Un libro abierto es un cerebro que habla.
Cerrado, un amigo que espera,
Olvidado, un alma que perdona.
Destruido un corazón que llora…
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intercambio cultural
…y la luna
…y la luna.
Desnuda, como un pez, sin más ropa que su piel oscura…y menuda, como para tener media cáscara de nuez por cuna;
en la otra media guarda toda su fortuna, la teta seca que mama,… y la luna y esa mirada limpia, que me sonroja, cuando pregunta ¿quien y porqué me roba?
©Isidro Martínez Palazón. Diciembre 2005
Es una cancion, si pegas el enlace en tu navegador, podrás escucharla…
Sancho o Chaíta (humor)
Sancho es un esperpéntico ser humano al que se le había metido en la “chinostra” ser “referee” o “cucaracha” (perdón por lo de “cucaracha” pero estoy hablando de tiempos antiguos, de cuando se decía tal palabra sin ninguna clase de pudor)… o sea, que deseaba ser árbitro del balompie también llamado fútbol, futebol, “furgol” y hasta doce monos contra doce humanos (jejejeje, esto ésto último es una broma).
Bueno, pues a lo que íbamos, que al toro hay que cogerles por los cuernos (con perdón de la palabra) antes de que te empitonen por el trasero (de nuevo perdón por la palabra) y ya que vamos de perdón a perdón ¿por qué no pedir perdón al patético Sancho llamándole Chaíta?)
Aquí te estoy esperando y Aquí te esperaré
Espejismo.
En una habitación habita un gran espejo. Nadie sabe a ciencia cierta si el espejo vive en esa habitación, o la habitación aparece en el espejo. Ivonne tampoco lo sabe. Pero cada vez que lo admira, con su marco dorada plagado de pequeñas figuras y su reflejo en el espejo, sonríe. “¡Que bonito, exclama, y que antiguo debe ser!”.
Tan antiguo, querida Ivonne…, que no alcanzan la memoria de tus abuelos a recordarlo. Tan antiguo, que el mundo era nuevo, y no había aun despertado su equilibrio natural, por el cual la vida se torcería como un péndulo de reloj a través tel tiempo, dando espacio a las fuerzas contrarias para convivir entre sí. Cuan antiguo debía de0ser, quu no había palabra alguna para definir, por ejemplo, a la tristeza y a su compañera, la alegría; y en un gran torbellino0indescivrable se mezclaban como0en un gran océano fulgoroso.
El Amor, invencible
Sin Inspiración
Me gustan tus cinco sentidos.
Siempre Pensaré en Ti
Me enseñaste
Soñando tu amor
Quiero ser
errante
LA SENCILLEZ DE LA VIDA.
La ULtimA VeZ
Tumbada en la cama de su habitación escribiendo en un cuaderno mensajes inconclusos de atrás hacia adelante como siempre, con el mismo dolor oprimiendo su pecho, el ardor en el estómago, los pensamientos, los recuerdos, las imágenes en su cabeza… de pronto un ahogado sentimiento en el fondo regresa con paso lento pero desgarrándole el alma, sus manos se adormecen, posa la mirada perdida en aquel instrumento que como siempre acaba con ese indescriptible sentir, como la ultima vez, abre el cajón coge un pequeño frasco de perfume desliza sus dedos temblorosos por el contorno, resbalan lagrimas amargas por las mejillas que le recuerdan las veces que fue abofeteada por la vida, lagrimas que parecen salirle del alma impidiéndole respirar, con las pocas fuerzas por seguir arroja al suelo su salvación, este soltando un agudo sonido que a ella le grita libertad, recoge el pedazo de vidrio con el tamaño y filo suficiente,
Dos breves poemas
Mi primera aportación en esta magnífica página. A ver si esto me anima a escribir más. Dos breves poemas.
Andrómeda es el tiempo
de una gota de lluvia
Es la imagen de un cuento
De una aldea abandonada
de sombras, de rehenes
de vacíos y de espectros
El olor de una nube
El sollozo del viento
El soplo de unos labios
El suspiro de un niño
Andrómeda es el tiempo
de una gota de lluvia
del lago de mi vida.
———
Rómpeme el susurro del viento,
del mercado sombrío,
de la azotea a un abismo blanco
del margen de un río gélido
con el cristal rosa de tu cuerpo
Mi extraño ser
Hay un sonido que encanta tu oido ese muy escaso alineto que repito a cada instante cuando tu existencia esta ahi,tu sola conmigo y toco como toco al cielo tu dulce calor que te consume de mi,veo tus hermosos ojos y no se que son, si mi reflejo o tu ser que me ama,como el mio muere frente a ti y te oigo decir Te Amo.
Alma de mi
Sol de media luna
Todo y Nada
Nada mas parecido que eso que es el amor tuve ayer ya pasado pero aun sigo estando de pie sin ti,la vida corre continuamente y no parare por un torpe suceso dedicare mi tiempo al mundo ya que mas da si estas o no pero aquello que tu alguna ves amaste y has dejado por tu torpesa se volvera contra ti y aun peor te odiare con todo mi ser, cada fibra de mi con esa furia que inspiran mis ancestros, si logras sobrevivir y dejar tu torpesas para pasar a crecer estare entonces ahi de nuevo perplejo de ti…AMANDOTE.
Gummo: el anhelo de muerte.
En la manera en la que una nación se representa a la muerte se puede conocer la esencia de su comunión social, y en el retrato de su juventud es posible advertir la trayectoria posible de su porvenir.
Por eso la película Gummo del controvertido cineasta Harmony Korine, se constituye como una fábula estremecedora de la condición de la juventud estadounidense, misma que además, se proyecta como modelo y prototipo para las de todo el orbe.
