Al Dios de los pobres… Jesús.
Al Dios de Jesús.
A Latinoamerica que busca como el ave herida proteción en los suyos..
sus hijos
A los incansables luchadores por la justicia… a esos, los indispensables
A los inclaudicadores de principios, rebeldías y luchas… los irreductibles.
Palabras que llegan
a mi mente
en una relacion maternal
de lengua , sonido y fuerza
de la pura irrealidad que sale de mis enmasificada ataravez de mundos que disparan alla a lo lejo0sm en me dio de sal en medio de todo pluma y sal
Y estaré en la cima más alta,
en tu mochila,
y estaré entre las nubes ,
formando corazones,
y estaré con las olas
salpicándote.
Pero no me verás,
tus ojos han dejado de mirarme.
Y estaré en el aire que respiras,
y estaré pegada a tu sombra,
y estaré a punto de rozar tus labios.
Pero no me verás.
Nada nos separará;
somos más que dos almas clamando eterna vida,
y ninguno olvidará
la relación parida…
Aquella tarde de abril fue el punto de partida.
Juro que fracasará
quien intente sin piedad alejarme de ti, querida,
más de uno intentará
el ver destruída
nuestra fortaleza con tanto amor construída.
Soy el enigma que llevo dentro
del sueño recordado en el espacio
y la paz me inunda siempre despacio
en las horas del silencioso espectro.
En las nubes de cristal está contento
el ángel de risa y el cabello lacio
con un haz de fulgores como prefacio
de todo el interior que se escapa lento.
Perdida mi sombra en la balsa,
olvidada en el océano añil,
contrasta el azul del cielo,
con el indigo azul del agua,
mis sentidos están exhaustos,
hundidos en la zozobra final,
del pensamiento furtivo,
del abandono total en vida,
a una muerte miserable.
Perdido en la espesura del bosque,
el obsceno viejo lobo verde,
espera cruel la llegada pronta,
de la joven inocente Caperucita,
la lujuria obscena del lobo salido,
surgido de los fondos del averno,
pone un tono picante a la escena,
la pornografia se siente en la fronda,
estamos inmersos en el sotobosque,
erótico del doble sentir del follaje,
el del verdor y el del adorno superfluo,
que me llevan a pintar este verdinegro,
paisaje lascivo en la arbolada fronda.
Del campo la atmósfera envolvente
en la vidriera del alma imprime embrujo
y una alegre algarabía de alas con pupilas
recoge versos acrinados de frescura
en la pausada hora de la celeste calma.
Un mecer de instantes renacidos
en la orgía de las plantas hace cuna.
En este estar presente de las cosas
el corazón se añora de vivires claros
y es grande el ensueño que se embarga
en lo flotante del viento en el camino.
A ti te ofrezco un hablar de magias
envueltas en el ditirambo de lo glauco
y con un amor repartido por la tierra.
Duérmete niñito que vienen las hadas
Son tus mariposas de danza pausada
Protegen tu cuna y nunca son malas
Cierra tus ojitos te enseñaran magias
Millones de estrellas velan tu morada
Las veras en sueños, jugando a las chapas
y hasta al escondite, las fugaces hablan
Nos vamos sin ruido nos piden en casa
No hicimos tramoya, otro patio llama
Gozando colores, jugaran a rana
Llego caliente de emociones:
de alegría, de amor …
Te veo a lo lejos esperándome
en el mismo lugar de siempre,
y todavía mi corazón se acelera
como un tímido adolescente.
Cuando nos encontramos,
nos besamos y abrazamos
como el primer día.
Qué gozo cada semana
poder estar junt a ti,
quererte, amarte y susurrarte
al oído palabras de amor.
Llevamos así diez años
y cada día te quiero más.
Me encuentro acostado en la cama
pensando, esperando la hora
para hacerte una llamada.
Creo que el cielo me mando
al infierno, por no creer en lo
noble de tus besos,
creo que el cielo, me manda
ese castigo, y yo sigo inconforme
con mis pensamientos…
Miro al cielo y los contemplo,
corazones rojos llenos de helio,
que les mantiene en suspensión,
cual tristes enamorados globos,
goteando sangre amortajada,
que se coagula febrilmente,
en el infinito espacio de su caida,
formando estalactitas espaciales,
mientras abajo las esperan,
silenciosas estalagmitas anhelantes.
El beso abrasador de tu sed presión constante
en hermosa amalgama se funde con mi boca
y tu pecho de senos turgentes se desboca
como cántaros de canto eterno y palpitante.
Mis dedos te acarician el destino penetrante
de tu rostro que mira mi rostro y lo trastoca
en un vamos a sentirnos cómo toca
el vértigo amoroso su sinfonía desbordante.
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