Porque verla desde la planta de los pies hasta la coronilla me enloquece, porque me hace sonreír.
Porque me envuelve su piel estacionada en invierno, sus ojos de lagrima, porque me enamora el tallo de sus piernas, el prisma abierto de su mente, la fresa estrellada en sus labios, el sol dormido en su cabello.
Porque me fascina la caracola de sus orejas, la sonrisa fresca que salpica al alma, incluso la espina de la flor es en usted perfecta, como la gota de rocío que explota en arco iris al sol, porque esta cuajada en hermosura e inocencia.
Porque pierdo niña la cordura, porque me impulsa a lanzarme, porque es tierna y violenta, flor y león. Porque su corazón curtido en experiencia despide aromas de amor y razón, porque concilia la paradoja de vivir, por eso y por mucho más es que a usted la amo. Sigue Leyendo...
Digo adiós, todavía
A estas Alturas,
A estas horas,
Con tanta agua bajo el puente,
Con tantos latidos
Compartidos en besos,
Traducidos en claveles,
En cumpleaños,
En años nuevos,
Navidades y ocasiones.
Estando la noche oscura, atravesando la neblina, se encuentra en la esquina del barrio un viejo bar, de no muy buen aspecto, de bajo presupuesto decorativo, con karaoke y un guachi en la esquina. Casi mala-muerte. La salonera era hermosa, joven, con sus tetas ajustadas y el jeans rebosándole los gorditos por encima.Eso la hacía ver algo acostumbrada a una vida desinteresada.
— Ud no es de aquí ¿verdad? – me dijo un roquito junto a mí. Tenía una ligera sonrisa de idiota después que me vio discutir con la lacra del guachi.
No le hice caso, y seguí en mis pensamientos. Y es que en ese momento, pensaba en cómo deshacerme del bendito guachi y su cómplice que me venían calculando para asaltarme. Sigue Leyendo...
Tengo mis domingo siete,
Mis días de bruma, mi pesadéz
Mi cansancio,
Tengo mis defectos,
Mi reloj atrasado,
Mi ambición desviada,
Dislexia en mi atención,
Pensamientos discordinados,
Aunque a veces,
discordino mis pensamientos,
Solo por apetito de mi mente.
1, 2, 3, y dice! Buenas y buenos, jummm en realidad así no es. Esta noche, el frío es delicioso para dormir, insomnia me abraza y le hago el amor en la mesa desde donde escribo, borracho en dolores de amores, miro el reloj burlandose de mis ojeras.
Es arcaico el juego del corazón, es reciclable el sentimiento que al hombre, (corrección, no se debe decir al hombre para hablar de la humanidad, puesto que suena machista) es reciclable el sentimiento que al ser humano ha envuelto desde sus raíces. Como desvela a las personas los asuntos del corazón más que cualquier otro problema, (el amor en todas sus dimensiones y caras, ya que el amor de madre desvela a muchas madres, igual de familia en fin) cómo juega en la mente y hacen bulla los pensamientos al acomodarse como piezas de dominó, para que al final, con el menique y sin darnos cuenta, desparraguemos (no es una palabra, pero el concepto se entiende).. Sigue Leyendo...
La lógica es como decir que una bola se moverá de un punto A a un punto B, y bajo eso se mueve el universo, y es con esa ley, que Dios mueve una estrella y hace que en la Tierra llore un bebé, al llegar al mundo. Todo es lógico.
A veces en la vida, me siento como nadar río arriba, siento las piedras, incrustándose en mis pies y siento en el paladar, el moho asqueroso de la envidia.
A veces creo que solo me alejo de la orilla, y me meto en el bosque para perderme y olfatear la oscuridad.
A veces escucho los lobos que andan hambrientos, buscando carne para desgarrar, siguiendo la sangre de mis intentos, que dejo en las piedras. No sé, ¿Quién no se ha sentido así? O más bien ¿Quién se ha sentido así?
Cuando abalancé mis manos a tus senos,
mis labios a tu pelo y mis pies entre los tuyos
sentí la vibracion de dos respiraciones
en medio del abismo creado por nuestros cuerpos,
Cuerpos de carne, cuerpos de amor,
cuerpos blancos, cuerpos frágiles.
Sediento y aturdido por el deseo
de poseerte hasta el agotamiento, esperé.
