Archivo de la categoría: Diarios

Diarios

Y un lagarto llamado Juancho.

Días de Pantera Rosa; atrás se quedó ya El Gato con Botas reconvertido ahora en un asilvestrado Silvestre siempre tras las huellas del insoportable Piolín, más amarillo que los girasoles de Van Gogh. En la pantalla de color azul celeste el marinero Popeye rompe el silencio y termina por convencer a Brutus de que la época de los orangutanes ya es de las historias del Neolítico; ahora es una especie de Maguila devorando plátano tras plátano y los osos polares se han transformado, asimismo, en Yogi y su inseparabale Boboo.

Cartas Peligrosas

A veces llegaban ciertas Cartas Peligrosas que, leídas por mi madre, la hacían ruborizar desde la cabeza a los pies. Cartas Peligrosas que yo leía una sola vez (jamás las repasaba nunca) y las abandonaba en el rincón más lejano de mi memoria. Cartas Peligrosas que mi madre se encargaba de tirar a la basura porque sólo eran basuras sus palabras sin sentido alguno más que la desesperación de la impotencia. A veces llegaban Cartas Peligrosas que nunca jamás volvía a recordar esperando la llegada de la que entraría en el fondo de mi corazón. Sigue Leyendo...

!Otro gol de bandera! (o !Nunca vi un gol igual!).

Hablo de fútbol sala y no me refiero al gol marcado desde el círculo central (que también fue inolvidable) sino a aquel golazo (completamente legal a pesar de que lo invalidó un árbitro más cegato que Rompetechos) de fútbol sala repito, en el que me llegó un balón por el aire, cuando yo había subido al ataque, y estando yo completamente fuera del área, vi como salía el portero a la desesperada con los puños por delante pero, hábilmente, logré saltar, tocar levemente el balón con la cabeza y hacer una vaselina aérea que superó lentamente a los puños del portero, y cayó como, como una “hoja de otoño” dentro de la portería. !Golazo!. Cuando salté estaba completamente fuera del área, señor árbitro, y solamente pasó que al pisar de nuevo el suelo mis piernas pisaron el área… pero gol fue gol… Sigue Leyendo...

Jóse Campana.

Calle de los Caballeros. Todos van en procesión humana hacia el campo, pasando por la barriada del garaje donde se cuelgan las camisetas bajo el sol. Algunos se quedan colgados de varias copas de vino de más. Es domingo. Es la fiesta de este domingo mientras atrás dejamos al Perra Gorda engordando cada vez más. La perra ladra. El perrro la persigue. Los gitanos se acercan al borde de las sogas en donde los de las primeras filas se columpian haciendo funambulismo entre jugada y jugada. Se juega la copa de coñac. Pero hay que sacar la carta exacta, la carta justa, no la sota de bastos ni tampoco el as de oros. La carta exacta, la carta justa, es el Rey de Copas. Sí. Los de las primeras filas se balancean en la soga mientras se aglomeran los demás. Los más bajitos tienen que subirse a las cajas vacía de cervezas. Sigue Leyendo...

Cartas Peligrosas.

A veces llegaban ciertas Cartas Peligrosas que, leídas por mi madre, la hacían ruborizar desde la cabeza a los pies. Cartas Peligrosas que yo leía una sola vez (jamás las repasaba nunca) y las abandonaba en el rincón más lejano de mi memoria. Cartas Peligrosas que mi madre se encargaba de tirar a la basura porque sólo eran basuras sus palabras sin sentido alguno más que la desesperación de la impotencia. A veces llegaban Cartas Peligrosas que nunca jamás volvía a recordar esperando la llegada de la que entraría en el fondo de mi corazón. Sigue Leyendo...

Noches inolvidables.

Noches inolvidables aquellas en que, en medio del profundo sentido de las cosas, las cosas se hacían profundas… hondas… más extensas e intensas que las propias coordenadas de los momentos recordados y vividos entre las nieblas y ese pequeño rincón que todos tenemos dentro de nuestras ilusiones. La proporción del sueño se hacía tan inmensa que yo caminaba entra las luciérnagas de las luces de neón y las empedradas calles retorcidas de la vieja ciudad castellana. No importaba si era Burgos o Toledo o Palencia o Ciudad Real. Tampoco importaba si era Cuenca o Guadalajara o Soria o Segovia… porque la realidad es que era Madrid. Sigue Leyendo...

