Otoño

Y otro otoño nos sorprende sin palabras
Colores ocre, rojo amarillo luminoso
Quiero ser parte de un árbol en otoño
Que mis hojas partan buscando la libertad
Libertad de vida libertad sin retoño
Envejece la vida preparándose para renacer
Como el ave fénix yo también quiero jugar
Al juego de la transformación maravillosa
De la vida siempre cambiante
Enseñándote día a día un poquito mas
De la belleza y el privilegio de estar vivo
Y respirar, respirar ese aire marchito
Y por ello mas sabio y vivo que en
Cualquier otra estación,
Bienvenido seas mi otoño
Que en las personas también eres bello Sigue Leyendo...

Los vidrios

Si intento retroceder al génesis
de cada lágrima volcada al mundo,
no logro más que conversar con libros rotos,
con amarillentos perfumes que envuelven
el pasado que flota en la tranquilidad
de un niño,
que se esconde tras los martillos
siniestros de la locura,
desde donde nacen los más fieles
impedimentos.

Rumor de mañana y despertar

No evitas tocarme con tu mano,
ni la alejas, ni la quitas.
La mañana adorna la ilusiòn eterna
de una vida pura…
El Alba la hace risa.
Despertard del sueño donde somos muerte,
donde el jeugo temerario se hace desden
ordinario cada día.
No evitar reir entre caricias,
porque tras tu mano, la música del Todo,
anuncia un nuevo día.

Lamento

¿Por qué venís, si no os gusta esta ciudad ni os gustamos sus habitantes? ¿Qué extraña fascinación os impulsa a coger el coche, meter en él a la familia y venir corriendo para acá en cuanto tenéis el mínimo de tiempo?

¿Por qué, luego de ir estorbando el paso por las aceras, mientras habláis a gritos, nos decís confidencialmente en la barra de un bar que esta ciudad huele mal?

¿Por qué, una vez que habéis vuelto a vuestros lugares de origen, nos criticáis tan fieramente, nos tacháis de privilegiados, de ladrones, de acaparadores? Sigue Leyendo...

Otro Puerto

Entre las líneas de un mapa
circular que dibujaba el atropello
ensimismado de la espera,
algunas voces solían venir
a buscarme, envueltas en
finos tapados de cristal,
que destellaban un millón
de luces maquiavélicas.
Eran tiempos de alquiler,
de horas pasadas bajo
tumultos enardecidos
de insignificancia.

Hemos vuelto al orientalismo

Me contaban de niña mis abuelos que antes de la Guerra Civil hubo, supongo que en todas las grandes ciudades españolas, una gran cantidad de chinos vendiendo collares y abanicos por las calles. Los vendían a peseta la unidad.

Actualmente, muchos años después de que el modernismo lo descubriera y lo reflejara en sus obras, hemos vuelto al orientalismo. Irremediablemente, como si estuviéramos a finales del siglo XIX, como si fuésemos modernos Gaudís (¿o Gaudíes?) reflejando en el Parque Güell de Barcelona las formas aprendidas de la naturaleza durante su visita a Capadocia. Claro, nuestro mérito no llega a tanto, pero ¡vaya si ponemos empeño! Sigue Leyendo...

Rencor

Las noches largas ahora no terminan…
Siempre con el corazón a la sombra, siempre intentado huir de algo que no me persigue.
Nunca pensé que lo pensaría. El desear verla sufrir. Verla abatida a mis pies llorando y pidiendo el perdón que nunca le daré.
Le dí todo mi corazón, todo mi tiempo y amor, y ella sólo rió.
Se rió de mi. Jugaba con lo que para ella no eran mas que simples juguetes, mientras seguía buscando qué más podía darle.
Una traición duele. Duela más el haberla visto venir y duele más el no haber oído el murmullo del viento antes.
Aquel murmullo que quién sabe de donde viene, pero decía la verdad. Decía que simplemente perdía mi tiempo. Ese tiempo que echaré de menos.
Como deseo verla abatida. Verla derrotada en el juego que siempre ha jugado, en el juego que ella inventó. Sigue Leyendo...

Seré muy breve, quizá interesante…

Atrás quedan aquellos recuerdos flagrantes, aquellas imagenes ancladas a la memoria que por tanto tiempo persistieron en el recuerdo, ciertamente sempiternos pero borrados grano a grano como médanos de pesado hierro que imperan en el desierto a la espera de su viaje de cientos de años por allá donde el viento plazca de llevarlos.
La memoria queda arrancada, los recuerdos parpadean y quedan medio colgados a la espera de un olvido…
Y yo vuelve a vivir. A sentir. A reir.