Todas las entradas de: Glosagon

Cuento de Navidad

Suerte que hoy solo ha trabajado media jornada y mientras sus compañeros caminan hacia el bar de al lado para tomarse una copa juntos y desearse lo mejor, ella camina hacia el súper más cercano para lograr conseguir, como el mejor Rey Mago, todo lo que lleva anotado en un pos-it que se niega a pegarse a su agenda como si quisiese huir despavorido a su destino.
Como cada año y hace diez, prepara la cena para toda la familia. El pretexto oficial es que en su salón caben todos, por eso cuando compra el décimo de cada año, sonríe pesadamente y sueña con que si alguna vez la diosa Fortuna la visita se comprará una casa “sin salón” y entonces ¡adiós pretexto! Sigue Leyendo...

No digas que fue un sueño

Fue tan intenso el dolor que comenzó a soñar…
La enorme puerta que le dio la bienvenida al caserón era majestuosa pero a la vez inquietante. Aquella cabeza de carnero con cuernos retorcidos y ojos metálicos clavándose en los suyos provocó que un escalofrío se aposentara en su nuca y su mente solo pensara en cómo salir de allí.
Subió corriendo por unas escaleras de peldaños de blanco mármol gastado, que la guiaron hacia una habitación donde la luz, también temerosa, se escondía tras unas largas y pesadas cortinas.
Olía mal y sintió que un pútrido olor le atravesaba la nariz y se le clavaba en la garganta. Le faltaba el aire y quería salir de allí. Sigue Leyendo...

Tardes de domingo

Las tardes de domingo son unos infinitos puntos suspensivos por los que se descuelga la semana conclusa y se engarza la contigua. Contenemos el aliento preguntándonos si seremos capaces de sumergirnos en ella y si disfrutamos de suficiente capacidad pulmonar para desafiar, una semana más, a la rutina.
Son tardes holgazanas y ronroneadoras, un preámbulo a días de madrugones, carreras, citas y tediosas jornadas laborales, aunque con los tiempos que corren, afortunados aquellos que encaran la nueva semana con alegría por tener un lugar de trabajo donde acudir los lunes.
Las tardes de domingo se componen de pequeños retales que confeccionamos a nuestro antojo y adornamos con todo aquello que hemos vivido, disfrutado y también sufrido a lo largo de la semana que exhala su último suspiro para no volver.
Pero no desesperéis, el viernes se avista inquieto por retornar, para poner nuestra vida patas arriba, de nuevo. Sigue Leyendo...

La voz

Su primera toma de contacto con ella fue el día de su cumpleaños. Al principio estuvo reticente y obtuso, ¿cómo se atrevía a usurpar su espacio sagrado de cuatro ruedas sin él solicitarlo?
A medida que iban pasando los días se acostumbró a su presencia que irradiaba luminosidad, pero sobre todo, lo que más le gustaba de ella era su voz.
La voz de “Esmeralda” tenía matices sobrios e imperturbables, aunque un poco jodelones también.
Como en cualquier relación que se precie no lograron evitar las broncas, a veces varias en el mismo día, sobre todo cuando ella se empeñaba en darle clases de conducción, eso le ponía de muy mal humor, o cuando lo que ella proponía significaba dar un rodeo innecesario para llegar a su destino, entonces hacía acto de presencia el energúmeno que todos llevamos dentro mientras conducimos y le gritaba -¡cállate de una vez, tía pesada! y “Esmeralda” languidecía por un “off” brusco y cortante.
Poco duraba su silencio porque en cuanto llegaba a una encrucijada de caminos la echaba de menos y la perdonaba acariciando de nuevo el “on” y ella le contestaba con cierto retintín…
–Recalculando el recorrido-. Sigue Leyendo...

¡Por fin..la lluvia!

No he podido reprimir el impulso de transmitir el júbilo que hoy he sentido al ver la llegada de la lluvia. Para muchos la lluvia simboliza tristeza, melancolía, hastío. En mí, su efecto es renovador, de savia fresca que fluye por cada poro de mi piel como un torrente de existencia nueva. El agua es la esencia de la vida.
Me divierte caminar bajo la lluvia. Hoy, en mi caminata casi diaria, he disfrutado viendo a los árboles darle la bienvenida con sus ramas abiertas en un cálido abrazo, los pajarillos se arremolinaban en los charcos de agua fresca recién caída para darse su ducha matinal. He visto al Teide jugar al escondite con las brumas plomizas hasta caer rendido y ser devorado completamente, quizás sea el primer paso de un patrón de confección de su manto blanco y días más tarde, reaparecerá cubierto con su traje de gala. Sigue Leyendo...

