Dejaré la poesía libre,
apátrida,
sin ciencia, sin religión, sin arte,
para que fluya
para que vuele
para que llegue,
y en el exilio,
tocará tu alma
la rozará
como una caricia.
Abrirá la puerta
el pecho,
Me acurrucaré
con mi poesía
dentro.
Alli, como un pájaro que pia
rozándote dirás:
¿qué es eso que late dentro?
Es mi poesía libre
que anidará en tu pecho.
Tumbado en la hierba
cierro los ojos
y dejo que me invadan las sensaciones.
Siento la hierba,
siento el aire
caliente,
el olor
a mar.
Siempre hay olor a mar.
Oigo niños
jugar.
Partió el tigre
hacia el centro de la selva…
Calmo camina olvidando el claro día.
Se adentra en el gris de las tinieblas
de los siglos que viven 100 años.
En los troncos oscuros
de la selva umbrófila
busca las viejas galerías
que le muestran la vereda
hacia la cima
de los picos nublados.
El tigre vuela.
Corre, tigre, corre.
Al hilo de un comentario de Diesel a mi haiku de la mar brava, quisiera animar a otros para contribuir con sus propios haikus a Vorem.
El haiku, (os aporto la info de wikipedia), es una poesía tradicional japonesa que se compone de tres versos de 5, 7 y 5 sílabas, sin rima. Suele contener una palabra clave denominada kigo que indica la estación del año a la que se refiere.
Tradicionalmente el haiku, así como otras composiciones poéticas, buscaba describir los fenómenos naturales, el cambio de las estaciones, o la vida cotidiana de la gente.Sigue Leyendo...
Azul. El azul se mezcla y contamina con un blanco vago, desvaído. Un blanco de tul evoluciona, danza, sonríe, me hace un guiño de magia de boulevard sobre el azul inmenso. Me estremezco, octubre entra en mi piel a través de mi ligera ropa estival, siento frío. Entro en la casa en busca de un jersey.
Parece que fueran costumbre estos movimientos desde hace siglos, cuando apenas llevo ocupando este lugar una semana. Sin embargo la soledad oscura de esta vieja casa de piedra, la alegría vivaz del patio, el olor dulce y goloso de la higuera cercana, pero oculta tras un patio contiguo, forman parte de mi ser rememorando pasados remotos que se esconden en órficas espirales de mi inconsciente. Seguramente constituyen una parte de mi literatura vital, la poesía alimenticia con la que se nutren mis galerías, la que me ha llevado a este lugar de mágico destierro a pregonar como un Dios las vidas infames de sus autores.Sigue Leyendo...
La multidud grita que caiga el muro . Algunos subidos en el antepecho, otros, con cincel y las fuerzas de las manos, arrancando el muro cacho a cacho. Una máquina, derrumba el cemento y los graffiti anárquicos.
Rolf, con la cámara en la mano, saca foto a foto, imágenes de la historia.
Rolf acaba de llegar con el cansancio del viaje en las espaldas, después de muchos años de exilio fuera de Alemania, y todavía le quedan varios días de borrachera de libertad multitudinaria. Cuando anuncian la caida de la vieja RDA, ya dinosáurica.Sigue Leyendo...
Cuando pienso en ti,
Vuelvo a la infancia.
Vuelvo a aquel patio.
Si te imagino,
Con tu risa,
Y esos ojos
Que miran al cielo,
Llego al centro,
Llego a la isla.
Si pienso en ti,
Si miento,
Como tu mientes
Y nos mentimos,
Vuelvo a pensar
En ti.
Pese a que Sócrates me enseñó a descartar las falsas falacias de la religión, también me inculcó el respeto a los inmortales, por eso no olvido mostrar mi gratitud por la felicidad de la vida y, cuando estoy en la Isla, si tengo la ocasión, subo a visitar la tumba del poeta, que se encuentra en lo más alto de la colina en la que yace el pueblo.
Mis pasos van siguiendo aquellos que, a la inversa, se señalan para la procesión del corpus en un fino dibujo en azulejo, sobre los muros de piedra, y me llevan hasta una pequeña hermita y hasta el cementerio.Sigue Leyendo...
El libro de las preguntas
Pablo Neruda, ilustrado por Isidro Ferrer,
Ed.Media Vaca, Libros para niños, ¡No sólo para niños!
“ Si me he muerto y no me he dado cuenta,
a quién le pregunto la hora?”
“Hay algo más triste que en mundo
que un tren inmóvil en la lluvia?”
Todos nos hemos preguntado miles de preguntas absurdas, inocentes y a la vez, trascendentales. Este es el libro de las preguntas. Este librito de Pablo Neruda, ilustrado de forma divertida e inteligente por Isidro Ferrer, es un descubrimiento de una tarde lluviosa de abril. Leerlo es un placer que vivamente recomiendo.Sigue Leyendo...
