No tengo dinero, ni soy un esclavo de tu condición.
No tengo mechero, no tengo cigarro, ni puedo parar en una estación.
No soy delincuente, ni soy mensajero, no tengo futuro en tu extroversión.
No soy papeleta, con número exacto en tu maletón.
¿Quieres que hable de ti y de tu historia?
¿Quieres que sepan como comenzó esta historia de victoria
y dolor en donde el ayer pareció tu enemigo y el hoy tu aliado?
¿Quieres que hablen otros de lo que vieron y escucharon al estar contigo
o prefieres el silencio como respuesta ante montones de palabras ajenas
a ese mundo del que viniste?
Si la noche fuesen cristales rotos, hallaría tu nítida imagen hasta en el sin fin del espacio.
Y descalzo por el silencio, mi alma te buscaría y el olor de esta piel mía, hallaría en ti criatura pendiente
Que hasta en este mundo loco yo seguiría amándote.
Si la noche fuesen soldados, el firme se rompería por la quiebra de no tenerte.
Contaba la historia de un viejo amigo, de aquellas montañas, allá donde nació, que una mañana tras días de guerra, hasta el mismo sol , enemigo de la oscuridad, trajo bajo su piel el fuego de la vida.
Contaban relatos del ayer, que tras los viejos escombros, manos alzadas sostenían el aliento para el desamparado..
Y un día, escuchando a ese viejo y gran amigo, me pregunte:
¿Por qué no vieron amor allá donde el hombre lo pidió?.
Hablé al ladrón del infortunio para decirle que ya no…que ya no estás tu. Hablé a la risa y la pedí que te buscara, que al llegar te acompañase por siempre.
Y los fuegos me hablaron a mi del calor de mi pasión, esta pasión que con los días me acerca más a ti y a nuestro amor.
Grité a los infiernos, llevé la paz al cielo de tu calma y sonaron los aullidos de los lobos en la noche viva y encendida por la luna.
Andar a la velocidad de las gotas cayendo en limpios charcos.
Un vestido blanco que medio cubre mi cuerpo y un paisaje puro y húmedo.
Pies descalzos sin mancha alguna caminando sobre tierra fresca.
Un sol medio escondido en una luz medio azul, medio blanca y medio gris.
El frío rozando mis brazos y acariciando mis pies.
Y mis cabellos aun más largos que este volando hacia delante y hacia detrás como brazos de Dioses indicando el camino.
Un árbol puede tener muy diversas formas pero siempre lo dibujamos tal y como nuestros ojos lo ven ( en la mayoría de los casos).
Siempre lo dibujamos con su respectivo tronco, sus ramas y hojas y el color (a veces) apropiado a su estación. Pero esta mañana al clavar nuevamente mi mirada en uno de ellos pensé: Está claro que yo no puedo cambiar el mundo mas sin embargo si puedo cambiar su aspecto en mi cuadro visual.
Entonces aquel árbol empezó a cobrar formas insospechadas, formas totalmente irreales para la razón y totalmente posibles en nuestro mundo imaginativo.
Hoy pensé en el misterio de estar vivo como resulta de un ciclo natural. Pensé… uno más caminando entre muchos más. Es curioso decir que hay un tik tak en mi mente que va marcando este largo y lento aprendizaje. Es curioso centrarse en uno mismo y decir… si, siento en mi piel mi propia vida y esta soy yo. Entonces un cúmulo de energía empieza a recorrer tu cuerpo en busca de un nuevo saber.
Claro que tengo tacto y siento la mesa cuando la toco al igual que siento el agua fría en mi boca pero… ¿ Se siente igual al tocar, al beber si te paras con detenimiento?. Quizás esto también forme parte de la reflexión humana.
¿Cuantas percepciones se escapan mudas del interés o cuantos momentos breves son meras trivialidades cuando el tiempo se pasa corriendo?.
Hablar de amor bajo la sumisa voz
y la débil fragancia de suaves manos.
Hablar de amor y de amores bajo
el tranquilo aire.
Hablar de la perdida fuerza cuando este
nos inunda y nos lleva hasta él.
Egoísta amor, egoísta estela de papel
cuando hablo de amor.
En verdad te escucho, y te digo que
soy sombra oculta entre sombras de
tus pasos amor… tus pasos que hoy
sigo y que hoy ofrezco sin más…
No sé contar nada con mi voz ni hacerte soñar en tardes de invierno. Mis sueños son tímidos y se esconden bajo la alfombra caliente. No sé decir con tinta nada, ni resbalar entre caprichos dulces. No puedo ser mas que silencio, silencio de la nada callada.
Oigo tus palabras en mi tiempo, vuelvo a ellas y las pregunto de donde salieron y si escucharon cantar también a mi voz pero me digo… imposible pues callé.
Abro tu puerta tímida, y tampoco me encuentro al otro lado. Abro la ventana y busco entre flores y ríos pero… allá tampoco marché.
En cada despertar hay una carta abierta y otra cerrada aun por leer que posiblemente hable de cómo llegar a ti. Una idea única y atrevida con la duda como bandera.
El papel está mojado por el esfuerzo de llegar hasta mis manos y por la tormenta de aquella noche en la que juré no volver a hablar de amor. Todo está escrito en una cálida esperanza que alguien echó en mi buzón.
Hace frío amor, dime como andar, dime si me buscarás y si al llegar me llevarás contigo amor.
Entró al vagón tímida como una niña y con su rostro envejecido regalando una sonrisa dulce al extraño que ni la ve pasar con su bolso pegado al pecho para ocultar lo poco que lleva tras una larga vida por contar.
¿Por qué los niños envejecen?…los niños corren, juegan e imaginan el futuro pero también terminan y llegan cansados al vagón del tren…
Mujer,Mujer que lloras y temes, que pides perdón sin saber porqué.
Mujer de dos… de Dios y de el. Que buscas la suerte en las gotas de luz.
A ti mujer que sufres manos como rocas y puños como flechas al corazón.
Mujer, vete así sin más y ayudanos a salir de la incomprensión y que el miedo termine por entender que tu vida entera el no merece…. ni sus castigos de desamor.
Y el hombre escuchó a la luna de cantares blancos como su piel y de brillos fugaces bailando en alta mar.
Y la luna que sabe ver viéndole parado le hizo mover con aletas de pez nadando como la luz.
El hombre la buscó bajo cielo de estrellas y dejando su esfuerzo en ello miró hacia arriba y dijo: a ti mujer.
Es la primera gota en caer en mi pelo, la primera sonrisa de un rostro cargado de placer y de vida. Como siempre quise y por lo tanto que te quiero.
En la eternidad veré tu imagen tan nítida como el azul infinito y como los rayos del veredicto final.
Estarás sentado con el puño cerrado y en poder de mi suerte. Cuando se dicte mi final comenzaré mis días en la cumbre del amor.
En la mañana el látigo del sol levantaba nuestras cabezas para despernarnos nuevamente en un paraíso natural.
De entre las montañas surcaban aves venidas de otros mundos para mostrarnos su color, y nuestros ojos inocentes sin saber a veces lo que veían, se cargaban de risas amables ante semejante visión.
El mundo es mundo allá donde tus pies lleguen y el sol quema desde lo alto con sus brazos estirados ante la vida.