Despertar

Aquella oscuridad absoluta me lamió los ojos. Mi campo visual es mínimo y aunque intento poner en práctica toda mi agudeza visual no soy capaz de adivinar un color o una forma. Lo que mis ojos no perciben lo intento compensar con el resto de mi abanico sensorial como si fuese un invidente casual.
Estoy tumbado sobre una superficie plana, compacta y rígida. Mis brazos penden de los hombros como péndulos de reloj dañado, mi cuerpo compungido y convulso se derrite en sudor. El frío se hace doloroso por su intensidad, intento incorporarme y adivinar dónde me encuentro y cómo he llegado hasta aquí. Al apoyar las palmas de mis manos siento que éstas se deslizan inseguras y caigo de nuevo sobre mi maltrecha espalda. Sigue Leyendo...

DESPERTAR

Aquella oscuridad absoluta me lamió los ojos. Mi campo visual es mínimo y aunque intento poner en práctica toda mi agudeza visual no soy capaz de adivinar un color o una forma. Lo que mis ojos no perciben lo intento compensar con el resto de mi abanico sensorial como si fuese un invidente casual.
Estoy tumbado sobre una superficie plana, compacta y rígida. Mis brazos penden de los hombros como péndulos de reloj dañado, mi cuerpo compungido y convulso se derrite en sudor. El frío se hace doloroso por su intensidad, intento incorporarme y adivinar dónde me encuentro y cómo he llegado hasta aquí. Al apoyar las palmas de mis manos siento que éstas se deslizan inseguras y caigo de nuevo sobre mi maltrecha espalda. Me quedo inmóvil sintiendo la contracción de los músculos. Sigue Leyendo...

Patrullas

Tantas horas de patrulla nocturna solo conducen al aburrimiento.
Nico y Diego eran compañeros desde la academia, superaron juntos la oposición al Cuerpo Nacional de Policía y fue cosa del destino o del azar que les tocara en la misma comisaría. Era conocida como el “Spa”, por ella transitaban casi todos los novatos como “premio” a sus esfuerzos. Una comisaría “relajada” cuyo radio de acción estaba intensamente habitado de camellos de poca monta, prostitutas multirraciales “protegidas” por una especie de “Cogotesgold”, llamados así por la cantidad ingente de este metal que lucían en sus cuellos blancos, negros o mestizos, sin distinción. Locutorios donde se hablaba cualquier lengua por extraña que fuera y lo que era peor, desconocidas para la mayoría de los agentes, que una vez recalados en esa vorágine, se percataban que toda la vida peleándose con el inglés y éste ya no era suficiente. Sigue Leyendo...

Virus

Sufren de doble personalidad, fantasmas de noche y esqueletos de día. Proyectos de hormigón y cemento que no han pasado al grado de cuerpo y donde batallones de células encofradoras, alicatadoras, pintoras… no llegaron a tiempo para practicarles la cirugía y otorgarles el aspecto lozano que se buscaba en su inicio.
Son materia gris inerte, memoria de sueños sin cumplir, de vidas sin vivir, de corazones deshabitados, de llanto sin niños.
Un virus envuelto en una burbuja ha sido el causante de su mal, llegó sin que nadie se diera cuenta, al menos eso dicen todos los jefes encargados de la operación.
Los excesos materiales del pasado han hecho que este mal haya venido a quedarse, quizás, por tiempo indefinido. Sigue Leyendo...

Vecinos invasores

Han habitado un espacio que hasta ayer era tranquilo y silencioso. Son almas que no descansan hasta muy tarde, creo yo. Sus voces irrumpen en mi habitáculo vulnerando las débiles paredes que nos separan. Sus vidas se convierten en la mía aunque intente mil veces evitarlo, a cada vuelta en la cama, una nueva historia.
El tecleteo de baldosas que golpean con tacones diabólicos hacen que mi desesperación se disemine como una mancha de líquido pegajoso y fétido. ¡Quiero dormir!

