En ese mismo momento sonó el móvil que llevaba Paúl.
– Perdonen, caballeros… pero tengo que contestar si ustedes me lo permiten…
– Por supuesto que sí -respondió Manésh- con libertad, Paúl… con entera libertad…
Abrió la comunicación.
– Hola.
– Hola Paúl. Soy Arthur. Te llamaba para saber si necesitas que suba yo para poder ayudarte.
Me paseo por distintas páginas de escritores parecidas a Vorem. No son iguales que este lugar, todo lo contrario. Son lugares donde impera el color, las imágenes proliferan por doquier. Te incitan a registrarte en ellas, pero todo ese “lujo” que hipnotiza no tiene la magia que tiene el blanco y negro de esta aldea.
A la larga se van marchando los usuarios de alguna de esas páginas. Pertenecí a una de ellas y me dí cuenta de que tanto color y luminosidad solo sirven para que afloren envidias y celos. Son lugares demasiado cercanos, como una pantalla de televisión en la que algunos de los que allí “viven” se ven, se alaban, se adulan y el ego y la vanidad pululan absorviendo las mentes de algunos de sus componentes. Al final los que están allí solo para compartir, escribir y leer sin ánimo de destacar, terminan marchando del lugar. Una verdadera lástima. No quiero decir con esto que todo sea malo, al contrario, hay de todo como en botica.Sigue Leyendo...
Más allá de ese límite sublime
de las nieblas y el viento desolado
existen las verdades derivadas
del vivir pendiente del Destino.
Un camino pleno de existencias
en medio del marítimo paisaje
y una alondra de vuelo sin retorno
pautando las parábolas del aire.
Más allá de ese punto suspendido
en el alma del viento huracanado
la paz del alma se vislumbra
en el alba del todo amanecer.
Una ruta de sentires perviviendo
en la paz y el amor de los segundos.
Arthur cruzó rápidamente la calle. Un automóvil estuvo a punto de atropellarle… pero, milagrosamente, Arthur dio un salto hacia adelante. Un salto que había aprendido en los gimnasios de las escuelas especializadas para Agentes de la Interpol. Se levantó del suelo y corrió hacia la puerta del Salón Tesauro en donde se encontraba su amigo Paúl.
– !Felices mis ojos!. !!Estás vivo!!.
– ¿Es que acaso tenía que estar muerto?.
– Pasaban los minutos y pensé que te había sucedido algo grave.
– Algo grave sí sucede aquí… pero no a mí sino a otras personas.
– ¿Cómo es eso?. Sigue Leyendo...
– Arthur, ahora nos toca resolver un aspecto de suma importancia.
– ¿De qué importancia me hablas?. ¿Qué es?.
– Sólo te pido que tengas todos tus reflejos en perfectas condiciones. Toma el fusil ametrallador.
– Te advierto, una vez más, que yo no soy como tú. Si tengo que disparar disparo.
– Lo sé. Por eso cuento contigo.
– Para todo, Paúl, para todo.
– Bien. !Ustedes, señoritas, no se asusten!. ¿Hay aquí algún comedor?.
– Sí. Hay un comedor -dijo Andrea.
Un repugnante enano, de 1,50 metros de estatura y de color verdoso, apareció en el umbral de la derribada puerta; con una superlintena en la mano derecha y una pistola de rayos láser en la mano izquierda. Sobre el pecho llevaba un rótulo fluorescente que decía: “The Left-handed one” (“El Zurdo”).
El Zurdo comenzó a caminar por la oscura biblioteca guiándose con su superlinterna y pronto encontró los dos gruesos volúmenes tirados en el suelo mientras, a muy corta distancia, Paúl permanecía escondido entre las dos estanterías. Sigue Leyendo...
Caminando lentamente y observando bien a las bombillas descubrió que no eran bombillas sino simplemente en su forma exterior ya que, en su interior, lucían unas antorchas que eran las que alumbraban el pasillo. Y también observó que debajo de cada bombilla (seis a cada lado del pasillo) estaba grabada una calavera hecha con trozos de huesos humanos. !12 antorchas y 12 calaveras!. Rápidamente le vino a la memoria el sueño de la noche anterior…. !y aquel era el día 12 del mes 12!.
