Señora María

Hoy, en la sobremesa, he recibido una llamada de una empresa energética, para convencerme de las ventajas de sus servicios respecto a mi suministradora actual. La voz cantarina, con un suave acento latinoamericano, desplegaba ante mí las ventajas que me ofrecía. Y no dejaba de llamarme “señora María”. Cuando ha terminado la conversación, nada más colgar, me he emocionado, porque la señora María era mi abuela materna, en unos tiempos en los que el tratamiento de don o doña estaba reservado para la gente más o menos encumbrada y nadie hubiera soñado tratar con respeto a alguien sin anteponer el señor o señora. Según estoy escribiendo esto, me doy cuenta de que a mi abuelo sí le trataban como Don Felipe. Es decir, estaba un escalón por encima de su esposa. Sigue Leyendo...

Y llovía llovía… (Diario)

Y llovía llovía y la estatua permanecía muda. Y anduve observando la lluvia ácida caer sobre mi cuerpo… hasta que una luz del cielo bajó para secar todo mi cuerpo… y una voz me dijo. “Sigue más”… y seguí andando hasta la misma puerta donde bramaban los de siempre… y me sequé con la luz del sol… y llovía llovía… y una voz me dijo: “Entra ya”… y entré y todos se quedaron mudos del asombro… y llovía llovía… y una voz me dijo: “Habla ahora”. Y en ese ahora hablé y todos quedaron callados… y llovía y llovía… y los demás se quedaron en aquel lejano ayer que ya quedó seco para siempre. Sigue Leyendo...

La vida sigue ( II)

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La anteriormente mencionada suciedad de la chimenea está empezando a obsesionarme. Sólo a alguien tan poco consciente de las complicaciones y entresijos de la limpieza del hogar como yo se le ocurriría colocar estanterías de madera negra junto a la chimenea. Sólo pensaba en lo bonitas que quedarían, con mis libros alineados en ellas, cual soldados esperando órdenes de su superior. Lo malo es que el aforo de las estanterías es limitado, y los libros comienzan a amontonarse también en columnas verticales en los bordes. Eso sin contar los que aún están en casa de mis padres. Me gusta pensar que algún día mi hijo o bien los guardará con mucho amor, o hará una pequeña fortuna vendiéndolos. Por otra parte, la chimenea aún no me saca de quicio lo sufiente como para no encenderla. Sigue Leyendo...

Através de la distancia….

Nunca podrá la lejanía apartar de mi memoria tu recuerdo,
no hay distancia más corta que la del pensamiento
a través de el te siento a mi lado,
el suave céfiro me trae tu aliento,
tus susurros, tus besos.

Y en mis sueños tomas mi mano
y nos adentramos en un mundo onírico,
especial y único
donde solo cabemos los dos.

Tiempo Compulsivo

Continuamos, una vez más, con la labor de seguir estudiando las subdivisiones de nuestro tiempo vital. Ahora toca analizar lo que yo llamo Tiempo Compulsivo dentro del contexto general del ciclo vital de nuestro tiempo transcurrido en la Tierra. ¿Qué os puedo decir sobre lo que es el Tiempo Compulsivo?. Vayamos, tranquilamente, por partes.

La compulsión es, en el ámbito de la psiquiatría general, un tipo de conducta que el sujeto (ser humano) se siente impulsado a seguir por causa de una fuerza interior a la que no puede resistir sin angustias. El Tiempo Compulsivo, por lo tanto, está directamente ligado a la ansiedad. Sigue Leyendo...

Invisible

Día

En la invisible presencia de los sueños duermen los signos emocionales de esta profunda y honda comunicación que es tu esencia en el intérvalo de mis apasionados viajes por el círculo de esas manifestaciones de tu singular presencia. En el fondo de todas tus miradas existe esa invisible magia que procesa este mi caminar trashumante por los países de tu cuerpo. Comunicación. Esa es la verdadera proposición de tu misterio en el ámbito de mis memorias; esas plurales intuiciones de saber que estamos unidos por el horizonte, allí donde tus besos se enredan con mis palabras. Palabras. Sólo palabras para convertirte en mí. Sigue Leyendo...