22 de mayo de 2009. Nueva luz en la recámara del sol. Nuevas horas por vivir en medio de las composturas de este mundo arremolinado de las emociones. Salgo con Wendy a la mañana clara. Se nos está agotando mayo y llegará pronto el verano con sus calores y sus colores de bikinis… y ahora, en estos momentos en que Wendy juega con su pelota, los niños están entrando al colegio. Recuerdos del ayer cuando yo corría por el patio escolar, siempre urdiendo un nuevo juego por nacer. Pero crecemos. Y el Baile del Nuevo Día nos alegra los minutos del pensamiento. Wendy acaba de encontrar un nuevo hueco en el pleamar de su existencia. Ella es ajena a las preocupaciones sociales. Abro el periódico y leo… leo las distancias que existen entre la risa y el llanto. Es el Baile del Nuevo Día. En algún lugar muy cercano se está emitidiendo el vals del Danubio Azul. Hay que bailar una vez más. Y el mundo gira en su eje para transformar la clara mañana en un azul temprano. Sigue Leyendo...
Será dentro del tiempo
en la única vez de lo creado;
la primera y la última,
alba, fuente, cerro, luna
abanderada de las primaveras
noctámbulas y ligeras…
Será mirar desde lo de abajo
abandonado como patio sin vecinos,
símbolo, metamorfosis de la sed
donde beben los gorriones solitarios.
Hola amiga Nocturna. Preguntas cómo se distingue un poema-reflexión de otro poema de carácter diferente. Un poema-reflexión es el tuyo titulado “Las musas perdidas”. Pero, claro está, que es sólo una opinión mía relativa.
Verás, amiga, las musas siempre se nos aparecen a través de los pensamientos como tú muy bien dices… pero hay muchas veces que esos pensamientos nacen de una madura serie de reflexiones (otras veces acuden de mil formas distintas) y en tu poema yo analicé esa aparición de reflexiones que con tanto acierto logras exponer verso tras verso. Es por lo que a veces hay poemas llenos de reflexiones que son partes integrantes de la poesía para ser leída, saboreada y, sobre todo, pensada.Sigue Leyendo...
Solos regresaremos por el silvestre atajo
oscuros, ante un brocado,
tristes en un eco fugitivo
con un cántico inmortal,
secretamente escépticos tal vez,
a las desiertas vías de la tarde
con oscuros designios
en esta tierra nuestra
de hambres extremas,
del frío y las dolencias.
Fluyes a manera de tan grande ilusión que estás llegando a ser tanta claridad que ya ni se ve esta primavera entre los chopos. Ahí enfrente. Eres tú, con tu rostro de vida entera, la que despierta mis saber que estoy soñando…
Y llega tu alegría desde muy lejos del recuerdo cuando las gaviotas con vuelo olvidadizo en prematura floración de nubes se transforman… y entonces vivo sin darme cuenta; lejos de todo sueño que ilumine el agua y la danza de las imágenes en los espejos del mar.
Soy tu desnudo secreto, la mirada al viento en tus creencias de misterio e inocencias. Pero los años se unen en la balada de los girasoles. Ahí enfrente. Donde todo el amor vuela…Sigue Leyendo...
El sonido de tambores lejanos y los atardeceres de fuego en las playas desiertas mientras crujen los velámenes de los barcos en mitad de la tormenta marinera, son especie de cantos nocturnos expandidos por las tribus que habitan en la mitad de la selva. Aventura. La vida se nos puede convertir en aventura saltando entre los acordes de un sentimiento soñado que nos hace desear las libertades y perdernos en las épocas del tiempo.
Incluso podemos llegar al Lejano Oeste como si fuera un viaje de mil noches o convertirnos en imágenes del Oriente de Sherezade en busca del cuento perfecto. Míticos momentos fabulosos que nunca desaparecen de nuestras fantasías. Sigue Leyendo...
Todos somos, a principios de este siglo XXI, peregrinos por esencia propia. Y toda peregrinación es, por definición, perturbadora cuando, además, es estética. Sobre el ardor de nuestras reflexiones es cuando se producen nuestros sentimientos de cambio global; porque en todo gran grupo de peregrinos existe un Auguste Rodin que piensa y besa…
Quién más quién menos tenemos pinceladas de cultura y de sensibilidad. Podemos visualizar a El Pensador a El Beso aunque nunca hayamos estado en París; porque todo ello está aquí, espléndidamente ubicado y generoso, a modo de disponibilidad y entendimiento. Sigue Leyendo...
Mandamos guiños a la vida, nos cuestionamos el futuro desde el ayer y desde el hoy, alabamos el presente como único y verdadero instante por vivir, nos declaramos partícipes de la conquistas diaria. Sabemos que hay momentos buenos y momentos malos. Es la vida por excelencia.
