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Diarios

Caballero

Tus enormes ojos rebosan amor y bloquean mis sentidos en pasillos interminables.
Me besas la mano y un cerebro dañado te prohíbe hablar.
Caballero atento de pijama azul que admiré desde el primer momento:
Cuando podré decirte lo que siento?

No quiero

No quiero que este inmenso amor que sientes por mi,
siga siendo esa frágil cárcel construida por los celos y la desconfianza.

No quiero que ese amor que me llena y hace feliz, sea el esbirro quien encarcela, y luego dice: es por tu seguridad.

Prefiero, la incertidumbre de cada momento, él no saber nuestro futuro, pero donde dos equivale a iguales.

Bacigalupo.

Otra vez época de magisterio en El Sauce. Cuando a los niñatos y niñatas del “buen vivir y nada estudiar” a costilla de sus padres les daba la real gana de atender yo daba verdaderas clases magistrales de Literatura, Comunicación Social y varias cosas más. Bacigalupo, sin embargo, era una extraordinaria alumna que atendía siempre mis explicaciones y tomaba apuntes y notas como para tener un cuaderno bien completito con todas ellas. Sin embargo los “lindos niñatos de papito” y las “lindas niñatas de mamita” sólo escribían un par de chorraditas en sus cuadernos. Por eso era mejor hacer una “limpia” como si de chamanes fuese el asunto. Sigue Leyendo...

Todos fuimos maestros…

Silencio. Silencio absoluto. Silencio total. Silencio inaguantable. Hasta, a veces, silencio sentimental. Silencio. Por todas partes silencio para poder meditar. Silencio aplastante. Un asfixia silenciosa recorriendo la espina dorsal de cada uno. Silencio incansable. Silencio para continuar. Suma y sigue del silencio. Continuará…

Todos fuimos maestros en el tiempo pretérito. Silencio en nuestros ojos guardados. Silencio. Silencio objetivo. Silencio fundamental. Todos fuimos maestros del silencio mientras alguien dictaba y ordenaba su sabiduría. Silencio universitario. Silencio universal… Sigue Leyendo...

Perfil.

Hola amigos y amigas. Mi nombre real es José. Soy español. Madrileño por los cuatro costados pero nacido circunstancialmente en Badajoz. Joven. Casado con española y con dos niñas también españolas. Mi verdadera patria es un pequeño rincón llamado Universo. Me encanta leer y escribir. Soy de profesión periodista. Me gusta la comunicación social en todas sus áreas. Siento la escritura como una pasión voluntaria que ejerce una atracción similar a la Ley de la Atracción Universal. También me gusta la música (compongo y toco a la guitarra música de cantautor). Me gusta el cine, el teatro, los viajes (muchísimo), las excursiones con amistades, las tertulias (de todos los temas habidos y por haber pues me chifla la comunicación interpersonal). También practico mucho deporte. Soy de cuerpo y de mentalidad sana. Me gustan como compañeros y amigos los gorriones y los jilgueros, y las gaviotas y las alondras. También me gustan los perros y otros animales de compañía como los conejitos, etcétera. Todo lo que somos es todo lo que,vivimos, pensamos, sentimos, soñamos y escribimos… un saludo cordial a todos y todas. Sigue Leyendo...

Addenda

El partido al que me refiero en mi capítulo 11 de “De los canales a Canaletas” se celebró el domingo día 22 de agosto de 1966 (Fiesta de Santa Cecilia en Hiendelaencina, Guadalajara). Si no me equivoco (porque soy humano) esa fue la fecha exacta.

Pirulo y Chocolín.

Pirulo y Chocolín eran dos de los personajes más conocidos, popularmente, en todo Madrid capital. Residían, gran parte de su vida, en el Parque del Buen Retiro. Eran los preferidos por toda la chiquillería; la diferencia entre ambos consistía en que Pirulo era de carne y hueso, mientras que Chocolín era un personaje del guiñol de marionetas que arreaba estacazos de “toma y tente tieso” a todos los brujos malos que se enfrentaban contra él contando mentiras.

El edípico Ramoncín.

