Si la aventura del vagar por el planeta te guía a las riberas de lo inédito haces bien en vivir las experiencias sin coartarte ante el riesgo de hacerte profundo o de adentrarte en los internos laberintos de lo humano.
Provisto de tu crecida fe en tus viajes haces bien en no temer a la muerte porque estás lleno o llena de vida imperdible, tan misteriosa como cristalina es el agua de la playa donde te bañas o tan irrenunciable como ese aval de tu libre pensamiento.
Con razón Sinceridad y Silencio comienzan, ambos sentimientos, con el si de la Simetría. Sinceridad para ser nobles con nosotros mismos y Silencio para sentir las angustias o las alegrías de los demás. Con la S de Sencillez expresamos la Sinceridad de nuestro corazón. Con la s de Sanidad curamos las heridas del Silencio del amigo, la amiga, el compañero o la compañera que nos abraza cálidamente porque necesita nuestra comprensión.
Acababa de morir Mamá Milagros y allí estaba, triste huérfana y abandonada, su hijita Soledad. Lloraba desconsoladamente Soledad porque ahora ¿quién la iba a seguir llenando de ilusiones su pequeña aventura diaria de soñar con soles en días llenos de luz y de color y con lunas en noches llenas de encanto y de poesía?. Pasó entonces, por el sendero, la tía Esperanza y recogiendo a Soledad la arrulló entre sus brazos y la consoló haciéndole saber que la amaba y que jamás quedaría abandonada, que limpiara sus ojos de llanto para contemplarla a ella, a la Esperanza, que venía a llenarla de nuevas ilusiones. Y así Soledad olvidó el llanto y supo que Esperanza era el milagro diario que seguiría originando dentro de su alma millones de sueños bajo el sol y la luna. Sigue Leyendo...
Los seres humanos son siempre más humanos cuando se llenan de Sinceridad y Silencio, que son las dos manifestaciones que Dios admite como lenguaje de la Verdad. Sinceridad cuando queremos dialogar con nuestro entorno. Silencio cuando queremos escuhar los pálpitos ajenos. De tal manera que ambas manifestaciones nos sumergen en el infinito de los sueños encendidos del espíritu humano y envueltos en la presencia de los sentimientos, con la Sinceridad y el Silencio por banderas, compartimos con los demás los espacios en que crecemos como hombres y mujeres sencillamente sanos. Sigue Leyendo...
!Gracias, amigo Agirregabiria, por tu caliente exposición sobre los besos!.
A mí lo que me entusiasma en verdad es el beso revolucionario, ese beso humano profundo y libertario, explosivo que estalla a plena luz ante el flash de miles de fotógrafos que son los ojos de los viandantes. El beso desgarrador y restallante que derrumba las barreras de los reaccionarios intransigentes ante la más natural demostración del amor sano. Beso que levanta las airadas protestas de los seudomoralistas de la hipocresía ética, que hacen diatribas y se santiguan el cerebro, la lengua y los pectorales para condenarlo como herejía.Sigue Leyendo...
La cultura, como fuente inagotable de vida o como esa tenue luz que vivifica el espíritu y engrandece el alma (tan rica y diversa como es ésta) le dota al ser humano, hombre o mujer de cualquier edad, de muchas formas de expresión y de múltiples caminos para manifestar sus vivencias que, todas juntas,forman un brillo perpetuo de la humanidad entera.
Pero la cultura, y en este sentido las pluriformes culturas que se expresan en el Vorem son un ejemplo, es también una expresión humana que desborda cualquier concepto de intolerancia y nos permite ser auténticos visionarios (diferentes cada uno de nosotros y nosotras) idealistas de lo lógico y lo ilógico, lo terrenal y lo divino, lo trascendente y lo intrascendente… toda esa amalgama de sentires profundos que llevamos dentro y que nos ubica en nuestra propia identidad. la cultura, vista de´ésta manera, es la certeza de nuestra sinceridad y la podemos expresar, fuera de los canales dirigidos por intereses ajenos, en palabras abiertas, con la frescura de nuestra propia sensibilidad.Sigue Leyendo...
