y si alguna vez
te topas conmigo por ahi
fijate si ya se mueven libres
las ramas de los arboles
si el adios no duele
si los celos no existen
si los reproches no viven
fijate en mi aura
si te doy permiso para ser amigo
antes de hablarme por favor….
si alguna vez te topas conmigo.
Alba cogió el teléfono para llamar a su mejor amiga y le dio la noticia: “Cris, me traslado de tienda y vamos a hacer una cena de despedida con las compañeras, ¿os apetece venir a Nury y a ti?”. A las 9 de la noche quedaron y cenaron en un Burger, algo típico en ellas, y se estaban divirtiendo tanto que decidieron seguir con la celebración pero ya lejos del barrio.
Todas las compañeras dispusieron ir mejor aTorreEuropa en Madrid y, una vez allí, quedar con los amigos de una de las chicas. Cris y Nury que tenían que madrugar prefirieron irse a casa para descansar algo. Mientras tanto las demás entre baile y baile vieron llegar a los chicos, Juan, Roberto y Antonio. Entre toda la revolución y la música, Alba se fijó en uno de ellos, pero toda la noche mirándose no dio para mucho porque no llegaron a hablar nada. Sigue Leyendo...
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Me he sentido traicionada en tantas ocasiones y por tanta gente que para mí la palabra traición ha perdido su significado.
El destino es como el reverso de una moneda falsa, de las que se doblan al morderlas. Y en la doblez de ése destino te he encontrado a ti, amor mío.
Y por fin puedo respirar tranquila. Tu sombra me envuelve y me da paz. En ella puedo descansar
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Piel contra piel
Arrinconados en una cama
Piel contra piel
Sudores fríos
Recorren mi espalda
Piel contra piel
Conexión corpórea
Entre dos personas
Piel contra piel
Aliento, sudor y lágrimas
Siento la dureza y
la suavidad de tu cuerpo en mí
No te quiero sino porque te quiero
y de quererte a no quererte llego
y de esperarte cuando no te espero
pasa mi corazón del frío al fuego.
Te quiero sólo porque a ti te quiero,
te odio sin fin, y odiándote te ruego,
y la medida de mi amor viajero
es no verte y amarte como un ciego.
Y me vuelvo viento para llenarte de sorpresas la conciencia al borde del pensamiento enternecido… y me vuelvo rosa para mecerte en los pétalos del silencioso atardecer… y me vuelvo sombra para iniciarte en el punto exacto de mis ávidos caminos que tiene señales unívocas en el sentir de las pisadas… y me vuelvo nube para envolverte en el nombre de las gaviotas… y me vuelvo mar para lloverte de ansiedades poderosas… y me vuelvo ola… y me vuelvo llanto… llanto de lluvia y de mar y de gaviota surcando mil piélagos de emergente espuma… y me vuelvo calma… y tempestad… y aire que suavemente acaricia tu misterio… y me vuelvo monte… y me vuelvo roca… y me vuelvo alma. Sigue Leyendo...
y ahí estaba él, resplendeciente en su traje de cincel. con su mirada lanzada al viento, sumergido en una coraza de admiración, de respeto. intimidaba. intimidaba hasta el desarme. invitaba a la rendición en una larga cola. una rendición que yo no rechacé, y ni aun habiendo querido hacerlo lo habría hecho. no estoy hecho para desafíos, sólo para medallas. rendirse implica arrepentirse, arrepentirse del desafío infantil y rebelde, y yo me arrepentí. quise hacerlo. y de ahí nació. no nació de un sueño o de una idea, sino del rechazo de ambos. y de su llanto sólo se sacaba un clak, y un clik quizá. a golpe de martillo me desafiaba, y yo me rendía, o nací ya rendido. Sigue Leyendo...
Desear, estar sediento,
de tu boca
Y mi trago es siempre lento.
Muerte, oscuridad tenebrosa, amiga
Palabras vacías llenas de putrefacción
Vivir para que
Que beneficio facilita un cadáver andante
Que beneficio puede susurrar a los oídos de un niño una avispa con su zumbón aguijón
Llanto tenebroso, risa apagada sin solución de continuidad
Donde están las golondrinas con sus alegres trinos que se esconden en las catacumbas de mi corazón
El libro de las preguntas
Pablo Neruda, ilustrado por Isidro Ferrer,
Ed.Media Vaca, Libros para niños, ¡No sólo para niños!