Finales de la década de los 80 ya bien pasado el siglo XX y menos mal que ya se ha pasado del todo. Estamos viviendo los cuatro (mi Princesa, mis dos hijas y yo) en la calle madrileña de San Roberto, número 10, en el barrio de El Batán de Madrid y hay un vecinito que se llama Ramón que un día, en una reunión de vecinos, va y me suelta la chulería de que es muy grave que yo no sepa ni tenga idea de dónde se encuentra el conmutador de la luz de las escaleras; porque lo están discutiendo acaloradamente entre ellos por no pagar, de lo rácanos y tacañones que son todos (que hasta pagábamos una comunidad de tan birriosa cantidad de pesetas que era hasta para estar avergonzados del todo), unos pocos céntimos de peseta por gasto de luz. Sigue Leyendo...

Los rompe huesos.

Desde el año 1994 hasta el año 2000 (después de Jesucristo ambas fechas) los conocí muy bien conocidos en la República de Ecuador. En la ciudad de Quito tuve ocasión de jugar al fútbol (por supuesto que cuando ellos querían y no cuando yo lo necesitaba porque necesitarles nunca los necesité ya que había jugado yo ya tanto fútbol en mi vida que me dejasen jugar o no me dejasen jugar me era totalmente indiferente) en los potreros de hierba, en las campos arenosos, sobre las duras losas pedregosas de patios de iglesias o sobre las durísimas aceras de las calles. Sigue Leyendo...

La última sonrisa de aquel sueño

1968. Año quizás mágico para millones de jóvenes y jovencitas. Luis, Carlos y yo estamos en la discoteca-bolera Estela de la calle madrileña de Arlabán. En el carrusel de los sueños de cada uno de nosotros llegamos hasta donde podemos llegar. Como siempre que estamos en una disco, hablamos poco, vemos mucho cuando las luces nos lo permiten y bailamos casi nada. Pero en ese casi nada está siempre latiendo el corazón de cada uno de nosotros. Aquella noche de Estela, aproximadamente en 1968 aunque pudiera ser también 1969 (da lo mismo en realidad) estábamos dispuestos a ligar con ella, situada al otro frente de la sala. La pista, casi vacía, nos hablaba su lenguaje de silencios. El silencio fue, primero, para Luis (que volvió a nuestro lugar con la moral hundida). Sigue Leyendo...

De toros, toreros y otras cosas con pitones.

También en Quito, pero esta vez es un español al cual, por muy español que sea, no lo considero compatriota mío. El caso es que me pide que le realice un programa completo de radio sobre toros, toreros y otras cosas con pitones como el cante flamenco y lo gitano de la raza caló. Pues bien. Preparo todo un bagaje de materiales con los cuales tenemos para años enteros de programación; además le complazco elaborando todos y cada uno de los segmentos que me ha pedido e, incluso, aporto invenciones mías. Y llega el día de la contratación tras haberle pedido yo la compañía de alguna excelente periodista para mezclar la voz de un hombre con la voz de una mujer y hacer así más entretenido y ameno el programa. Sigue Leyendo...

La víbora.

Era un día de inmenso calor. Verano de la década de los 70, casi llegando a la década de los 80 o quizás principios de la década de los 80. Hacía tanto bochorno dentro de nuestra casa de Molinos de Papel comprada, al igual que nuestra casa de la Calle Juan Duque, 16 piso Quinto, puerta número 2, de Madrid capital, con el dinero de él y el mío (y de nadie más digan lo que digan), allí donde se pierde la noción de las tierras conquenses, que mi padre me preguntó si estaba yo dispuesto a irme con él peñas arriba, a subir a lo alto del cerro para ver el panorama a vista de pájaro. Le dije que sí y nos lanzamos a la aventura. Sigue Leyendo...

A MI PADRE

Esta noche hace calor padre, pero tu débil cuerpo está cubierto con dos mantas.
Mi pobre padre se apaga lentamente…..
No te vayas aún, que mi corazón estalla de amor y ganas de hablarte Dios mio!
Espero ansiosa que llegue la quinta noche para poder estar ocho horas contigo…
No te vayas aún padre!
Una noche entera para coger tu bendita mano y sentir como aprietas la mía…
Que feliz me hace sentir esa fuerza diminuta que es brutal para mi alma.
Soy la misma niña de siempre y quiero hablarte, acariciarte, que escuches mis cosas padre Sigue Leyendo...

Aventura en Vietnam.

