No hay pintor
si no hay musa
con el brillo de su sol.
No hay dias,
sin risas
sin una vida de alegria.
No hay naufrago
sin orilla
no hay sal
de capitan.
En un lugar del mundo de cuyo nombre nadie puede enterarse… hombres y mujeres escriben sobre el teclado cientos, miles, millones de palabras surgidas en el momentáneo fulgor de un estallido de sentires. En un lugar del mundo… estás tú, y él y ella, y los demás… con un cronómetro de ideas ticteando al sonar unísono de los segundos. En un lugar del mundo… hombres y mujeres de cualquier signo y de cualquier edad escriben diámetros de distancias acogidos al calor de los momentos. Y firman con nombres, con seudónimos, con números, con decenas de signos referenciales para enviar sus latidos humanos a través de las ondas del computador. En un lugar del mundo de cuyo nombre nadie puede enterarse… se está creando la Comunicación.
Llegó el fin de curso y todos andábamos nerviosos con eso de los exámenes; pero lo más triste, quizás lo único triste del asunto, es que ya no volveríamos a ver a Ana María. Ella había sido la conmoción del año en el instituto. Aquella preciosa profesora de Historia del Arte, con sus 23 años de edad, había desbancado del primer lugar del top ten de nuestras fantasías a Mercedes, la maciza ayudante de Antonio el de Química.
Hasta que Ana María llegó éste último curso a las aulas, en el instituto todos peleábamos por estar cerca de Mercedes en el laboratorio, cerca de ella hasta que ella nos arrimaba su escultural cuerpazo y nos rozaba nuestras quinceañeras estructuras de jóvenes en pleno desarrollo hormonal. Mercedes había estado jugando con nuestros líbidos durante dos largos años académicos. Con ella aprendimos más anatomía corporal que combinaciones de elementos químicos y sus correspondientes pesos atómicos. La muy pícara siempre elevaba nuestras linfas cuando nos rozaba con sus pechos o sus piernas o nos ponía la mano en el muslo jugando con nosotros mientras intentábamos alear nitrógenos y sulfuros. Pero Ana María era simplemente divina y la destronó. Ana María era la mujer más bella y hermosa que habíamos todos conocido.
Una noche cualquiera de otras tantas me asomé para ver como se presentaba, la temperatura estaba bien, con un poco de aire pero no era frío, incluso se podía estar perfectamente en camisa corta. Primero observé la calle donde se encontraba situada mi casa, giré mi cabeza hacia la izquierda ,y, a ambos lados, hay un desfiladero de casas seguidas y pegadas unas con otras, volví a girar mi cabeza pero esta vez al otro lado, y era más de lo mismo, casas unidas y pegadas una enfrente a otras y en medio un enorme pasillo de calle…después coloqué mi cabeza en posición recta, donde de frente, volví a ver mas casas y algún que otro coche aparcado…estuve fija sin moverme alrededor de un par de minutos, no muchos mas, hasta que algo que vi de reojos me hizo llamar la atención en el cielo, elevé la cabeza para descubrir que era aquello y verlo mejor, y cual fue mi sorpresa cuando comprobé que aquel reflejo brillante y blanco que apenas me dio tiempo a descifrar que era, se trataban de relámpagos, ¿ relámpagos?,
Revelación 9.
“Anonimato, o nombre inventado. No encubrimos una obligada manifestación de quiénes somos, sino que el “nombre creado” forma parte de la natruraleza de quienes escribimos. Relacionamos, porque es de curisiodad humana, el quien escribe con lo que escribe. quizá pueda darse alguna referencia lejana, proyectiva en lo psicológico…pero “somos virtuales” en favor de un “juego creativo”.
Muchos autores, escritores famosos, emplearon seudónimo (aqunque prefiero escribir psueudónimo, que es su acepción más griega). Escribieron des de una libertad amplia y profusa. Muchos fueron hombres, con nombres de mujer, con sutiles matices de un escribir” provocativo e incisivo”. Las mujeres, se vieron obligadas…¡¡en aquellos tiempos!! donde el nacer, vestir, hablar y decir de hombre acreditaban un pedigrí que la mujer no exhibía.
Rezaba en la escuela en los meses de mayo.
La maestra absorta dejaba los ramos
de margaritas o claveles o flores robadas,
sobre un altar de caja de cartón forrada.
Dios está presente, y lloraba.
Dios nos mira y es hombre
y callaba. No tuvo la maestra ni hombre
ni nada. Su dios de cartón en mayo la consolaba.
a mi se me fue volando ese dios que hablaba,
que miraba a todos, que nos aoscultaba.
