Llegué. entré. todo estaba inundado por una blanca oscuridad. Esa puerta blindada de la que tanto había escuchado permanecía abierta para mi. se sentía una monótona gotera por algún lugar. estaba inmensamente inundado por un caótico vaho frío, muy frío que viajaba por el aire como flechas quemantes interrumpiendo al tiempo. las ventanas permanecían cerradas, mudas, culpables como ocultando un terrible secreto. todo se hallaba en soledad…mis huellas quedaban marcadas con cada pisada de mi cuerpo exhausto, infortunado, sin abrigo. era todo claramente oscuro, lleno de una luz interior que flotaba solo en mi. seguí caminando y sentí un profundo aroma a muerte, que en estos tiempos abundaban por alli.
Observe todo a mi alrededor. divisé señales que se confundían con el vaho, invadiendo mi interior con fúnebres pinchazos que acobardaban mi ser. Todo parecía extracto, apagado, como un sueño, o una pesadilla tal vez. por momentos parecía un más allá, algo nacido de la nada y puesto en práctica en ese preciso momento sobre mi piel. Me detuve, inhalé ese aire que me llenó de gracia y sentí cierta nostalgia como si ya conociera el lugar. Hubo un sonido turbio y todo se oscureció aún mas, mucho mas, como si enormes aves negras llegaran de otro planeta y se estacionaran sobre todo aquello. Sentí miedo, pero a la vez curiosidad. una especie de desasosiego vagaba en mi, se estaban cerrando todas las ventanas de mi vida y estallaba en mi el muro de los lamentos y las dudas. Continué mi camino y al llegar a la abertura principal divisé una figura extraña, algo sobrenatural. Fui hacia ella, trate de tocarla, de sentirla, acerqué mi piel con mera suavidad y palpité muy fuerte, era de aspecto áspero, borroso, complicado como un laberinto, llegué a divisar el afilado contorno de algo similar a un dios, pero no exactamente un dios como zeus o como venus, su estructura era de fantasma y sus colores muy opacos, apagados, inútiles. el lugar volvió a tornarse denso y espeso… por un momento supe que no debía perder la calma, no obstante sentí ganas de gritar aunque no habría palabra que saliese de mi poseído ser. continué caminando sobre una nube de objetos que flotaban cercanos, y, mas tranquila y pura que nunca sentí que me iba, me sentí muy liviana, pálida, somnolienta, luego ya no sentía mi cuerpo y mis sentidos junto con mi alma habían echado vuelo como pájaros que al final del camino encontrarían una gota de felicidad. Fue entonces cuando mi cabeza comenzó a dar vueltas y miles de imágenes, horas, segundos y figuras recorrieron mi cuerpo claroscuro, seguí viajando ausente de mi, miré para atrás y divisé momentos de mi vida, cada rincón de ese lugar guardaba un misterio, todo me pareció obsoleto, sin sentido, aunque supe que ese sucio y trágico pasado permanecería siempre junto a mí hasta el fin. Luché contra millones de impedimentos y bestias furtivas que se aproximaban hacia mi blanco ser, pasadas estas batallas todo a mi alrededor se tornó cándido, apaciguado lleno de una paz que nacía de lo mas profundo de la tierra, el dolor solo permanecía en mi, ese tajante hedor inundaba mis restos.