De la fuente gorgorita al tren de Arganda

No me acordaba de nada. No recordaba tan siquiera cuál era mi nombre. Sólo una extraña sensación de que todavía estaba vivo. Cuando me dí cuenta de ello, la noche cruzaba sus caminos con mis pensamientos.

– Recuerdo… una fuente gorgorita y un pavo real sobre la copa de un árbol. No recuerdo qué clase de árbol era…

Tuve entonces la sensación de volver a ser un niño recogiendo caramelos que lanzaba el padrino de una boda ajena. Recogiendo descaradamente caramelos y monedas de cinco céntimos. El pavo real seguía, mientras tanto, abriendo su penacho de pluams una vez bajado al suelo. Sigue Leyendo...

Elogio de Caperucita y el Lobo.

Caperucita no era una niña menuda, ni tímida, ni vulgar. Era una despiada vampiresa que aspirara a adornar su cuello con la hermosa piel de un lobo. Héte aquí que, un cierto dia del calendario lunar francés, un lobo tuvo la estúpida idea de acercase a ella. Caperucita renunció a hacerle caso, dado que su piel era de tercera calidad, y además el lobo era tan estúpido, que pretender comérsela era hasta vulgar. El lobo decidió seducirla desde la rama de un árbol. Caperucita que quitó una de su medias de seda y…cuando el lobo se lanzó en picado , Ella, le estranguló de la manera más japonesa que pudo. Su duda existencial consistía en qué hacer con el cadaver. No estaba dispuesta a mancharse con sangre inútil. Unos cazadores le dieron unas monedas por aquél animal y Caperucita supo, que toda su felicidad consistiría en ir a casa de la abuelita, conectar un video juego y salir por lapuerta de la cocina para fumarse un cigarrigarrillo. Del lobo nunca más se supo, de Caperucita….todo. Sigue Leyendo...

Poemática Dadaísta.

Extensos sueños de alfombras de hierba
y parlanchinas palmeras de encendidas pestañas
que tocan el holocausto de la arena del Desierto.
Alguien lleva la cabeza en las manos y mira al camello.
El camello, con sus patines, zigzaguea entre la nieve.
Un urinario en la exposión.
Duchamp es la brisa que borda lo bruto,
el verde transmutado en ónice o en marfil de Mamut.
Clara abre sus ventanas y peina a la vecina,
se inclina en forma de cuatro y se convierte en silla.
Dalí entorna los bigotes y levanta su nariz de conejo,
su piel es un pellejo de bastardo de lobo y dineral lujurioso. Sigue Leyendo...