Me sueño en un jardín…

Me sueño en un jardín
de pespunteantes flores rojas,
entre limones que se doran
y un dulce volar de plata;
en un espacio donde la mirada
cabalga entera por los recuerdos
y allá, en la oscura noche naranja,
la luz del jardín tiene resplandores.

Olores.
Olores y colores
de bungavillas y jazmín…
en el jardín…

Ser humano en las auroras.

Aspira este éter azul, surgente y natural, en que las esencias germinales de la materia elemental te envuelven en su plenitud. Aspíralo en el espacio cenital de tu puro vaivén en estas olas/horas humanas en que se vinculan tus presencias… y originalmente absuelto de toda clase de pecado por herencia, aspíralo en plena libertad a la sombra de cualquier designio; porque es tu propia y gloriosa condición de ser humano en las auroras. Aspíralo y siente cómo se desprende el peso de un corazón como destino. Es la interpretación y el gesto de todo un contexto de raíz con vida, una línea de sueño que ensalza todas sus virtudes. Y así, humano en tu grandeza, aspira este éter azul, surgente y natural, en que las esencias germinales de la materia elemental te envuelven en su plenitud. Sigue Leyendo...

Mariela la traviesa

Mariela era la más traviesa de mis amigas de la infancia. Ella y yo componíamos un dúo aterrador, pues si ella era la “creativa” de las travesuras, yo la secundaba de mil amores.

Desde los seis a los catorce años fuimos inseparables, tanto en el colegio como en los deportes; para colmo éramos casi vecinas porque nuestras casas sólo distaban unos treinta metros. Juntas íbamos y veníamos: al colegio, a la iglesia, a cantar la misa en gregoriano, a la Escuela de Idiomas, al gimnasio, a natación, a baloncesto… Discutíamos unas siete veces al día, pero seguíamos juntas. Si hacíamos ejercicios espirituales, ella hacía mil payasadas para distraernos y que nos diera una risa irrefrenable; si nos llevaban de excursión, se las componía para dar la nota. Cómo no iba a ser ella la que perdiera en clase la compresa, que una bobalicona agitó en el aire preguntando de quién era. Sigue Leyendo...

Mundos Redondos

Cuando nos hayamos ido,
quebrados ante la determinación de lo inevitable
y giremos por esa esquina
por la que no será la primera vez que giremos,
pero que aun y así nos parezca la primera,
la única,
la peor,
la más dolorosa,
entonces nos daremos cuenta de que
aquellos pensamientos insoportables
que se hacían soportables por el mero hecho de saberlos lejanos
y ser un simple ejercicio de masoquismo conjunto entre ruegos y risas,

Declaración

Hoy se esta comportando diferente… mas lejana, como si estuviese molesta contigo… y tu que esperabas que este día fuera como todos los días… normal, común, ordinario… Porque hoy es el primer día en que pones en practica tu propósito de dejar de amarla… lo decidiste y te ha costado resignarte, hablar contigo mismo en tantas horas obscuras, ya no puedes creer que algún día se hará realidad ese amor que repites “prohibido”, ese deseo que declaras “insano”.. En fin, eso que sientes.

Hela aquí… la saludas con la misma solicitud que ayer, todo quieres que marche como siempre, pero todo esta decidido a llevarte la contraria, le miras el rostro serio y te preocupas… Pero sabes que esta vez no indagarás la causa, que dejarás correr las horas y, si es posible, los días. Sigue Leyendo...

capuchino grande

Capuchino grande…
Cofee factory es el único lugar que parece atractivo en épocas de lluvia, suelo sentarme en el área de fumadores y no es que ya posea el vicio solo que desde allí las cosas mas simples se aprecian de manera distinta en especial hoy… aunque para mi es un viernes de café para los que atraviesan el universo en autobús y para quien este viernes comenzó desde el miércoles pareciera como si pendiera de un hilo su vida… a través del cristal una especie de aire enrarecido (pues no tengo otra explicación) a terminado por hacer enloquecer a los transeúntes, hoy la vida se celebra de dos en dos, derramados en los parques o acorralados en los arboles las parejas saciaban sus distancias en momentos de un efímero amor, Sigue Leyendo...

No ahora

Nada había cambiado desde entonces.

Estático aún el intento de empezar
a encontrar en el camino

el final: de los finales el final.

Que(daba) en círculo una vuelta.

Nada era el intento de encontrar
otra vez el resabio de la nada

escondida, inusitada.

EL POZO de Juan Carlos Onetti

Yo estoy tirado y el tiempo se arrastra, indiferente a mi derecha y a mi izquierda.
Esta es la noche, quién no pudo sentirla así no la conoce.
Todo en la vida es mierda y ahora estamos ciegos en la noche, atentos y sin comprender. Hay en el fondo, lejos, un coro de perros, algún gallo canta de vez en cuando, al norte, al sur, en cualquier parte ignorada. Las pitadas de los vigilantes se repiten sinuosas y mueren. En la ventana de enfrente, atravesando el patio, alguno ronca y se queja entre sueños. El cielo está pálido y tranquilo, vigilando los grandes montones de sombra en el patio. Un ruido breve, como un chasquido, me hace mirar hacia arriba. Estoy seguro de poder descubrir una arruga justamente en el sitio donde ha gritado una golondrina. Respiro el primer aire que anuncia la madrugada hasta llenarme los pulmones; hay una humedad fría tocándome la frente en la ventana. Sigue Leyendo...

La Vida en juego

Jugaban, hasta que las reglas exigieron que alguien ganara. No lo decían explícitamente, no era algo reglado pero si necesario para que el juego tuviera sentido, si no ¿para qué habrían estado jugando? Eso lo sabían.
Durante las horas que duró la experiencia se habían desenvuelto con soltura pero ya había pasado mucho tiempo y nadie apareció para decirles que era la hora de comer, por lo que estaban determinados a terminar por propia voluntad.
Realmente esto ya había pasado otras veces, el acabar buscando un final. Los antecedentes que tenían, con respecto al juego, eran los comunes en los tiempos que corren para alguien de entre, pongamos, cinco y doce años, tres y dieciséis, dieciocho y veinticinco, puede que incluso entre diez y treinta o treinta y cincuenta, a saber; era muy normal. Sigue Leyendo...