Hay balcones llenos de geranios enlatados.
Bicicletas atadas a los barrotes.
Poetas silenciados por miedo a no ser normales
y animales desatados en los portales.
Perros con sus dueños cantando villancicos.
Un burro en la parroquia que canta del revés.
Todo cambia por decreto y el turrón está barato,
es mejor pasar un rato al derecho y no al revés.
¡Oh blanca Navidad, con selvas incineradas!
Señorones barriga con el movil de oro y plata
jugando a la baraja de los ganadores de cualquier fecha.
Todas las entradas de: Frutodelanada
Un lugar de ambiente
Era demasiado increible que la palabra maricón pasara a ser un apelativo cariñoso, con sentido y consensuado. Le había dado un puntazo aquella mañana. Estaba cansado de estar alerta en el metro, de fijarse en los paquetes de sus compañeros de clase, de jugar a ser el silencio eterno, para evitar sospechas. La idea estaba clara: ver de cerca ese mundo en el que se movían los chicos como él y abrir lo ojos a una realidad desconocida. Estaba nervioso. Abrió con miedo la puerta de la sauna y bajo las empinadas escaleras. Tocó un timbre y se sintió como el preso de la peli al que dejar salir a pasear. Pagó la entreda. Con una llave y un número localizo su taquilla y comenzó a desnudarse. Había personas a su alrededor. Unos miraban, otros se acercaban con disimulo y él…no levantaba los ojos del suelo.
Las calles llenas de gente
Salgo de ver Matrix. Supongo que no he sentido mucho más que nada. Una mezcla de amor y futurismo. Lo que veo supera a Matrix. es la realidad de los renos llenos de bombillitas y el frío que te deja las orejas coloradas. Un amigo me pide un cigarro. Fumamos todavía con una cierta libertad, hasta que dentro de poco la guerrilla urbana nos ponga contra la pared por echar humo. La sociedad bordea los límetes de la estupidez desde hace siglos. Me tomo un café solo y sin azúcar. Me dejan un periódico atrasado y aparece una foto del papa colocándose un gorro de picoleto. Supera a Matrix y a superman, y al hombre araña y a cualquier posibilidad de ser coherente. Voy a mear al vater. siguen con la misma idea de alarmar al personal con la arañita pegada en el fondo de la taza. ¡Es pura parapsicología de la mala! hace frío en la calle.
Paredes de habitación
Aquí sólo, recluído entre paredes, posters.
Escucho los pasos de la anciana de arriba
y los gritos constantes de la pareja de al lado.
Aquí vivo, sin saber nada de las farolas,
esperando la noche para ponerme la chupa
y respirar adoquines de barrios alejados.
Cada pared es un lado del mundo.
Esquinas de una tierra que me ha sido dada.
Entre mis libros juego a ser feliz.
Música para alimentar mi corazón.
Palabras para Juan.
Todos nos juntamos donde siempre.
Sabíamos que no vendrías.
Nada paso; no te preocupes.
Tampoco voy a preguntarte cómo estás,
porque ya no estás.
Me dijiste una vez que heredaste el ser egoísta,
que todo lo que ofrecieron fue pelear contra la mierda,
abandonar las buenas razones y ser un paria.
Elegiste. Para mí eras alguien especial.
Sé que odiabas que alguien te ofreciera su consejo,
que pensaran de ti que aún eras recuperable para la vida,
y sobre todo ¡lo injusto que fue elq ue nacieras!
Ahora ya has acortado tu distancia obligada con el rompeolas.
Formas parte de la espuma.
Memoria de Rompeolas
Mi descanso es un sueño infantil.
Las calles me encubren; tapan mi desidia,
enmudecen mi nombre y me escupen lujuria.
¿Qué haces ahí durmiendo en el suelo?
Es una vida que rota, se resquebraja entre hormigas:
rompeolas de memoria.
Una infancia dormida detrás de la bata.
Comedores para que la sopa boba sea para todos
y una beca, porque todos somos como esa sopa: nutritivos.
mientras leo a los poetas
Texto de literatura. Obligados. Veladuras de historia. Ayer.
Maestros de las palabras. Matemáticos del verso. Rítmicos.
elocuentes en sus sílabas. Prudentes con los castrados.
