Aquél amasijo de polvo, cenizas y agujeros tirado en aquél rincón, en tiempos fué un fuerte corazón.
Su latido sordo, lento, hueco, no es otra cosa ya que un inaudible suspiro sin fuerzas para revelarse ante su cantado fín.
Ya no siente ni siquiera desolación,
se deja morir poco a poco agarrado a las ruinas de esa pared.
Pero , la casualidad, o quizás el destino no quiere dejarlo sólo en aquél inhóspito lugar.
Para no dañarlo más, coje una pequeña astillita y la deposita en él.
Se aparta a esperar.
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Nieva
Invítame.
Hoy el cielo
Hoy el cielo
no se puede hacer esperar.
Que baje un poco.
Que nos deje sus nubes
para que flotemos.
Que nos deje alguna estrella
para que brillemos.
Que nos mande agua clara
para aclarar nuestras dudas.
Que nos sople viento
para respirar puro.
Que nos regale un rayo de sol
para que nos temple el alma.
Hoy el cielo
no se puede hacer esperar.
Saludos. Alaia
Dulces sueños.
Las palabras se las lleva el viento?
Dicen que las palabras se las lleva el viento. Eso dicen. Pero cuando las palabras están llenas de odio, recelo, maldad, pesan tanto que ni el viento puede con ellas. Se van quedando estancadas merodeàndo y pululando a nuestro alrededor, asi que cuando respiramos, a veces, muchas veces, sentimos una angustia terrible sin saber por què. El aire es espeso y nos cuesta respirar. Son todas esas palabras que no se deberìan haber dicho, las que nos entran por la garganta, arrasando nuestros pulmones, hasta llegar al corazón destrozàndolo en milésimas del tiempo. Yo no creo que las palabritas se las lleve el viento. Así que, tengamos cuidado, a veces el silencio es autèntico. Muchas veces.
Osito
Osito quería ver mundo.
Deseaba correr, saltar, rascarse contra los árboles, quitarles la rica miel a las abejas, respirar aire puro y ver ositas, lindas ositas.
Cada mañana esperaba impaciente el momento de poder colarse en la mochila de Marta, hasta que un día por fín, lo logróoooooo.
Temblaba de miedo y emoción. Marta corría para cojer el autobús y Osito de un lado a otro empezaba a maldecir su suerte.
El viaje se le antojó horrible y eterno. Después de mucho zarandeo y asfixia al fín se paró la dichosa mochila.
Dices…
Libre.
Enturbian
Billete de ida.
Para Albert con cariño. Aquí, allí, allá.
Allá
donde el mar se mezcla con el cielo
allá estás tú
obsequiando una barca y un sueño.
Allí
donde la montaña se funde con las nubes
allí estás tú
regalando bocanadas de aire fresco.
Aquí
donde todos intentamos pisar tierra firme
aquí estás tú
ofreciendonos tu suave y fuerte mano.
Amigo,
compañero de luces y sombras
si existe un dios
que séa como tú.
Un beso Albert y muchas gracias por tus palabras. Espero que ya estés bien. Alaia
Esta mañana.
Esta mañana me he caido de la cama. Me he despertado sobresaltada y sin saber por qué he comenzado a andar. La ciudad comienza a despertar, las calles huelen a café, la gente mirando al suelo, blancos, pegados todavía a la almohada caminan deprisa ya.
Poco a poco la cuidad va quedando atrás y el frío mañanero comienza a penetrar en mi cuerpo helándome la piel, helándome la sangre. No puedo parar, debo volver pienso, pero mis piés no me hacen caso, cada vez más aprisa van derechos hacia algún lugar.
Veo un bosque, voy derecha hacia él. Me siento bien, ya no tengo ganas de volver, me adentro y me empiezo a sentir árbol, y me empiezo a sentir flor. La niebla todavía no ha levantado y yo ya no sé si estoy soñando o estoy realmente en el bosque.
Mis pies siguen locos, me abandono a ellos, que me lleven dónde quieran llegar. Como un buho vuelo ya casi en la oscuridad. El sol no puede ya pasar. De pronto mis manos rozan algo. ¿ Qué és? Es tu guitarra, si, es tu guitarra y más adelante están todos los besos que tu me has dado. Y la caracola que yo te regalé, y mis poemas y mis dibujos , y mis caricias, y las tuyas. Y un poco más allá, hay un corazón ! Es el mío! Sonrío. Sé que estoy en tu alma. Aquí me quedaré siempre. Siempre aquí me quedaré.
De porcelana.
Para tí, muñequita frágil de porcelana que aprendistes antes a hacerte el nudo en tu brazo que en tus zapatillas.
Para tí princesa, que tu infantil cucharilla del cola cao la quemastes hasta retorcer.
¡ Qué baratos vendistes tus sueños!
Para vosotros, que con engaños de un mundo burbujeante y chiribitas ahogaron vuestros gritos de lucha y libertad.
