A los abuelos vascos les encanta el juego de los pelotaris… porque les traen a sus memorias viejos pero siempre frescos recuerdos. Los abuelos vascos tienen misterios en las pupilas de sus miradas. Misterios de juventud…
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Cuentos
Mickey Mouse y la Dolores…
Dolores está dormida, profundamente dormida, con un sueño pesado que se le ha convertido en pesadilla. En mitad de la noche sueña con Mickey Mouse sentado en su almohada. Y entonces Dolores abre los ojos y habla con él. El viento crea suciedad en las ventanas abiertas y hace entrar, en la casa, pelusas como de perro pero que no son de perro.
Mickey Mouse sonríe en medio de la escena. Está demasiado sonriente el ratón. Dolores sigue soñando. Ve los lavabos de su casa sucios. Ve los baños de su casa sucios. Ve las habitaciones de su casa sucios. El ratón la sigue para no perderla de vista.
El Iluminador de TVE y Fabián el teatrero.
Érase una vez, en una ciudad de las Españas, de nombre Madrid, en la que vivían dos singulares personajes. Uno de ellos era conocido como El Iluminador de TVE y el otro era el sencillo Fabián teatrero.
El Iluminador de la TVE era un poco arrogante y soberbio. Se creía un galán con las mujeres y un personaje conocedor de la vida. Mientras tanto, el humilde Fabián caminaba por los barrios extremos de Madrid acompañado de una “troupe” en una vieja y alegre camioneta.
!Un millón de Jesucristos en la Tierra!
El viejo profesor de Filología se levnató de la cama “iluminado “, se vistión con el traje mñas elegante de su extenso repertorio, la camisa más blanca que encontró y la corbata de seda fina italiana. Vestido completamente mejor que un príncipe, se asomó narcisamente al espejo y se encontró guapo de verdad.
El viejo profesor de Filología salió a la calle de la gran ciudad de Santiago y comenzó a publicar a viva voz y a todo transeúnte que encontraba que él era Jesucristo llegado a la Tierra.
Espejismo.
En una habitación habita un gran espejo. Nadie sabe a ciencia cierta si el espejo vive en esa habitación, o la habitación aparece en el espejo. Ivonne tampoco lo sabe. Pero cada vez que lo admira, con su marco dorada plagado de pequeñas figuras y su reflejo en el espejo, sonríe. “¡Que bonito, exclama, y que antiguo debe ser!”.
Tan antiguo, querida Ivonne…, que no alcanzan la memoria de tus abuelos a recordarlo. Tan antiguo, que el mundo era nuevo, y no había aun despertado su equilibrio natural, por el cual la vida se torcería como un péndulo de reloj a través tel tiempo, dando espacio a las fuerzas contrarias para convivir entre sí. Cuan antiguo debía de0ser, quu no había palabra alguna para definir, por ejemplo, a la tristeza y a su compañera, la alegría; y en un gran torbellino0indescivrable se mezclaban como0en un gran océano fulgoroso.
Míster Meón
Esta es la historia, señores y señoras lectores y lectoras de Tustextos.com. de un niño humilde que estudiaba en un colegio de la ciudad de Madrid. Un colegio público del Estado cuyo nombre era “Lope de Rueda”.
Pues el caso es que aquel niño humilde tenía siempre un sonrisa maláncolia pero triste como sus compañeros pensaban sino alegre en su interio. Aquel niño humilde era feliz. Y ya se sabe que la felicidad siempre despierta envidias en los niños de mal corazón.
Tío Benito
Tío Benito se las da de héroe en su pequeña y perdida aldea de la Ciudad de Cuenca (aldea de cuyo nombre, como dijo muy bien Cervantes, no deseo por ahora acordarme). Bueno. El caso es que Tío Benito es un “galancete” que se las da de “donjuan” y dice a todo quien encuentra a su paso “yo he picado muy alto”, con su boina de pitorro que aprece una aceituna encasquetada en su ccabeza calva.
