Cuando te veo triste y preocupada siento en mi corazón un dolor fuerte ,quisiera abrazarte y contenerte y decirte …todo esta bien chiquita mía….pero el brillo constante de tus lágrimas, en tus ojitos color miel, me demuestra que has empezado a crecer y a sentir a los amigos y a la gente de otra forma, a dar pasos más grandes y más fuertes y a vislumbrar que la vida trae en su valija inmensa, cosas que nos hacen sufrir, llorar y amar al mismo tiempo ,cuantas emociones fuertes ¿verdad? que parece que no podemos controlar,que nos superan…te entiendo hija mía.
No puedo verte así, me duele mucho,quisiera poder calmar tu herida con tan solo un beso o una palabra , pero sé que no se puede…..que los sinsabores de la vida estan y debemos superarlos, aunque nos parezca que no podremos.
Cuando eras muy chiquita te bastaba con estar cerca mío, para sentirte segura del mundo y sus fantasmas.
Pero te pido que mires adelante… a otros horizontes, seguramente habra otros dolores nuevos , pero tambien alegrías inesperadas y hermosos momentos que disfrutar ,con quienes amas.
Querida hija mía…..se que guardas tu diario íntimo, testigo profundo de tus penas y desiluciones…pero también de lindos momentos con tus amigos.
Quiero que sepas que mami esta a tu lado,comprendiéndote y amandote,tendiendo su mano hacia la tuya, para guiarte y abriendo su corazón para que puedas refugiarte en el, cuando lo necesites,te amo mucho.
Mamá
Archivo por días: 26 noviembre, 2005
Los guantes y la mano
Los guantes nacieron en la Edad Media, como una revelación de fuerza o categoría de la mano que lo usaba. Había, así, guantes de hierro (espantables como garra de las manos de los guerreros armados); guantes episcopales de croché (ejecutados en hilo de oro como señal de poder omnímodo sobre las almas); guantes sacerdotales (austeros y sobrios) de cuero negro y tan duros como la vida de aquel entonces; guantes burgueses, de piel de ciervo…
Más tarde… !guantes maravillosos del tiempo de los Dux de Venecia!. Aquellos tiempos en que las damas venecianas lucían guantes preciosos, cuajados de oro y pedrería, duantes de piel pintada con la acuarela, cion representaciones de paisajes, amorcillos y escenas galantes, algunas veces perfumados por la coquetería y otras envenenados por la ambición y el odio.
Como un gorrión.
Y aquí está, al lado de mi edad (como aurora del día de los inicios), el sueño de sus ventanillas de cristal y el torbellino de sus cromadas bielas. Aquí está, al lado de mi tiempo, para comenzar el camino de mis pensamientos; mientras un pájaro (sueño cansado) entorna sus párpados y yo le reconozco porque es tan tímido y humilde como un gorrión.
Me levanto. El vaso de cristal descansa (medio vacío de líquidas propuestas) junto al penúltimo cigarrillo que dejó de existir, y dormitan (hirsutos sobre el mantel) un viejo pescador y un pez espada (el viejo y el mar) que ilustran la lucha solitaria por la vida y las vanas ilusiones del hombre frente a su destino: un amarillento recorte de papel que entreteje las ideas de un lejano periodista con el sueño de un joven de veinte años que desea sembrar el mundo con gorriones.
Que ya no
¡Que ya no quiero soñarte!
maldita imaginación que crea
esta ilusión que juega a tenerte
con la realidad riéndose de mi.
Manipuladora imaginación
capaz de poner voz al silencio
nombre y rostro a una sombra
manos que tocan, piernas que anden
avanzando en un camino que no existe
donde finito puede ser
como no acabarse
cuando apunto estoy de sentirte
cuando lejos estoy de acercarme.
AMOR AUSENTE
LA VERDAD TAL CUAL
AGUAS SALADAS
NUESTRO MUNDO
PRESO
Las lagrimas no apagan mi corazón
¡SÍ SOY FELIZ!
¡ay! si yo hablara
¿Por qué otra vez?
MIS PENAS ENTERRARE
NINGUNA PRISA
MALDIGO EL DIA
NIÑOS
LA MAGIA DE LA NOCHE
INTERESES
PARA QUE TANTO
Olvidarte…..
Si algún día puedo olvidarte…..
habre vencido la propensión certera de amarte,de llamarte y escuchar tu voz,de escribirte y esperar con ansias tu respuesta.
Si algun día puedo olvidarte..tratare de mirar hacia adelante y no detener mi paso,ni estancarme en el pasado,ni en la ruinosa pena de sentir lastima por mi.
Si algún día puedo olvidarte…sabre que e probado el elixir,mas fantastico y profundo que existe….EL ESTAR ENAMORADA.
Ver la vida de otra forma,diferente,que la gente note la alegria y el brillo en mis ojos y el encanto sutil de mi mirada.
Si algun dia puedo olvidarte…..sabre que llegaste a mi,sin proponermelo y que encontre en vos,este sigiloso y enigmatico sentimiento llamado AMOR.
El tren siempre vuelve, Juan…
(Empezar a vivir es empezar a morir)
Tenía la mirada tan triste como la de un caracol. A lo lejos, cercano al maquillaje facial de los campos, se escuchaba el minúsculo murmullo de la máquina de vapor…
– Si siempre va hacia adelante ¿qué hace el tren cuando llega al final del mundo?…
– El tren siempre vuelve, Juan…
¡Al menos alguien se detiene y te mira!
Gracias. Siento cierta vergüenza al sentirme observado tan “íntimamente”. Sospecho un cierto deseo de acortar distancias y hacerme ver que también en la acera hay quien te deja pasar mientras te sonríe.Todavía no me siento capaz de hacer lo mismo. Estoy acostumbrado a los “emilios” y dar consejos me resulta una tarea que antes de darlos hay que haberlos vivido. De todas formas no creo que nadie se ofenda sino le escribo nada. Sigo sintiendo que el “voremista” articula su juego alrededor de su parcelita. Siento que algo sobra y que algo falta, pero confío en no ser yo quien interrumpa el paso.Gracias.
Academia de peluquería
Entraba a las ocho de la mañana y la cara no era la suya. Frío, como si costara vivir y el aire te hiciera daño. Estudiaba peluquería. No le gustaba demasiado, porque le resultaba agotador estar al servicio de una jefa impasible. Esa ñamana llegó una anciana con un gorro lila. Cuando se lo quitó todas las chicas temblaron: casi ni un pelo. Le tocó atenderla a ella. ¿Cómo está usted? y se repitió la ceremonia hasta el agotamiento. La chica estaba nerviosa. Metió a la anciana en el secador y supuso que el calor podría acabar con ella. Pero su instinto protector hizo que no ocurriera nada. Salió como una reina, sonriendo, con los cuatro pelos en un nirvana de iridiscencias. ¡Ya está! Un poco de laca culminó con aquella tarea de dar vida a un cráneo y cuatro condenados a muerte por la edad. Un milagro de la madre Peluquería.