“Fuimos hijos del camino, solitarios viajeros
aventureros y solidarios, isleños escuchando
los rezos de madrugada de una tierra sagrada, herida…”
Por aquellos tiempos, corría 1977, tenía un pato que solo comía “chocolate”, que era lo que más sobraba, les vendíamos a los pijos de la costa brava, así fumábamos gratis y sacábamos para pasar el verano. Había que tener cuidado, pues los polis te requisaban y luego vestidos de paisano, lo vendían ellos.
El viejo Alex, envió una postal de Berlín, acompañada de una carta, donde me hablaba de su camino, de la búsqueda del amor, de los días cargados de alcohol y drogas y las noches recorriendo ciudades, tocando la guitarra y sintiéndose solo y desgraciado…Le contesté una de esas noches en las que iba muy cargado, pero se que le escribí y le decía que viniera, que viniera aquí que nos lo estábamos pasando en grande.
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Hilvanando…redes
Se han ido los recuerdos ¿Por qué el olvido de algo que era mío? Detente, mira el cielo, dime qué ves…Las olas cabizbajas…si no me diera miedo hablar, hablaría…Abogo por un mundo nuevo, compro sentimientos para invertir en justicia…Busco tierra de sólida base, donde anclar existencia. Quería saltar la verja de tu jardín y tirar unas chinas al cristal de tu ventana…pero tus padres todavía no se han dormido. Hoy soñé, pero no recuerdo haber despertado ¿Será la muerte el sueño eterno, algo así como seguir soñando para siempre? Llamo a la noche que llegue, quiero dormir temprano…me siento en la losa a escuchar el frío y la lumbre me salpica…llanto, expresión húmeda del pensamiento…En el camino hallamos algo de cordura, quizá el conocimiento nos viene otorgado del mestizaje vivido por nuestras etapas de infancia, luego clama la adolescencia y la juventud, para llegar al ser adulto y por fin la vejez y la fruta madura caída de la rama al estrellarse contra el universo…¿De quién es la vida? Siglo tras siglo cruzarán todos los trenes y el hombre permanecerá bajo la lluvia, sentado, a la espera de contestaciones que no entenderá…
Julio 2010
Masticando sueños de asfalto
Calle y portal, barrios de ciénagas, soledades prenden de árboles muertos, se expanden por la avenida tragaluces, en las alcantarillas, el tiempo baja los peldaños de la escalera, anestesiada de presencia…tumba futura del pasado, adoquines y oscuridad, suburbio frío, habitación gélida. Los cómicos ya no son nómadas y las carretas ya no van por los caminos, las ferias apagan luces ¡Cuán sola la vida, qué desolado el paisaje! …Nace la edad de morir, despierto en el sueño, sentado en el abismo, tengo mis fríos…y suficientes noches…
El equipaje en el bolsillo del viento…zapatos agujereados y trasnochados dan pasos agonizantes… ¿Donde estarán las palabras que usé ayer? ¿En qué memoria fracasé…?
El mendigo recoge su carrito, galletas de coco, cartones y mantas deshilachadas y busca la siguiente esquina, para su eterna lectura de poesía existencial…
-Diciembre 2010-
Humos y misericordia.
Nebulosas estatuas mitológicas que, se juzgan, pintadas en el aire. Góndolas a contraluz, capiteles, juncos y caña, fanales de aceite…música de la Francia de finales de los cincuenta, en la Italia de los sesenta, donde nos hallamos presentes, los cielos, cenicientas tonalidades, unidos con los rojos pasión que abaten en el mar, acariciando, la plata de sus aguas…la ciudad duerme, cada cual en su mundo, escribiendo el libro de sus vidas…miras por la ventana y ves como caen las primeras gotas de lluvia, abajo, cruzando el puente, divisas los paraguas de las gentes…como en un desfile, en la pasarela de sus vivezas, corren a resguardarse. En la plaza una niña con impermeable y gorro da de comer a las palomas.