Tío Benito sueña con grandeza y oro. Trabaja de hortelano pero vive pensando en conquistar el mundo. Es de esos hombres que sueñan con el mundo, con el sorprendente mundo de la vida humana.
Y en el principio era Nada
Compañero Grekosay y resto de voremistas o voristas, por supuesto que deseo dialogar contigo y con vosotros. Sé que lo que va a continuación es un Cuento pero deseo también escribirlo como una reflexión.
Y EN EL PRINCIPIO ERA NADA
Hace muchos miles de años, quizás hace millones de años, había un lugar en la Tierra llamado Paraíso. Todo allí era pura naturaleza: montañas, ríos, árboles, animales… y un hombre eterno llamado Adán.
La Gaviota y El Marinero
Son madrugadoras y todas las mañanas cuando El Marinero se acerca a las cornisas del malecón de aquel pueblo impregnado de olores y sal, mientras las olas del mar azotan la playa rompiéndose en las arísticas piedras del muro de contención, ellas llegan para escoltar a las barcas de los pescadores y poder comer los pescados que éstos arrojan al mar. Y están también los otros. Los de la caña y el sedal -ajenos a la voluntad de las gaviotas- intentando capturar “tiburones” en forma de atunes, carpas y congrios; pasando sus vidas entre anzuelos y carretes mientras El Marinero abandona sus abigarrados pensamientos y se sienta sobre la roca para descansar envuelto en las blancas presencias de las gaviotas. En efecto, es El Marinero contemplando las vaporosas nubes que impregnan, de blanca sensación, la llegada de ellas.
Marcar… o no marcar.
Y desde que me enteré que ya no estás con ella, no puedo evitar sentir ganas de llamarte… no por regresar contigo, sino para que oigas mi voz, recuerdes todo lo que arruinaste.
Mi abuela tenía razón: “Aquí se hace, aquí se paga”
No es que te quiera, pero no puedo evitar sentir un poco de satisfacción al ver que tomas de tu propio brebaje.
Definitivamente, al menos, saludaré por msn.
Millennium
Waiting for a miracle,
Leonard Cohen
Por ahí va, leyendo en el periódico que ha aumentado el volumen de moneda falsa en la circulación del dinero. El dato es preocupante y las autoridades prometen una dura guerra contra él. Se detiene en un semáforo. El hombrecillo rojo y estático le impide pasar, mientras los coches desfilan raudos aprovechando que el verde les pertenece. A su lado un cuerpo se detiene. Percibe que susurra algo. Ha llegado el día. Cruza la calle acompañado por lo que ya son los gritos de un cuerpo desvariado. Ha llegado el día, ha llegado el día, ha llegado el día…
Historia de Alguien -Versión (Ende, Kafka)
Fue esta historia la de Alguien, que en su camino encontró una gran puerta y junto a la puerta, un Guardián.
Alguien preguntó al Guardián si “¿Puedo cruzar la puerta?”, pero este respondió con sereno y rotundo No.
Ante la firmeza de la negativa, Alguien retrocedió y meditó durante largo rato la manera de seguir caminando.
Volvió y pidió si “¿Me deja pasar?” y de nuevo No puedes pasar.
Así que continuó meditando el por qué del impedimento.
Pasados unos días regresó ante la puerta y afirmó “¡Quiero pasar!”, pero el guardián replicó que No puedes pasar aunque quieras.
Alguien se desconcertó ante tamaña revelación, no podía pasar.
tQQ =(
La dama sevillana
Cuando empieza a ocultarse el sol tras el vasto edificio de tres cuerpos, en las rejas del patio, como cada noche, los ventanales se llenan de luces acres y amarillas. Es cuando la dama sevillana espera a su amante…
Y llega entonces él con gran solemnidad y se produce el encuentro silencioso. Aquel amor melancólico de miradas grandes creando unos minutos de anhelos colgados en el apesadumbrado deseo del besarse…
Pero la historia del caballero amante terminó, sin saberlo ella, una noche junto al puente, cuando el hermano psicótico de la dama mató de diez puñaladas al caballero andaluz. Y después envió a su única hermana (la dama y el psicótico eran huérfanos) a las celdas de un convento de monjas clarisas.