Lánzate, atrévete,
Brinca de ojos cerrados.
Entusiásmate al andar,
Aunque encuentres cardos,
Aunque hayan espinos,
Te golpees en piedras
Escondidas en los caminos.
Sigue con más sonrisas
Que sal en las mejillas.
El aire cálido y húmedo eran cosas que Miguel García no soportaba del puerto. Podía soportar un puñetazo en la cara, un revolconazo de un toro, un trago de guaro en seco y hasta una mujer brava, incluso tan brava como doña Flor, que de flor no tenía nada y mucho menos el olor. Pero eso es otro asunto. La lluvia torrencial y perpetua, caía sobre el techo de zinc de su casa y ni eso le asustaba a Miguel García, aunque el viento desgarrara su casa, él dormía plácido y ligero, -como un chamaco después de comer de teta- siempre decía él.
Su casa no era gran cosa, era pequeña y parecía que sufría de hambruna, como él. Aunque en más de una ocasión nos demostró que bajo sus pellejos jalados guardaba fuerza bruta -Son las espinacas y el guaro- nos decía con la cara colorada empapado en sudor a todos los chiquillos en la plaza. Sigue Leyendo...
El día acabado se gasta en mis dedos, la espuma de las horas queda en mis sabanas como colchón de sueños. Me preparo para viajar largo de mi ventana, a viva desnudez de pies. Cierro los ojos para ver el amanecer y regresar a mi cama cuando llegue la alborada al pico del gallo rojo. Suelto las correas de mi realidad, el peso de Einstein y lo relativo del tiempo, masa y velocidad queda colgado en mi armario. Esta noche solo la luna me entiende. Enfrascado en mi cuerpo, relajo mi alma, mi mente, mis músculos y ojos. Levito, buscando la estrella de Peter Pan, o quizá algo menos inocente o tan inusual, puede ser esas alternas realidades de persecuciones que frecuentemente me suceden, un disparo, una guerra y hasta en otro planeta estuve ya. Sigue Leyendo...
Es curioso como la carta de Werse me ha hecho escribir estas palabras, tal vez lo hago para decirte, “!Psst, psst! Werse, aca estoy yo” desde mi escritorio en que leo, pero también lo hago para contarles anécdotas de lo que es este sitio, que se ha acomodado cálidamente entre mis dedos, hasta desfallecer en la tinta de mis letras, en las observaciones diarias, en mis meditaciones, en todo. El ser parte de Vorem, me ha llevado a conocer la literatura de otra forma, a respirarla, a vivirla, sentirla y a hallarle mucho más cariño del que ya le he sentido antes. He formado en mi barrio, un edificio nuevo, un edificio que se volvió mi cueva, mi espacio, así lo siento, cuando llueve es ahí donde entro para guarecerme, cuando tiembla, se va la luz, caen truenos o incendios, y hablo en sentido metafórico porque así es la vida, tienes una casa, un barrio, tus lugares y pasan desastres, también existen los puntos de apoyo como este. Sigue Leyendo...
Es un velo en los ojos, algo temporal,
como las nubes, como una lagrima en el mar,
como el humo de cigarro que desaparece en espiral,
como una burbuja clandestina en el viento.
Así es la vida y esta realidad,
y cuando te das cuenta de esto,
estás tomando del vaso, el sorbo del final.
El teléfono colgado, el auricular asolado, los oídos prestos a lejanos sonidos. El sentimiento que tenía atrapado en el pecho, que no quería soltar por la garganta en un sonido desgarrador de su ser. La cintura escondida por las estrías de ser madre. Vacía esperanza y fe en las cuerdas de un rosario roído, el mismo con el que había enseñado a rezar a sus pequeños, sus piernas deformadas por la gestación de cuatro vástagos, pero con el orgullo de ser madre. Su mirada ajada en san Antonio y su culillo de candela sudando las últimas agonías del fuego, repasando las palabras de su hija al salir en la mañana, buscando una palabra que le de consuelo, aunque sea el nombre de una amiga que hasta ese momento no había podido recordar. Sigue Leyendo...
Mi cuerpo, es de la tierra
Mi espíritu, de la fe
Mi pensamiento, del mundo
Mi alma, de Dios
Mi vida, de la muerte
Mi corazón…
¡Mi corazón es tuyo!
Portal Literario Independiente
Uso de cookies
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies