Combatimos mucho más tiempo contra nuestros propios fantasmas que contra los fantasmas de los demás.
Archivo por meses: abril 2014
Todo era diferente…
Me llega la música. Escucho la letra. Te extraño más que nunca y no sé qué hacer. Despierto y te recuerdo al amanecer. Me espera otro día por vivir sin ti. El espejo no miente, me veo tan diferente. Me haces falta tú. La gente pasa y pasa siempre tan igual. El ritmo de la vida me parece mal. Era tan diferente cuando estabas tú, sí que era diferente cuando estabas tú. No hay nada más difícil que vivir sin ti. Nooo. Sufriendo en la espera de verte llegar. El frío de mi cuerpo pregunta por ti, y no sé donde estás. Si no te hubieras ido sería tan feliz. La gente pasa y pasa siempre tan igual. El ritmo de la vida me parece mal. Era tan diferente cuando estabas tú, sí que era diferente cuando estabas tú. No hay nada más difícil que vivir sin ti. Nooo. Sufriendo en la espera de verte llegar. El frío de mi cuerpo pregunta por ti, y no sé donde estás. Si no te hubieras ido sería tan feliz. No hay nada más difícil que vivir sin ti. Nooo. Sufriendo en la espera de verte llegar, y no sé donde estás. Si no te hubieras ido sería tan feliz. ……Si no te hubieras ido sería tan feliz…..
Amor
Muramos los dos bajo la voz de ésta poesía, que si amanezco sin tí, será como vivir sin futuro, y las esperanzas llorarán lejos de tu corazón.
Quiero vestir de luces tu sombra, perseguir las huellas de tus pies, pronunciar tu nombre bajo la luna llena.
Porque no hay duda, amor, que haces ésta vida más bonita, más bonita que ninguna, haces que mi alma cure sus heridas y el firmamento revele dos destinos encontrados.
Despiértame cuando el día y la noche se confundadn y la vida tenga otro color. Traéme con tu voz el dulce cantar del sol, de mil ángeles jugando con el viento, y desvanécete junto a mí sobre lirios del Edén, deja amor que duerma así sobre tu pecho.
A través de la ventana.
Dentro del tren la vida se me cierra en este espacio de nostalgia que prende sus luces en el iris de mis ojos. Miro al campo a través de la ventana y veo que mis lágrimas son algo así como el eterno designio de la necesidad. ¿Qué es la necesidad de un joven que abraza la nostalgia como penúltima ocasión en esta forma de pasar por el mundo buscando el sueño para poder seguir la ruta de los necesitados? ¿Qué necesito yo para seguir alimentando a mi corazón de esperanzas cuando el mundo se me quiebra entre las manos?
Sujeto mi alma con la férrea voluntad de conseguir alcanzar un objetivo, pero todavía no sé qué objetivo me espera cuando baje del tren y me encuentre con ese espacio abierto donde poder acariciar este rostro abundado por las lágrimas viajeras. Me pregunto a donde irán las lágrimas de quienes lloran por culpa del desamor. ¿Y qué es el desamor? ¿Qué es esta sensación de abandono en el cual se anegan las esperanzas de quienes sufren el acoso de la soledad?
Sentir
Hoy, dejaré de pelear, de intentar ser más fuerte que el destino, de recelarme, de pretender ser quien nunca fui.
Hoy, sentiré, prestaré atención a la vida, abriré las mil puertas del corazón y no querré más de lo que tengo o ansío.
Y aunque la tristeza inunde mi alma, y el aburrimiento no entienda a la calma, seré simplemente ésto.
Escucharé más allá del ruido, más allá de lo indefinido, más allá, incluso, de mi propia voz.
Porque hoy el sol salió, porque no hay peor locura que dejar de ser mayor, porque el momento viene y se va, porque las almas vagan sin conocer su propósito, la razón de olvidar la desconozco, porque el momento es único, inexplorado, efímero…
Cayó el último soldado…
Cayó el último soldado
El último bastión
El que nos mantenía fuertes y seguros
Estamos jodidos
Estamos perdidos
Ya nadie nos levantará de nuevo
Ya nadie pensará en nosotros otra vez
Ahora estamos bien pero bien jodidos
Pero esperen…
Entre la multitud alguien se levanta rendido
Otro toma coraje y se levanta semierguido
Un tercero se pone en pie
Otro más pega un salto
Y más y más y más se ponen en movimiento
Huuuu, chiquilines… a tomarse el asunto con calma
No es momento de actuar
Es momento de pensar
Meditemos
Hermanos
Mario Pires
Maldición Poeta
Una Liga regalada.