Reflexiones en el parque.

Muchas horas sentado en el mismo banco, aguantando el chaparrón de la lluvia de palabras formuladas como religión. Miro el reloj. La tarde está pasando entre el gris aburrimiento de mis pensamientos y esta especie de granizada que me está cayendo encima aunque es pleno verano. Yo no estoy aquí, sentado el el banco del parque, aguantando el letal aburrimiento de la cháchara monocorde y religiosa. Yo no estoy aquí. Yo estoy en otro punto muy distante, más allá de este sol que se está ocultando y las sombras de esta arboleda perdida entre el insomnio que penetra en mi cerebro y las ganas de gritar un estallido de libertades. Sólo oigo pero no escucho. Sólo oigo palabras religiosas pero no escucho más que el murmullo del agua de la fuente ornamental que derrama su líquido elemento como una comunicación para con las próximas estrellas. Sigue Leyendo...

En la Punta de Calaburras.

Hoy me encuentro caminando, con mi amigo “El Botijero” por tierras malagueñas de Mijas y sus alrededores. Vamos caminando hacia la misteriosa Punta de Calaburras. He metido en mi zurrón unos cuantos bocadillos de mortadela y algún puñado que otro de aceitunas. También llevo morteruelo dentro de una tartera bien cerrada para que se escurra por los bordes y me llene el pantalón vaquero de pringue.

He de aclarar que este salmorejo que llevo para alimentarme en el camino es el llamado salmorejo cordobés (bien distinto del salmorejo canario) y que es una crema que se sirve como primer plato, original de la zona de Córdoba, a base de tomate, ajo, miga de pan, aceite de oliva y sal. Su consistencia es la de un puré o salsa, a diferencia del gazpacho que suele ser líquido. Sigue Leyendo...

Hoy es una Vida a tu lado.

Hoy es una Vida a tu lado. Una Vida venciendo a la Muerte y elevando su canto unido a tu corazón y al mío. Hoy es una Vida plena, llena de luces de fiesta. Es la fiesta de esta primavera que nos ha llegado y nos ha fundido en un solo Cuerpo de Amor. Sin fronteras. Sin falsas interpretaciones. Sin ideologías puritanas ni ideologías estresantes/estrechantes que encogen las ideas en sus círculo cerrados. Hoy es una Vida a tu lado y nuestra Fe se convierte en Palabra.

El Relojero de Manila

Mi amigo el Relojero de Manila no es filipino. Tiene ya la larga distancia existencial de los 95 años de edad (que acaba de cumplir hoy mismo) y es un alicantino (nacido en Elche) que desde hace muchos años está afincado en Murcia tras haber vivido en el Madrid de los años 30 del pasado siglo XX. Se llama José Gomariz y tiene tantas historias en su todavía lúcida mente que viene a ser como un libro abierto de la vida. Cuenta y narra sucesos acontecidos durante los años de la República (también de la Monarquía de Alfonso XIII) y sobre todo de las trágicas escenas de una Guerra Civil que dejó marcada toda su juventud. Es el Relojero de Manila (poseía una relojería en ese barrio de Alcantarilla) mucho más que un abismo vital. Sigue Leyendo...

Estamos en primavera

Una silente paz envuelve el lugar tejiendo un suave y oscuro manto mientras la Luna en lo alto vigila.

La noche llega poco a poco a su fin, los luceros se esconden dejando paso a una bruma silenciosa, acompañando a la alborada que, presurosa viene anunciando que un nuevo día comienza.

En la delgada línea del horizonte hacen su aparición unos tímidos rayos de Sol, que poco a poco van pintando de color ocre la mañana y esparciendo su calor.

Nueva Zelanda 2007 (Diario)

Fue un viaje relámpago e inolvidable hasta la ciudad de Hamilton, en la Isla Norte de Nueva Zeland, acompañados por un pequeño grupo de maorís, polinesiso neozelandeses cuaya lengua pertenece a un grupo oriental malayopolinésico emparentada con el indonesio propiamente dicho; dirigidos por el guía blanco Wellington, un descendiente directo del Vizconde de Talavera y Duque de Ciudad Rodrigo llamado Arthur Wellesley Wellington, aquel histórico general irlandés de Dublín, nacido en 1769, quien antes de morir en Kent en 1832, mandó a las tropas inglesas en Portugal y España cuando derrotó a las tropas francesas en Vimeiro el 21 de agosto de 1808 y llegó a ser generalísimo del ejército español. Sigue Leyendo...

