Introducción.
En la Sala de Proyecciones se encuentran los tres hombres maduros mientras escuchan, en completo silencio, la canción.
– Escucha hermano la canción de la alegría, el canto alegre del que espera un nuevo día. Ven. Canta. Sueña cantando. Vive soñando el nuevo sol, en que los hombres volverán a ser hermanos. Ven. Canta. Sueña cantando. Vive soñando el nuevo sol, en que los hombres volverán a ser hermanos. Si en tu camino sólo existe la tristeza y el llanto amargo de la soledad completa. Ven. Canta. Sueña cantando. Vive soñando el nuevo sol, en que los hombres volveránn a ser hermanos. Si es que no encuentras la alegria en esta tierra, búscala hermano más hallá de las estrellas. Ven. Canta. Sueña cantando. Vive soñando el nuevo sol, en que los hombres volverán a ser hermanos. Sigue Leyendo...
-Hoy es una mañana de esas en las que tengo frío en el alma-Dijo ella.
-¿Cómo,frío en el alma?..-Le preguntó con sorna él.
-Lo que has oído.Que tengo frío en el alma,no solamente se puede tener frío en la cabeza o en los pies,para eso,siempre llevo gorro o sombrero y mis botas a prueba de aceras de ciudad.Para cuando me siento bonita,especial,con cierto..”jazz”.. me pongo zapatos, de esos que me gustan tanto negros,altos,elegantes..Pero cuando tengo frío en el alma como hoy..no hay nada que pueda ponerme para calentar esa parte de mi..-Contestó ella.
-¿Me pregunto,cómo podrá calentarse un alma?…-Dijo él, pensativo.
-¿Me pregunto ,cómo podrá calentarse un alma?..-Repitió ella,mirando hacia un niño y una niña que reían,mientras jugaban a pasarse un pequeño globo en forma de corazón.. Sigue Leyendo...
De repente estoy otra vez con la misma sensación, sentado en la silla del aula y teniendo por compañera a esta Vida que no la cambio por ningún otro día festivo. Las fiestas hace mucho tiempo que las tengo ya olvidadas. Ahora sólo vivo el festín de cada día para vestirme de felicidad plena; como este mismo sueño de aula blanca en mi pensamiento. Quizás sea que el aprender a entrevistar a Fiodor Dostoievsky me ha servido para mucho más que para ser solamente un principio de nada. Ya soy algo. Ya soy el estudiante que entrevistó a Fiodor Dostoievsky para ahuyentar a los endemoniados que me acechaban en el aula negra. No. Ahora mi aula es blanca porque mi compañera no viste de luto por mí. Por mi parte, sigo perteneciendo a la juventud fugada de esta triste contemporaneidad que para nada me sirve sino solamente para seguir entrevistándome con los personajes de mi oficio. ¿Cuál es mi oficio? Existir. Sigue Leyendo...
En espera de volver a los campos de fútbol, a las canchas del fútbol sala y a las carreras atléticas de fondo, ahora me enganché al Senderismo (que ya había yo practicado mucho en otras épocas de mi vida). Después de dos tanteos exitosos, donde he ido aplicando tácticas de superación, la próxima semana (si no lo suspendo por cualquier circunstancia ajena a mi voluntad) toca comprobar la resistencia. En ese caso, aplicaré otra técnica diferente. En ese caso iré manteniendo el físico resistiendo el ritmo que impongan los que tienen la obligación de imponerlo mientras yo solamente iré al “trantrán” para comprobar que sí, que en algún momento hasta puedo yo ir tirando de los demás, pero con la estrategia suficiente para no desfondarme. El asunto es relativamente fácil si tienes el físico adecuado. El asunto se resume en ir arropado en medio del pelotón (otra técnica aprendida en el Atletismo de Fondo) para ver si hay capacidad suficiente en los pulmones. El asunto es simplemente participar para terminar al mismo tiempo y al mismo nivel que los demás. Sigue Leyendo...
…Tanta soledad, eterna ingratitud, dolor en el cuerpo y el alma, sufrimiento indeleble, extraña lejanía, risa perdida y agonía vital, cristalina lagrima, profunda ironía, calmada voz arrebatada del dolor, invierno en las pupilas, intento de olvido en las entrañas, refugio áureo oscura solución fallida…
Hoy arde esta mañana
de hallarnos en el límite horizonte.
Allá… en el monte
la palabra del momento
es el viento
rodeando a la ladera.
La nieve, en el desmonte
de la estación primera,
anuncia la primavera
alumbrando el aposento.
La melancolía invade mi corazón mi mente y mi cuerpo, como evitar transportar mis pensamientos al pasado? como no sonreír al recordar tus caricias? como no sentir en mis labios tus besos tiernos y fugitivos? cómo hacer para mirar mis manos y no recordar las tuyas? que hacer para no encontrar en tu aroma mi adicción? ni una palabra, entre tanto llueve, hace frio, y llegan más recuerdos sentimientos inútiles, desespero, nervios; quizá algo de música me relaje, me distraiga, fallido intento, hay algo que no me deja en paz; leer, gritar, bailar, nada, nada funciona ningún intento es válido; estoy lejos de las tablas no aguanto más miro el teléfono, te llamo? No, me arrepiento, voy a la ventana , miro caer el agua, las personas pasan corriendo, otras trabajan ;cumplen su función, hay quien camina pensativo… y yo; si yo aquí, sin saber qué hacer, me decido, te llamo, te escucho, se siente la sangre llegando al corazón , vuelvo a respirar, mis manos tiemblan, dos minutos hablando contigo y la adrenalina por mi cuerpo al 100% llega a cada a poro y me estremece, dos minutos en los que soy eternamente feliz, solo por oír tu voz. Sigue Leyendo...
Y en llegando preguntóse a sí mesmo.
– ¿Habré llegado?
Abrierónse los sus ojos y exclamó.
– ¡Albricias!
Y en picando espuelas adentróse en el bosquecillo presuroso y pensaroso.
– Habremos de en llegar hasta donde allende los confines de la diosa Fortuna.
El es imprescindible siempre buscando una forma de revolución, su cabello negro lacio demuestra la más grande insignia de rebeldía; sus ojos esconden un gran misterio, al final de su mirada hay un tesoro y para llegar a el se tiene que caminar por el largo sendero cristalino y solemne de su inocencia su piel cubre la monótona y aburrida apariencia de la infelicidad, sus labios besan el triste recuerdo del amor, sus manos derrochan ardientes e intrépidas caricias de ilusión y por sus venas corre la sangre indeleble y melancólica agonía de una sonrisa enigmática que provoca en su ser las más tiernas y profundas lagrimas de desilusión; pero aun a si su boca suelta una embriagante y encendida risa que deja desprender las ansias infinitas de alcanzar su más preciado sueño y la ilustre expresión de su cara y de su alma al presenciar el adiós del sol despeja en mi cualquier duda que hubiese tenido al pensar que no os parece en lo mas mínimo al niño rubio, curioso y sonriente que cuido celosamente a su flor y que ahora duerme profundamente en el yerto, yerto en el cual silenciosamente ríen las estrellas y lloran los poetas. Sigue Leyendo...
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