Está un millón de veces demostrado que, si sabes hacerlo bien, con 22 años de edad puedes estar ligando con las chavalas que más te gusten y, a la vez, seguir jugando apasionadamente con la chapas al fútbol. Chavalas que te gustan y fútbol de chapas. Está un millón de veces demostrado que, si sabes jugar muy bien con las chapas es que estás muy preparado para saber jugar muy bien con las chavalas que te gustan.
En la temporada de 1970-1971, el Valencia Club de Fútbol fue campeón de la Liga de Primera División de España. Su entrenador era el genial Alfredo Distéfano del cual yo aprendí mucho más de lo que se imaginan los incrédulos. El asunto es que el Valencia ganó una Liga regalada. Eso fue lo que le conté a alguna chavala que me gustaba de verdad y es que fue verdad.
El partido que no vi.
La Copa del Rey de Fútbol 1985-1986 fue la edición número 82 de dicha competición española. Se disputó entre el 11 de Septiembre de1985 y el 26 de Abril de 1986 y contó con la participación de 142 equipos de las principales categorías del país: Primera, Segunda, Segunda B y Tercera. La final se disputó por tercer año consecutivo en la ciudad de Madrid jugándose esta vez el encuentro en el Estadio Vicente Calderón. Tras 280 partidos de competición llegaron a la final el FC Barcelona, que alcanzaba su tercera final en cuatro años, y el Real Zaragoza equipo que se quedó a las puertas de disputarla el año anterior. El encuentro tuvo un claro dominador en el conjunto culé que no supo aprovechar sus múltiples oportunidades mientras los maños en uno de sus pocos acercamientos lograron marcar en una jugada afortunada tras un libre directo lanzado por el principito Rubén Sosa. Este único gol sirvió para coronar al Real Zaragoza como campeón siendo su tercer título y para poner fin a una racha de 20 años sin ganar esta competición. El defensor del título, el Atlético de madrid, fue derrotado por 2-1 (en el marcador global) por el FC Barcelona en los cuartos de final. En este edición de copa se dio la casualidad de que los 4 semifinalistas fueron también los 4 primeros clasificados de la Liga, aunque con distinto orden.
Yo he estado dentro de un OVNI.
Un poco después de haber cumplido con mi Servicio Militar Obligatorio y pasadas ya las historias vividas en el “séptimo cielo”, tuve una muy agradable y extraña experiencia. Y no sólo una vez sino hasta un total de, al menos, diez veces o más. ¿Cuál fue esa agradable y extraña experiencia? Se lo crean o no se lo crean mis lectores y mis lectoras, yo he estado dentro de un OVNI unas cuantas veces, más o menos una decena de veces por lo menos. Y os puedo asegurar lo siguiente.
En ninguna de las múltiples ocasiones en que estuve dentro del OVNI sufrí ninguna clase de transportación ni abdución mental, física, química o psicológica; no tuven ningún contacto ni en primera, ni en segunda, ni en tercera, ni en cuarta fase; no me tumbaron en ninguna camilla para sacarme sangre, analizar mi orina o abrirme el cerebro para ver que tengo yo dentro de mi cerebro; ni tampoco tuve conversaciones telapáticas con nadie perteneciente al OVNI. Todo eso son mentiras y zarandajas para vender libros y revistas del “Mundo Desconocido”. Ni mundo desconocido ni gaitas gallegas, yo lo que ví dentro del OVNI me gustó mucho y, a cambio de mis visitas, los del OVNI me servían enormes y hermosos bocadillos de chorizo con ketchup y mostaza. O sea que eso de que dentro de los OVNIS te suceden cosas raras es más falso que querer comprar esos bocadillos con pesetas de cartón piedra. Y es que, a cambio del enorme bocadillo, yo tenía la obligación de comerlo pero pagando. Porque dentro del OVNI suceden las mismas cosas que fuera del OVNI. Si pagas comes y si no pagas tienes que volver al día siguiente.
El “pringao” del bote.
