Hoy arde esta mañana
de hallarnos en el límite horizonte.
Allá… en el monte
la palabra del momento
es el viento
rodeando a la ladera.
La nieve, en el desmonte
de la estación primera,
anuncia la primavera
alumbrando el aposento.
Hoy arde esta mañana
de hallarnos en el límite horizonte.
Allá… en el monte
la palabra del momento
es el viento
rodeando a la ladera.
La nieve, en el desmonte
de la estación primera,
anuncia la primavera
alumbrando el aposento.
La melancolía invade mi corazón mi mente y mi cuerpo, como evitar transportar mis pensamientos al pasado? como no sonreír al recordar tus caricias? como no sentir en mis labios tus besos tiernos y fugitivos? cómo hacer para mirar mis manos y no recordar las tuyas? que hacer para no encontrar en tu aroma mi adicción? ni una palabra, entre tanto llueve, hace frio, y llegan más recuerdos sentimientos inútiles, desespero, nervios; quizá algo de música me relaje, me distraiga, fallido intento, hay algo que no me deja en paz; leer, gritar, bailar, nada, nada funciona ningún intento es válido; estoy lejos de las tablas no aguanto más miro el teléfono, te llamo? No, me arrepiento, voy a la ventana , miro caer el agua, las personas pasan corriendo, otras trabajan ;cumplen su función, hay quien camina pensativo… y yo; si yo aquí, sin saber qué hacer, me decido, te llamo, te escucho, se siente la sangre llegando al corazón , vuelvo a respirar, mis manos tiemblan, dos minutos hablando contigo y la adrenalina por mi cuerpo al 100% llega a cada a poro y me estremece, dos minutos en los que soy eternamente feliz, solo por oír tu voz.
Y en llegando preguntóse a sí mesmo.
– ¿Habré llegado?
Abrierónse los sus ojos y exclamó.
– ¡Albricias!
Y en picando espuelas adentróse en el bosquecillo presuroso y pensaroso.
– Habremos de en llegar hasta donde allende los confines de la diosa Fortuna.
El es imprescindible siempre buscando una forma de revolución, su cabello negro lacio demuestra la más grande insignia de rebeldía; sus ojos esconden un gran misterio, al final de su mirada hay un tesoro y para llegar a el se tiene que caminar por el largo sendero cristalino y solemne de su inocencia su piel cubre la monótona y aburrida apariencia de la infelicidad, sus labios besan el triste recuerdo del amor, sus manos derrochan ardientes e intrépidas caricias de ilusión y por sus venas corre la sangre indeleble y melancólica agonía de una sonrisa enigmática que provoca en su ser las más tiernas y profundas lagrimas de desilusión; pero aun a si su boca suelta una embriagante y encendida risa que deja desprender las ansias infinitas de alcanzar su más preciado sueño y la ilustre expresión de su cara y de su alma al presenciar el adiós del sol despeja en mi cualquier duda que hubiese tenido al pensar que no os parece en lo mas mínimo al niño rubio, curioso y sonriente que cuido celosamente a su flor y que ahora duerme profundamente en el yerto, yerto en el cual silenciosamente ríen las estrellas y lloran los poetas.
6 años. Tengo 6 años de edad, he salido del Nuesta Señora de la Almudena de Madrid y estoy en el Lope de Rueda madrileño con un maestro, enjuto y seco a lo Machado, que se apellida Ibáñez. No es el dibujante de los tebeos, ni tampoco Ibáñez Menta ni mucho menos Ibáñez Serrador o el Ibáñez del Athletic Club de Bilbao. Algo de Blasco Ibáñez sí que puede ser. El caso es que estoy aprendiendo mis primeras letras.Todo eso de “mi mamá me mima mucho”, “toma tu tomate” y otras frases más o menos parecidas.
Pepe mientras le acaricia el culo con gran esmero:
-Siempre hay que irse de vacaciones con uno de estos
Y le cachetea una nalga con cariño para afirmar lo expresado
Susan no reacciona
Pepe mientras se contempla al espejo con cierto narcisismo:
-Siempre hay que irse de vacaciones con uno de estos
Y hace un movimiento de pelvis para potenciar lo reflejado
Susan no reacciona
¿Recuerdas la manera en que reímos anoche?, fue tan maravilloso como tu ego. Anoche también podíamos sentir ese mágico olor a noche fresca, que nos lleva a cerrar los ojos y dejarse llevar por el miedo, ese miedo que te hace temerle a tu misma sombra, y levanta de un golpe tus mayores sueños dulces.
