Como mi hermano has sido
Por eso siempre te he querido.
Perdona porque ahora pases al olvido
Pero por tu ingratitud mucho he sufrido.
Perdona por ser sincero
Perdón por no querer, volverte a ver.
Ni el filo de una espada ardiente
Ni una verdadera y bella palabra
Ni una tierna y dulce caricia
Me quitaran este sentimiento que clavado llevo dentro.
Quisiera, querría
Sentir desprecio, ingratitud e indiferencia
¡Quiero pero no puedo!
Son sentimientos que clavados llevo dentro
Que mi cuerpo envenenó
Y aunque quiero y necesito olvidar ¡No Puedo!
Horas, en las que el corazón se hace poesía.
Momentos de ausencia, inclinación al suéño.
Despiertan las palabras para habitar los espacios del decir,
del escribir silencios, como escalones hacia ninguna parte.
Nadie escucha estos latidos, lentos, proclives al descanso.
La mirada se ausenta y se transforma en acomodada nada,
sólo la brisa, desgajada de su propio orgullo, es tibia y densa a la vez.
Mis manos no ocultan su cansancio intemporal.
Ser auténtico es ser uno mismo y saber que en la hora de la verdad es lo que nos hace realmente libres. No puede existir libertad sin autenticidad con nosotros mismos. La autenticidad es un privilegio y por eso no es inteligente salir de casa olvidándola en el desván. Es por nuestra propia autenticidad por lo que podemos medirnos con absoluta objetividad. Cuando somos auténticos es cuando en verdad somos lo que somos. Por eso ser auténtico con uno mismo equivale a ser sincero, a ser honesto, a ser libre y a ser verídico. Para ser auténtico nadie nos exige que tengamos que decir todo lo que sentimos pero sí que aquello que digamos sea realmente lo que sentimos. Por eso escribo en Vorem. Porque los voremios y voremias son siempre auténticos sean cuales sean sus creencias y sean cuales sean sus temáticas.
De pequeñito le contaron que la luna se movía persiguiéndole por la calle. Se lo creyó y siguió creyéndoselo toda su vida. Un día de primavera alguien le dijo que la luna no hacía tal cosa. Perdió su inocencia y comenzó por dormir en un banco de la calle. Un día de otoño alguien le dijo que tenía cara de luna y cerró los ojos para no verse en un espejo. La luna siguió en lo alto. Él sigue aún dormido. Colorín colorado este cuento no ha acabado.
Entre tus brazos
Abrázame, protégeme, hazme sentir bien.
Que el calor y fuerza de tus brazos
Borren mi pasado.
Déjame respirar tu aire
Ese aire caliente
Que sale ardiente de tu interior,
Haciendo que mis cinco sentidos
Despiertan de la exaltación.
Abrázame, bésame
Que mi cuerpo y mis sentimientos atrapados
Se encuentren, con tu cariño y amor abrasador.
Cuando no conocemos in situ Alaska, al nombrarnos alguien este estado norteamericano no nos podemos imaginar, en un principio, su verdadera dimensión; pero la verdad es que su territorio es 3 veces más grande que toda la península ibérica (España más Portugal) y su total de 1.530.000 kilómetros cuadrados le hacen ser el más grande territorio de los Estados Unidos de Norteamérica. Una región que fue vendida por el zar Alejandro II de Rusia, en 1897, al entonces presidente Abraham Lincoln (a inicios de la llamada Era de la Prosperidad en los Estados Unidos).
¿Que error es el que cometí?, ¿cual fue la piedra con la que me di?
los charcos mojando mis pies, resbalo y me vuelvo a caer.
El sol se esconde porque no quiere verme
el frío que siento es incompatible, ni sus rayos podrán atravesarme
ni su calor podrá calentarme, ya no me quema, no consigue quemarme.
Las flores van deshojando sus pétalos que se marchitan igual que el viento
¡hasta el aire que sale de mis pulmones sale corriendo!
dejando que me asfixie en mi propio ego.
La luna me dice que no la mire, que con mis ojos teñiré su brillo
y no será entonces una noche tan clara y bonita…
Estaba a punto de salir por la puerta cuando notó una mano en su hombro, en ese instante volvió a la realidad, pensó en la gigantesca figura que le perseguía por la Avenida y que al final desapareció en la Travesía… observó su mano zurda, aún sangraba a consecuencia del corte anterior y posiblemente su agresor podría haber seguido el rastro de sangre que dejaba por el suelo.
– ¿Ya te marchas?
La voz delicada y dulce de una mujer le hizo despejarse toda duda, era cálida e hipnotizante a la vez, se dió la vuelta y allí estaba ella… la chica de la barra…
Detrás del parchís está la oca. Esta guerra de parchís que se estableció en Irak desde que Bush hizo descargar toneladas de metralla en sus ciudades se ha convertido en una cruel guerra civil de la oca en donde se imponen los luctuosos axiomas “de oca a oca y te mato porque me toca” y “de puente a puente y te mato porque me lleva la corriente”. Esta cruel guerra civil (la más cruel de las guerras) ha pasado de las cuatricoloristas batallas plurinacionales entre chiitas, sunitas, kurdos y occidentales a las revanchas de la Oca Negra (no la Oca Blanca de nuestros juegos Geyper de la infancia) y mientras se matan (de oca a oca y de puente a puente) los unos a los otros sin ninguna clase de reaciocinio humano, el juez que está dirigiendo la causa contra Sadam Hussein (un juez kurdo que no olvida) ha declarado que en caso de que sea considerado culpable de genocidio lo mejor es ajusticiarlo inmediatamente.
Costas. Pueblos. Paisajes. Entrañas de la memoria. Agudas sombras en las manos bruñidas de sol y de trabajo. Furzas consumadas en las causas de las estimaciones humanas. ¿Qué hay más allá de vuestros silencios perpetuos?. Vuestras luces. !Levantad vuestras luces de alma esculpida en los contornos del atardecer para edificar un nuevo mundo alrededor de las gentes y que vuestras alondras sean patria, vuestras alondras sean país, vuestras alondras sean nación!.
En un tiempo lejano
La esperanza y ganas de viivr perdi
Por la calle con una pequeña me cruce
Y la esperanza y las ganas de vivir
En su dulce , inocente y tierna mirada vi
Al mirar a aquella pequeña niña
Al mirar a sus ojos ,
Muchas cosas sobre la vida comprendi
Comprendi lo bello y hermoso que es vivir