Cuando nos confrontamos ante la página en blanco con el afán de dejar impreso en ella toda la amalgama de sentires que se agolpan, repentinamente, en nuestro interior… lo imposible se convierte en cierto en cuestión de segundos; esos segundos en que, intrépidos como el viento, desafiamos a la escalofriante parálisis de nuestros dedos y comenzamos a pronosticar la vida sin tener en cuenta intenciones premeditadas. Y soltamos todo lo verosímil y lo inverosímil que sirge de nuestras neuronas hasta que la piel se nos eriza y comprobamos el inmenso poder enigmático que posee la sensibilidad. Sigue Leyendo...
A un artista se le debería admirar en su soledad… cuando sus dualidades se quedan cercadas por el silencio… cuando callan sus expresiones y quedan mudas sus conciencias… cuando las interpretaciones de su arte se prolongan hacia el infinito
!qué importante es poseer una identidad personal que sea algo así como un estallido de ritmos cosmovisionistas que se proyecte en cada una de nuestras interpretativas representaciones en este teatro llamado vida!. La mejor manera de describirnos es hacernos gestores vigorizadores de nuestros continuos sentimientos, recorrer el camino de nuestros a veces altos y a veces pequeños sueños para sentirnos aire, sangre, esperma de anhelo hecho realidad gracias al esfuerzo redentor de todos nuestros sentidos. Y es a lo largo de ese camino cuando nos debemos preguntar ¿cómo nace mi conciencia?, ¿cómo crece mi entendimiento?, ¿cómo surge mi esperanza?, ¿cómo termina de forjarse mi destino?. Sigue Leyendo...
Estalla la bombilla de la luna
en pálidos reflejos de fulgor.
Suena el acordeón tanguista.
En el callejón
riela la plata de la lluvia
y los versos que desgrana el poeta
se llenan de café y tabaco.
Bajo la sombra del teatro
los arlequines dialogan con las damas
y hay un farol encendido
que habla…
El último texto de Carlos Montuienga ha hecho viajar a mi memoria hasta los confines de mi tierna niñez. !Qué entusiásticas oleadas de emociones inundaban nuestras almas infantiles con aquellos cromos que surgían, mágica extrasensorial, de aquellas chyocolatinas que nos hacían encsoñar con el Nautilus, las aventuras del Kon-Tiki o el avión supersónico que batió por priemra vez en la historia humana la barrera del sonido. !Y las razas humanas!. A la mujer tirolesa. al campesino mongol y al viejo jefe dakota, se podrían añadir el fiero guerrero watusi, la joven lapona de mirada esteparia o cualqueir otro rostro de aquella galería de personajes humanos que nos miraban cara a cara y que a mí me hicieron aprender a amar a todos los seres humanos. Y aquella colección de banderas, de todas las banderas del mundo, que con sus brillantes colores y las respectivas figuras humanas representativas de cada país me hieron aprender a respetar a todas las naciones. Y estaba aquella historia de animales que comenzaba con los antediluvianos habitantes de la Tierra, anteriores a la prsencia del hombre sobre la misma, y que contenía figuras tan extraordinarias como las del guepardo, el chow chow o las terribles pirañas amazónicas. !Cuántas soñadas aventuras en paises lejanos realicé con ellos junto al hogar deonde nos reunñiamos la familia numerosa al calor del brasero o al borde de la estufa de caqrbón!. Sigue Leyendo...
Sirena de insomnios de lunas y estrellas, de meteoros y cometas. Hechicera que recorre veredas solitarias y conjuga mi ansiedad oscura con los soles derramados en ensueños. Mujer fantasma que se mueve en este inconforme abril floreciente. Habitante citadina que brota solitaria y se enfrenta a la esperanza. Moza que recorre la playa por la tarde, en mil barcos de papel que se deshacen en las palabras-nubes del círculo nocturno. Ojo perpetuo de vigilias acechantes. Medusa verde que brota como capullo iridiscente enclaustrado en noches infinitas. Acróbata creadora de remolinos holográmicos suspendidos en el aire. Caminante de sueños sin salida que se queda alumbrando todas mis deshoras. Aurora aventurera, en fin, de todas mis inquietas incertidumbres. Sigue Leyendo...
Mientras llega el día paso la noche indagando en mí mismo, preguntándome qué es lo que me conmueve y qué es lo que me impide salir a la superficie a expresar lo que me conmueve. De repente, debido a implicaciones del universo inconsciente del ser humano, los sucesos internos de mi pensamiento se desarrollan como escenas de un film que me impulsa a una conexión con los arquetipos universales y ellos crean una fascinación donde conjugo realidad con fantasía que tiene fronteras apenas imperceptibles.