Ya no pienso en ti.
Ya fuiste.
Ya no te busco.
Ya no te encuentro.
Ya fuiste.
Ya no miro en los ojos
errantes
tus ojos en mis ojos.
Ya fuiste.
Ya eras.
Ya has sido.
Ya fuiste.
Ya no pienso en ti.
Ya fuiste.
Ya no te busco.
Ya no te encuentro.
Ya fuiste.
Ya no miro en los ojos
errantes
tus ojos en mis ojos.
Ya fuiste.
Ya eras.
Ya has sido.
Ya fuiste.
Abrid las puertas a los mejores.
Son hombres fuertes
estas palabras.
¡Remad malditos,
a la poesía!
A mi, mis hombres,
a mi, metáforas.
Luchad sin freno,
hasta las últimas.
¡Ave!, mejores,
¡Ave! Palabras.
Me detengo y pienso, en honor de los muertos, en el mar y mi pensamiento es breve, es un segundo de palabra de tres letras, es el agua incierta del destino y la memoria que se borra como un canto de sirenas que nunca escuchó el viajero.
Si nos quedara un solo instante
de amor
entre los dos.
Si delante de nosotros
sólo hubiera el último río.
En la laguna, frente al perro,
saltaría de la barca.
Si ese instante fuera el último,
volvería,
como un paria,
al instante del amor.
A los Prada y al Villaescusa, el más Prada de los Prada.
Manuel Prada fue un niño totalmente normal. No llovía entonces ni tan siquiera lloviznaba. Ya caía afuera suficiente agua para tener que llover por dentro. En todo caso, lloraba, como todo hijo de vecino, cuando su padre le pegaba una tunda por haber hecho saltar a una oveja por encima de la valla como si fuera un caballo, o cuando se caía del pajar, o cuando le entraba una cosa en el ojo, o cualquier cosa por el estilo. Pero tampoco hacía eso usualmente, ni tan siquiera cuando la señorita le pegaba con la regla por haber hablado en gallego en la escuela, ni cuando tenía que privarse del partido de fútbol porque tenía que recoger patatas o regar la huerta o dar de comer a los animales… Lloraba o no lloraba, pero de llover nada.Sigue Leyendo...
Tengo una legaña en el ojo y mi madre corre mucho para que podamos llegar a tiempo al colegio. Su enorme culo se bambolea con ligereza, mientras avanza a la velocidad del rayo. Yo voy como cola de cometa a un lado y a otro, pegando saltos atropelladamente.
Mi mamá no es como las demás madres. Mi mamá es una señora inmensa, estupenda, más grande que ninguna madre y de color chocolate. Yo también soy de color chocolate, por eso me llaman en el cole “Chocolate”, a veces también me llaman “negro”, pero la seño dice que así está mal dicho. Mi mamá es lo más. A veces voy por la calle y veo la cara de susto de la gente al ver a esta madre imponente que tengo. En el autobús, un par de culazos bastan para que encontremos sitios donde sentarnos. En nuestra escalera, en el edificio donde vivimos, hay una señora muy antipática que siempre nos mira por encima del hombro. Una sola mirada de mi madre es suficiente para que huya despavorida a su casa.Sigue Leyendo...
„Passer, deliciae meae puellae“. Latín, olor tierno de adolescencia olvidada, una nuca blanca y suave, sabor caliente, deseo. Las palabras de una aburrida traducción de Catulo vuelan como palomas, mientras mis ojos no miran hacia delante, sino que envuelven, acarician, lamen una dulce nuca adolescente.
Voy a ‘tercerodebup’ y mi padre me dice “cuidado con el latín, no te quede para septiembre”, pero, en clase, yo no escucho a don Luis, porque estoy en mi mundo de calidez suave y latidos del primer amor y vivo en la eterna duda y en el no me atrevo y en el que dirá.
A mi lado, mi colega “el Melenas”, me susurra al oido su personal interpretación de la vida sexual de don Luis. La fantasía vuela a la hora de abrir el diccionario de latín… La mía se evade en paisajes de un cuerpo joven, olor agridulce a sudor, anticipación del tacto de una piel caliente.
Bullen las ideas en el sector radical del fondo-izquierda. Mis colegas de juergas intercambian planes de fin de semana. Don Luis levanta la cabeza, preparado para tomar medidas contra la insurrección. Yo vivo en mi exilio interior, construyendo puentes que me lleven al deseo.
Creo en Utopías, imagino un mundo mejor, fabrico en mi mente realidades futuras, finales felices, deseos cumplidos.
En la lejanía suena un timbre.
Cerré los libros, ese año no pasé septiembre.Sigue Leyendo...
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