Me esconderé en una flor todas las mañanas… (para mi hija Carla)

Me esconderé en una flor todas las mañanas para soñar con tu alegre sonrisa y tus lindos ojos y rostro; para verte llegar, entre mis sueños, entrando por las puertas grandes y abiertas de mi corazón. Me esconderé en una flor todas las mañanas y así, convertido en un sencillo jazmín humano, sentir que llegas hasta el fondo de mi alma y te quedas ahí, anidando, nuevamente, horas de sueño entre cuentos de hadas, y de mariposas encantadas, y de fantasías narradas por mi voz profunda. Me esconderé en una flor todas las mañanas para seguir soñando… siempre… que vuelves ya para quedarte a mi lado, porque el amor de tu sonrisa y la belleza de tus ojos y tu rostro me da la parte de vida que todavía me falta; algo tan esencial como el último adorno para ser feliz. Sigue Leyendo...

Reflexiones de un ayer futbolero (A Lidón)

“El mérito fue de Diesel, yo sólo tuve que empujarla”. Recuerdo… claro que lo recuerdo… y es que a veces nos tumba la vida pero podemos ser capaces de estirar un poco la pierna, con peligro de ser pateada por algún rival, para ofrecerle la gloria de un minuto a un compañero. Había luz. Mucha luz sobre el campo. El balón de la vida quedó suelto en el área de las desesperaciones de los “estrellas”. Yo sabía que sólo tenía, tumbado como estaba en el suelo con varios enemigos a mi alrededor, que estirar la pierna derecha con sentimiento de compañerismo para que él obtuviera el minuto de gloria del abrazo de los demás. Y es que era de aquellos partidos de la eterna rivalidad. O ellos o nosotros. O los “estrellas” o los “deportivos”. Sigue Leyendo...

Anatomia de un detalle

A la salida del pueblo, encuentro una enorme roca, que posiblemente de ha convertido, con el tiempo, en una especie de símbolo y punto de referencia o de orientación para los lugareños, y las gentes que venimos a pasear…

El pueblo debe tener unos doscientos tres habitantes, posiblemente menos. Lo ignoro. Es un lugar pintoresco y muy tranquilo, se respira calma y lentitud. Sus pocas calles son muy estrechas, de hecho en la entrada ya hay una señal de tráfico que lo insinúa… prohíbe estacionar en cualquier calle. En una de las zonas más exteriores hay una calle muy amplia, donde posiblemente estaciona el camión del butano, de la recogida basuras, pues allí están los contenedores …, y así pueden maniobrar, o quizás lo utilice algún que otro vecino, pues no es posible acceder a sus calles en vehículo a motor de cuatro ruedas. Sigue Leyendo...

Chirveches (Diario)

Leía yo las columnas diarias de Martín Chirveches cuando en el reloj de la Torre de Mangana sonaban las doce del mediodía y en la huerta del tío eulogio me convertía en pirata con bandera roja ante el estupor y la sorpresa de las monjas del convengto. La figura torera regional era un tal Jiménez y Caracenilla vendía sus productos coloniales en su tienda de ultramarinos. Por las noches un desconocido guitarrista intentaba enamorar a las chicas con aquello de “de piedra a de ser mi cama de piedra mi cabecera la mujer que a mí me quiera a de quererme de veras”. Yo no. Yo nio tenía más que Sueño y con las fichas del dominó de la vida de las tabernas componíavijaes a través de mis mundos (distintos a los de aquel guitarrista pero aún más duros) y en las escaleras de la vivienda hacía bajar a los ciclistas de mi imaginación en un “tour” de escalón en escalón dejando al jactancioso guitarrista en el olvido. Sigue Leyendo...

Inspiración

Ahí está… quieta sin decir nada,
la llamé algunas veces y se quedó muda.
Cuando no tengo en que pensar, se asoma
y yo me pongo a platicar con ella,
pero cuando se va,
inmediatamente me olvido de lo que dijo.

