Nebmerutef y el babuino de Tot

Hay en el Museo del Louvre, en París, una estatuilla egipcia en la que se ve a un escriba sentado. Este escriba se llamó Nebmerutef y se encuentra leyendo unos papiros mientras está siendo protegido por el busto de un mono, el babuino del dios Tot. En la base de la estatuilla hay escrita una frase en caracteres jeroglíficos que es ejemplo de la sabiduría de Nebmerutef.

Son los babuinos unos simios de la familia de los catarrinos originarios de África, de hocico alargado y formas robustas, que está más adaptado a la vida terrestre que a la arbórea y que vive en grupos organizados. Los catarrinos, por cierto, son un suborden de primates que comprenden los simios del antiguo continente, de orificios nasales muy próximos, cola no prensil y provistos de 32 dientes. Además de los babuinos son también catarrinos los macacos. Sigue Leyendo...

TROZO DE MI ALMA

pequeño trozo de mi alma porque te haces daño si al hacerte heridas me matas
perdoname el dolor que te he causado pero con mi alma en la mano te pido
no te hagas mas daños, has sido siempre mi mayor preocupacion.
en las noches cuando la oscuridad cubre con su manto mi cama pido porque
siempre se ilumine tu vida, pequeño trozo de mi alma ya te estas combirtiendo
en un hombre no te pierdas del camino que te he forjado no me importa pasar las
mayores penurias del mundo si al mirarte en unos años mas; te veo combertido en
un hombre noble de buenos sentimientos .
pequeño amor mio se que te han echo falta mis caricias,mis abrazos pero mi alma
mi corazon, mi mente son tuya….
con mis ojos llenos de lagrimas, de rodillas pongo mi vida en tus manos
para que no sigas asiendote mas daño,mi hermoso,mi pequeño,MI HIJO…. Sigue Leyendo...

Compartir el sueño

Compartir el sueño es siempre una voluntad libre de seres humanos que se encuentran en un camino directo a las sensaciones internas. Se abren los pensamientos, se abren las mentes conjuntas y el sueño de los seres humanos se trasplanta, se empata, se con¡uga en una sola dimensión. Entonces él o ella y tú y yo y los demás formamos una búsqueda permeable donde el sueño se nos convierte en causa común. Compartir el sueño, en esas circunstancias, sólo es ser tú mismo o tú misma en la dirección exacta que dicta tu propio corazón.

El Reflejo de los sueños en lunas rotas(Perdido en la eterna oportunidad) 28

Sooo, caballo, paaaara, paaara, sooo…, ni puñetero caso.
Riiiiinnnnggg, riiiinnnggg, riiiinnnngggg…
Sí, ¿diga?
¿Andy López?
Sí, soy yo… creo, miró el reflejo en el espejo que estaba colocado enfrente del sillón de muelles chirriantes.
Sí, yo mismo, con más convicción.
Quería hablar contigo, oir tu voz… no me ha defraudado, es dulce y a la par varonil… me podría enamorar fácilmente…
Oiga, ¿con quién hablo?, me alegro mucho que le guste mi voz, pero en estos momentos no estoy para halagos y menos para bromas. Sigue Leyendo...

El Reflejo de los sueños en lunas rotas(Perdido en la eterna oportunidad) 27

Ya se escuchaban cerca las alimañas, los alientos presos de salvaje excitación violenta. Mentes huecas, vaciadas por líderes carismáticos, influenciándoles odio hacia las razas. Los primeros en llegar iban motorizados, otros con patines en línea y bates de béisbol les secundaban. Eran poco originales, sus rostros no mostraban restos de amabilidad y sí de sangrienta ansiedad enfermiza, sacaban espuma por la boca. Janina sin pensárselo, disparó tumbando a unos cuantos.

