Hablemos de despertares, hablemos de goteras
del huequito que tiene el ojo como el del techo
de la llave del llover que al abrirse, ya no se cierra
del poquito que ha muerto el corazón en el pecho.
O, mejor no hablemos de nada…
Tirémonos en una orilla virgen o en el fondo del río
donde la voz no se escuche, no se oiga que no río
donde no me tiente mirarte o sólo te vea sin rostro
lugar que borre memorias y mienta: no te reconozco.
O mejor, no vivamos nada más…
O, en el mejor de los casos, vivamos hablando de nuestros pesares,
pero que culpa tienen los demás de lo que a tí te pasare.
O mejor, ni vivamos y en eso se incluye el no hablar
total el responsable de tu vida eres tú y nadie más…
O mejor, haz lo que quieras
del huequito que tiene el ojo como el del techo…verdadero desafiar a las palabras , para luego caer de modo invitable rendidos a ellas.Saludos.
Bien, Juanjo. Hacer lo que se quiera ya es hacer bastante. Y en tu poema hay bastante para pensar en cómo pasar el tiempo. Un saludo cordial.
Hola Juanjo,
buen poema lleno de verdades y despertares!
Saludos