Cuando quiero que vuelva, ella no quiere
me mira de reojo y se ríe,
la quiero obligar y se rehusa,
no insisto más y la dejo ir.

PARQUE NACIONAL- Bogota

Parque Nacional – Bogotá
Una vez más estoy aquí, en este parque sin saber si irme o quedarme, y tampoco tengo la certeza del porque vine. .
Como siempre las alarmas suenan a lo lejos, y un ay otra vez pasa policías cerca de nosotros, pero se van. Recuerdo otro parque si a dos cuadras de la universidad llamado 4 parques, hay me la solía pasar hasta que un policía se equivoco conmigo; pero bueno es historia aparte hoy vine a contar que otra vez estoy en el Nacional
Me encuentro con amigos, con conocidos, con personas nuevas…este parque es una holla y la verdad no tengo bien definido quienes son mis amigos quienes los jivaros y quienes los buitres, muy posiblemente esté mejor rodeada, que en la parte de abajo del parque donde se encuentra mas de 100 policías auxiliares entrenando….todo es mejor que lo que tenga que ver con este gobierno… Sigue Leyendo...

Esta geometría varable

Es un placer seguir viviendo en lo profundo de la luz. Una clase de vivencia alumbrada por esa cruz de la moneda que nos ha salido del bolsillo como por arte de bohemia suscitada al calor de los sentires. Por la ciudad de Móstoles deambulan los primeros paseantes que van camino de sus tareas para aumentar su “curriculum vitae” (que todo vale para ello). El santo del día (José) está en ese pequeño rincón donde tomamos los carajillos con un poco de esperanza. La ventana de la comunicación abre las conciencias tras este experimentar vivencias hasta los límites de lo imposible mientras que los que se duermen pierden la ocasión de observar el alba. Quienes duermen más de la cuenta no pueden contemplar la verrdadera bohemia de los currantes: esta clase de vida en que mi srecursos son un par de euros en el bolsill. Suficiente para el carajillo y algún que otro pincha marinero imaginado. Sigue Leyendo...

Una vida normal (por Olavi Skola y José Orero).

OLAVI SKOLA:

El peublo, la iglesia, la casa, todos estos eran para mí nuevos modelos de vida. Antes el trabajo había sido un mal necesario, una forma de sacar dinero para la noche loca del sábado. Mi generación era de esas que durante la semana sobrevivía, y los fines de semana “vivía”. Era la genración de las discotecas. Pero lajuventud del pueblo iba un poco atrasada, la gente vivía del trabajo, de la fe y para el hogar. Yo había vivido en un ambiente en el que estos valores básicos de la vida faltaban. Ahora estaba en un ambiente donde podía experimentar el ñoder restaurador de estos tres valores. Sigue Leyendo...

un pesado del día de hoy

depresión es lo que siento, no se a donde mirar y la verdad la angustia me esta sofocando, levanto la mirada y solo veo paredes, y es extraño porque lo tengo todo para poder ver mi norte, poder soñar y poder hacerlo; pero me siento atada sobretodo en esos en que mi día se bloquea y recuerdo cuando jugaba con mis primos y mi hermana, y si les describiera cada sensación de nada Serviría porque lo sentí hace mucho tiempo y ahora lo sentí en medio de un viaje oscuro…..solo pido ayuda para no sentirme sola, y para no hundirme en mi pasado… Sigue Leyendo...

Lavapiés Año MMX

Vaya Madrid de los de antes. De aquellos de los dichos castizos y los piropos a la chavalas que corrían, despavoridas, ante nuestros rostros patibularios y facinerosos cuando, en realidad, todos éramos pacíficos pero nos gustaban de ver mujeres de verdad. Aquí estoy hoy, con mi sempiterno bolígrafo tomando anotaciones en mi diario de “ruta” por la calle Ave María y por el laberinto de calles que entrecruzan los sueños del pasado transformados en tacas donde pasábamos las horas meditando sobre cosas tan importantes como ¿qué es mejor la paloma o la gallina? (por aqeullo del Avecrem y la Gallina Blanca). Pero nosotros preferíamos a la aploma de la ventan de enfrente… Sigue Leyendo...

Jesús… Jesús… Jesús… (por Olavi Skola y José Orero).