– Dios mío… ¿habré llegado demasiado tarde?…No. Estoy seguro de que en el reloj que vi en el sueño eran las 12 del mediodía. Tengo tiempo suficiente para encontrar a Bianca o al menos eso creo. Es hora de poner en funcionamiento todos mis sentidos. Sigue Leyendo...
Acabo de matar una estùpida flor,
pero regarè sus semillas alrededor.
No es miedo, ni odio,
no encuentro motivos para aterrorizarme.
Las balas que impactan en mi cerebro
no son salvas, hacen daño ,pero reencarnan en pajaros,
aves que cantan al son de un requiem de vida, de muerte.
Algunos de nosotros, somos todos nosotros,
no podemos negar nada de lo que sintamos.
Bailemos al ritmo de aquel corazon roto,
de un cuervo que no grazna, sino que maulla.
En la calle, por la mañana, un punto blanco del alba se refleja en el maduro movimiento de las caderas de una mujer. Todos bailamos al mismo ritmo con las miradas. La vemos cimbrear su cuerpo cuando va caminando por las calles de Murcia. En Las Torres de Cotillas una pareja de ancianos juegan al ajedrez en el Centro de Jubilados. En Alcantarilla varios niños juegan con su balón en la Plaza de la Palomas. Nosotros estamos viendo la televisión a estas horas en que las luciérnagas han dejado de brillar. El ritmo de las caderas de la hermosa hembra nos transporta a la exultante expresión de “!Impensable!. !Esto es impensable e imposible!”. Un pájaro carpintero picotea en el tronco de un abedul cercano a El Palmar, justo al lado de la casa de don Álvaro. Con la velocidad de un rayo nos tomamos el café con leche. La inmensa mayoría de los hombres nos declaramos que estamos prendados de su belleza. Pero, en fin, !cuál luciérnagas! vamos en línea recta a repetir el sueño de todas las noches. La mujer se aleja cimbreando su cintura y un brillo especial nos luce a todos en los ojos, como si fuésemos tigres… !pero mejor no tocarla!… Pepe Alegría, el ferretero, se resigna a vivir de sus nostálgicos recuerdos. Yo sigo escribiendo con mi cigarrillo JB mentolado encendido. Un cigarrillo que he intercambiado con Alfonso por un libro de “Historias Torreñas”. !Y es que esto es, en verdad, historia!. Sigue Leyendo...
Los húsares (del húngaro Huszár, en plural Huszirok que significa en sus orígenes “bandidos del gran camino”), constituían una unidad de caballería ligera. Los primeros húsares fueron reclutados por Matías I de Hungría, llamado Matías Corvino (1) en 1845 durante la guerra contra el Imperio Otomano (2), en la que se enfrentó con éxito contra los jenízaros (3) turcos. El modelo fue seguido en otros ejércitos; en primer lugar por los polacos, donde se les conocía como húsares alados (llamados así por una especie de alas de 1 metro justo de longitud que llevaban en la espalda). Éstos eran en realidad lituanos-polacos y se enfrentaron con el ejército de Gustavo II Adolfo de Suecia (4). También salvaron a Viena del asedio de la toma de 1683. Los austríacos recurrían a los húsares húngaros. Sigue Leyendo...
Doña Lucia estaba en el porche de su casa, contemplando el campo y el atardecer. Era invierno…. y miraba a su alrededor la extensión del campo, todo estaba en silencio….
Poco después aparece su hijo Andrés…. y en ese momento la madre, con la mirada en el horizonte: “Hijo mío, esta alteración del clima, no es normal”.
El Joven como siempre, desoyéndola volvió a entrar a la vivienda…
Ya era más de media noche, el chico y su madre llevaban horas durmiendo, pero…. Andrés estaba intranquilo en la cama, no podía dormir, algo había afuera….
Más o menos serian las 3’30 h. Finalmente el chico salió de la cama. Con cuidado se acercó al gallinero… Y efectivamente otra vez, volvió a pasar, se había repetido el fenómeno. Sigue Leyendo...