Adolescencia. Vacaciones “solanas” (sin presencia de los molestosos E., B. y M.) en Cuenca capital. Había que ser más listo que el hambre para sobrevivir en la San Pedro, así que me ingenié, usando a mi tia Simona como “mensajera”, la manera de hacerme pasar como que no sabía jugar al bote y, por esas cosas que sólo sabían las chavalas y un amigo mío tan madrileño como yo, los paletos se lo creyeron. Como se pensaban que no sabía jugar al bote ni hablar con las chavalas, los paletos de la capital cayeron en la red (quiero decir en la trampa) y lo siento por el “pringao” del bote… pero había que sobrevivir y yo, bucanero de El Trabuco infiltrado en las filas del San Pedro le hice “el truco del almendruco” sin que el “pringao” se diese ni cuenta de quien dirigía aquella estrategia de esconderse todos juntos como si fuésemos una piña y, por supuesto, cuando éramos descubiertos, desbordábamos al paleto “pringao” por todas partes y en carrera. El bote iba a “hacer vientos” de una limpia patada con todas las fuerzas de nuestra condición física y todos quedábamos salvados. El paleto “pringao” estuvo “pringando” toda la tarde. Nunca supo quien había ideado la estrategia; pero es que yo era ya todo un consumado en el arte de disimular inocencia sin dejar de ser quien era. A lo mejor se acuerda. A lo mejor no se acuerda. Y en cuanto al jefe de los de San Pedro simplemente le ignoré. No me interesaban sus chavalas porque estaban “muy pasadas de edad” y eran “más pesadas que el plomo” así que me fijé en la madrileña y “a otra cosa mariposa” pero de “pringarla” nada de nada. El “pringao” del bote ni se enteró. La madrileña sí que se acordaba de mí cuando, algún año más tarde, hice de nuevo acto de presencia para sonreír junto a mi padre. ¡Mírala, mírala, viendo pasar el tiempo; la Puerta de Alcalá! Sólo que a la puerta de mis tíos abuelos ningún paleto “pringao” se atrevió a acudir para reclamar. Sólo la madrileña sabía que era yo.
Del pecado carnal.
Según Fernando de Rojas, el autor de “La Celestina”, “del pecado, lo peor es la perseverancia”. Advertimos en esta frase-pensamiento algo así como un “aviso a navegantes”. ¿Quiénes son los navegantes que naufragan en estos casos? La cuestión es que el pecado carnal no sólo existe sino que es; porque algunos piensan que al no ser (lo cual es totalmente falso) no se puede descubrir (lo cual es totalmente equivocado). Eso es un error de interpretación tan enorme como querer tapar la conciencia con un “si lo hacen los demás yo también lo hago”. ¿Dónde queda, entonces, la personalidad? Tener que hacer lo que otros hacen es como no ser más que una nulidad, un cero a la izquierda, una manera de no tener valor alguno como persona porque se limitan a imitar y las imitaciones siempre son peores que los originales en el tema del que estamos hablando. Fernando de Rojas lo dejó bien claro y sin duda alguna.
¿Quién mató a Billy El Niño?
– Yo sólo quiero saber si mi hijo está loco, doctor Madigo.
– Señora Pitaluga, los psiquiatras no somos dioses.
– Sé que ustedes no son dioses, pero sólo me importa la salud de mi hijo.
– Quizás sólo sea un proceso desequilibrado de su adolescencia.
– ¡Le advertí un millón de veces que no leyera tantas novelas del Oeste! ¡No las lee! ¡Las devora!
– Leer novelas del Oeste no es síntoma de locura, señora Pitaluga.
– ¿No sucedió eso con Don Quijote por leer tantas novelas de caballerías?
– Don Quijote es una ficción. Su hijo es una realidad. ¿Comprende la diferencia?
– ¡Un millón de veces he tirado a la basura sus novelas del Oeste, pero siempre vuelve a llenar su dormitorio con esa basura literaria!
– ¿Cómo sabe usted que las novelas del Oeste son basura literaria? ¿Quién le ha contado esa mentira?
– ¿No es basura literaria las novelas del Oeste, doctor Madigo?
– Ni más ni menos que cualquier otra afición exagerada. Un joven adolescente puede volverse loco escuchando música clásica, pero lo normal es que nunca suceda eso.
– ¿Se atreve a comparar la música clásica con las novelas del Oeste?
– Me atrevo a afirmar que el hecho de que su hijo lea tantas novelas del Oeste no quiere decir que esté loco. Esas novelas pueden servir para desarrollar la imaginación y desarrollar la imaginación no es una locura sino abrir espacios a la fantasía de los adolescentes.
-¡Prefiero mil veces que se hubiese aficionado al fútbol o que se hubiese enamorado de una chica!