OLAVI SKOLA:

Cuando los creyentes hablaban de Jesús yo no podía ubicarlo en el cuadro de mi nueva experiencia. Sabía que este nombre se asociaba a temas espirituales, pero ¿cómo? No lo sabía. Pero esta vez esa palabra hizo eco en mi corazón. Bajando las escaleras una sensación agradable inundó mi ser. Sería incorrecto decir que entendía, puesto que no se trataba de algo racional, sino que pude ver la otra cara de Dios, el rostro de su amor.

El alta del hospital (por Olavi Skola y José Orero).

OLAVI SKOLA:

Al día siguiente volvieron a visitarme. Estaba haecho polvo ya que había pasado toda la noche en vela. La santidad de Dios, siendo consciente de mis pecados y de la Eternidad, me sobrecogía. Igual que un niño pequeño que observa un paisaje con incontables valles, montañas y acantilados me sentía impresionado frente a tanta grandeza. Mis palabras eran pocas ya que frente a lo que me había sucedido desconocía las palabras apropiadas para mi nueva vida !qué demolición más profunda había experimentado! De golpe se grabó el conocimiento de un Dios santo en mi corazón. Fue un tratamiento de schock de parte de Dios nuy curativo. Yo nunca había diferenciado los conceptos del bien y del mal, tampoco la responsabilidad que tenía ante los hombres y menos ante Dios, pero fui despertado brutalmente de esa realidad. Sigue Leyendo...

Acercándome a la decisión (por Olavi Skola y José Orero)

OLAVI SKOLA:

Era justo el 5 de febrero de 1972. Ese día todo transcurría por los mismos derroteros de siempre. Por la mañana me agencié unos tranquilizantes, o sea, el día había empezado bien.

Cuando cuento las cosas que sucedieron esa noche tan fría, tengo que contaros lo que otros me han dicho que sucedió porque yo mismo no lo recuerdo. El pastor decidió asistir a la reunión de jóvenes para compartir con ellos la oración y los testimonios de sus vidas transformadas.

Un sacerdote diferente (por Olavi Skola y José Orero)

OLAVI SKOLA:

Algunas cosas que parecen resultado del azar, observándolas más de cerca se ve que detrás existe un plan milimétricamente diseñado. Los pasados años me habían llevado aun punto en el que estaba dispuesto a cometer cualquier locura. No tenía la menor esperanza en mis propias posibilidades ni en lo que los demás podían hacer por mí. Estaba tocando fondo, pero allí, en el fondo, había madurado una situación que me preparaba para lo que estaba por venir. No sabía entonces que existía un poder que podía darle a la locura una dirección y al sin sentido un propósito; alguien me estaba dirigiendo hacia el encuentro con una persona que iba a tener un papel fundamental en mi vida. Sigue Leyendo...

El sacerdote y la diaconisa (por Olavi Skola y José Orero)

OLAVI SKOLA:

Una fuerte tormenta que a su paso cambia la naturaleza puede comenzar con una suave brisa, así ha cuedido en la historia de la humandiad. !Cuán pequeñas han sido las chispas que han encendido grandes fuegos!. Pero, entre los hombres, también unas pequeñas casualidades hacen que unos suban a la cumbre y otros bajen a la miseria.

Así sucedió en mi vida. Pequeños pasos me fueron conduciendo en una nueva dirección. Hoy veo que en esa lucha interior tan fuerte que tuve en la cárcel, me estaba preparando para un encuentro que, en realidad, era la respuesta a ese anhelo de limpieza que había permanecido debajo de esa capa de inmundicia. Sigue Leyendo...

En el hospital (por Olavi Skola y José Orero)

OLAVI SKOLA:

La conversación con los jóvenes se prolongó hasta altas horas de la noche. No recuerdo lo que yo hablé, pero lo que realmente me impactó fue el interés que esas personas tenían por mí. Uno de ellos, llorando, me dijo: “Olavi, ¿es que no te das cuenta que Jesús te ama?”. No sabían nada de Jesús, pero ese hombre desconocido estaba llorando por mí, hablándome como si me conociera por mi nombre. Esto me dejó asombrado.

Ya muy tarde por la noche los jóvenes empezaron a marcharse. Uno me preguntó dónde vivía. La respuesta fue sincera pero intencionada: “en ningún sitio”. Con esta respuesta esperaba que ellos me solucionaran el problema. Sigue Leyendo...