A la lumbre de la torcida…
Se desmorona la lluvia melancólica (un blues en la armónica) sobre las cicatrices, piel prieta de jornadas opacas. Escribo letras negras por encima de un fondo oscuro, fuera de relieves y márgenes ¿por qué mis luces están en penumbra? hay ojos tristes en los balcones, ojos sin vida, mirada vacía, escondida bajo el sombrero… y mis ropas sin color. Lánguidas canciones hablando de penas y susurrando desamores…Tangos (al acordeón) que son quebrantos. Inconsolable condena de silencio, lágrimas en la sombra del remordimiento más solitario…página pálida de indiferencia, pluma desgarrada…tintero vacío de inspiración (de nuevo) me siento en la austeridad más absoluta, perdido en la laguna de la catástrofe (al saxo)…vegeto viendo crecer mis raíces en tierra sin abono…y tú…al otro lado del río, escuchas mi tren alejarse… raíles que viajando paralelos, jamás se juntarán…
Mayo 2010
divaguemos ligeros, que nos lleve el viento
La lluvia crea una nebulosa en el tiempo…ya sale el tranvía y los hombres corren liándose con los paraguas, la chica descalza con la maleta de cartón llegará tarde, pero le da igual, ella disfruta del día salvaje, espíritus libres afloran en su camino, sombrero de paja con flores mojadas en el pelo, y un corto y ligero vestido de Mary Quant. Visitará la pequeña ciudad, verá la estatua violenta sobre mármol, resquebrajada por la munición de un niño-soldado, alguien da vueltas en una vespa de la segunda guerra mundial, mientras el capo gordinflón charla con el clérigo, sentados ambos, en la terraza del hotel restaurante “piadosa camorra”, toman un helado resplandeciente, apuntándote, con el cañón de su revólver en la frente…
Corrígeme, si es llanto.
Ayer anduve por tu barrio, di patadas a las piedras y latas vacías de las callejuelas estrechitas, conocí la iglesia demolida por los “rojos” en la guerra civil española, vi críos sin escuelas, esnifando pegamento en bolsas, envueltas en papel de regalo. Por entre la arena y la hierba iban y venían, bicicletas “maquis” de colores tristes, sobre el polvo húmedo de la lluvia ácida del amanecer, abuelas enfermas de Chernobil rezando a vírgenes comunistas, vestidas de generales nacionalsocialistas alemanas…en este pueblo tuyo, visité las arterias de Vietnam, Corea, Irak, Afganistán… Crecían por doquier albañiles edificando muros…éstos separaban tu mundo del mío. Las flores sesgadas en los áridos campos de internamiento marchitaban, mis recuerdos electrocutados por camisas de fuerza y fusilamientos de la razón, saludé al sol con la amputación de mi brazo ¿recuerdas las minas en el sembrado de alambre de espino?
Una voz interior
Paseé mis viejas botas por calles góticas, de excelsas catedrales románicas, de interior de oropeles rococó, y en el exterior de sus puertas la miseria limosneando… Niña no vayas descalza…hoy hay pelea de gallos…Pulsé teclas para expresar sentimientos. El mundo sigue mojado por la eterna lluvia que abatió ayer sobre las almas de los desamparados… Flores secas en el jardín…silvestres en el jarrón. Paredes pinté, tierras sembré…cruces coseché para marcar mis defunciones…En la parada del bus me encontré con el pasado.
Descansa En Paz… (Recuerdos)
Ocupa en los despoblados del ocaso, el último vagón de un tren abandonado. Ramiro Smith González, frisando el tongo de un round llamado pasaje, se acuerda de su andadura tortuosa. Sintiéndose taciturno por tantos golpes encajados, unas veces entre las cuerdas, y muchas más contra el suelo, destruido, frente a miles de miradas despiadadas. Posee los ojos del color de la experiencia, infinitas muescas de supervivencia en el semblante…Ha cruzado el puente de la vida, en innumerables ocasiones, con coraje, sin lanzarse por el abismo de la desesperación, a veces salvado por la resonancia de la sangre en el adversario, otras, la soledad le lastimó, advirtiéndole de una probable compañera que sería eterna.