Korine expone en su relato la situación de una pequeña ciudad oculta en lo más profundo de Ohio, que habiendo sido devastada por un tornado— metáfora de la desvalorización del mundo actual— se transforma en el ámbito surrealista de un grupo de adolescentes envilecidos y ahogados de hastío, que en sus deambuleos por este rincón aislado de la Norteamérica profunda, se relacionan con los integrantes de esta comunidad rebosante de corrupción, ignorancia y descomposición moral.
Ofelia, las flores, el arroyo…
Ofelia y Polonio
Condenada a asumir el compromiso de integridad moral de la madre ausente, Ofelia padeció el abrazo extenuante de las preocupaciones de un padre interesado en la cabal realización de las oportunidades de prosperidad que le proporcionaría la buena crianza de su bella hija. ¿Hasta que punto Ofelia esperaba de Polonio el mismo interés puesto en su condición de prenda a negociar, pero manifestado ahora en un sincero acercamiento amoroso y profundo con sus juveniles inquietudes y anhelos? No lo sabemos, sólo la diferencia entre el final del padre y el de la hija podría darnos alguna referencia acerca de la respuesta a esta interrogante.
Kirilov el suicida
Personaje tan caro a intelectuales de calibre de Emil Cioran o Albet Camus, el ingeniero Alexis Kirilov, uno de los protagonistas de la extraordinaria novela de Dostoyevsky, Demonios, nos comunica una paradoja de carácter vital para entender a plenitud la encrucijada del hombre ante su mortalidad.
Según la trama de la obra, un grupo de jóvenes subversivos planea efectuar un asesinato de tipo político, con el fin de provocar caos y derrocar al gobierno zarista de entonces.
Cada uno de los integrantes de este complot tiene un ideal de nihilismo particular, aunque todos parten de la premisa: “Dios a muerto, todo está permitido”.
La muerte y la piedad
Juventud, belleza y muerte se conjugaron en un acontecimiento doloroso y singular que si se observa bajo cierta perspectiva, proporciona valiosas claves para comprender la actitud del ser humano ante lo que lo trasciende.
En 1972 un joven de casi 33 años irrumpió en la Basílica de San Pedro en Roma y armado de un pesado martillo atentó en contra del grupo escultórico conocido como la Piedad , obra de Miguel Ángel.
El perturbado golpeó la obra renacentista hasta el punto de cercenarle un brazo y devastarle el rostro a la representación de María. Hasta ese momento pudo ser sometido por los elementos de seguridad del lugar.
Improvisación
K baja por la escalera. No sabe a ciencia cierta a que planta del edificio tiene que acudir. La hora de su cita se aproxima. Junto a él hay varias personas que luchan por descender por el estrecho pasillo. Pugnan por adelantarse unos a otros y ganar un peldaño más. Como no tiene una referencia clara del número de planta, en donde tiene que presentarse, se guía por el número de personas que salen de la escalera para ingresar a cada uno de los pisos del viejo edificio. K conjetura, que el que le corresponde, es en donde más personas descenderán. Pero hasta el momento esto no ha sucedido. La bajada se va volviendo ya muy larga. K ni siquiera recuerda ya como ha podido ascender tanto.
Cinco variaciones
Trepé al castaño y observé sin pestañear: en un hueco del tronco, algo se movía, me miraba. Reconocí mi propio rostro, oculto. Abrió la boca. Me deslicé por ese conducto de humedad y ecos. Caí en un extraño páramo de arbustos torcidos. Caminé; lo dúctil de suelo me desagrado: era piel humana, el horizonte entero. Corrí hacía los arbustos. En cada uno, descubrí deformada, mi propia persona. Y en la luna, mi faz, inmensa, grotesca, espiándome. Un viento furioso: mi voz en alaridos. La luna acercó sus fauces a la tierra. Todo se estremeció, en atroz agonía.
El Jardín de Las Delicias
Paraíso
…entonces Fra Angélico por fin dio por término a su obra última, y fue a su lecho en busca de gran reposo. Luego, se le apareció un Ángel radiante que le anunció: “Por el merito de la delicada belleza sin igual, de tus composiciones, Aquel que todo lo puede te concede la opción ahora, de ayudarle a crear el Paraíso mismo, con el uso de tu arte excelso”. Fra Angélico aceptó: y tras esto, los acontecimientos todos de su vida volvieron a darse; cada pequeño suceso, cada gran triunfo. Los retablos, frescos y temples maravillosos de su inspiración fueron apareciendo y dándole hermosura al mundo de los hombres. Hasta que ya anciano, ya más que maestro, se decidió a efectuar una postrera creación: y la hace…entonces Fra Angélico por fin dio por término a su obra última, y fue a su lecho en busca de gran reposo.
Tríptico
Sin título
Sabía que te hallabas en ese bosque de figuras vacías, que se desplazaban sin sentido alguno, por los espacios vastos de aquél piso cubierto de espinas metálicas. Bajo la luz artificial permanente, de las bóvedas inmensas, aprendí a identificar cada gesto incipiente de dolor, de esos maniquíes, apenas expresivos. Así reconocí los tuyos propios. Una ocasión que el azar, en tales mudas corrientes de siluetas, te trajo a mi cercanía, intenté hablarte, pero justo en eso, las púas del suelo laceraron mis pies descalzos. Cuando me recuperé por fin, la configuración de las blancas siluetas era otra de nuevo. Y en aquella dimensión clausurada, ya nunca pude volver a hallarte. Y luego, no mucho después, yo mismo me extravié.