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Poesía

56

56 ideas enhebradas
en un cuento con Princesa.
Sobre la mesa
del escritor están labradas
las palabras que sobrepesa
en las noches reclamadas.

Existe un porqué en la almohada
que siempre es lo que versa
formando palabras habladas.

Cosas pequeñas

Pequeñas emociones nos dejó un recuerdo de rosas,
se asoman a través de los ventanales de nuestra conciencia.
Te poseen a su merced
cómo hojas que arrastra el viento por los rincones,
que te hacen sonreír y llorar cuando nadie nos ve.

Lo hago interesante

Cada palabra,
cada roce,
cada curva de tu cuerpo,
cada día, cada instante,
cada corazón inquieto encontrado en el camino,
cada día, cada instante,
cada beso, cada mimo.

Tú, de cabello dorado y ojos de miel, mía y tuyo.

El que + te puede te escribe, el que – te duele te insta a su vera.

Dudas

Yo soy el olor que te enloquece
Y mi cuerpo es jaula
Que arrulla tus suspiros
Y esos ojos tuyos, sonrisas invertidas
En esta mirada se pierden sin remedio
Yo tengo licencia
Para morder tus cejas
Tu nariz, tu boca
Me bebo en un solo trago tu sonrisa

A ti…

Busco una señal que me diga donde estas,
cada día le pregunto a Dios como llegar,
el destino se empeñó en separarnos sin más,
pero estoy convencida, quiero volverte a encontrar.

Sigo los pasos uno a uno, sigo esa voz en el viento,
todos me dicen que no es momento, ni el lugar,
pero pregunto nuevamente cuanto tengo que esperar
para poder estar contigo una vez más.

Me dicen que tal vez en esta vida no va a ser,
No creo en la reencarnación pero si fuese cierto,
se sinceramente que me gustaría volverte a encontrar
para poder perderme en tu abrazo por la eternidad. Sigue Leyendo...

Carnival

Obsoleto miro al frente pero me topo con tus ojos,
hoy más dulces que nunca,
sin nata ni frambuesas…
El postre de mis tardes,
la labia contenida, el verte mi miseria
y mi alegría cada día.

Agujas ni pajares sirvieron para encontrarte,
casualidad, maravillas y cortes.

Adios mis meigas

Adiós mis meigas galegas
Adiós mis amigas mis bellas
Adiós canciones de cuna
Adiós canciones de yerba
Adiós cantares antiguos
Adiós cantares certeros
Adiós mi mar mas bravío
Adiós mi alma y mi almena
Adiós cangrejos benditos
Que nutren maravillosas
Sirenas

Ya se…

Vulnérame
Vístete de azahares
Ya se, ya se
De la poderosa memoria
De mi vulva latente
Ya se, ya se
De la ávida insistencia
De tu pluma exultante
Ya se, ya se
De ese pacto no escrito
De lenguas que se acoplan
De cuerpos siempre inéditos
De voracidad incesante
Cúbreme con azahares
Ya se, ya se
Vulnérame
Ya se…

la puta y la mucama

Está incompleto…

Me gustan la puta y la mucama
la una es una diosa, la otra es una dama
Me gustan la puta y la mucama
la una tiene hijos, la otra está casada.

Me gustan la puta y la mucama
la una chupa limón con sal y abraza
Me gustan la puta y la mucama
la otra me espera un día en su cama.

Ocaso – Manuel Machado

Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde… El día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.

Pero su seno el mar alzó potente,
y el sol, al fin, como en soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.

.cosas que tengo

Tengo mis domingo siete,
Mis días de bruma, mi pesadéz
Mi cansancio,
Tengo mis defectos,
Mi reloj atrasado,
Mi ambición desviada,
Dislexia en mi atención,
Pensamientos discordinados,
Aunque a veces,
discordino mis pensamientos,
Solo por apetito de mi mente.

Constructo del abandonado en lo alto

He muerto balcón, mujer, por decisión arquitectónica tuya,
por el egoísmo, exquisito y atroz, de tu delirio,
que negó la calentura, por el afán de riquezas.
En ese lugar extraño que me construiste
miro la calle, desde lo alto, vacía
y a mi espalda, el resto de tu casa, con vos y tu flamante marido.
Intuyo un sótano, tuyo, tuyo,
que me dice que nunca serás
mía mía.

Voces en la Bruma

Gimen las almas en una sinfonía gris
llenando el espacio
de un dolor que reprime su ira
abriéndose paso entre el humo silencioso
buscando salidas en la incertidumbre de lo verdadero.

Bruma de la tarde,
no te lleves los sueños de los esperanzados.

De Errores

El próximo error que cometa lo concentraré en la satisfacción de mi ego, en lo más profundo de tus centros, ¿vendrás estrella fugaz, a perdonarme antes de morir? ¿serás mía? sé mía, cae próxima a mi faceta más libidinosa en tu condición más pervertida, para deshacer la moral juntos y revolcarnos en el horror de quienes contemplen, pues el próximo error que cometa espero se concentre en la distancia atómica pero a la vez infinita que separa a nuestros cuerpos cuando exhalamos los últimos suspiros de vida antes de morir y renacer como el ser que jamás fui y que siempre añoro volver a ser, reconstruir construyendo los días que jamás existieron, y darnos las últimas despedidas incómodas, penetrar en un universo de inconmensurabilidad que evidencie nuestra falta de conocimiento mutuo, que evidencie que en realidad mi error fue tu error, y que el próximo error que cometas no ha de ser jamás conmigo, sino contigo misma, en un placer que te lleve a entender por qué las estrellas brillan millones de años en solitario sin necesidad de conocer el brillo de otras, y por qué no hay Sol o Luna en el cielo, sin que uno opaque al otro. Sigue Leyendo...

2+Kbiendá

El tamiz que nos separa,
donde besos son cortos y caricias avariciosas,
que ni podremos engañarlo ni trovarlo en plazas.
que ni se encuentra ni se busca, no es de buen recivo
tener que saludarle con un guiño arañado.

Que ni mis besos ni los tuyos,
que nunca tuvieron su huerto.

LA BOMBA, anónimo

Me gusta ver la bomba caer mansa del cielo
Y ya quieta en el suelo, sin vida al parecer
De repente se agite y en rayos mil vomite
La muerte por doquier
Me gusta un cementerio de muertos
Bien relleno
Manando sangre y cieno que impida el
Respirar

Fue…

Campanilla de dulce sonar
gargantilla de suave yacer
de noche nada podré hacer
si estoy seguro te he de soñar.

Coralito de ese collar
badajito de ese sonido
en tu sombra me anido
estos días para reposar.

blableríos

Palabras sordas, sin ningún tema adjunto.
Oler y no saber qué como, porque sin sentido alguno,
no volví a verte.
Que te odio, que no entiendo qué me dices.

Sulfurando en mi habitación, grito, malnacida, no vuelvas.