Fusilamientos de la razón…
Hace años que vivo en una austera habitación de una pensión humilde. El techo cruzado por durmientes de tronco y un suelo de piedra de pizarra, junto a las paredes de yeso en declive, constituyen mi buhardilla. El buró de caoba instalado junto a la única ventana del minúsculo aposento, deja ingresar la suficiente luz natural, para permitirme garrapatear mis notas de estudio y razonamiento. Suelo mirar tras los cristales, buscando perspectivas, inspiración y letras que copiar en el cuaderno de bitácora y observo las carretas transitar sobre adoquines mojados, rechinando los ejes de las enormes ruedas, tiradas por jamelgos de otras épocas ¿Por qué recuerdo cuando no existía mi personaje, qué esconde el tiempo tan apartado de mi ciclo?
Jaculatoria… (RIP)
“…Desnudemos nuestras pieles en carne viva, pongamos sal a la llaga. Que escuezan los hálitos vacíos del conocimiento. Sepamos olvidar lo innecesario para eternizar, dejemos por el camino, pasos que no crearon huella, vidas que no fueron vividas. Zurzamos las fisuras de la reflexión, enjuiciemos a los magistrados con las leyes de la razón, durmamos templados en la ética del sueño, a falta de pesadillas amorales…inhalemos los ingredientes naturales, del caldo de la subsistencia…” Roguemos a los vientos, al cielo, al fuego, a la lluvia, a los bienaventurados astros salvajes…más nunca a los dioses creados por ignorancias, tablas de salvamento o por energúmenos mercaderes sin escrúpulos en busca de heredades ajenas.
Nadie pintó el edén
Paisaje urbano con un suave tapiz estucado, de zigzagueantes copos de nieve, el tenue y gélido viento abriga a los transeúntes que van a pie o en auto. Los vagabundos tiran de sus carritos existenciales, en ellos acarrean “su alma”, equipaje caritativo de su condición ambulante. En otra parte, no demasiado distante, los chicos dorados al sol, se bañan, sonrientes en las playas de arenas ardientes y montan sus tablas de surf…Volvemos al suburbio de la metrópoli, allí por necesidad, una niña prostituta coge la mano del anciano desahuciado… su rufián apoyado en una estatua de falso mármol. Solo es un chiquillo y ya teje la rabia y el odio hacia el mundo… precoz, morirá en su propia red, con un arma apuntando la sien del destino
Fotografías en blanco y negro de vidas sin color (Años 50’s)
Calles de brumas y hombres nítidos con bombín, alejándose del tumulto de las gentes corrientes, solitarios aquellos y escurridizos en su desesperación. Una época, que murió suicidada en el muelle de cualquier sinónimo de suburbio. Figuras escondidas en las ventanas, tras la bandera americana. Chicos del oeste encendiendo su cigarrillo, en las aceras húmedas de madrugada. Mujeres prietas abrazando bebés pálidos. Razas asomadas a los cristales del bus, observando… ¿la libertad? Vehículos con las puertas abiertas y personajes que escapan ¿hacia donde van? Sombreros y sombras, pasajes claroscuros, músicos de Soul, Blues, Jazz, Beat Generation, Kerouac y Ginsberg en la carretera. Conductores poetas en sus autos viejos, hombres orquesta y familias comiendo y mirando las apacibles aguas, la barquita anclada en la orilla de la ilusión. Monedas en la mano, limosnas, ciudades y sociedades, bares, luces, mendigos y caminantes en calles despellejadas. Y es que realmente todos residimos en la esquina de cualquier ciudad, en análoga carestía interior…
-Octubre 2010-
Guiños de Incienso (Fulgores)
Sueños bordados con hilos de seda de colores…dibujos de flores y cielos azules, casi siempre nubes blanquecinas de infancias tiernas…días del circo de los gitanos y dulces de limón…invasiones de recuerdos…tus ojos de manzanilla:
Tomabas tu infusión en aquella vieja cafetería, de ornamento modernista de chispazos de otro siglo…por la avenida vagábamos, gesticulando autómatas el uno al otro…éramos almas de río…por sus orillas ladeábamos ilusiones de candelas, encendidas en misteriosos candores de chiquillo, niños que hablaban con el tiempo, en esos terrenos verdes, que se eternizaban al finito del pueblo…donde las viviendas dejaban su aposento a la Natura, a la hierba y al ganado…
Breve Noticia
Años 60’s
Ayer, marchas pero persistentemente reapareces…ayer, resides aquí hoy de nuevo. Mi madurez y memoria cada vez más cercanas a la niñez, perciben los retratos en blanco y negro, algunas fotografías que aun conservo, me trasladan ineludiblemente a aquellos días. No se por qué se esfumó el color de mis recuerdos. Tal vez por la dictadura gris, de las calles de la ciudad, avasallada por la tiranía del desconocimiento. Corría sangre de represión y torturas…sin embargo hubo gente que no llegaron a enterarse, hombres y mujeres que llegaban de otros pueblos, con sus hatillos y maletas de cartón a cuadros, con la ilusión en sus rostros, los rezos de la noche y con sus pequeños ahorros obtenían una parcela, para construir una barraca en el somorrostro, o en las chabolas del Carmelo.
“Nuestra Realidad sin queja”
He viajado en trenes vacíos, donde el huésped era el silencio y he conocido a seres desconocidos, que andaban arrastrando sus miserias, por avenidas que solo vivían en su imaginación errática.
He visto cielos y me he preguntado si percibimos los colores tal cuales son, ya que pienso que no todo es existente…la fantasía y el error deterioran parte de “esa realidad nuestra”
¿Quién gobierna a los gobernantes?
¿Qué nos maneja constantemente?
Somos esclavos ignorantes, y tercos conformistas, sumisos y cobardes…
“Nuestra Realidad sin queja”
He viajado en trenes vacíos, donde el huésped era el silencio y he conocido a seres desconocidos, que andaban arrastrando sus miserias, por avenidas que solo vivían en su imaginación errática.
He visto cielos y me he preguntado si percibimos los colores tal cuales son, ya que pienso que no todo es existente…la fantasía y el error deterioran parte de “esa realidad nuestra”
¿Quién gobierna a los gobernantes?
¿Qué nos maneja constantemente?
Perplejo equipaje derrochado de tiempo (o las últimas pulsaciones de un minuto)
Crepúsculo oscuro en la playa. La arena apagó las llamas a la alborada.
Un coro de Voces africanas, desgarradas, astillan el alma ya rota por el desgaste de las edades. Jazz, Blues, Soul, rithm & Blues, gospel, reflejado por Ed en sus fotografías más negras y atemporales de una época, que murió suicidada en el muelle de cualquier sinónimo de ciudad. Esquelas flotando en aguas amortajadas, de pútridos oleajes que huirán Mar adentro hasta hallar el recogimiento eterno.
Acompañan a esta queja, la sirena del viento y el sollozo del saxo plateado, que investiga brillando, entre la luz extraviada, su antepasado.
Las espinas de la memoria sangran labios purpúreos.
Yakov
Yakov solía comer todos los martes, poco más o menos, indisolublemente en el multirracial Je T’Aime, café modernista de hipotético choque sociocultural con titulo de ostentosa realeza, sí, Yakov era un arquetipo forzosamente mediático y coercitivo…fácil de relegar, de estrías grotescas y amanerado…escapado de la viñeta de un cómic macabro, designando vacante la plana ambarina del esbozo, evadiendo el esferográfico de los aciagos designios del guionista y proyectante, calculadores del diseño comercial sin entelequia…no, Yakov no estaba dispuesto a que expiraran su caricatura a un insustancial magazín de exposición.
extracto (El reflejo de los sueños en lunas rotas)
¡Padre, que haces tú aquí!, le espetó con dureza.