A mi se marchó y no vino. Se hizo de nada.
La maestra, en Mayo, de dios se llenaba,
como una vírgen pura,
como una mañana.
Hoy no tengo tiempo de dioses,
ni cajas, ni cartón, ni madera,
ni lata…
no tengo tiempo para robar flores
ni orquestar orgías de oraciónes falsas.
Revelación 8
¿Cómo expreso mis sentimientos? Hay mucha literatura que narra momentos cuajados de sentimientos. En ocasiones, son sutiles maneras de exprear la grandeza de una ciudad, el trotar de un caballo, la sensación de la brisa en el rostro. Ahondando..más hacia la ventana interior, nos encontramos en el Jardín de la Delicias. Quizá uno de los paneles nos muestre la cara oscura, el dolor, el miedo, la muerte, la envidia, la codicia, la insatisifacción…Los sentimientos son catapultas hacia la expresión, motivadores, grandes motivadores de textos importantes. Pero, existe esa literatura que habla de los sentimientos “dulces” de un nirvana, aquí en la tierra, donde podemos navegar con viento a favor y deslizarnos entre lo esencial de la existencia. ¿Es, quizá, más difícil escribir desde esta dimensión?
El camino del consejo es largo y lento; el del ejemplo, breve y serio. Las palabras son enanas; los modelos, gigantescos.
El mejor modo de predicar, el más eficaz, es el buen ejemplo. El ejemplo es la principal escuela de la Humanidad, porque procura una lección que todos aprendemos. Pero los buenos modelos no son famosos, no son noticia y no aparecen en las portadas de prensa o en los informativos de televisión, que prefieren destacar lo problemático y lo negativo.
Revelaciones:
Punto Alfa.
“Comenzamos por dar a nuestras manos esa autonomía que el cerebro precisa: dibujar las palabras, transcribir los pensamientos.
Cre en lo que escribes y deja que discurra el texto, que cada palabra forme parte de la idea. No es un ficio, en Vorem…es una huella con la que se inicia un a nebulosa de nuevos textos, de sugerencias, de convivencias virtuales”
Recia, rubia y altiva,
con la sola expectativa
de evitar la insana tala.
Tita Cervera Gana,
ese decir popular:
¡Que viva otra vez la Pepa!
Cadenas de oro la amarren
al platanero más alto,
que ya conoció lianas y tarzanes.
Consentir estos desmanes es desmesura,
la espesura del paseo es para el pueblo
y para el árbol y el Museo,
que con todo gana algo.
Disipa la tierra su sed y hambre
en el presente de la piedra herida
cuando, yerma la atmósfera hundida,
el cielo sonámbulo la llave abre.
Qué fea se ve la muerte del sabre
que, convertido en ceniza perdida,
en nada se queda su antigua vida
y a nada su sustancia sabe.
Olvidada la selva antes tupida
de poesía apagada y ya vencida
hoy es sólo un recuerdo grave.
Y la tierra gime convertida
en mustia llanura desabrida
sin agua, sin árbol y sin ave.
El orgullo del Gran Cañón estaba dibujado en sus ojos. La mirada dura, fría e inquietante. Pestañas oscuras, cetrinas, abigarradas con la precisión de una pluma de cuervo. No lloraba, porque no se partieran las montañas. Reía con la carcajada limpia de quien aún camina descalzo por entrelos cáctus. Su orgullo era como un cuhcillo afilado: te rozaba y el silencio se hacia, como la noche se hacía, como la tristeza e hacía. Guardó silencio porque alguien le llamó niño orgulloso. Se puso su chamarra de lona, su mochila al hombro…dio la vuelta: no dijo nada.
Quisiera entrar en la cárcel de tu cuerpo
Meterme en la celda de tus ojos
Y ponerme entre rejas de tus besos.
Que tu voz sea el juez de mis oídos
Escuchando mí sentencia
Y en el banco de la espera
Estaré sentada a tu llamada.
Que mi testigo se sienta conmigo
Ésta locura que me acompaña
Y a la hora de un veredicto
No me quede libre de tu abrazo.