– Debe usted saber, señora Pitaluga, que por culpa del fútbol algunos adolescentes pueden llegar a convertirse en asesinos y que por culpa de enamorarse de una chica algunos adolescentes pueden llegar a convertirse en suicidas. ¿Cómo llama usted a eso, señora Pitaluga? Querer ser como John Wayne puede ser más saludable que querer ser como Cristiano Ronaldo o que Shakira sea su novia. El funcionamiento del cerebro humano es mucho más relativo y sorprendente de lo que creemos. Su hijo puede ser un genio y no lo sabemos descubrir.
– Lo dudo, doctor Madigo, lo dudo.
– ¿Cómo va con sus estudios?
– En Literatura, Historia y Geografía no tiene ningún problema; pero en cuanto a Matemáticas, Física y Química, nunca las aprueba en junio aunque las aprueba en septiembre. Nunca ha tenido que repetir curso. El idioma español lo domina a la perfección. ¡Cuando no lee novelas del Oeste siempre está escribiendo!
– ¿Qué escribe normalmente?
– Poesía. ¡Es un enamorado de la Poesía!
– Lo cual quiere decir que su hijo es normal.
– ¿Puedo hacerle una visita?
– ¡Adelante, señora Pitaluga! ¡Pase y hable con él!
– ¡Hola, mi pequeño Miguelito! ¿Cómo estás, hijo mío?
– ¡Muy feliz, mamá, muy feliz! ¡Acabo de matar a Billy El Niño y ahora voy a por Liberty Valance!
Los auténticos parásitos de esta sociedad…
Los auténticos parásitos de esta sociedad son los que por no querer pensar hacen pensar a los demás
Los auténticos parásitos de estos pueblos son los que por no querer mover un dedo hacen a otros mover el cuerpo entero
Los auténticos parásitos son los que se cuelgan de los árboles y creen que el mundo gira al revés
Mario Pires
Maldición Poeta
Entrevista con Su Graciosa Majestad.
La cita con Paquito Verbenas “El Capricho De Las Nenas” (Su Graciosa Majestad), la hemos acordado y recordado -y espero que no le falle la memoria o desbarre demasiado- para las cuatro y media de la tarde del día de hoy, 23 de abril del año 2014 después de Jesucristo, en la Sala Multiusos del Hogar de Molina de Segura, en la Plaza del Pensionista. Como tengo por costumbre saber esperar a mis entevistados y/o entrevistadas me doy un tiempo para la lectura mientras llega la hora de enfrentarme a este grandioso periodista y supergrandioso escritor que nos tiene a todos y a todas con la boca abierta de lo gracioso que es o, por lo menos, de los gracioso que se cree que es. Espero que esta supergenial Entrevista demuestre lo contrario o confirme lo contrario o a ver si es verdad que es tan gracioso. No tengo prisa. He almorzado en el Hogar, he tomado ya el café con leche en el Hogar, he rebajado la concentración con un vaso y medio de agua en el Hogar y, espero, leyendo, en el Hogar. Todo gira en torno al Hogar y hablando de torno a ver a quien de los dos le falta algún tornillo. Dejo pasar el tiempo para coger al toro por sus cuernos, que no quiere decir nada malo sino enfrentarse cuerpo a cuerpo… no vaya a pensar algún malpensado que estoy refiriéndome a otra cosa… cosa totalmente ajena por completo a mi sana voluntad. Vamos a ver si la voluntad de Paquito Verbenas “El Capricho De Las Nenas”, más conocido por Su Graciosa Majestad, es tan sana como la mía. Esperemos. Solamente esperemos. Porque quien a gracias mata a gracias muere. No se tomen esta frase al pie de la letra sino solamente como un puro Simbolismo nada más. O sea, cuestión de bolas. El Simbolismo solo es cuestión de bolas y saber hasta dónde podemos llegar con el salero… porque a sal gorda (como la de Paquito) siempre le responde la sal fina (que no es mía sino que se la he pedido prestada a una vecinita con permiso de mi chavala por supuesto). Y mientras el momento fatídico llega yo me dedico a darme un garbeo antes de leer algún titular. Espero que no falle a la cita aunque falla bastante Su Graciosa Majestad en los vocablos que utiliza en sus columnas periodísticas para mofarse del Hogar quizás porque le untan bien untado los del Casino.
El abuelo aquel que…
Había un hombre. ¡Era aquél! Un hombre mayor. Uno que era extraño.
Que al pasar, algunas lenguas, de reojo, comentaban, afiladas murmuraciones.