Eso es lo primero que se derrumba entre incomprensibles deficiencias narrativas y las impávidas situaciones de mi sueño que me hacen despertar para regresar violentamente a la realidad. Enciendo entonces un cigarrillo para meditar que estoy frente a una película, pero no me distancio de esos momentos sino que me alejan de ellos el sonido del reloj de pared y un espacio delicioso de enajenación experimental que termina por diluirse entre los anillos del humo del cigarrillo. Sigue Leyendo...
Posiblemente Adán y Eva también comenzaron así, dentro de un automóvil lanzado a toda velocidad y sin frenos, que bajaba la cuesta de las decepciones sin ningún ocntrol hasta que pudimos internarnos entre los vegetales de la sinceridad hundiendo el motor en el tronco de una encina certera y que nos reclamó la verdad de nuestras intenciones. Al menos ese fue nuestro origen, al borde de un abismo sentimental donde todos los días se despeñaban los perros antes de llegar a la real ciudad de sus ilusiones. Sin embargo, no fue imaginario nuestro nacimiento sino que, en la venta de los gatos madrileños, cuando los canes todavía no se habían suicidado y la poesía, la novela y el teatro de nuestros días existencialistas se mitificaban uniéndose entre sí en una hoguera luminosa donde todo el tiempo era impaciente y casi divino; allí donde la viudita naviera que nos quería ver cosidos con letras a los pergaminos de su casa nobiliaria, se había refugiado trasladando su máquina tejedora para entrelazar los hilos de nuestro destino. Y para ello, para unirnos una vez salvados por la encina milagrosa donde su Santa Elena inventó la veracruz… nos ofreció un ramo de uvas moscatel acompañado de aquel moreno pan de la sierra que sabía a almendras y un cantarillo de espeso vino tinto y comarcal con el que nos devolvió a la vida.Sigue Leyendo...
Lanza tu beso a lo alto y, muy lejos de lo Judas, mándalo al final de la primera Nada, esa que nace cuando se es capaz de asir el mundo entre las manos y acariciar el fondo de todos los corazones: el corazón de la rosa, el corazón de la ola, el corazón de la nube…
Lanza tu beso a lo alto, muy lejos de lo Judas, y yo te digo que alcanzarás la Gloria de tener en tus sentidos todo el clamor de las felicidades. Pero ¿no es éste el hijo de aquel labriego que dejó de arar los campos para tomar las armas en una lucha que desató el odio entre los vecinos y el rencor entre los hermanos? dirán los hipócritas y los fariseos. Ellos lo han dicho. Sí. Soy yo. El hijo del labriego que abandonó el banco de las monedas para tomar su hatillo y salir a sembrar gorriones en las ciudades, madréporas en los campos y girasoles en el alta mar.Sigue Leyendo...
Tuve, hace años, un amigo que siempre nos hablaba de sus pequeñas cosas, sentía sus pequeñas cosas, amaba sus pequeñas cosas y vivía sus pequeñas cosas con un fervor incondicional. Nunca participaba de nuestros grandes sueños de transformación social y por eso muchos son los que le criticaron su minimalismo y se burlaron de su conformidad con las pequeñas cosas que le sucedían a diario. Sin embargo, ahora, cuando me pongo a contemplar el talego de mis grandes sueños veo, con estupor, que está repleto de un sinfin de pequeñas cosas… y yo también hablo de mis pequeñas cosas, siento mis pequeñas cosas, amo mis pequeñas cosas y vivo mis pequeñas cosas con fervor incondicional; porque me he dado cuenta de que todas ellas juntas conforman y confirman ese gran equipaje de evoluciones que a veces son sólo de desarrollo personal pero otras veces forman parte de la gran transformación social de este contexto histórico-humano que me ha tocado vivir y al que pertenezco. Sigue Leyendo...
Eres dulce como el azúcar,
tienes una mirada limpia
que siempre que mira busca
una sonrisa de amor.
Eres, por así decrilo, un primor
cuando, alegre y bullanguera,
como fresca primavera,
saludas con tu dulzor.
Niña del pueblo humilde
que luces como una flor
y pones tu acento y tilde
en el fondo de mi corazón.
Me gusta charlar contigo
y fabricarle un castillo
de alegría a tu candor
mientras narro con cariño
un cuento del Ecuador.
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