Poetas por cualquier lado donde hubiera cafetería.
Poetas de decir y callar. Su vida en monotonía. Sillón magistral.
Poetas que vivieron: vieron atrás.
Comentario de texto. Decir en esquema.
Poetas que han muerto.
Me gusta el silencio
Me gusta el silencio. Es siempre objetivo. Carece de inventadas emociones y te deja ver lo que en realidad es el tiempo. No puedes jugar con él. No caben demasiados diálogos. Nunca aprendió a hablar y quizá jamás lo haga. Me gusta sentirlo vivo; que nadie le haga de más o de menos. En su justa medida es lo que es y punto.
Darte cuenta de que escribes en silencio, de que tus palabras son impulsos eléctricos,que nadie inquieta lo que digas. Pero entonces firmas un pacto con ese silencio y vas cayendo entre sus redes poderosas y callas y te ausentas y no dices nada. Una vez más se aprende que el verdadero valor es muy escaso, que toda euforia luego se desvanece, que puedes seguir una eternidad diciendo y diciendo y nunca hallarás ese pacto de silencio con el que sueñan los sabios, o en el que se encierran los niños.
Un ligero temblor.
Se despertó muy temprano. No quería abandonar el sueño porque no sentía nada en él. Un día de trabajo intenso. Al rato alguien le llamó por el móvil. ¿Hablo con el idiota? se quedó sorprendido. Era una broma de algún amigo, o quizá algo más directo. Su suspicacia lo había convertido en un lector de falsas señales. No respondio. Al otro lado alguien le dijo que mirara en Vorem. Lo hizo al ratito. De momento no reconoció nada especial. Por casualidad vio escrito Diciembre. Pinchó y un ligero temblor sacudió su cuerpo. Ahora quedaba el asimilar ese bonito regalo.
Letra para una canción triste
Cuento de Navidad
Hace muchos años, cuando los ojos se fijaban en el Sol y no en los escaparates, la noche se apoderó del mundo. La luna empalideció hasta lo imposible y las abejas dejaron de fabricar cera y miel. Los rios bajan preñados de agua y los peces, desorientados por una luna débil, se estrellaban contra las rocas. A nadie sorprendía que ésto pasara. La Tierra fría tiritaba. El rayo anunciaba la presencia de la nieve. Era la presentación de un cambio de estación. Hombres y mujeres sentían miedo. Buscaban la luz y el calor, pero atentos, sabían esperar abrigados en sus pieles de oveja o en sus grandes jerseys de lana. Todo olía a respeto por cada acontecimiento y nadie perturbaba el paso de las aves migratorias. Era el momento de acostarse pronto y disfrutar del sexo. Nacerían hermosos niños en los meses de luz. Los cuerpos sabían más de sí mismos, porque se necesitan para sobrevivir. Las navajas, además de cortán las hogazas, tallaban barcos en la madera, animales, cabezas para bastón, juguetes nacidos de las manos de padres y abuelos. Las risas no faltaban en las cosas, ni el olor a aceite frito ni a tocino. Era entonces cuando llegaba el momento mágico en el que la oscuridad era más negra pero no llegaba más alla; después, un poquito más de luz y otro más…hasta que el Sol regresaba de su largo viaje.
¡Al menos alguien se detiene y te mira!
Gracias. Siento cierta vergüenza al sentirme observado tan “íntimamente”. Sospecho un cierto deseo de acortar distancias y hacerme ver que también en la acera hay quien te deja pasar mientras te sonríe.Todavía no me siento capaz de hacer lo mismo. Estoy acostumbrado a los “emilios” y dar consejos me resulta una tarea que antes de darlos hay que haberlos vivido. De todas formas no creo que nadie se ofenda sino le escribo nada. Sigo sintiendo que el “voremista” articula su juego alrededor de su parcelita. Siento que algo sobra y que algo falta, pero confío en no ser yo quien interrumpa el paso.Gracias.