Era uno que iba caminando lento por los paseos adornados con palmeras, mientras los comensales dormían dedicándole una sueño a la digestión.
Poco limpio atuendo traía oscuro, en vestimenta puesto. Zapatos sucios un poco. Del camino que viste y reviste a la polvareda y viceversa.
Avanzaba en lento paso, camino se abría seguro; se trataba pues del extraño.
Sus manos, fuertes. Asido a una vara de gruesa madera, a la vara se atiene, chocando contra la acera testaruda, como un pájaro picando madera para anidar.
El hombre apoyándose, junto al pasar de las horas redondas, esféricas. Camina, marcando el paso como un miocardio cansado, así transita.
En la otra mano, de tela tejida, un saco.
Tela áspera, belicosa, rasposa, rabiosa, intransigente. Llevaba el saco, sujeto bien, y sin desatenderse del.
El hombre extraño, atávico de aspecto, cogido el saco llevaba desde el hombro por las espaldas medio encorvadas. Niñas y niños lo miraban, ojos con temor en la infancia sincera, risueña y llorosa. Miraba al frente ese tal señor. Miraba un poco cabizbajo; quizá obra de alguna clase de cansancio.
La acera era estrecha. Desde alguna vivienda un televisor, y otro, más allá; el hombre silencioso caminaba a cada paso que daba, un aislado golpecito con la vara, en el pavimento lleno de viento y un trozo de papel en un olvido cualquiera. Acercándose al puente; casi una frontera, allí se dirige; el hombre extraño.
Alejándose. El hombre. Solo. De ropas poco favorecidas. Menesterosas.
Y sus zapatos sucios salieron y salen al paso en un camino polvoriento. El barro, aún. Recuerdos líquidos de un día. De una lluvia, fina y delgada; una necesaria inocentada según el saber de la nube en familia ahí arriba entre agua y cielo.
El viejo hombre avanzaba, con él la consecuente vara.
Se acercaba, regresaba, a la parte del extrarradio allá se adentraba, ora desamparado, ora desmejorado barrio navegando a la deriva.
Un lugar donde los niños y las niñas juegan y jugaban alcanzados por la casi indiferencia, al margen, en otra realidad, jugaban a poner el porvenir en juego; un porvenir casi desfigurado que parece se niega a existir.
Con una sonrisa, juegos en las calles, niños faltos, y sobrados de carencias. Estómagos a veces llenos de un hambre domesticado y que sabe esperar y digerir y saborear.
Los adolescentes subidos en veloces bicicletas, se apartaban a otros lugares, sustraían, hurtaban, allende lejos, de un tirón, unas pertenencias; quizá un robo.
Y luego a media mañana otro, y otro, y a esperar a un mejor momento para otro, y en otro día allende nadie los reconozca.
Personas algo impedidas, mayores. Victimas por los suelos tiradas, sus pertenencias burladas, birladas. Las ropas en parte llenas de polvo al levantarse.
El viejo hombre del saco al hombro; triste. Allí, en el extrarradio. Acá en su tierra se adentró; bajo un portal de pared blanca y manchas no muy oscuras.
Un perro pequeño salía a saludarlo, ladraba el animal, alegre, y las ropas del hombre con olores a maderos quemados en hogueras a la intemperie.
Tablas ardiendo para calentar, al otro lado del puente. Nadie, pocos, a esa parte, no osan.
Últimas palabras de grandes hombres (por Alejandro Seibel)
Nada merece más confianza que el testimonio de los moribundos. Aún los mentirosos confiesan en esos momentos la verdad. Una mirada a un moribundo en su lecho de muerte revela frecuentemente más acerca de él que todos sus grandes dichos y hechos, porque en los momentos en que el hombre se encara con la muerte es frecuente que se despoje de su máscara y se muestre veraz. Muchos han debido reconocer entonces que su metas han estado cimentadas sobre arena y que, en la persecución de vanas ilusiones, sufrieron un terrible engaño.
Aldous Huxley escribe, en el prólogo de su libro “Hermoso Nuevo Mundo”, que todas las cosas deberían ser juzgadas como si fuesen vistas desde el lecho de muerte. La Biblia dice: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días (a considerar que debemos morir) que traigamos al corazón sabiduría” (Salmos 90:12).
Más allá de la libertad (Ensayo): Saludos.
