La indiferencia

El verano descubre en nosotros una urgente necesidad de externalizar lo que sentimos. Es el tiempo en el que la fruta madura y nuestras buenas intenciones parecen habitar el deseado descanso. Me resulta ·excesivo” este compendio de estaciones, cortes y rebajas…como alternativa a cualquier neurosis. ¿Somos indiferentes a todo lo que acontece cuando no es verano? Quizá sea necesario descansar de tanta noticia intensa y de los augurios terribles sobre un mundo que se convierte en helado derretido. Pero…¿Somos más indeferentes? Se me ocurre. Sigue Leyendo...

La otra cara. Soledad…

Al llegar a aquella calle, nada la sacó de su ensimismamiento.
Nada que la perturbara.
Nada nuevo.
Mientras paseaba por en medio de la carretera, esquivando aquellos charcos que olían a gasoil y a dejadez, aquellas piedras de antiguas ruinas y fiestas, detectó por primera vez algo que la hizo estremecerse.
Allí, al final del callejón umbrío, que en otro momento no había más que parecer una copia de cuantas calles tenía recorridas, un personaje taciturno la observaba en la oscuridad.
Tenía aproximadamente su altura, la ropa negra al igual que ella y un rostro distante que apenas dejaba entrever alguna luz de ánimo. Al mirarla tan parsimoniosamente y ver su inquietud compartida, decidió acercarse a ella. A la única persona que parecía haber por aquellos alrededores. Sigue Leyendo...

¿Estás ahí?

Hace un rato decías que nunca te irías
pero ahora siento silencio y soledad,
es la edad
del miedo a perderte en el vacío
y mío
es este sentir de negrura en la noche.
¿Está ahí?
Al frente de mi casa, en su porche,
no sé que he de aprehender
para ver que te muebves a mi lado.
Es un halo
esto de aprenderte a querer.

Ciudades de papel

Ciudades que algunos se inventan,
como grandes maquetas de papel reciclado.
Alcaldes orgullosos de ser coronados
como reyes sin corona de sus ciudades.
Las calles tienen nombres y hasta apellidos,
y los barrios se agotan sin papeleras,
pero la luna sale para cualquiera
aunque reinen alcaldes de cafetera.
Madrid es museo llenos de arbolitos,
donde grandes marquesas llevan perritos,
perritos con los pelos almidonados,
para ladrar agudo como castrados.

La duda en la soledad…

Ella era buena persona… siempre lo había sido, había hecho obras de caridad, había ayudado a todo el que lo necesitase, y siempre había aconsejado a cualquiera de sus amigos… entonces, ¿Por qué estaba tan sumamente sola?

No lo entendía, le parecía algo inconcebible… todo el mundo tiene a alguien, alguien en quien confíe quiero decir, porque es obvio que ella tenia amigos, pero era todo muy superficial, ¿alguna vez había confiado en alguien? La respuesta era muy fácil, lo había hecho, si, en si misma.

¿Por qué le costaba tanto abrir su corazón? su mente estaba llena de dudas… ella sabia que la gente a la que ayudaba le estaba muy agradecida, pero, ni siquiera recordarán su nombre pasados unos días, entonces, ¿Por qué esforzarse? ¿Por qué siempre tenia que sentir que estaba todo bajo control? Sigue Leyendo...

El viaje de mis sueños…

Ya estoy llegando a esta hermosa cuidad que todo el mundo conoce como Hollywood, y cada vez puedo divisar mejor todos los edificios, parques, playas…Lo primero que veo es un gran cartel blanco, ese famoso cartel que todo el mundo ha visto alguna vez por televisión o en revistas, ese cartel que anunciaba mi llegada a la que desde mi punto de vista era sin duda la mejor cuidad a la que alguien puede ir.
Lo primero que haré nada mas llegar será pararme, si, quedarme quieta por un instante y observar las cosas a mí alrededor, pensé. Y efectivamente, nada mas llegar eso es lo primero que hice, después, me encamine hacia el centro de la cuidad, a un hermoso conjunto de parques llamado círculo joven, allí siempre hay alguna fiesta, alguna celebración, ya que todos los eventos que se elaboran allí consiguen envolverse en un contexto natural y ecológico. tras ver eso me dirijo a Cuidad Pasillo, otro parque de esta fantástica ciudad, en la que a cada paso que das se puede sentir el glamour, yo , en especial, sentía como cada vez me encontraba mas unida a esta ciudad, a pesar de que apenas llevaba allí media hora. Sigue Leyendo...

Escribiré mil lenguajes

Escribiré mil lenguajes. Mil lenguajes sin textos ni palabras. Mil lenguajes en el centro de las nubes, en el fondo del mar, en las arenas del desierto, en los vientos de las praderas, en los troncos de los árboles, en las alas de las gaviotas, en las aceras de las ciudades, en los caminos de los pueblos, en las verdes campiñas… mil lenguajes exentos de texto y de palabras. Mil lenguajes impresos en el Corazón de la Existencia. Escribiré mil lenguajes por ver si los captas y descifras en ellos la red de tus sentimientos, los efímeros silencios de la felicidad, el eterno acompañamiento de lo humano. Escribiré mil lenguajes, sin textos ni palabras, solamente repletos de sentires, por ver si captas sus mensajes y sientes la gran importancia que tienes como ser humano… más allá… mucho más allá de cualquier texto y de cualquier palabra. Sigue Leyendo...

Al modo de tu andar

Zapato.- No hay andares que simulen
el ritmo y esa armonía que, en usted,
es lozanía.
A lo mejor, el andar no es caminar,
y es osadía opinar del paso,
que el golpe de su tacón
provoca en mi corazón
un ritmo nuevo.

Planta del pie.- Pues vaya usted a saber,
que, desnudo y sin zapato,
el mismo ruido hace un gato,
cosa que nunca se ve.

Hora primera

Te dije una vez,
te repetí un día,
que la hoja vuela al aire
porque la guía.
Al aire, donde la voz quebrada evita
ser el canto de la hoja.
Te dije una vez,
te repetí un día,
que detrás de tu mirada
yo me escondía.
Y la luz guiaba ese paso de la hoja,
ese vuelo entre cortinas.