Eh, amigo, déjeme en paz. Yo a usted no lo conozco, lárguese y no me sermonee, coño, todo el mundo se cree con derecho a meterse en mi vida. ¿Sabe lo que le digo?, que se vaya a la…, ya no se oyó más, el indigente se mezcló con las notas de piano que sonaban ahora, justo cuando las campanas marcaban las horas de los difuntos. Allegro, minueto, presto. No pasaba ningún vehículo, espera, sí, por ahí viene uno. Corrió por el desierto con los brazos levantados, señalizando para que se detuviera. Pudo ver con absoluta nitidez al conductor, ¡era Andy!, pero él era Edgar.
Dos disparos sonaron, dos impactos al corazón. El coche le golpeó haciéndole saltar por los aires, desde el alto trampolín se zambulló en las aguas refrescantes de la piscina del hotel Caribeño, estaba en su punto…
Joe Volado
Emisoras de radio, estamos trasmitiendo…cadenas de televisión sincronizamos el miedo en riguroso directo. El caos desvaría…hoy no hay colegio, la situación es desesperada…las adolescencias observan apoyadas en el muro.
Veinte litros de agua bendita por metro cuadrado, tomad y bebed…
A veces huir es el lugar de donde vienes. Joe Volado alunizó en un pretérito indefinido, llegó sin tripulación, sin nave…sin credenciales…desconociendo la ruta, la velocidad y el tiempo transcurridos. Transita solo la física…la duda atraviesa sus pensamientos, ¿no hay tierra en este planeta?. Un hombre acaba de germinar en la llanura del desconcierto, no sabe donde buscar raíces y la adicción al alcohol le está ahogando en el quebrado cenagal del ausentismo.
SOY UN NIÑO
En esta época soy niño, camino por el borde de la acera. Soy un crío y tengo un conejo de indias que me sigue a todas partes, cuando me paro se sienta en mi pie de madera. En el barrio me llaman el chico del cobaya…pero además poseo una tortuga y dos periquitos, uno amarillo y verde y el otro con varios tonos de azul. Algunas veces compramos peces en las ramblas, pero se nos mueren muy pronto.
Con chema, el miércoles recogimos cartones y la fortuna que conseguimos nos alcanzó para pagar dos billetes y entrar en el metro. Qué bien lo pasamos caminando por los andenes, subiendo a los vagones, bajando en cada estación…recorrimos varias veces el mismo trayecto…
IMPRESIONES PICTÓRICAS
A veces caminaba por la gran ciudad adquiriendo matices que quise retratar, por pueblos de montaña o de mar. Claro que no residí en todos los lugares, no fui a las guerras de Vietnam o Irak, no pude fotografiar la hambruna en la India o África negra ni la corrupción de los dirigentes en los países sureños aunque ésta se conozca en cualquier distrito. No viví tornados ni huracanes en Centroamérica, inundaciones en china o Japón, no recorrí los éxodos de los sintecho, de los desheredados de la tierra ni anduve por los campamentos de refugiados o los campos de concentración nazi…más siempre se huele en el ambiente la hipocresía y la miseria interior de los que nos mal llamamos humanos civilizados.
La Tribu
Permaneceré en solitario, y aprenderé a escuchar al amigo de la noche de ayer, que me relató la historia de las lluvias, que acontecieron sobre espíritus mojados por las aguas de la dársena.
Un día muy, muy lejano, en una tribu humilde…allá donde crecían las raíces, la naturaleza reposaba, el cultivo de la vida y los sueños era apacible. Llegó el hombre blanco con su letal profecía, prometiendo oropeles y dorados. Regalando metales bañados de dolor, confusión y asesinato y fundó presencias de ausencia en la tierra indígena.
Vírgenes en los mercados de placeres donde se venden armas, niñas y alcohol a la ignorancia, selvas que llegaron a la ciudad.
SOS…Aquí Tierra enferma.
¿No sería más inteligente evolucionar humanamente…?
