De pensamiento infantil,
corazon de azucar,
chocolate
y aroma a picante.
Una Alicia en busca de su
pais de las maravillas,
y una Cenicienta en busca
de su zapato.
Tengo amig@s que me quieren…aunque no sé si les dije lo mucho que les quiero y les necesito en este momento.
Tengo ilusiones y proyectos que de momento(nunca)verán la luz.
Tengo el alma hibernada en el fondo oscuro de ninguna parte…allí donde el dolor no osa ni asomarse;no me preguntes cómo lo hice…aún no sé como pude conseguirlo.
Tengo partes de mí que aún se permiten el lujo de recordar(tienen vida propia)…y al hacerlo vuelven a convulsionar de placer.
Si te dejo y no vuelves a verme más,
no preguntes porqué me fuí ni donde estoy.
No me busques.
Cierra los ojos,
que habré dejado una sonrisa en tus labios,
una caricia en tu cuerpo y un soplo de aire, calido, en tu alma.
No me busques,
que sólo encontrarías,lágrimas de sangre,
marcando el camino que dió paso a mi existencia.
Ya no se dormir sin un buenas noches,
sin el deseo de dulces sueños,
sin sus palabras vibrando junto a mi almohada.
La noche se hace eterna,
con su oscuridad insomne.
Mil sonidos llegan a mis oídos,
menos el suyo.
Y me siento sola, triste,
vagando entre lágrimas y angustia.
Dónde está? No ve que estoy perdida?
Mi mano está vacía esta noche, no se como llenar mi alma.
La ciudad está enjaulada en una niebla de espejos.
En nuestros ojos rebotan las imágenes reflejadas.
Es un universo confuso de sombras coloreadas,
una playa donde rompe el infinito en una cadena de olas.
Quisiera verte en cada gota de esa nube.
Mínimas partículas líquidas con las que me mojo.
Te percibo por la piel, como un anfibio,
respirando a través de los poros.
Persigo y desencuentro, desespero.
Envuelvo mis verdades en hojas de cebolla,
me descentro.
Me canso y me revuelvo,
Y ando por la calle
Muriendo con los muertos
O vuelo en un poema.
A veces sorda y muda,
Viviendo en una jaula de paredes estrechas,
Otras veces pletórica.
Perfumo las palabras de carne y azabache,
De gritos de esperanza, de malaquita y malva.
Como una mujer a solas
esperando la venganza del poema,
no le teme al sol de agosto.
Impiedad a los impíos
amor a los amados
y los azotes sólo la liberan
de su propio pasado.
Letras que bailan y se posan
trastornan un marco que oscurece al cuadro.
alguien vive, alguien goza, alguien tose,
en medio del fuego que entontece
a la ciudad en verano.
Deja pegado una nota al refrigerador
diciendo que te marchas,
no te enredes en explicaciones
ni promesas de que quedamos como amigos
y que te puedo hablar cuando quiera,
Aunque el corazón se me parta en pedacitos
y al leer tus palabras
pueda aun percibir restos de tu aroma,
ten la amabilidad de hacerlo,
así en la noche podré cerrar con cerrojo
al saber que no regresaras,
puede que después
ya no me interese que estés aquí
Cuando nos hayamos ido,
quebrados ante la determinación de lo inevitable
y giremos por esa esquina
por la que no será la primera vez que giremos,
pero que aun y así nos parezca la primera,
la única,
la peor,
la más dolorosa,
entonces nos daremos cuenta de que
aquellos pensamientos insoportables
que se hacían soportables por el mero hecho de saberlos lejanos
y ser un simple ejercicio de masoquismo conjunto entre ruegos y risas,
Quizá sólo unas veinticinco mil veces estés en la cama
queriendo alcanzar el mismo sueño obsesivo
con la sensación de haber encontrado el infierno
en cada cosa que haces y repites día con día.
Quizá sólo sean las ganas de pedir que tiren la toalla por ti
sin que a nadie le interese un poco lo que te pasa
cuando lo que pasa es que se acerca la lona
que reclama tu cuerpo ya inconsciente.
Se supone que debo decir algo trascendente,
algo de suma importancia…
alguna imagen inmortal.
