No eligió las voces
Aprende a descifrarlas
Los muros que rodean
A veces logra
Tornarlos cristal
Malezas en jardines
No eligió su cuna
Elige merecerla
Todavía
La duermen nanas
Que vencen
Su gen insomne
Y un roble
Testigo mudo…
Archivo por días: 10 junio, 2011
A veces…
A veces en la vida, me siento como nadar río arriba, siento las piedras, incrustándose en mis pies y siento en el paladar, el moho asqueroso de la envidia.
A veces creo que solo me alejo de la orilla, y me meto en el bosque para perderme y olfatear la oscuridad.
A veces escucho los lobos que andan hambrientos, buscando carne para desgarrar, siguiendo la sangre de mis intentos, que dejo en las piedras. No sé, ¿Quién no se ha sentido así? O más bien ¿Quién se ha sentido así?
Examen
Pueblo manchego
¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?
Hay una historia acerca de un viejo sabio en la China que tenía un caballo y un hijo. Todos sus vecinos le tenían lástima y siempre le decían: “Qué triste que todo lo que tienes es un hijo y un caballo”. El viejo sabio siempre respondía con las siguientes palabras: “¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?” Un día, el caballo se escapó. Todos los vecinos se le acercaron con mucha compasión, diciendo: “¡Es terrible, tu único caballo se escapó y ahora solamente tienes a tu hijo. Es terrible!”. Como siempre, el viejo encogió sus hombros y dijo: “¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?”. Pasó una semana y el caballo regresó, y con él venían doce hermosos caballos salvajes. Los vecinos estaban muy emocionados y corrieron hacia el viejo proclamando su buena fortuna: “Es tan maravilloso, ahora tienes muchas posesiones”.
Noche lluviosa
Te metiste en la cama pasada la medianoche, sentí tu abrazo tierno y lleno de intención de despertarme. Afuera la lluvia golpeaba la ventana, la luna apenas iluminaba y solo nos envolvía el silencio.
Tus labios en mi cuello y tu mano en mi cintura fueron la invitación perfecta para una noche agitada. Tus ojos resplandecían en la penumbra y mi risa lo cubría todo.
Era tan lindo despertarme teniéndote en frente así solo para mí que no dude en soltar mi cabello y despojarme de la ropa a pesar del frío.
Tu piel tan suave y cálida fue el ingrediente exacto para elevar mi temperatura y mi espíritu a lo más alto de tus fantasías.