Más allá de buenos y malos…

El mundo esun campo sembrado con toda clase de bienes naturales, y en sus entrañas anida una serie de leyes que las personas, por tener inteligencia, deben ir descubriendo y poniendo al servicio de todos. Los inventos y el progreso estánprevistos para construir un mundo cada vez más perfecto y habitable, más humano y fraternal. En este sentido, según este pensamiento que tanto abunda en los discursos de las gentes intelectuales, el siglo XXI ya debería ser un verdadero paraíso para todos los habitantes de la Tierra. Pero no es así… Sigue Leyendo...

La niña y el viento

Escucha mi niña, siente conmigo,
háblale al viento de mi soledad.
¡Quizás te entienda! ¡Quizás me de abrigo!
¡Quizás pueda al fin hablar de verdad!
Dile que anduve buscando un amigo,
alguien paciente con mucha bondad.
¡Qué lo he encontrado, lo juro no miento,
es una niña que le hablaba al viento!

Esperar lo inesperado

En esta rapidez en la que todo sucede el verano es un fntasma que oculta las noticias y nos aleja de los grandes temas que planean sobre nuestra humanidad. Ayer leí un artículo de un prestigioso sociólogo, que casualmente como quien escribe, estaba leyendo un libro de Ratzinger. La verdad es que ambos coincidíamos en la gran incógnita que supone el que un intelectual haya escrito tanto y tan “sabroso” sobre el hombres y sus dimensiones y ahora…elevado a la categoría de semidios…esté preparando ese programa que va a su poner su papado.
Sin duda en la distancia corta pudiéramos sentir cierta comodidad frente a las opiniones del intelectual, pero…se me antoja complicado satisfacer a la humanidad cuando las palabras adquieren ese carisma “casi dogmático” de un hombre, que además de tocar el piano, sabe muy bien como administrar la justicia divina. ¡Seguiré leyendo el libro…aunque reconozco, como el sociólogo, que es realmente difícil entender las grandes dificultades para salvarse sino estás apuntado al equipo del Vaticano!Como curiosidad…he podido conocer el escudo de la Santa Inquisición: Una rama de olivo aparece como
símbolo de la voluntad del perdón de la Iglesia. San Malaquias, supone…en su visionario devenir de los papas, que al presene Papa, le corresponde un número y un lema: La gloria del olivo. ¿No da pie a un betseller? Quizá desde Vorem se pueda comenzar un Código de Paul…hacia el otoño. Sigue Leyendo...

¿No pudiste esperar?

Lo se, es un poco tarde para arrepentirse, es un poco tarde para echarse atrás, es un poco tarde para echarse a llorar, pero no es tarde para reflexionar. Aun recuerdo aquel día de primavera, ese día en el que me prometiste amor eterno, éramos jóvenes, y pensábamos que lo nuestro nunca iba a acabar, ¿por qué me engañaste?, ¿por qué me mentiste?… si superábamos el verano sin vernos, estaríamos juntos toda la vida, esa simple mentira la repetíamos constantemente, creíamos amarnos de verdad y no era así…
Los meses han pasado, no sé porque lo hiciste, solo se que el amor eterno que nos prometimos nunca llego a cumplirse, no pudiste aguantar la tentación en verano, ¿tan difícil era no besarle?, ¿tan fácil fue olvidarte de mi?… Yo pensaba en ti todo el día, y huí de tu pensamiento tristemente poco a poco, desparecí de tu vida como si nada hubiera ocurrido entre nosotros, éramos jóvenes, nuestro amor era bonito, era intenso y ya no es, ya no es nada, el amor se ha convertido en dolor, a ti parece que no te importa y mi corazón por el contrario se hace cada vez más pequeño… pienso que no volveré a amar, que no volveré a querer, que el amor es dolor pero no me arrepiento de nada, volvería a demostrarte mi amor adolescente una y mil veces mas, ¿por qué?, porque fue maravilloso mientras duro, porque me hiciste soñar, porque toqué el cielo con mis labios, porque acaricié las estrellas con mis manos… Sigue Leyendo...

Las manos de Vandenberg

Mario Vandenberg se quedó mirando sus manos colocadas sobre la mesa. Comenzó a meditar. Levantó su dedo pulgar y vio que estaba demasiado gordo, pero no pudo descubrir otra cosa sino la prologación extrema de sus más de 130 kilos de anatomía corporal. ¿Qué le había sucedido?. La vida le había ofrecido la oportunidad de cumplir su ansiado sueño infantil: comer. comer. comer… comer todos los suculentos manjares que sus ojos había podido contemplar. Bajó el dedo y levantó su diestro índice que apuntaba al amplio ventanal. ¿A quié culpar del hambre de todos aquellos mendigos que pululaban por la macera?. Sentía remordimientos y el dedo índice tembló de incomodidad. LOo bajó y levantó el dedo corazón. Qué sentía él en realidad por los demás seres humanos?. Nada. No sentía nada. Levantó el dedo anular que ya no tenía anillo. Por qué fracasó su amor con Irene?. ¿Había habido alguna vez lugar en su corazón para el a mor?. Cansado, bajó el dedo anular y levantando el meñique sintió deseos de llorar como cuando de niño tenía soledad… Sigue Leyendo...