Ceni y Cienta (III)
Ceni y Cienta llegaron a una perdida región montañosa de la República de Bululandia que era fronteriza con la Unión de los Países Libres. Como se sentían verdaderamente revolucionarios republicanos se quedaron a vivir en una de las numerosas granjas comunales de la región. Se dedicaban a transportar mercancías entre las aldeas y siempre iban juntos en el camión donde a parte de cantar continuamente también hacían el amor plácidamente y sin prejuicio. El Camión Rojo (como era conocido por todos) era su verdadero hogar y habían adaptado cocina y cama en él.
Ceni y Cienta (III)
Ceni y Cienta llegaron a una perdida región montañosa de la República de Bululandia que era fronteriza con la Unión de los Países Libres. Como se sentían verdaderamente revolucionarios republicanos se quedaron a viir en una de las numerosas granjas comunales de la región. Se dedicaban a transportar mercancías entre las aldeas y siempre iban juntos en el camión donde a partede cantar continuamente también hacían el amor plácidamente y sin prejuicio. El Camión Rojo (como era coocido por todos) era su verdadero hogar y habían adaptado cocina y cama en él.
Ceni y Cienta (II)
Cuando la Marquesa de Miraflores se encontró en el buzón de correos con las 4 invitaciones a la Gran Fiesta de aquella noche (que duraría hasta el amanecer del día siguiente) protagonizada por el Príncipe Azul se llenó, por un lado, de gran entusiasmo. Sus hijas Flora y Florinda tendrían la oportunidad de sus vidas… pero, al mismo tiempo, montó en cólera e ira cuando descubrió la invitación a Cienta. !Cómo todo un Príncipe Azul invitaba a una señorita de la clase media a una fiesta especial para la Clase de los Nobles. Y comprendió enseguida… !Cienta era un peligro para sus intereses y de alguna manera el Príncipe Azul la había descubierto!.
Ceni y Cienta (I)
Hace años, en el centro de un continente multinacional, había dos países colindantes entre sí. Uno era el Reino de Jululandia y el otro la República de Bululandia. En el Reino de Jululandia gobernaba el Monarca Barbazul. La República de Bululandia estaba gobernada por el presidente del único partido legalizado, el señor Granadov. A pesar de ser regímenes tan dispares, los intereses (económicos sobre todo) hacía que tuviesen buenas relaciones y, salvo algunas pequeñas escaramuzas de espionaje y otras cosas de poca monta (que se solucionaban diplomáticamente en pocos días) el tránsito entre ambos países era fácil. No eran amigos ni enemigos y se soportaban mutuamente bien. El resto del continente era un complejo de muchas Repúblicas Democráticas de pluralidad de partidos y habían acabado con las fronteras entre ellos creando una Unión Democrática de Países Libres.
El barril del Capitán Langsdorf
En el Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires, Argentina, subiendo al segundo piso y tras caminar a la sala de exhibiciones número tres, existe, dentro de una vitrina cuidadosamente apartada y sobre un soporte de aproximadamente un metro veinte de altura, un tonel. Solamente una luz descarnada lo ilumina y una exangüe placa mal colocada que alguna vez fue brillante y ahora es por poco indescifrable reza: “El barril del Capitán Langsdorf – Buenos Aires, 1939”.