Después de una larga hora atravesando la gran ciudad desde el extremo norte hasta el extremo sur de la misma, Paúl y Arthur llegaron, por fin, a la Moon Street. El número 12 de aquella calle era un viejo y enorme caserón abandonado, de dos pisos de altura, situado en medio de un laberinto de calles oscuras en aquella noche fría que dejaba las manos congeladas. Aparcaron el automóvil y, con las manos en los bolsillos de sus pantalones para calentarlas y resguardarlas del frío, observaron el destartalado caserón.
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Punto de encuentro de escritores en Libertad. Queremos compartir nuestros, poemas, relatos, reflexiones y demás textos con todas aquellas personas que nos visiten. Agradecemos el que vengan a vernos y estaremos satisfechos de que sea de su agrado.
miércoles 2 de diciembre de 2009
La noche del Tesauro (24): Novela.
Con el mechero encendido en la mano derecha, Paúl comenzó a ojear algunos de los títulos de los libros que se encontraban apilados.
Después de transitar durante un cuarto de hora por las calles de la gran ciudad y todavía por la zona norte de la misma, Arthur se sintió profundamente agotado.
– Paúl… estoy agotado… necesito tomarme un café caliente porque me estoy durmiendo.
– Sabes que no tengo tiempo que perder. Necesito llegar cuanto antes al Salón Tesauro.
– Te prometo que será sólo un momento. De verdad que me estoy durmiendo. Un café caliente despertará todos mis sentidos. Además, a ti también te vendrá bien.
– De acuerdo. Sólo un cuarto de hora. Sigue Leyendo...
Al llegar al domicilio de Katy, ésta se despidió de Paúl (ambos viajaban en el asiento trasero del automóvil) con un cálido y emotivo beso en la mejilla izquierda de él. Después abrió la portezuela, salió del coche, se despidió de Arthur con un ligero apretón de manos y exclamó dirigiéndose a Paúl.
– !Muchas gracias por todo, Paúl!.
– !Ni se te ocurra volver otra vez por allí!. !Búscate otro trabajo pero no vuelvas nunca más al Bar Brentvood!.
– !No lo haré!. !Te lo prometo!. !A partir de ahora me dedicaré a estudiar Historia Universal!. !Ese es mi gran sueño dorado!. !Sé que tengo que buscar un nuevo trabajo pero tengo un excelente currículum y no habrá problemas en que estudie y trabaje a la vez!. !Nunca te olvidaré, Paúl!. Sigue Leyendo...
Noche profunda en las honduras del corazón. Más allá del límite de lo imposible enhebramos nuestros sentimientos en el congénito lugar de las milagrosas Transformaciones. Tú y yo somos dos seres humanos. Tú eres la belleza hecha mujer. Yo soy el hombre que mece tus ideas en el almario de mi corazón. Entre tu belleza y mi lapicero de dibujar ideas surge el Tiempo. Sí. El Tiempo de sentirnos el uno dentro del otro. Y formar una sola epopeya romántica en este mundo sangrante…
La película “El coloso en llamas” fue una de las primeras en utilizar efectos especiales e inauguró el llamado “cine de catástrofes” que tanto dinero ha dado a Hollyvood. Basada en la historia de un gran incendio en uno de los mayores rascacielos de Norteamérica, se cuenta que Steve Mc Queen fue a trabajar en algunas ocasiones con los bomberos, en lugares donde había fuegos reales, para saber cómo actuar mejor en la película (su papel era el de jefe de bomberos). Su mujer por aquel entonces, Ali Mc Graw, no quería que lo hiciese, así que tuvo que ir a escondidas. Cuando se puso en primera línea a apagar un fuego, el bombero que tenía al lado le reconoció y dijo: “Usted es Steve Mc Queen, mi mujer no lo va a creer cuando se lo cuente”, el actor le respondió: “La mía tampoco”. Sigue Leyendo...
¿Por qué te odian mujer sexual?. Éste soy yo y aquí estoy como un ángel de luz para tu deseo. Más allá de todos ellos. Sólo para morir entre tus brazos… mi pequeñita… mi niña mimada… mi fiel mujer…
Todos podemos cuando queramos… fundar un nuevo universo de sentires. Un universo de sentires donde no haya lugar para la mentira, ni para la ira, ni para el odio, ni para el desamor…
Cordura.