Cuando ya se hacía tarde comenzó a callar la habitación, dejando que la noche hablara sola, y que ésta relatara silenciosamente sus cuentos de amistades perdídas; yo levante mi copa hacía arriba, así cogiendo el negro licor nocturno.
La noche se despedía, comenzaban a caer fragmentos de madrugada en nuestros rostros, pero con esto, no quise lidiar, y te golpeé las ideas con una botella, pero tú no sangraste, si no que, solamente lloraste… si no te lo golpeaba yo, el tiempo lo haría de todas formas.
Acá
¿se puede almorzar?
Acá
¿se puede comer bien?
¿y de postre que van a traer?
¿de bebida que tenemos?
agua mineral
¿con o sin gas?
¿los cubiertos están limpios?
¿los vasos en este día tendrán manchas?
La música es un lenguaje que todo el mundo entiende y
sin embargo,
aquí seguimos oyéndonos desafinados,
porque ya,
hasta con aparatos
no nos encontramos a tono.
Ni el tono adecuado.
Un niño pequeño llora.
Está sentado en el suelo, sus cabellos algo desordenados.
¿Estará diciendo?: “¡Tengo hambre!”
Una Cazuela llena de comida. Humeante. Recién cocinada.
La criatura llora, sigue.
¿La criatura estará diciendo?: “¡Tengo Hambre!”
La comida va cayendo sobre un plato.
El niño sentado en el regazo de la abuela empieza a comer y ha dejado de llorar.
Don Miguel de Cervantes Saavedra es uno de los más grandes genios que exiten en la Literatura Universal y, como era un verdadero genio, resulta que tenía una gran cantidad de enemigos envidiosos de su inteligencia y de su éxito que no hacían más que insultarle. Pero Don Miguel de Cervantes Saavedra era mucho más inteligente que todos ellos juntos y, como era valiente y decidido y se enfrentaba cara a cara contra toda es pléyade de cobardes y mentirosos, se le ocurrió la genial idea de llamarles a todos ellos perros pero de manera sutil aunque directa.
Las Islas Mauricio no están en África porque están en el mar, lo mismo que sucede con todas las islas; y no me puede usted suspender porque he dicho la verdad. Punto y sanseacabó.
Te voy a echar tanto de menos…
Recordaré tu aroma como el mejor veneno,
dulce, infantil, noble, pendiente.
Lo guardaré como el mayor tesoro
habido y por haber.
En este atardecer de sol y lluvia de sueños, se derraman las lilas del viento por el mundo ligero de las mariposas que, dejando a las rosas, buscan su dulce encuentro con ellas… con las lilas de este atardecer que, de tan caliente que existe, es la fuente donde bebo la luz de mis versos. Una flor. Sólo una de ellas es la mejor. Y yo, presto, me presto a suavizarla con el tacto de mis dedos y escribo… escribo en la memoria del tiempo un soneto:
En este atardecer de lilas ardientes
eres eterno movimiento
de versos,de rimas, de sentimiento
subiendo todas las pendientes.
Nosotros
los fantasmas
nos comprometemos
seriamente
a unirnos
y aplastar
al Pac-Man
Por abusivo
por comilón
por engreído
Desabrigado:
Dehesa
Abrigo
Obrigado
Quiero escribir algo pero como hacerlo
hacer una frase sentida y algo comenzó
es como expresar algo con pintura
una superficie plana y una idea
No quiero siquiera que me comprendan
si ni yo mismo a veces logro entenderme.
Pero sí, llevo tantas cosas dentro
para sacarlas sin saber que se dirá
he empezado con versos de ojos y labios
y con idealismos de un cuerpo de mujer
Textos de miradas, almas que me quieran
líneas con labial, sombra y blush.
No soy machista
No soy feminista
Intento no ser ista
y así seré extremista
No soy marxista
No soy leninista
Ni economista
Ni derechista
El café con prisas, las historias a medias.
La sarna con gusto y las historias a medias.
El ruido de fondo mirándonos
y nosotros contandonos historias a medias.
Y del fondo, el ruido nos tragamos
Por definición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua española, un clavel (que en portugúes se escribe “cravo”) puede ser: palabra derivada del castellano clavell que se refiere a una planta de la familia de las Cariofiláceas, de tres a cuatro decímetros de altura, con talllos nudosos y delgados, hojas largas, estrechas, puntiagudas y de color frisáceo; muchas flores terminales, con cáliz cilíndrido y cinco pétalos de color rojo subido y olor muy agradable (se la cultiva por lo hermoso de sus flores, que se hacen dobles y adquieren colores muy diversos), o la flor de esta planta; aunque también existe el clavel coronado que es una clavellina de pluma y el clavel de China que, en Cuba, es un clavel de hojas mñas anchas que el común, pero de flores más pequeñas.
