Viendo una niña desde mi ventana

Asomaba el día como una paloma,
que iba y que iba.
Desde mi ventana, apayada huía
en mis pensamientos viajando dormida.
¡Canto al saltar la piedra en un tris-trás!
¿Qué era aquél canto?
Quizá la paloma volando y volando,
quizá unos pasitos sobre el empedrado,
tal vez…¡una niña de bucles dorados!
Desde mi ventana la vi caminando
como una bube blanda,
vestida de blanco y en su albura,
la hermosura de un canto,
desde mi ventana.

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