Destinar nuestro tiempo y economía a que ningún niño quede hambriento. A dar educación, cultura, medicinas y justicia a los pueblos que hoy se hallan bajo el peso de la corrupción…buscar medios para acabar con la marginación en los guetos.
Que la tecnología sirva para ayudar, no para destruir y condenar libertades.
Que los poderosos den prioridad al cambio climático, a erradicar las miserias, a legalizar la droga y la prostitución para que no haya quién se beneficie y poder controlar y dar asistencia social y médica.
A desmantelar las armas…porque esto querrá decir que no existen guerras.
Tendríamos que empezar de cero, difícil situación movilizarnos para una nueva era…pero la propuesta queda arraigada en el aire… ¿resulta del todo imposible…?
-Febrero 2009-
La Tribu
Permaneceré en solitario, y aprenderé a escuchar al amigo de la noche de ayer, que me relató la historia de las lluvias, que acontecieron sobre espíritus mojados por las aguas de la dársena.
Un día muy, muy lejano, en una tribu humilde…allá donde crecían las raíces, la naturaleza reposaba, el cultivo de la vida y los sueños era apacible. Llegó el hombre blanco con su letal profecía, prometiendo oropeles y dorados. Regalando metales bañados de dolor, confusión y asesinato y fundó presencias de ausencia en la tierra indígena.
Vírgenes en los mercados de placeres donde se venden armas, niñas y alcohol a la ignorancia, selvas que llegaron a la ciudad.
Qué extraño olvido.
A veces soy un grano de arena en la orilla de cualquier playa, otras un toque de sal que se diluye en el agua y siempre, siempre, circulo involucrado entre horizonte, tierra, cielo y Mar.
vida… nuevo día, pupila emotiva. Letras sin duplicación… nunca me gustaron los estribillos. Dame aprendizaje y asimilación de tu sereno y coherente conocimiento, enséñame las pautas del camino inteligente, el estudio personal de la sensibilidad…corre, corre, el tiempo teclea las etapas enmohecidas en rincón oscurecido, conducto de la transición adolescente…Ilusión, mantenme infante, para comulgar con los juegos alejados de la rutina y el desbordamiento de mañana, sí, pues a la madrugada ya no recordaré nada…me descubriré sumergido en el subconsciente cerebral de la inconsciencia adulta…¡qué extraña y penosa negligencia!
IMAGINACIÓN ATRAPADA (XIV)
Se abrazaron con tenacidad, con fuerza.
-Nadie podría separar este momento. La suave brisa refrescaba el encendido encuentro. Las palabras acompañadas de gestos se abalanzaban por sus bocas, chocando con el aliento humeante del frío. La respiración nerviosa, agitada, transmitía a golpes el fuego indestructible e intenso de su amistad; Como el humillo de un sabroso pastel envolviendo la cocina, restregándose por las paredes, flotando por el pasillo, llenando el comedor, entrando en una habitación, perfumando otra, escurriéndose por debajo de las puertas, renqueando en las escaleras, escapando a través de las ventanas, zigzagueando entre los árboles, dulcificando el paisaje.
Así se llenaron sus almas.
En Las Ramblas de Barcelona
Había quedado con mi suerte en el Zurich, pero ésta no se presentó, así que me acerqué a ver la actuación de soledad y no encontré localidades. Aquí el silencio fragmentó sus notas y se alejó en dirección opuesta
Bebí en la fuente de Canaletas, frente al eterno bar Nuria, donde un transistor dejaba oír “victima del silencio” del grupo Burning – qué casualidad más fatídica pensé.
Bajé zigzagueando por las ramblas como animal acorralado, huyendo de la manada aglutinada. Las estatuas grotescas y humanas, me saludaban sonrientes.
Nativos y turistas festejaban alborotados, algún triunfo deportivo.
Cual torre de babel, ¿Cuántas lenguas taconeaban mis sienes? La jauría aullaba acribillando el pánico, convertido en masa verbal.