Hoy no soy…

Hoy no soy más que un suceso
de viajero en vagones sin destino.
Un alcance de pájaro en la tarde
junto a los manzanos tibios.

Un caminar sin círculo completo
con casillas en blanco repentino.
Un dejar pasar las garzas
hacia esos horizontes fríos.

Hoy no soy más que un capricho
del correr ligero de los ríos.

La vida la haces, te la hacen o ya viene hecha?

La vida la haces, te la hacen o ya viene hecha?
tengo una duda enorme, por q hay gente q vive feliz y otra gente q se hunde por completo? por q hay gente q sonrie a todas horas, q no les falta d nada y que disfrutan de su despertar…? y al contrario por q hay gente q no es feliz, que llora, que chilla, que abandona, q escapa, q huye, que se hunde, que son incapaces de levantarse de la cama? por q hay tanto desbarajuste en esta vida?

En el nombre del Sida

El jinete mortal del Sida avanza. ¡Cuánto dolor! Hemos estado unidos a las enfermedades durante milenios, porque pertenecemos a una rama más del árbol de la vida. Enfermedad y muerte son palabras comunes de la existencia. Lo que me produce una inmensa inquietud es la lenta agonía y el sida la produce. Una agonía que comienza por saberte en manos de un poderoso y mortífero ser que se apodera de tu vida, que te derrota, que te conduce no a una muerte limpia, sino a una muerte que muchos creen “su pecado”. La población mundial va excediendo las previsiones de ese Gran Hermano que nos gobierna. No cabe duda que el aflojar lastre y procurar miedo y temor a muchos es “adoctrinador”. Sigue Leyendo...

Junto al viento

El tren corre junto al viento. El sol lila las ramas pasajeras de los disidente retamares. el sudor del hombre de las uvas se tiende (bruces/cruces) en cualquier cobijo de vino y de dolor. Yo, de no saberme tiempo sino años desprovistos de historia, fiebre de horas justas, ancla de vigilias en la bahía de la existencia y brillo solidario de mi desconocido origen, deposito mi interrogación.
– ¿Dónde nací? -dicen mis ojos.
– En la frontera del forastero de las fantasías -responden los suyos.
– ¿No habrá sido en la inconclusa línea de los bosques sin mar?.
– Afirmo que naciste en la frontera del forastero de las fantasías. Sigue Leyendo...

Un Humphrey en el salón.

Último día de noviembre. Abro la ventana porque aquí está alta la temperatura. Abro la ventana para sentir un poco cómo la madeja del sueño desenrrolla su inveterada costumbre de posar semillas de algodón en el alféizar. Abro la ventana y entra él, con su inefable don de romántico endurecido (ojos caídos y tristes, voz fuerte y gangosa, tormento vital en su rostro y mirada cínica) mientras del sombrero le cuelga un ala negra hacia el misterio de una frente alzada y una cara que mira al suelo mientras enciende un cigarrillo y me saluda.
– Si me necesitas silba… Sigue Leyendo...