Me gustaría saber las preocupaciones que puedan tener esos seres vivos de lo que somos dueños y amos. No se si les preocupa no tener comida en su plato, o que no tengan agua donde poder beber, que no reciban caricias cuando las piden, o que no les hagamos caso cuando nos llaman, no se si sus preocupaciones se basan en que nosotros, los amos, estemos contentos con ellos y sepan complacernos como seres que son, o si les preocupa que nos fallen alguna vez, y por ese fallo piensen que ya no les queremos. Tal vez una de sus preocupaciones sea esa, que algún día dejemos de quererles, que ya no les mostremos interés y cariño por nuestra parte, y que lo dejamos marchar sin importar hacia donde irán, lo que harán y como estarán en algún sito lejos de su vida de antes o que les olvidemos y que ni siquiera los recordemos. Yo no se que preocupaciones tienen, como tampoco se si ellos saben las preocupaciones que los dueños podemos llegar a tener…
Palabras encadenadas. Ventanas cerradas.
No quiere mirar. Le asusta su cara.
No alcanza a soñar. encadenada de su mente.
Inocente en la cuchara. No para de ver gente.
La tele la ampara.
Palabras de grifo. Gotas de agua.
La lluvia en la calle. Su talle engrosado.
Vuelo de globo. Bobo su despertar.
No sabe soñar.
Revelación 6.
” Las palabras reunen la magia de los sueños. El dolor se calma cuando se escribe sobre él, cuando se dibuja el desamor, cuando el sentimiento de soledad nos hace más creativos, porque la fuerza de ese dolor fructifica en sinceridad. ¿Cómo es el rostro de quienes te leen?
¿Cómo llegan tus palabras? Vorem es un barco. Quizá en la proa habieten los constantes, los que miran hacia una parte del océano. Quizá en la popa paseen los “cantarines”, quienes escriben para ser como las hojas de temporada…Pero Vorem, el gran Barco que va Ninguna y a Todas partes…contiene el laberinto de MInotauro, los espejos de Borges, el eco de las calles Bonaerenses, la matizadas planicies de Africa. De Norte a Sur el eco virtual se escucha en cuantos formamos parte de este pasaje”.
Sentado sobre mi fría mesa
escribo palabras sin sentido
escondido de ella,
de la mujer a la que no amo.
Escribo sobre el amar y su existencia,
¿realmente es cierto?
Yo nunca lo he hallado, ¿podré ahora?
…
Sin imaginarme nada, sin soñar
observé desde mi ventana
una luz que me cegó,
en ella, observe su pálida cara
con sus ojos blancos
y cabellos quemados.
Ahí la vi, en una noche de primavera
y desde entonces la siento,
en mis imaginaciones,
algo nuestro.
Un proverbio árabe aconseja que “nunca digas nada que no sea más bello que el silencio”. Y es que es necesario que toda palabra esté revestida de una búsqueda de los misterios que el mundo interno de cada persona tiene dentro de sí. La propia pequeñez del ser humano es lo que le hace enormemente grande en su interioridad: esa casa/causa íntima que es literatura concentrada para sacar a la luz, en algún momento determinado, el encuentro de nuestras diversas latitudes humanas. Es ese el principal atractivo que tiene la verdad de cada uno de nosotros y nosotras. Siempre la verdad personal tiene la estructura de un cuento, un relato, una ficción… y sólo nos eternizamos a través del discurso de nuestro propio sueño.
Nos conviene saber qué secretos impulsos nos mueven a aprender desde la edad más temprana hasta el final de nuestra vida.
La psicopedagogía moderna parece haber determinado las tres claves básicas del aprendizaje continuo a lo largo de la vida. Fomentándolos en nuestros hijos, alumnos o en nosotros mismos descubriremos la potencialidad de las inmensas capacidades que yacen en nuestro interior, dispuestas a ser despertadas y desplegadas mediante el poder del aprendizaje.
Una página donde se puede respirar cuidado, cariño y muchísima sencillez: un signo de inteligencia y claridad de conceptos. La imagen del papel, el gurruño…todo un logro. ¡¡¡Creo que aquí tenemos la frescura de lo que es vital!!! Una cosecha de verdaderos maestros artesanos…De todo corazón si no la habéis leído, no perdáis la oportuniodad de hacerlo!
Bien por quienes la elaboráis. ¡¡¡UNA REVELACIÓN que es, en sí misma, la mejor de todas!!!
Soy una existencia llena de plenilunios y de edad todavía por madurar en los centímetros de la vida. pero estoy segura de que ser algo supone estar presente en algo. Y es por eso por lo que es tremendamente fortificador ser parte de una vida pequeña por su extensidad pero enorme por su trascenden cia. Soy una existencia. De eso estoy más que segura. Con mis pensamientos y mis ideas recogidos en el interior de mi corpuscular esencia. Pero también con mis acciones externas hacia los demás.