Academia de peluquería
Entraba a las ocho de la mañana y la cara no era la suya. Frío, como si costara vivir y el aire te hiciera daño. Estudiaba peluquería. No le gustaba demasiado, porque le resultaba agotador estar al servicio de una jefa impasible. Esa ñamana llegó una anciana con un gorro lila. Cuando se lo quitó todas las chicas temblaron: casi ni un pelo. Le tocó atenderla a ella. ¿Cómo está usted? y se repitió la ceremonia hasta el agotamiento. La chica estaba nerviosa. Metió a la anciana en el secador y supuso que el calor podría acabar con ella. Pero su instinto protector hizo que no ocurriera nada. Salió como una reina, sonriendo, con los cuatro pelos en un nirvana de iridiscencias. ¡Ya está! Un poco de laca culminó con aquella tarea de dar vida a un cráneo y cuatro condenados a muerte por la edad. Un milagro de la madre Peluquería.
alguien medio una dirección
¡Vale! y con un saludo terminó todo. Alguien escribió en mi carpeta una dirección. Antes de enviar nada leí lo que en ella aparecía. Me resultó un montón de escritos que se agolpaban. ¡Bueno! No me gusta ser colectivo en exceso. Me atrae el individualismo y un cierto lado extremo de la vida. Pero lo más importante es que esta página es como circular por la calle sin que nadie te conozca y sin conocer a nadie. Eso es bueno. Todos a su bola. Diciendo. Como en un blog sin fin donde se te premia con salir en un enmarcado de más lujo. No me importa quiénes escriben. Leo. Me pregunto si no será todo un inmenso juego donde se vuelcan posibilidades. Quien me dio la dirección me llamó el otro día. Me fecilitó por estar escribiendo. Le dije que no sabía hasta cuando. Por ahora disfruto del sin sentido de todo. Escribo para mi y me basta. Soy suficiente y creo que veo muchos adornos de navidad que cuelgan de un árbol sin raíces. Pesimismo. Me gusta la palabra, me gusta porque suena a retal, a rebaja de cualquier estación y además…empieza por P.
Las tres verdades
Había nacido para jugar el papel de idiota en esta vida. Su primera verdad
fue descubrir que ser idiota no le suponía dolor. Pasó el tiempo y le resultaba imposible dejar de ver lo que le obligan a ver.Cuando hizo la primera comunión le vistieron de gris porque el blanco resulta demasido caro. Entró como un adicto en la sacristía de su parroquía, porque al menos si era idiota podía llevar colores más vivos. La segunda verdad que descubrió fue quedar obligado toda la vida a salvarse del demonio, y esto le asustaba. Como una rata se metía entre las sábanas mientras su mente gris buscaba la ayuda de un ángel vengador. Le salieron canas antes de tiempo. No supo jamás que hombre había llegado a la luna. Tampoco supo si podía amar o podía odiar, porque los idiotas se fabrican con precisión absoluta. Cuando llegó el momento de morir descubrió la tercera verdad. Estuvo en el hospital mirando hacia la pared durante una semana. Era blanca. Allí no ocurría nada. Le tranquilizaba. Una mañana cerró los ojos y sintió miedo. No dijo nada porque no había nadie a quien revelar la tercera verdad, ésa tan importante que se llevó con él.
Para imaginativos y vuelos cortos
Una avioneta con la peluquería recién hecha y oliendo a gomina. Sale y se monta en su bici. Apretada al sillín, como un puzle a otro puzle. Es imaginativa y dice que positiva, desde que leyó algo en un suplemento. Tiene un par de amigos. Sale poco, pero no deja de soñar con superarse. Todavía no sabe de qué, pero de superarse. Hace unos dias se llevó un corte cuando una amiga le dio un beso. Se imagino lesbiana y eso la llevó a la duda. No fue nada que un par de vueltas en bici superara. a mi me gusta su plena confianza en los libros de autoayuda que devora al igual que se infla de chocolate barato. En mitad de muchas conversaciones me han dado ganas de decirle que se abra de piernas y libere la biblioteca, porque se quedaría algo más tranquilita. ¿Cómo se llama? Ni idea, supongo que tendrá algún nombre de esos predestinados a ser diosa de la nueva era.
me sabe mal estar vivo
Me sabe mal estar vivo
comparado con los otros,
como tú, por ejemplo,
que vas de diosecillo en tu letrina.
Despierto entre las toses
y me alegro de vivir junto
a las ventanas frias.
quise cantar pero oídos como el tuyo,
capuyos de ocasión, beligerantes,
hicieron oidos sordos
porque no visto como los vivos.