Uno puede pasarse la vida diciéndose que la vida es lógica, prosaica y cuerda. Sobre todo, cuerda. Y creo que así es. He tenido mucho tiempo para pensar en ello. Y siempre vuelvo a mi memoria la declaración de la señora Underwood antes de morir: “Así, se entiende que cuando aumentamos el número de variables, los axiomas en sí no sufren cambios.”
Estoy realmente convencido de ello.
Pienso, luego existo. Tengo vello en la cara, luego me afeito. Mi esposa y mi hijo se encuentran en estado crítico tras un accidente de coche, luego rezo. Todo es lógico, todo es cuerdo. Vivimos en el mejor de los mundos posibles, de modo que opnme un cigarrillo en la izquierda, una cerveza en la derecha, sintoniza Starky y Hutch y escucha esa nota suave y armoniosa que es el universo dando vueltas tranquilamente en su giroscopio celestial. Lógica y cordura. Como la coca-cola, la vida es así.Sigue Leyendo...
Largo viaje aéreo. Todo el vuelo Madrid-Bogotá lo he compartido con un baturro aragonés, nativo de un pueblecito muy cercano a la ciudad de Zaragoza, con quien he hablado de multitud de asuntos. Como no podía ser de otra manera, también hemos hablado del amor. Porque este baturro aragonés es un hombre divorciado que mantiene relaciones de noviazgo con una colombiana de Medellín. Por eso viaja continuamente a estas tierras. Al otro lado de los asientos centrales, a mi izquierda, una linda ecuatoriana no hace más que santiguarse cuando el avión comienza con un extraño bamboleo. Estamos atravesando una zona de turbulencias y ella está asustada. La tranquilizo. No pasa nada. Es muy normal que estas cosas ocurran cuando se viaja sobre el Atlántico. Al final se tranquiliza y me sonríe cuando le cuento un par de inocentes chistes. Los que no se tranquilizan son el joven de la camisa azul y la joven de la camisa blanca que se han pasado todo el tiempo recorriendo los pasillos de punta a punta. Sigue Leyendo...
En la puerta del Bar Brentvood apareció una gigantesca figura de un hombretón de dos metros de altura. Un hombre que parecía, verdaderamente, inhumano. ¿Sería humano o humanoide aquella mole de músculos?. La verdad es que Katy demudó su bello rostro y quedó completamente pálida del susto. Aquel monstruo tenia una violácea cicatriz recorriéndole toda la mejilla derecha, desde el arco superciliar de su ceja hasta la barbilla, y poseía un par de ojos profundamente negros en el fondo de dos cuencas óseas. Verdaderamente era aterrador mirarle a la cara.Sigue Leyendo...
El hombre que salió detrás de Katy y Paúl los alcanzó antes de que diesen vuelta por la esquina de la calle. Se dirigió directamente a Paúl, sin dejar de admirar la belleza de la portorriqueña.
– Buena compañía, joven.
– ¿Le importa a usted?.
– No. No es eso. Mire, quiero presentarme, aquí está mi tarjeta de identificación.
El hombre de edad madura sacó del interior de su chaqueta una tarjeta. Era algo más grande que las clásicas. Se la entregó a Paúl y éste la comenzó a observar.
Supongo que esto significa que nunca te dejaré de echar de menos.
Que el primer año en el que te conocí, fue El Año, fue Ese Tiempo, y ese fue su momento. Que el tiempo siguiente desastré fué.
¿Ese año y poco será lo que siempre permanecerá?
Cuántas cosas me gustaría repetir, y cuántas no haber hecho… o sí. Dicen que más vale arrepentirse de lo que se hace que de lo que no. Entonces quizás tendría que haber hecho más.
Y escribo… ya que no puedo leerte.
Ni respirar los sentimientos como tú los respiras, ni oir como tú oyes, -que no escuchar-, ni entender tus errores como los entiendes tú.Sigue Leyendo...
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