Pero debe haber algo más que tiempo en nuestras existencias. Debe haber sentimientos para recordar que fuímos pequeños y que pequeños seguimos siendo todavía. Debemos entender que la existencia supone un pilotar las naves de suestros sueños. Un sólo día, uno solo, tiene mucho más que tiempo; tiene algo más interesante. Tiene un afán de historia cotidiana. Un estar aquí cortejando a nuestras propias leyendas. Sigue Leyendo...
“Si me dijeran “pide un deseo”
preferiría ser un rabo de nube…”
Estas poéticas palabras forman parte de los primeros compases musicales de la hermosa canción de Silvio Rodríguez titulada exactamente “Rabo de nube”. En ella, el poeta narra las experiencias de su vida en cuanto a lo que merece la pena y lo que no. En otros momentos importantes de la canción expresa que lo que realmente necesita en su existencia en un “barredor de tristeza” que “se lleve todo lo feo”. Silvio Rodríguez fue uno de los famosos integrantes de la novra trova cubana entre los que puedo recordar a Pablo Milanés (con su inolvidable canción “Yolanda”), y Noel Nicola, Vicente Feliú, Sara González, Amaury Robles, Anabell López, Frank Delgado, Lucho Almada…. y otros muchos más que harían muy larga la lista. Sigue Leyendo...
“La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada. Y la esperanza sobre lo que ignoramos, que es todo”.
Me quedo reflexionando entre la una y la otra, entre la desesperanza de no saber nada y la esperanza de ignorarlo todo. Parece una misma cosa y, sin embargo, !cuán diferente es la Razón de la Desesperanza y la Fe de la Esperanza!. Entre las razones que nos hacen ver todo lo que no sabemos y la fe que nos hace presentir todo lo que ignoramos hay todo un complejo mundo de caminos a seguir… son los caminos de la existencia humana; esas largas avenidas (a veces estrechos vericuetos) por donde paseamos con nuestras almas en medio de un mundo que se confirma en la materia y en el espíritu. Sigue Leyendo...
Tan fuerte es el vender los silencios
que la vida nos cosecha de luces
y en el cómputo general de la sombras
existe siempre un árbol sembrado de razones
que son los acordes del sueño de las horas
pendientes de una primavera de flores con fuego.
Las golondrinas, perfumes del viento,
dan vuelos entre el aire y las caricias,
y bajo el canto vivo de las inquietudes
está siempre una primera vez de asombros.
Ayer murió a los 88 años de edad el célebre escritor uruguayo Mario Benedetti Farrugia. Era hijo de un italiano (Brenno Benedetti) y de una francesa (Matilda Ferrugia) y aunque había nacido el 14 de septiembre de 1920 en Paso de los Toros, del departamento de Tacuarembú (en Uruguay) desde los 4 años de edad vivió en Montevideo. Toda su obra (más de 80 libros de novelas, cuentos, ensayos, crítica literaria, teatro, poesía, etcétera) gira en torno a su ciudad montevideana y su “paisito” como él llamaba al pequeño Uruguay. Sigue Leyendo...
Te envío esta nueva carta (y perdona que reincida) porque hoy es el día que me tienen las estrellas señalado como mi Día D para encontrarme contigo. Te envío la presente carta por correo intergaláctico que es mucho más rápido que el correo aéreo porque viaja a la velocidad de los años-luz y no depende, para nada, que te llegue a tiempo o a destiempo según sean las ganas que tenga el cartero de trabajar con rapidez o esté haciendo huelga de brazos caídos. No te asustes por lo de brazos caídos que ya te explicaré lo que quiere decir cuando nos veamos. Verás que no es nada malo. Sigue Leyendo...
Ceni y Cienta llegaron a una perdida región montañosa de la República de Bululandia que era fronteriza con la Unión de los Países Libres. Como se sentían verdaderamente revolucionarios republicanos se quedaron a vivir en una de las numerosas granjas comunales de la región. Se dedicaban a transportar mercancías entre las aldeas y siempre iban juntos en el camión donde a parte de cantar continuamente también hacían el amor plácidamente y sin prejuicio. El Camión Rojo (como era conocido por todos) era su verdadero hogar y habían adaptado cocina y cama en él. Sigue Leyendo...
Todavía no he tenido el gusto de conocerte. Hoy, según las estrellas, es el Día D en que todos los Pepes te podemos conocer. El único día de nuestras vidas para conocerte y hacernos amigos tuyos. Ya te he escrito dos cartas y esta es la tercera y última porque además me van a regañar los lectores de TT por no escribir de otras cosas más importantes. Bueno. La primera carta te la envié por correo aéreo normal y es posible que por eso, al ser sábado, no te haya llegado (los sábados los carteros no trabajan). La segunda carta te la envié por correo intergaláctico y pudiera ser que se haya extraviado en medio de tanto follón de galaxias que hay en el Universo (que según los últimos datos de los científicos es a la vez ordenado y caótico). Sigue Leyendo...