Te saludo a tí, que estás iniciando el camino de tu ruta para llegar al lugar que sueñas; te saludo a tí, que estás estudiando la manera de poder encontrar respuestas adecuadas a tus preguntas; te saludo a ti que, día tras días ganas el pan de tu familia sudando como lo hacen quienes tienen el valor de luchar por quienes aman; te saludo a ti, que estás buscando una verdadera patria para tu existencia; te saludo a ti, que sueñas con ser princesa para estar más cerca de tu príncipe encantado y a ti que sueñas con ser astronauta para estar más cerca de las estrellas; te saludo a ti que preparas esa tesis que te va a llevar a ocupar un lugar en el estrado de los sobresalientes; te saludo a ti que, clavo tras clavo, piedra tras piedra, levantas un hogar para tus hijos y para los hijos de los demás; te saludo a ti, que llevas la carga que otros no han querido llevar; te saludo a ti que pides un poco de lo que a otros tanto les sobra; te saludo a ti, hombre o mujer, niño o niña, anciano a anciana que buscas una sonrisa con la cual sentirte ser humano, y una mano amiga, y una luz en la oscuridad…
Más allá de la libertad (Ensayo) 3.- Consecuencias.
Más allá de la libertad (Ensayo)
3.- Consecuencias: Camino, Verdad y Vida.
3.1.- Elegir las certezas.
3.2.- Elegir la alegría.
3.3.- Elegir las ideas.
3.4.- Elegir la formación positiva.
3.5.- Elegir la moralidad.
3.6.- Elegir la liberación.
He estado hablando de las causas y terminé hablando de una construcción determinada del edificio de nuestra libertad individual, de nuestras libertad personal en medio del mundo social en donde habitamos. Hablando de las consecuencias, son muchos los seres humanos que predican y van filosofando sobre que son prácticamente imposibles de cambiar. Yo opino al contrario. Aunque parezca que voy en sentido contrario de la opinión racional de la mayoría de la población humana, estoy convencido de que me baso en la razón para afirmar tales cosas. Las causas son, efectivamente, mucho más radicales que las consecuencias. En multitud de ocasiones (en la mayoría de las ocasiones) las causas se enraizan tan dentro de la personalidad de las gentes que les resulta imposible del todo, o casi imposible del todo, luchar contra ellas para derrotarlas. Está demostrado que con las consecuencias se puede hacer lo contrario. En principio parece entenderse que las consecuencias son inevitables y nos hacen ser de una manera determinada nos guste o no nos guste ser de esa manera determinada. Pero voy a demostrar que los filósofos y pensadores que promueven tales creencias están totalmente equivocados.
Más allá de la libertad (Ensayo) 2.-Causas.
Más allá de la libertad (Ensayo).
2.- Causas: Esencias de la libertad.
2.1.- El principio del ser humano.
2.2.- Apariencias y realidad.
2.3.- ¿Hacia dónde? ¿Por dónde?
2.4.- Entre lo acertado y lo equivocado.
2.5.- La falsedad del libre albedrío.
2.6.- Construcciones de la libertad.
Todo empeño por desarticular un concepto para hacerlo realidad práctica surge, desde el principio de sus esencialidades, en una causa general que conlleva, por propia inercia de nuestra naturaleza humana, diversos parámetros de acción a los que llamo esencias de la libertad para llegar al descubrimiento final a través de las consecuencias de dichas causas.
Más allá de la libertad (Ensayo) 1.- Introducción.
Más allá de la libertad.
Introducción.
Desde que yo era solamente un niño me he estado siempre preguntando lo que tiene de trascendental la vida humana. Recuerdo cuando, siendo solamente un adolescente, salía del Instituto San Isidro de Madrid acompañado por dos o tres compañeros de aula y, caminando hacia nuestros hogares familiares, filosofábamos sobre asuntos que queríamos llegar a descubrir a través de nuestra comunicación interpersonal. Confieso que he estado a punto de leer, antes de iniciar este Ensayo, el libro titulado “El valor de elegir”, de Fernando Savater, pero no lo necesito. Muchos creerán, al leer esta confesión, que actúo como un vanidoso, que actúo como un orgulloso, que actúo como un soberbio o, lo que es todavía peor, que actúo como un ignorante. Nada más erróneo. Nada más falso, Nada más equivocado. Actúo como un adolescente que descubre verdades humanas precisamente porque huyo de los filósofos de la modernidad.
Más allá de la libertad (Ensayo) Índice.
Má allá de la libertad.
Ïndice.
1.- Introducción.
2.- Causas: Esencias de la libertad.
2.1.- El principio del ser humano.