Mi prima Marta

Marta, de niña, era un angelito vestido con ropas del siglo XX. Con una cara muy dulce, unos ojos grandes e inocentes, una sonrisa que nunca se borraba de sus labios. Venía a pasar a mi casa algunos fines de semana y era encantador tenerla con nosotros.

Hoy día, Marta es esposa y madre de dos hijos, de 16 y 20 años respectivamente. Sigue teniendo una cara muy dulce, una sonrisa que traspasa. Ahora parece un ángel vestido con ropas del siglo XXI.

Unión libre

mi mujer con cabellera de leño
con pensamientos de centellas de calor
con talle de reloj de arena
mi mujer con talle de nutria entre los dientes un tigre
mi mujer con boca de escarapela y de ramos de estrellas de ultima magnitud
con dientes de huella de ratón blanco sobre la tierra blanca
con lengua de Ámbar y de vidrios frotados

Imagen de lo que somos

Se levantó en un día cualquiera y fue al cuarto de baño.
Ante el espejo y con las gafas puestas, se miró detalladamente, guardó las gafas, abrió el grifo y lavó su cara con jabón de olor a fresa, secándose después con la toalla. En el retrete se deshizo de los deshechos corporales más inmediatos, limpiándose después a conciencia con toallitas de bebé, después de lo cual se desnudó y entró a la ducha. Ya dentro, con la cuchilla, la espuma, las pinzas y el espejo de mano, se fue deshaciendo de todo el pelo que molestaba, exceptuando el de la cabeza y las cejas; al ver el vello resbalar por la pared pensó que era mucho mejor así. Enjabonó su cabello con el champú idóneo de aroma a kiwi y cada centímetro de su piel con jabón de sales neutras y olor a lavanda, frotando con fuerza la esponja exfoliante por todo su cuerpo y la piedra pómez decapante en las durezas de sus pies. Una vez se hubo aclarado y aún sin haberse secado ungió con aceite aromático de aloe sus extremidades, torso y nalgas. Sigue Leyendo...

El tonto del arrabal (y 6)

Hoy habló por fin el tonto del arrabal. Y dijo que había visto a una hermosa princesa y que le había regalado un tacón… (?)…

“!Para una vez que habla vaya tontería que dice!”. Lo soltó El Tirapedos y todos se rieron mucho. Especialmente La Lagarta que es, después de haber sido “propiedad privada” del Guti, El Jarales e incluso La Garzota -“!Según endicen señá Obdulia… pos que yo endeluego no entiendo que pueda ser verdad amoríos de lagartas con ciervas señá Obdulia!” – “propiedad privada” del Navajas… y hasta parece que La Puñalitos también “bebe los vientos” por ella..´-!Sigo empensando que no puedo entenderlo… señá Obdulia… que eso de leones con gatitos puedo encomprenderlo pero que eso de lagartas con ciervas no pueser,,, no pueser nunca… no puexistir eso… señá Obdulia!”- “. Sigue Leyendo...

El tonto del arrabal (5)

El caso es que en este día de noviembre Marcelo recordó a “Boby”… tomó una rama seca y amarilla que descansaba su ocio en el ocre suelo (abatida por el glacial invierno del páramo) y miró por última vez el cadáver del perro semicubierto por guijarros de pedernal. Entonces volvió a su mente el hombre vasco, barbudo y con lentes, que caminaba por los senderos de su ensoñación. Y se acordó de los últimos versos de la estrofa: “Eres tú la paz eterna y honda del último suspiro, el apóstol errante y misterioso que en torno nuestro ronda y que nos mete al alma, cuando luchando por vivir padece, la dulce y santa calma que a la par la aquieta y la enardece”. Sigue Leyendo...

El tonto del arrabal (3)

Lo que todos hemos sabido hoy es que un día,hace menos de una semana -precisamente en el presente mes de noviembre- los demás chicos del arrabal agarraron, entre todos, a Marcelo y, utilizando la fuerza física que otorga injustamente la mayoría irracional. comenzaron a decir que si ere marica debían de saberlo… y le bajaron los pantalones y el calzoncillo y, como tenía “pitillo”, se lo salaron con arena.