Cuán difícil es decir adiós…, ella se encontraba pensando en lo mucho que amaba a aquel chico, ya habían pasado varios años desde la última vez que se vieron, pero un día él reapareció en su vida, ya casado, pero cuando escucharon su voz nuevamente, ambos recordaron muchos momentos de su vida, varios momentos felices, él quiso verla, ella no sabía como podría reaccionar, pero acordaron verse.
El día que su encuentro sucedió, él la abrazó y la dio un tierno beso en la frente, ella se quedó sin palabras, él le dijo que no había perdido la esperanza de encontrarla, a lo que ella contestó que si había perdido la esperanza, en tanto él se casó.
Era tan tarde que la noche parecía mezclarse con el infierno. En su habitación rugían los fantasmas. Nada más despertarse cayó en la cuenta de que debía llevar mucho tiempo tiritando. No era porque tuviera frío, en realidad estaba sudando.
Era tan posible que “lo de siempre” volviera, para devorarla, que permanecía sobre ella un escudo muy pesado que le tapaba los ojos. Se levantó de un golpe y se puso a dar vueltas por la casa. Estaba acostumbrada a la ansiedad, pero esa noche notaba que había algo más y estaba asustada. “No tienes nada que hacer”, escuchaba.
Dicen que el silencio, es el amigo que no traiciona,
Pero tú silencio es sido el enemigo que más me hiere,
amargos han sido los amaneceres, vacíos y fríos,
Húmedas las noches, al igual que mi almohada,
Ya no hay tiempo para mi, tampoco disposición,
Parece como una venganza del destino,
Como una rebelión del desamor que está harto de mí,
Harto de estar a mi lado siempre, soportando mi tristeza,
Como un soldado en guerra me mata de forma súbita,
Y yo me niego a morir…
Jaime Fernández Garrido escribió: En el llamado mundo del espectáculo podemos encontrar todo lo que queramos y más aún. Las historias extraordinarias parecen no tener fin. No sé si sabrás que el músico Bill Wyman, se casó en 1989 con la modelo Mandy Smith. Habían tenido relaciones desde que ella tenía trece años. Él estaba casado anteriormente y tenía un hijo de treinta años llamado Stephen, que se enamoró de la madre de Mandy, Patsy Smith y también se casaron. Imagínate, el padre pasó a ser hijo de su hijo, y el hijo padre de su madre, y su hija era al mismo tiempo su madre… Bueno, no quiero seguir. Semejante lío familiar duró bien poco. Antes de cumplirse un año y medio Bill y Mandy se divorciaron.
Yo aún te quiero,
como cuando recuerdas con anhelo jugar al escondite o el regalo de reyes.
Y si, no miento,
que si te quisiere a ti por tales reyes,
de ti mi dueña y yo tu siervo,
soñar a mi infancia con tan solo tu beso
para siempre.
Del Papa Francisco:
“La Navidad suele ser una fiesta ruidosa: nos vendría bien un poco de silencio, para oir la voz del Amor.
Navidad eres tú, cuando decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma. El pino de Navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la vida. Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus virtudes son colores que adornan tu vida. La campana de Navidad eres tú, cuando llamas, congregas y buscas unir. Eres también luz de Navidad, cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, alegría y la generosidad. Los ángeles de Navidad eres tú, cuando cantas al mundo un mensaje de paz, de justicia y de amor.
¡Que putada!
La vida,
que me hizo recordar cuando más llovía
los platos de donde comí antes de conocer tus líos,
y qué putada,
sonreír a media carcajada
al recordar como me veía.
La novedad es todo aquello que se siente dentro de La Verdad y que antes se sentía dentro de La Mentira.
Con poquito me basta, tan solo una mirada, un abrazo en la noche, él calor de tu cuerpo y un te quiero callado.
Con poquito te doy mucho, mi sangre, mi vida si hace falta, mi corazón mundano.
Con poquito se creo el mundo y a poquito nos iremos de este reino para morar en las estrellas.
Quijano.- ¡Escucha bien, Sancho amigo, grandes músicas se escuchan hoy en día, vive Dios, aunque no las entendiere ningún caballero que se preciara de serlo!
Sancho.- ¡Decis bien, mi señor caballero! ¡Jamás oí yo tales jerigonzas, que hasta los sesos se me aprietan al querer entendellas!
Quijano.- ¡Se debe decir entenderlas y no entendellas, Sancho, pues no es menester ser tan antiguo!
Sancho.- ¡Antiguo o menos antiguo mis sesos se me aprietan al escucharlas!