Casi nadie se siente atraído a observarle en la visita, y no es algo reprochable: se ofrecen apasionadas y exquisitas colecciones de piezas óseas pertenecientes a las criaturas más increíbles, están a la vista variadísimas especies disecadas y detalladamente expuestas en una vitrina concienzudamente decorada como el hábitat natural de sus huéspedes eternos, mientras que otras presionan inútilmente la prisión de cristal que las sumerge en formol, permitiendo que tantos interesados vean colmadas sus expectativas de apreciación natural;
El loco de remate
El poema, como la yedra, empujaba ascendente por entre sus ojos… pero… ¿qué hacía en realidad un alto dirctivo y gerente de banca, como él lo era, dejando que la yedra de los versos penetrase en su cerebro y se aposentase de los lugares ocupados por los números y las cifras?.
La palabra “rosicler” se encontraba en plena pelea contundente contra la palabra “interés compuesto”. Luchaban denodadamente (como ejemplares capitanes de sus distintos ejércitos) para animar cada uno a los suyos.
Las sumas y las restas, los plazos de hipotecas, los avales bancarios se defendían de los ataques de nenúfar, etéreo y otros epítetos literarios como sueño y mandrágora…
Los Palacios de los Duendes (versión propia del cuento El Palacio de la mentira)
En el mundo mágico de las Hadas y los Gnomos, en medio del Bosque de los Sueños y la Ficción, hay dos clases de Duendes: los Duendes de la Verdad y los Duendes de la Mentira. Y el caso es que ambos grupos de Duendes viven muy cerca los unos de los otros (a veces se les confunde incluso) en sus respectivos Palacios bien diferentes.
El Palacio de los Duendes de la Verdad se va construyendo a través de los niños que dicen verdades. Cuando un niño cuenta una verdad se va colocando un ladrillo en el Palacio de los Duendes de la Verdad.
Los Palacios de los Duendes (versión propia del cuento El Palacio de la mentira)
En el mundo mágico de las Hadas y los Gnomos, en medio del Bosque de los Sueños y la Ficción, hay dos clases de Duendes: los Duendes de la Verdad y los Duendes de la Mentira. Y el caso es que ambos grupos de Duendes viven muy cerca los unos de los otros (a veces se les confunde incluso) en sus respectivos Palacios bien diferentes.
El Palacio de los Duendes de la Verdad se va construyendo a través de los niños que dicen verdades. Cuando un niño cuenta una verdad se va colocando un ladrillo en el Palacio de los Duendes de la Verdad.
Unas migas de pan
-¿De donde vienes con tanto pan?
-De la panadería. Me lo acaban de regalar.
-¿”Pá” las gallinas?
-No
-¿Y “pa” qué “va” a ser?
-“Pa” unas migas qué”vi” a “hasé”….Con sus ajitos, tocinillo y choricillos, “vea usté”.
Y sardinitas, uvas y lechuguita, también.
-¿Y quién se las va a comer?
-La Agripina, La Felipa, El Julián y el Manuel. Y si “encarta”, unas poquitas “Pa usté”…
Y por qué no, “pa” los que me vienen aquí a leer.
Pieza maestra
Todavía no acaba de llover; un hombre arrastra su humanidad hasta la recepción.
-Buenos días Rosita, como sigue. Bien Doctor De Icazar, ya mejor.
-Y su niño como está.
-Bien grandote, ya esta en segundo de Kinder.
– Ah que bien, ese pequeño balín, antes era un chicharito. Y bien, ¿que pendientes me tiene?
-Ya vinieron a traerle los paquetes de Ativan, Diazepam y las cajas con barbitúricos, lo rosas. También le tengo los reportes de las pruebas con la del 37, y el anexo del diagnostico.
-Bien, bien.
De una puerta al fondo se aparece una figura embutida en el gabán y sombrero, aleteando el aire con sus palmas largas y de esquisitas formas. Es una combinación de sepulturero y profeta.
Blanca , Nieves y el enanito Gruñón (y IV)
Capítulo Cuarto y último: De cómo Blanca y Nieves forjaron su futuro…
Fue Pantagruel el que tuvo la feliz idea, al observar la enorme cantidad de dinero que podrían obtener Blanca y Nieves con aquel tesoro de oro.
