Ha llovido durante la noche en Las Torres. Las calles están mojadas. Se prolonga la frescura del aire durante toda la línea viajera que me conduce al bar “Doña Parranda” (lugar de reunión de los bohemios de la barriada). Por el trayecto voy correlacionando las situaciones de los procesos sentimentales y el tiempo siempre irrepetible de nuestro transitar… mientras enciendo un “Pall Mall”. Me encuentro con “El Padrino” y hablamos un rato sobre el hecho de considerarse o no considerarse secuencia humana.
Archivo por meses: noviembre 2013
Feliz el faro luminoso.
Pues yo te llevo las pilas
– ¿Y tú qué acabarás haciendo?
+ Pues aún ni idea, pero si saco nota me meto en traducción e interpretación
– Pues yo al final acabaré recorriendo el mundo en caravana
+Y yo detrás tuya, en bici… ¡Traduciendo!
– Jajajajaja, estás fatal
+ Si, si; y niño y niña, procreamos y listo
– ¡Si vamos!
+ Que si mujer
– ¿Y tal idea?
Deseo
Renunciaría a casi todo por verte, por olerte, por volver a tocarte.
No sé si preferiría follarte o abrazarte primero.
Te recuerdo alegre, distinta a todo, increíblemente especial.
No sé si después me arrepentiría, si pensaría que lo que tengo es aceptable, si tendría miedo o si una sensación de tremenda claridad y seguridad me devolvería la sensación de saber qué coño quiero hacer con mi vida.
De momento, tan cobarde como nos enseña a ser la vida adulta, me quedo con tu recuerdo y con la fantasía de volver a verte.
Expresiones
Soy libre de volar a donde quiera, pero sigo presa en ti.
Creo que en el silencio de mi habitación me escucha y cuando reacciono sólo está mi almohada.
Cierro los ojos y veo su alocada sonrisa…
Me nutre su recuerdo y el ritmo de las canciones que compartimos hace brillar mis ojos mientras viajo por las vivencias compartidas ..
A su lado el insomnio era alegría, siempre había un motivo para sonreír…
Aprendí a besar de muchas formas, en cada rincón de su cuerpo, cada lunar marcaba un nuevo destino turístico en su hermosa humanidad, fui experta exploradora de su sentido amor…
FRANK STEIN
Dónde
Voluntad y firmeza
Infancia (pensamiento)
Frio
Casi muerta la piel, la mirada perdida en el techo y con restos de algunos besos perdidos por la nuca. Respira despacio y detiene el tiempo al pensar. Apenas reconoce su cuerpo, aunque sigue siendo el mismo, pero distinto. Nota como esa mano recorre su abdomen y se siente así mas vacía aun. Sin dejar de mirar al techo acaricia, sin saber bien por que, el brazo que la rodea. Le oye hablar pero no le escucha. Esta demasiado ocupada en recolocar todos los trozos de su ser en su sitio.
Ahí esta, en la cama de algún hombre que quiso jugar a quererla de forma hipócrita y pasajera. Pero es que es ahí donde quiso estar. No te arrepientas ahora, continua lo que has empezado, frivolìzate. Recuerda las razones que te
argumentaste para llegar hasta ahí.
Subjetividad
Hoy conversando con cierta amistad sobre esas personas que hablan sin propiedad surgió el tema del conocimiento (por eso de hablar con conocimiento) y, como ya configuraron en la Grecia clásica ciertos pensadores, por más pegajoso que suene, es la propia duda, la cuestión del motivo de todo, el “por qué” de las cosas que ocurren, hasta del planteamiento del “por qué” del “por qué” ocurren (Jajajaja). Y ésto todos lo tenemos brevemente asimilado todos tras una convincente explicación.
Pues bien, mi planteamiento fue, yo que soy creyente de tal concepto basado en la duda como motor de todo conocimiento, cuyo “por qué” no tiene un fin definido, por qué no creer en que en algún momento, como en la clásica Grecia,
Amanecer para ver
Llegué a casa pateando la puerta…
En polvo se convirtieron.
William Shakespeare escribió: “Nadie admira la celeridad, como no sea el negligente”. ¿Fue una premonición del dramaturgo inglés? Ya he escrito mucho sobre el pasado siglo XX, pero no importa volver a tocar el tema para dejar bien sentado que la “carrera de caballos” siempre termina en “parada de burros”. Eso es algo que aprendí de mi suegra Lucy. Efectivamente, vivir la vida de manera desenfrenada termina siempre en un final trágico y hasta patético. Como dice Raúl del Pozo, refiriéndose a Fernando Arrabal, “quien come como dadá, muere”. Algunos llaman a la vida “tren de mercancías”, pero lo cargan tanto de mercancías que terminan por descarrilar en cuanto llegan las curvas peligrosas. ¿Sabéis a lo que me refiero? Fue algo muy “normal” en el pasado siglo XX.
HOY..
Soy libre de volar a donde quiera, pero sigo presa en ti.
Creo que en el silencio de mi habitación me escucha y cuando reacciono sólo está mi almohada.
Cierro los ojos y veo su alocada sonrisa…
Me nutre su recuerdo y el ritmo de las canciones que compartimos hace brillar mis ojos mientras viajo por las vivencias compartidas ..
A su lado el insomnio era alegría, siempre había un motivo para sonreír…
Aprendí a besar de muchas formas, en cada rincón de su cuerpo, cada lunar marcaba un nuevo destino turístico en su hermosa humanidad, fui experta exploradora de su sentido amor…