Debo recrear el paraiso
o subir los hielos del infierno…
se supone que la estética de mi creación
debe emular todos los universales platónicos.
Pero, ¿cuál es mi mensaje?
He aquí uno:
Al salir de tu casa
ata bien los cordones de tus zapatos,
no vaya a ser que tropieces
y resultes destrozado por algún vehículo.
Diles a las mujeres que escribes poesía
sin agregar el género,
lo importante es la palabra: P-O-E-S-Í-A,
trae consigo una especie de sentimiento implícito
igual al sueño imposible
de algún día cubrir una cama con pétalos de rosas,
háblales de cosas de amor y un poco en francés;
pensarán que eres sentimental,
sensible,
dirán: allí va el poeta;
Yo, antes de conocerlo, me creía viviendo,
hasta que llegué a decirle a mi madre que era feliz
y para él, todo lo mío era insuficiente.
Un día me llegó a decir a decir, si lo amaba,
que si gozaba con sus cosas, debía decírselo.
Una tarde, en el colmo de la crueldad,
me reprochó que nunca, nunca,
le había dedicado un poema.
Yo, esa tarde, lloré con desesperación
pero él estaba ensayando la crueldad
y me dijo.
Llorar, siempre has llorado para mí
pero nunca me dedicaste un poema…
Estoy buscando lo que tú ya encontraste…
que inunden tu mar seco mis lágrimas,
apagar el sol imposible,
secar la mar imposible,
que los peces vuelen por siempre
por los cielos imposible,
que las aves vivan para siempre
sumergidas en el mar imposible,
que no haya guerras imposible,
QUE ME AMES TÚ ¿IMPOSIBLE?
Rechazo lo inconstante, lo incorpóreo,
lo sensible y lo anacrónico;
aun así sería virtud ser azul,
soler tomar el vino entre tus pechos,
reconformar la bahía de tus muslos,
bañarme entre la mata oscura de tu vello,
ausentarme de las olas salobres de tu cuello;
y redimirme entre ti
y entre el inopinado ego de tu axila.
Un no poder estar sin tí
monta guardia día y noche,
crece vertiginosamente
por encima de todos mis conflictos
(ambivalencias brutales que me acongojan)
Un no poder estar sin tí
revienta en mil pedazos mi estructura,
crece ineludiblemente
más allá de todas mis verdades
(que queman y que marcan sin ser vistas).
Los fantasmas de la noche me visitan
y todas las paranoias tocan a mi puerta,
los gemidos del silencio me preguntan
qué hay más allá de la segunda luna.
Mi lengua pastosa sólo emite lamentos
mientras los perros a lo lejos aúllan.
¿Estoy loca?, ¿estoy sola?, me pregunto,
mientras salen gritando mis piernas.
Mi hermosa estatua…Tu última mirada
fue un rostro expresando aquel blanco cielo
del olvido, y la última flor plateada
se agostó en el sentido de tu anhelo.
Un paisaje níveo, aquellos colores
que celebrábamos, el blanco extraño
de nuestras miradas, aquellas flores
plateadas…¡Oh blancas risas de antaño!
Hoy la larga espera toca a mi puerta
y la nostalgia brota de mi piel,
tu fantasma le hace el amor a mis recuerdos
mientras tu aliento deja un espacio vacío entre mis labios.
Hoy el viento frío golpea mi rostro
lanzando palabras gastadas a mi cuerpo,
gastadas de tanto verse, gastadas de tanto irse,
de escucharse, de leerse, gastadas de vivir,
gastadas de esperar; tan gastadas que a la larga
se vuelven irremediablemente silencios.
Sabía que vendrías sola
frente a frente
sin tapujos ni corbatas,
sabía que vendrías fuerte, muerte,
no por el último beso, esta vez
a charlar solamente.
Te estaba esperando,
escudriñando
palabras verdaderas
para estar a tu altura,
aún, como tantas veces
quedé muda, muerte,
en tu presencia,
ensimismada en tu color,
hundida en tus ojos
tristes, quietos, negros,
querida compañera
y ahí, en ese vacío imperceptible,
insoportable,
me confesaste tu único fracaso:
-La palabra escrita
siempre,
me ganó la partida-.