2.2.- Apariencias y realidad.
2.3.- ¿Hacia dónde? ¿Por dónde?
2.4.- Entre lo acertado y lo equivocado.
2.5.- La falsedad del libre albedrío.
2.6.- Construcciones de la libertad.
3.- Consecuencias: Camino, Verdad y Vida.
3.1.- Elegir las certezas.
3.2.- Elegir la alegría.
3.3.- Elegir las ideas.
3.4.- Elegir la formación positiva.
3.5.- Elegir la moralidad.
3.6.- Elegir la liberación.
4.- Saludos.
Más allá de la libertad (Ensayo) Índice.
Má allá de la libertad.
Ïndice.
1.- Presentación.
2.- Causas: Esencias de la libertad.
2.1.- El principio del ser humano.
2.2.- Apariencias y realidad.
2.3.- ¿Hacia dónde? ¿Por dónde?
2.4.- Entre lo acertado y lo equivocado.
2.5.- La falsedad del libre albedrío.
2.6.- Construcciones de la libertad.
3.- Consecuencias: Camino, Verdad y Vida.
3.1.- Elegir las certezas.
3.2.- Elegir la alegría.
3.3.- Elegir las ideas.
3.4.- Elegir la formación positiva.
3.5.- Elegir la moralidad.
3.6.- Elegir la liberación.
4.- Saludos.
Más allá de la libertad (Ensayo) -Presentación-
El pardillo.
Fernando “El Moro” está triste y melancólico porque ninguna de Las Dos Hermanas le hace caso. Fernando “El Moro” se creía que era como El Mío Cid y se acaba de dar cuenta de que ninguna de Las Dos Hermanas se creen su historia de que es un pobre empleado de Banca. A Fernando “El Moro” la vida se le ha vuelto espinosa. Puede ser verdad que sea un pobre empleado de Banca pero con eso no se puede ligar a ninguna de Las Dos Hermanas. Así que lánguido, nostálgico y ojeroso, enciende la radio para relajarse un poco. Se encuentra nervioso. Muy nervioso. Suena la voz de su deseada Ana Belén.
Los Mejores 8 – Los Peores 8.
Nosotros éramos Los Mejores. Ellos eran Los Peores. Estadísticamente eso estaba demostrado; porque en todos los Torneos del BHA (léase Banco Hispano Americano) de Madrid, nosotros nos quedábamos los penúltimos mientras ellos se quedaban los últimos. Así que decidimos llevar a cabo un partido amistoso, en la Casa de Campo, para demostrarles que no les teníamos envidia alguna (nuestras chavalas eran más guapas, más interesantes y más inteligentes que las de ellos) ni les teníamos ningún rencor sino que nos daba pena ver su situación siempre en el fondo de la tabla clasificatoria. Yo lideraba a Los Mejores. Cachán lideraba a Los Peores. Todavía recordará Cachán el día en que nos enfrentamos y que íbamos ganando por 1-0. Ordené a mis muchachos que defendiéramos a muerte aquella victoria de 1-0. A Cachán (Luis para más señas) sólo se le ocurrió decir, en voz muy alta, la estulticia de que nosotros nos conformábamos solamente con ganarles por 1-0. Ante aquella estulticia yo sólo sonreí para mis adentros, pero estaba pensando…
Senderismo (8) Corregido y aumentado.
Miércoles, 26 de marzo del año 2014 después de Jesucristo. Me encuentro en Bombay, en un café de trabajo para la Unicef, pensando en el hambre de los niños y las niñas hindúes, cuando, de repente, me avisan de que la marcha de hoy no ha sido suspendida y que va a haber marcha. Así que apago el cigarrillo y regreso urgentemente a mi hogar antes de irme al Hogar (y valga la redundancia aunque sea en abundancia). El refresco de naranja natural me sirve para recobrar energías. Me planteo la idea de ir toda la jornada dentro del pelotón principal pero sin permitir ninguna clase de escapada inesperada porque tenemos que tener conciencia de equipo. Así que voy a hacer tándem con Juan. Ruta número 1: Hogar – Vía Verde – Ribera de Molina – Corredor Verde – Hogar. Es una ruta de dificultad baja y tengo que pensar en la terturlia del viernes, así que voy a ir totalmente tranquilo y sin tirar para nada del grupo pero, vuelvo a insistir, sin permitir ninguna escapada inesperada.
