No es un año más. No debe ser nada que no sintamos.

Las ciudades comienzan a lanzarnos sus señales de luz. Me sorprende que podamos vivir en una mayor oscuridad y que cuando algunos lo desea se encienden como en un cuento de hadas. Un ejemplo más denuestra dependencia sensorial del entorno. En unas semanas un estallido de inconsecuenciasnos llevará a sentir un flujo de energía de bondad, paz y amor…como si sólo cupiera en esos dias. Como comentaba un excelente psiquiatra. nos llenan de virus, de virus que se instalan en las costumbres, en las acciones y en las motiviaciones.
Para mi el corazón es un infinito reactor de emociones. Si habitamos nuestras propias sensaciones, nuestro saber sentir…veremos el espejo de las vanidades de un mundoq ue pretende quenos acerquemos a los grandes templos del Consumo.

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