– !Escucha, Blanca… y escucha tú también, Nieves!. ¿Sabéis cuánto dinero podéis obtener con el contenido de ese cofre?.
– Ni idea-respondió Blanca.
– Yo creo que lo suficiente para poder mantenernos por mucho tiempo… -dijo Nieves.
He de contarte un sueño…
He de contarte un sueño de esta noche pasada y que recuerdo gracias a que estoy contemplando la luna blanca. Yo me encontraba asomado a la ventana, mirando al cielo, y de pronto vi tu cara en medio de las estrellas y vi cómo jugabas con todas y cada una de ellas.
Depués apareció una nube azul y te montaste en ella y fuiste a pasear por las galaxias con tu sonrisa llena de aurora roja.
Más tarde tu cabello negro flotaba en la atmósfera mientras tu pecho latía y emitía mensajes a mi corazón: !Ven!. !Ven!. Decías con tu mirada.
El final de una búsqueda
Se levantó como todas las mañanas, lo primero que hizo fue ir al lavabo, al mirarse al espejo vio con asombro que le faltaba algo en su cara. Sorprendida e incrédula no supo que pensar. Empezó a tocarse y allí encontró su nariz, sus ojos, sus orejas, pero……algo no encajaba,…….¡¡ su sonrisa no estaba.¡¡….. De repente se vio embargada por una gran tristeza. Por su mente desfilaron mil preguntas, todas ellas sin respuesta.
Como pudo dejó de mirar aquella imagen triste y doliente. Abrió su ventana buscando las gentes que hasta ahora habían compartido sonrisas con ella….Nadie, no había nadie..
El gamonal Andrés y la humilde mucama
Aquella manera de hablar que le acompañaba desde niño y que anunciaba a los cuatro vientos su origen de “quiñachicalle” y aquella expresión de “manavalí”, le hacía ser un hombre acholado, ´tímido y avergonzado de haber venido a este mundo.
Sobre la humilde mucama caía siempre la furia y la mala entraña del gamonal Andrés cuando éste venía de un “chuchaqui” sintiéndose vacío y miserable. Entonces era cuando ella reciobóa una llovizna de ultrajes e improperios con los consabidos !lárgate, carajo! !pendeja! !lárgate, desgraciada!.
La mosca que se creía muy inteligente
Una vez una araña tejió una hermosa red en una vieja casa. La manteníra siempre limpia y reluciente para que las moscas le favoreciesen. Tan pronto recibiía a una “clienta” limpiaba la telaraña para que otra mosca no sospechara nada.
Un día llegó una mosca que se creía muy inteligente, zumbando se acercó a la red de la arña. La vieja araña la invitó:
-Entra. Siéntate cómodamente.
Pero la taimada mosca le respondió:
– No, gracias,. No veo a otrasa moscas en tu casa y !sola no entro!.
ARRIBABAJO Y LAS CUARENTAMIL GOTAS.
Tiempo atrás, junto a un Pantano vivía un Rio. Un dia de mucho calor, el Rio se acercó al Agua para darse un baño, y mientras flotaba en el Agua y se refrescaba
tranquilamente se le cerraban los ojos. El Rio flotando en el Agua se relajaba hasta quedarse adormecido. Después de esto fue abriendo sus transparentes ojos y vió a una Nube con la cara blanquita y bonita. Entablaron una amistad.
El Rio flotaba y flotaba en el Agua y charlaba con la Nube. De tal manera que sin darse cuenta llegó a un lugar donde había mucha Arena y el Agua tenia un sabor salado. La Nube recibió una orden del Cosmos, y le dijo al Rio que tenia que devolverlo junto al Lago, entonces la Nube haciendo una magia hizo ascender al Rio en forma de vapores y allí lo cuidó. Poco después le dijo que se vistiera gota a gota