma,
las que me llenan de dicha
de sueños y añoranzas.
Un susurro trae el viento
cuando a mi ventana te asomas
y dices con sentimiento
“Eres mi amada, mi Rosa”
Me paseo por distintas páginas de escritores parecidas a Vorem. No son iguales que este lugar, todo lo contrario. Son lugares donde impera el color, las imágenes proliferan por doquier. Te incitan a registrarte en ellas, pero todo ese “lujo” que hipnotiza no tiene la magia que tiene el blanco y negro de esta aldea.
A la larga se van marchando los usuarios de alguna de esas páginas. Pertenecí a una de ellas y me dí cuenta de que tanto color y luminosidad solo sirven para que afloren envidias y celos. Son lugares demasiado cercanos, como una pantalla de televisión en la que algunos de los que allí “viven” se ven, se alaban, se adulan y el ego y la vanidad pululan absorviendo las mentes de algunos de sus componentes. Al final los que están allí solo para compartir, escribir y leer sin ánimo de destacar, terminan marchando del lugar. Una verdadera lástima. No quiero decir con esto que todo sea malo, al contrario, hay de todo como en botica.
Sigo una huellas en el camino
que me lleven a un destino
Un lugar donde encontrar
mis sueños, mis deseos,
mi Caballero y la Luna,
esa que le acompaña,
que le ilumina en sus noches oscuras.
Quisiera lucir allá en lo alto
para que en sus noches me viera
junto a las estrellas sentarme
y escuchar la melodia
que de sus labios surgiera.
Mi estancia es lúgubre, llena de recuerdos antiguos. Este fiero mundo me ha dejado desvalida, me quitó lo que más quería. Veo las gentes pasar sin rumbo fijo, sin nada que llevarse a la boca, ajadas sus vestiduras, sus miradas sin horizonte donde clavar sus esperanzas.
También veo los poderosos, reírse del resultado de sus juegos, somos peones entre sus manos. Fichas de un tablero en el que entretienen su tiempo libre….se aburren y qué mejor que divertirse con el resto del mundo que no pertenece a su nivel.
Nada le retenía entre aquellos que vivían entre colores. El lugar era onírico, ideal para asentarse en el. Las puertas abiertas estaban siempre, nada impedía deleitarse con las vivencias allí ocurridas y las venideras. A pesar de ello decidió marchar, no formaba parte del decorado.
_No…aquí no está mi lugar_
Pero… ¿Dónde ir?…Se le ocurrió algo que lo cambiaría todo. Indagó en lo más profundo de su ser, buscó el rincón más negro y tétrico que pudiera haber en su interior.
¡Nada¡…No había nada…¡Sí¡…espera. Se me ocurre qué……apago las luces que mantienen iluminada mi materia gris, de esta forma me adentraré en la oscuridad más absoluta.