Cuando Marcelo quedó solo con su propia soledad (!Ay, Soledad, Soledad… en medio de la penumbra… por favor… por favor… alumbra!), se marchó muy lejos de allí. a un páramo donde los aires sentían soledad… a un páramo donde las tardes sentían soledad… a un páramo donde la vida sentía soledad… y vio el cadáver de un perro rodeado y semicubierto de guijarros de pedernal… sintiendo posiblemente soledad. Sigue Leyendo...

El tonto del arrábal (3)

Nadie sabe a dónde va Marcelo cuando tiene ganas de llorar. Sólo el viejo álamo blanco donde e refugian los pardos gorriones lo sabe, porque allí, sentado junto al viejo álamo blanco, Marcelo recuerda que tendrá que volver a tumbarse contra el suelo todo lo largo que es -“que este guacho todo lo que tiene de tonto lo tiene de largo, señá Obdulia… Dios mío cuando va a endejar de crecer señá Obdulia..”- para que los fieros empleados del ferrocarril no le abran la cabeza con uno de esos guijarros de pedernal que lanzan contra él .Y todo porque los demás chicos del arrabal apedrean, todas las tardes, al tren de Arganda, cuando pasa por debajo del pequeño desmonte tras haber lanzado su penetrante silbido de “asmático sin fin” en el oscuro túnel del cercano puente donde viven y duermen el Argirmiro y su familia. Sigue Leyendo...

Dimensión soledad

Algunas personas no comprenden el idioma de las palabras y prefieren comunicarse de otra manera, los ojos o las manos sirven de referente para conocer otras latitudes, salvaje dimensión que separa las batallas triviales de la razón.
Algunas personas aprenden a olvidar sin darse cuenta del mismo olvido, sin cargar a sus hombros la pesadumbre de un nombre o un tibio recuerdo en sepia, sin la calidez de una llama tenue que se debate entre humo y efervescencia, entre peligro y dolor.
Algunas personas caminan en el aire, se perfuman de mariposas, se bañan en el tumulto de las sábanas de seda y corren en libertad hasta perderse en montes lejanos. Sigue Leyendo...

Mente, cuerpo y efecto placebo

He asistido hace un par de semanas a una conferencia muy interesante que trataba sobre la relación existente entre las enfermedades del cuerpo y los sentimientos y emociones que afectan negativamente al organismo y pueden llegar a producir esas enfermedades. Se viene descartando desde hace años el antiguo concepto dualista en el que el cuerpo era algo totalmente separado de la mente y estudiados por diferentes disciplinas.

Aristóteles (siglo IV a.C.) afirmaba “No hay cambio en la mente y en el alma que no se refleje en el cuerpo). Quevedo, por su parte, decía: “El que quisiera tener salud en el cuerpo, procure tenerla en el alma”. Sigue Leyendo...

Carta abierta a…

Mi ego, mi dragón (como en El Caballero de la Armadura Oxidada) siempre sale cuando menos lo espero. Algunas veces se desmanda. Es mío, es cosa mía, pero sin embargo debe tener algún poder sobre mí. Llevo años intentando domesticarlo para que se convierta en una mascota cariñosa y sumisa, pero no hay manera.

Me alegró que cortaras el silencio. Debí quizá haberlo cortado yo, pero no sabía cómo iba a ser acogida. Debería haber pensado, como en otras ocasiones lo he hecho cuando me he aproximado a alguien sin estar muy segura de la acogida, que ése no era mi problema: que el problema era del que quizá diera la espantada. Que yo tenía que hacer lo que sabía que tenía que hacer y que al final no hice, bien que lo siento. Siempre me ha gustado pensar que he fomentado y fomento la concordia en cualquier ambiente, es una muestra de cómo puede uno equivocarse. Sigue Leyendo...