Letras

No paran de danzar en mi cabeza, da igual el momento, la hora, el lugar. Aunque su instante selecto y singular sea la noche. Cuando creo adentrarme en un túnel oscuro y silencioso que me desacopla del mundo real para transitar por el de los sueños, ellas, sin ningún rubor ni pesadumbre comienzan su fiesta donde están invitadas las palabras, las frases, las historias…
Todas quieren ser las reinas del baile, las protagonistas, pero la competencia es tal, que llegado el momento de distinguir no soy capaz de hacerlo, porque todas me parecen perfectas, insustituibles, necesarias. Ellas se abrazan a mi cabeza formando una corona de ideas rutilantes y valiosas como joyas, a las que no puedo dejar de custodiar en aquella parte de mi cerebro donde se celebra el baile y que una vez regrese del tránsito nocturno, idearé la fórmula magistral para que ninguna quede abandonada en la Necrópolis de las Letras Perdidas. Sigue Leyendo...

Destellos cromáticos.

Algunas se ocultan tímidas y humildes sin querer acaparar atención, otras en cambio, se exhiben sin pudor y con colosal esplendor, queriendo ser el epicentro del lugar.
Muchas nacen libres y soberanas, otras viven con un destino fundado. Se obsequian para dar la bienvenida cuando nacemos y también nos despiden de la vida con su eterna fragancia.
Miles de siluetas son un regalo visual y un despertar de nuestro aletargado olfato. Sus colores, dicen, atesoran significados heterogéneos. La esencia es disfrutarlas porque son simbología de momentos irremplazables.
Cuando parece que ya nada puede manifestarse entre tanta materia destartalada, ellas afloran igual que llantos de vida. Sigue Leyendo...

Escrituras olvidadas.

Querida Adelina…
Querido Alfonso…
Muy Sr. Mío…
Estos prólogos de carta en su momento tan cotidianos han pasado a formar parte de nuestra historia escrita ¡qué lástima!
Esta vida desenfrenada donde este instante ya ha caducado, ha relegado casi al olvido, aquellas epístolas que se componían con esmero, pulcritud, despacito y con buena letra.

Miradas

Las percibirás frías y distantes, indiferentes, casi invisibles.
Te acunarás con las cálidas, mansas, sosegadas y envolventes.
Conocerás las furtivas y tímidas que transitan como puntas de almea.
Temblarás con las lascivas y sexuales, rayando lo obsceno, que te invitan a fantasear.
Saborearás las exquisitas, tiernas, gratas y deliciosas como maná de dioses.
Disfrutarás con las sinceras, amables, bondadosas y afables y sufrirás con las mortíferas, odiosas, celosas y despreciables.
Convivirás con las interrogantes, expresivas, temerosas, degeneradas….
Todas se originan de la mirada en estado puro, aquella que nos devuelve al punto de partida y nos obliga a reflexionar
¿Porqué hemos dejado de mirar con “ojos de niño”? Sigue Leyendo...

El propósito

Como cada día y siguiendo su rutina, sale a caminar durante una hora, tal como le aconsejó su médico. Desde hace varios años su corazón, que ejerce de “cobrador del frac”, le pasa la factura de todos aquellos años de excesos, donde la buena mesa, el alcohol, el tabaco y también las mujeres, fueron sus mejores aliados en sus infinitas juergas.
Cada día pasaba por una urbanización donde las casas son como cromos repetidos, adosados, los llaman. Todas eran iguales, excepto una, donde vive ella.

Ventilando el armario

Apoyado en la esquina de la ducha lloraba silenciosamente mientras el agua despeñaba por su cuerpo las lágrimas hacia el sumidero. Así sentía que había sido su vida, hasta hoy. Un maloliente e interminable desagüe por el cual viajaban, haciendo rafting, sus sentimientos, sus deseos, sus ilusiones…
Hijo de militar autoritario, hosco y abstemio en sentimientos, compensado por una madre cariñosa y en exceso protectora, siempre y cuando el “General” no estuviese por cerca y le ladrara que lo tenía mimado, consentido y amariconado.- ¡ Los hombres no lloran, coño!-
Fue el protagonista de un guión prescrito y arcaico. Colegio religioso, carrera militar, boda por la iglesia y sus hijos, ¡sus hijos! único premio a una vida muda y en blanco y negro como esas películas de los años 20. Sigue Leyendo...