No sé si con tus poderes mentales puedes leer y entender el idioma de Cervantes y de Lope de Vega. Quizás sí. Quizás en tu planeta las margaritas se llaman también margaritas y son flores del campo o si los melones de Villaconejos son también allí llamados melones y los cultiváis en un pueblo llamado también Villaconejos. Seguramente hayáis escrito obras geniales en español y os sepáis de memoria “La vida es sueño” de Pedro Calderón de la Barca, “La colmena” de Camilo José Cela y “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez…Sigue Leyendo...
Ceni y Cienta llegaron a una perdida región montañosa de la República de Bululandia que era fronteriza con la Unión de los Países Libres. Como se sentían verdaderamente revolucionarios republicanos se quedaron a viir en una de las numerosas granjas comunales de la región. Se dedicaban a transportar mercancías entre las aldeas y siempre iban juntos en el camión donde a partede cantar continuamente también hacían el amor plácidamente y sin prejuicio. El Camión Rojo (como era coocido por todos) era su verdadero hogar y habían adaptado cocina y cama en él. Sigue Leyendo...
Sentado en el tumulto de la noche se me arriman los perros vagabundos para pedirme un poco de compañía con silencio de meditación contemporánea. Sentado en el tumulto de la noche el cúmulo de estrellas caen desde lo alto hasta la acequia donde se anegan las ilusines perdidas. Orlas de fuego son los ojos de los perros vagabundos mientras el tiempo se deshilacha en jirones de soledad. Sentado en el tumulto de la noche soy el más pequeño de los seres que se encuentran perdidos en el tropel de las canciones del olvido. Me levanto. Lentamente los perros vagabundos se vienen conmigo hacia el lugar llamado Nada…Sigue Leyendo...
Cuando la Marquesa de Miraflores se encontró en el buzón de correos con las 4 invitaciones a la Gran Fiesta de aquella noche (que duraría hasta el amanecer del día siguiente) protagonizada por el Príncipe Azul se llenó, por un lado, de gran entusiasmo. Sus hijas Flora y Florinda tendrían la oportunidad de sus vidas… pero, al mismo tiempo, montó en cólera e ira cuando descubrió la invitación a Cienta. !Cómo todo un Príncipe Azul invitaba a una señorita de la clase media a una fiesta especial para la Clase de los Nobles. Y comprendió enseguida… !Cienta era un peligro para sus intereses y de alguna manera el Príncipe Azul la había descubierto!. Sigue Leyendo...
Hace años, en el centro de un continente multinacional, había dos países colindantes entre sí. Uno era el Reino de Jululandia y el otro la República de Bululandia. En el Reino de Jululandia gobernaba el Monarca Barbazul. La República de Bululandia estaba gobernada por el presidente del único partido legalizado, el señor Granadov. A pesar de ser regímenes tan dispares, los intereses (económicos sobre todo) hacía que tuviesen buenas relaciones y, salvo algunas pequeñas escaramuzas de espionaje y otras cosas de poca monta (que se solucionaban diplomáticamente en pocos días) el tránsito entre ambos países era fácil. No eran amigos ni enemigos y se soportaban mutuamente bien. El resto del continente era un complejo de muchas Repúblicas Democráticas de pluralidad de partidos y habían acabado con las fronteras entre ellos creando una Unión Democrática de Países Libres. Sigue Leyendo...
Suena por teléfono tu sonrisa triste
de estar lejana en mi guitarra
cuando los astros celestes se encienden
atrapando a los hombres en sus sombras.
Suena por teléfono tu voz ahogada
por el eco de los vientos de las costas
que están al otro lado del mar…
y yo medito en mis silencios
pensando en barcos navegantes
que cruzan tus pensamientos marineros
para darte una esperanza de gorrión.
Los hermanos Marx fueron cinco: Leonard (Chico), Adolph (Harpo), Julius (Groucho), Milton (Gummo) y Herbert (Zappo). Pues bien: Harpo era el que hacía de mudo. El más “niño” de los cinco hermanos Marx. Tan niño que uno de sus hijos adoptivos dijo de él: “mi padre nunca tuvo una segunda infancia, porque jamás abandonó la primera”. Harpo Marx (de nombre real Adolph) siempre saludaba con la pierna, de una manera tan humorística que llegó a convertirla en una costumbre social. Se cuenta incluso que el rey Eduardo VIII de Inglaterra le ofreció una vez su pierna como saludo. Harpo Marx murió en 1964 y en su entierro fue la única vez que se vio llorar en público a su hermano Groucho. Sigue Leyendo...
No me he vuelto loco, no… cuando digo que los del Athletic fuímos campeones de esta Copa del Rey de España del año 2009. No es que la ganásemos pero la tuvimos ganada durante 24 minutos exactamente. Pero la Realidad se impuso esta vez al Sueño. Era Imposible…
Esta crónica tiene una fase previa: las horas anteriores al encuentro entre los dos rivales. Estaba yo en casa relajando los nervios a través de una lectura de poesía alemana traducida al español… cuando de repente tropecé con un poema de carácter “espiritualista” del gran romántico Frederick Schiller. Sigue Leyendo...
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