“ Si me he muerto y no me he dado cuenta,
a quién le pregunto la hora?”
“Hay algo más triste que en mundo
que un tren inmóvil en la lluvia?”
Todos nos hemos preguntado miles de preguntas absurdas, inocentes y a la vez, trascendentales. Este es el libro de las preguntas. Este librito de Pablo Neruda, ilustrado de forma divertida e inteligente por Isidro Ferrer, es un descubrimiento de una tarde lluviosa de abril. Leerlo es un placer que vivamente recomiendo. Sigue Leyendo...
Grito al que quiera oirme
Con desgarradora voz
Auxilio, pero si no soy yo
Se me marcharon las risas de vacaciones
Mi lado oscuro me anega cuan ciénaga putrefacta
Y nadie me oye, pues grito y no me oigo
Nadie quiere oír mi llanto desgarrador,
Por mi muerte, por mí muerte en vida, se puede estar muerto en vida y es en verdad la muerte mas triste, mira mi cadáver y sonríe pues nunca veras una contradicción tan certera, la vida la vida no se enfrenta a la poesía, todo es mentira, solo lo que se intuye que crece en tu interior comido por los gusanos todo ese sentimiento interno que se pretende vivir con amor, pero es mentira y duele duele como una llama ardiente que te quema las entrañas, nuestro corazón es mas grande que los poderes terrenales y sin embargo es tan pequeñito y mísero, y tal vez incluso te sientas mejor e intentes desgranar la vida sin sufrimiento ajeno. No quiero que la vida me estrangule y me esta estrangulando con regocijo de millones de corazones de piedra Sigue Leyendo...
En apariencia, me siento bien, sin embargo algo me absorbe. Cierta incomodidad me empuja a nadar por las calles y la frustración que desayuno todos los días, y que no desaparece al lavarme los dientes, intento con éxito cubrirla de tejidos que se acoplan a mi cuerpo desnudo, que sigue desnudo al salir a la calle, pero que ahora se ve bien, al menos en apariencia. Intento salvarme de las miradas incisivas y ácidas de todos los días, de los espejos y de las formalidades que me obligan a desenterrar a la persona social que yace bajo mi piel.
En realidad me siento envenenado. Corre por mi venas y mezclado con mi sangre el ardor de la multitud amontonada en los pasillos, las avenidas, restaurantes, patios, parques, autobuses y plazas y todo permanece vacío, no me sonríe la señora sentada en aquel banco, ni se atreve a arder delante mío, solo cede una mirada inexpresiva, que no arriesga a ser propia. Sigue Leyendo...
Los gitanos (los “rum” o “romaníes”) atravesaron el Sinaí y la región del Medio Oriente y tras años de trashumancia llegaron, por último, a la India (que entonces tenía un gran desarrollo de civilización) y se instalaron en las llanuras de Maharashtra (en el oeste del Decán), cerca de las ciudades de Bombay y Poom pero más al interior, entre la Meseta del Decán y la cadena montañosa del Gatees Occidental (en el Punjab).
Seguían siendo nómadas entre los pequeños pueblos como Ahmanadgar, Sangli, Bijapur, Shimoga, Rhadavati… y cuando llegaba la ocasión se acercaban a los grandes mercados y bazares, formando caravanas con sus carromatos, a vender quincalla (de ahí el sobrenombre de “quincalleros”) en forma de artículos de metal de poco precio o escaso valor: argollas, brazaletes, collares, sortijas, pendientes… y también telas y porcelanas baratas hechas por ellos mismos (ejercitadores de la alfarería). Sigue Leyendo...
Abraza corazón, abrázate
Date calor con tu latir
Late corazón, late bien
Si hay fuego dentro,
No deje de arder.
Escucha la voz del silencio
Silencio que viene, ruido vendrá
A golpe de pecho y sonido
La soledad así, no sabe vivir.
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