Senderismo (8)
Miércoles, 26 de marzo del año 2014 después de Jesucristo. Me encuentro en Bombay, en un café de trabajo para la Unicef, pensando en el hambre de los niños y las niñas hindúes, cuando, de repente, me avisan de que la marcha de hoy no ha sido suspendida y que va a haber marcha. Así que apago el cigarrillo y regreso urgentemente a mi hogar antes de irme al Hogar (y valga la redundancia aunque sea en abundancia). El refresco de zumo de naranja natural me sirve para recobrar energías. Me planteo la idea de ir toda la jornada dentro del pelotón principal pero sin permitir ninguna clase de escapada inesperada porque tenemos que tener conciencia de equipo. Así que voy a hacer tándem con Juan. Ruta número 1: Hogar – Vía Verde – Ribera de Molina – Corredor Verde – Hogar. Es una ruta de dificultad baja y tengo que pensar en la terturlia del viernes, así que voy a ir totalmente tranquilo y sin tirar para nada del grupo pero, vuelvo a insistir, sin permitir ninguna escapada inesperada.
Con la zapatilla por detrás (El Chivatazo)
Ahora que don Adolfo se nos ha ido sin memoria, resulta que al angustiado y agobiado Zapatero (como siempre con un verdadero nudo agobiante en la nuez donde se ajusta la corbatilla) ha vuelto a recordar lo de “zapatero a tus zapatos” y me han contado por aquí allado (desde Maszurrón hasta Masmarrón y a buen entendedor sobran las definiciones de Maszurrón y Masmarrón porque todos sabemos lo que significan) va a abrir una zapatería de “de luxe and fashion” feminista para que todas “ellas” (y sabemos lo que quiere decir eso de “ellas” con el bocado de Adán en la nuez, jejeje) deseen ser el príncipe encatando besando a Cenicienta. ¡Jesús que mundo! Y, además, a don Alfonso “El Guerrita de los Anteojos” le ha dado la terrible y temible ventolera de leer “Guerra yPaz” en lenguaje yiddish (que mola mucho eso de saber el lenguaje yiddish chapurreado a lo gazpacho andaluz) porque cree que don León Tostón se lo dedicó mucho antes de que don Alfonso naciese con el nombre de Monchito. Mientras tanto los pepinos amargan, la izquierda no sabe dónde está su derecha y doña Rosa amaga con un ataque en vertical para terminar en horizontal.
Ni anciano ni pastor
Ni capitán ni almirante, ni anciano ni pastor, yo sólo soy un currante, yo sólo soy un currante, pero vivo por amor. No he nacido para santo, ni necesito loor, yo vivo y mientras tanto, yo vivo y mientras tanto, me aguanto el dolor. Ni bebo para olvidarte, ni bebo por afición, yo sólo voy adelante, yo sólo voy adelante, que para mí es lo mejor.
Algunos latinoamericanos (de manera especial andinos aunque los hay de otros países) creen que los españoles del Siglo XXI (entre los cuales me siento muy sanamente orgulloso de serlo) somos algo así como gilipollas o algo parecido cuando los verdaderos gilipollas, y en verdad que gilipollas, lo son ellos. Me estoy refiriendo a los Latin King, a los Ñetas y a la leche que han mamado a todos esos pandilleros por culpa de los cuales están pagando justos por pecadores. No todos los latinoamericanos son culpables de sus idioteces pero suele pasar que, por culpa de unos pocos marranuzcos, tengan que pagar otros que son muy honrados y muy honestos.
Días de Potax
Curiosa época veraniega ésta de los días del Potax. Servicio Militar Obligatorio ya cumplido. Vuelvo sabiendo que ya puedo enfrentarme contra los mejores. Así que elijo rival. Camilo José Cela me lleva mucha distancia pero es ahora o no es nunca. Curiosa soledad acompañada. El Chino Mandarino ya sólo es un lejano recuerdo. Pero me queda el Potax y una madre amorosa que no tiene ningún reparo en dejármelo a huevo. Y es que el Potax tiene huevo. Antes de entrar en la pelea me leo de un tirón su “Viaje a La Alcarria”. Poca cosa. Acabo de descubrir que puedo vencerle con gran facilidad y en su propio territorio gallego. El de Iria Flavia no está tan lejos como yo creía. Si aprovecho y acelero en las curvas le puedo batir. Y monto en mi Lexicon y arranco al rebufo de los más grandes. Comienza mi “Galicia a través de sus ríos” mientras Chester me mira con insistencia y el Potax no se lo regalo a nadie.