Para aquellos, que con mucho sufrimiento y valor, salieron de ése infierno y cuando comenzaron a creer de nuevo en la vida, un simple catarro se los llevó.
No es hora de reproches ya.
Instante.
Noche.
A veces…
Te necesito.
Algo le pasa…
Allí…
Hoy es
Entre tu…
Final
El libro decía fin y lo posó en su regazo cerrando los ojos.
No era el fin que ella hubiese puesto, pero tampoco éra su libro.
Algo de aquel fin no le gustaba. Pero… ponía fin. No había más. Para qué ni tan siquiera pensarlo, para que buscarle otro fín. Para que tratar de cambiar lo que no se puede o debe cambiar. El fin de algo puede significar el principio de otro algo.
El día llega a su fin, pero mañana amanecerá y saldrá el sol.
Sí, el fin no es el final.
Saludos. Alaia
Podría…
Podría escribir los versos más tristes ésta noche
pero alguien ya los ha escrito.
Podría recordar el alma dormida
pero alguien ya lo ha recordado.
Podría preguntar: Jornalero ¿ De quién son esos olivos?
pero alguien ya lo ha preguntado.
Hoy
no puedo ni escribir,
ni recordar,
ni preguntar
solo puedo sentir
y siento un vacío tan grande
que ni siquiera tu mar,
Muñequita.
Amor y Muerte
Raquel acababa de tener unas serias palabras con Cupido, no es que pusiese en duda su eficacia y profesionalidad, no, simplemente que con ella nunca había acertado.
El tiempo iba pasando para Raquel y cada día más fuerte se hacía esa pregunta: ¿ Es que nadie va a amarme?.
Cupido la escuchaba atónito ¿ Cómo había hecho para encontrarlo? Nunca jamás había tenido contacto con ningún mortal, era imposible, pero allí estaba Raquel hecha una furia hacíendole mil preguntas.
Cupido al escucharla pensaba que cómo una mujer como ella, con tanta fuerza, con tanto tesón, tan bella ,no hubiese conocido el amor. ¿ Dónde se perdió su flecha?
¡ Qué rara ùres!
A los pocos días de nacer María alguien le puso un cartel en la espalda que decía: ¡ Qué rara éres!. Toda la vida ha ido0con el cartel encima pero hace muy poquito tiempo ella misma se lo ha puesto adelante, ql final de todo, le gusta ser cmo es.
En su infancia solo esixtió el espacio.
Cada piedra, cada rama, cada lagartija que0cojía directamente acababan en su mundo. En su sueño.
Con cada episodio del Tunel del Tiempo María se transportara también.
Su madre luchqba con ella, quería ponerle lindos lacitos en sus vestidos María protestaba, se sentía ridicula< hasta que un día descubrió que0en las qntenas de los hombrecitos verdes quedaban tan bien...
Si pudiera…
Si pudiera dar marcha atrás, cuantas cosas dejadas en el tintero rescataría. Podría intentarlo ahora, muchas las haré, pero su tiempo ha pasado.
Cuántos besos, abrazos, cuántos te kiero quedaron en la punta de mi lengua miedosos de ser no entendidos o despreciados. Paralizados.
Si pudiera dar marcha atrás cuántos caminos no escogidos andaría, cuántas esquinas no dobladas doblaría.
Si pudiera dar marcha atrás seguiría siempre mis instintos, mi intuición sin que ganara la razón
Pero no hay marcha atrás,la vida no tiene ésa marcha, si fuese como un coche…
Me encuentro aquí, ahora, fruto de mis aciertos y también de mis errores, llenaré el tintero de buena tinta y dibujaré bellos presentes intentando olvidar penosos pasados. Dicen que el pasado no existe y yo creo que sí, en mí, existe, pesa demasiado.
Dulce mariposa.
Y desde que tú estás el bosque está encantado, lo dicen las gentes del lugar.
Dicen que el aire que se respira huele a hierba buena y madre selva. Que siempre un rayo de sol penetra dificultósamente en el follaje y da luz y calor a ese pequeño trocito.
Dicen que a veces una pequeña nube descarga agua fresca en él.
Dicen tantas cosas bonitas desde que tu estás.
Como siempre, tú, traviesa niña jugando al escondite.
Aún ahora que no eres forma, te transformas.
Remanso de paz donde hubo tanta guerra.
Esta noche
Esta noche dormiré bajo un olivo.
La desverguenza del ser humano me obliga a refugiarme en él.
Aunque la noche esté cerrada, aunque el silencio sea sepulcral, aunque ni mi luna ni mis estrellas estén acompañándome, dormiré aquí. El no me dará miedo.
Aunque mi cuerpo esté destrozado, aunque mis ojos estén hinchados de llorar, aunque mi alma esté hecha añicos, dormiré aquí. El no me dará miedo.
Acurrucada con la cabeza entre mis piernas no encuentro consuelo. ¿ Qué hago yo en este absurdo?.