Me sucedió en plena época de la Guerra de Vietnam, cuando comenzaban a hacer furor todos aquellos tontuscos que aparecían en las grandes ciudades de Occidente Libre con las ridículas pancartas y los ridículos letreros de aquel más tontusco todavía slogan de “Yanquis marcháos a casa”. Resulta que me había contratado una Emisora de Radio y estuve yo, como enviado muy especial, en medio de La batalla en el valle de Ia Drang, que fue la primera batalla convencional que libraban las tropas de Estados Unidos contra el ejército de Vietnam del Norte y la fuerza principal del FNL. También fue la más sangrienta hasta la fecha y la última en la que tropas insurgentes tomaron parte contra los norteamericanos de forma convencional. La batalla se libró entre tropas de infantería con apoyo aéreo y artillería, como la mayoría de las batallas de Vietnam. Se prolongó durante un mes registrándose duros combates, en muchos casos cuerpo a cuerpo. Yo estaba cumpliendo mi labor informativo como El Agente Mandarina e iba acompañado del famoso Agente Naranja. Sigue Leyendo...

Alí.

Sucede que mi chavalilla (La Princesa) está fuera del país ecuatoriano, realizando un trabajo de servicio especial en los Estados Unidos. Sucede que hay una fiesta navideña en casa de los Montenegro Sosa. Sucede que yo estoy allí realizando un trabajo de servicio especial en los alrededores de La Gasca. Sucede que se mosquean todos conmigo como queriendo ocultarme algo. Sucede que yo no estoy fijándome en nadie ni en ninguna. Sucede que todos ellos están equivocados. Sucede que no me da la real gana de decirles de qué me estoy riendo porque siempre he defendido mi libertad de expresión sin tener que dar explicaciones absurdas a nadie. Sucede que se siguen mosqueando conmigo creyendo que me estoy riendo de alguno de ellos y que me estoy fijando en alguna de las suyas. Sucede que no me estoy riendo de nadie ni me estoy fijando en ninguna porque estoy pensando en una que está mucho mejor y que es mi esposa. Sucede que sólo estoy pensando en Ella (mi Princesa). Sigue Leyendo...

Un ser entrañable e inolvidable llamada Rufina.

De mi abuela materna ya he escrito y hablado muchas veces; pero no me cansaré nunca de hacerlo porque su recuerdo es, para mí, del todo imborrable. Se llamaba Rufina Sáiz Del Arco y Dios la tiene en el Reino de los Cielos. Nunca podré olvidar jamás su limpia forma de mirarme y de protegerme cuando las cosas a veces salían bien o a veces salían menos bien. Aún me quedan mucho minutos de mi vida ocupados por ella.

Recuerdo cuándo los fines de semana nos llevaba al cine o al parque según le pareciese lo más oportuno. Tenía una gran habilidad, antes de entrar a un cine, de observar y escudriñar los fotogramas de las carteleras: si le parecía bien entrábamos al cine y si no le parecía bien recorríamos las calles madrileñas hasta encontrar otro cine donde le pareciese bien a ella entrar. Sigue Leyendo...

Psicosis

Hola amigos de vorem. Recientemente mi novia y yo acabamos de llegar de viaje, nos fuimos a Alemania para que yo pudiera ver a mi familia materna. Nada mas llegar a casa, pasó algo. Una tragedia.

Resulta que el grupo favorito de mi novia es alemán y cantan en alemán, como yo soy mitad español y mitad alemán me ofrecí para ser su profesor en varias ocasiones, una oferta que ella siempre rechazó. En el avión le dije que en los próximos días se arrepentiría de no haber aceptado mi oferta.

Secretos.

Todos tenemos secretos guardados en rincones escondidos de nuestros sentimientos; rincones en donde sólo llegan a penetrar nuestras memorias cuando, al llegar el nuevo día, despertamos después de habernos enlazado en un sueño de batallas con todos ellos… con todos esos secretos que van acumulando sus esencias en ese rincón mágico donde todo es posible menos la indiferencia; en esa caja de sorpresas que consiste en abrir los ojos y encontrarnos con que se han convertido en relatos del amanecer.

Amanecer en el Bar Panadería Musu de Murcia. Hay tiempo, todavía, para celebrar algo así como una ceremonia de recuerdos hoy, martes día 17 de abril del 2012 después de Jesucristo. Y es que después de Jesucristo podemos seguir soñando con secretos guardados en el fondo de nuestro corazón. Sigue Leyendo...

Porque decimos que sí; porque decimos que no.

1 de abril de 1967. Palomitas de maíz. Hay una paloma a la que persiguen un palomo mensajero ugetero y varios pichones de palomos ugeteros que creen en que lo justo es justo. Cueva de lágrimas. En la cueva de los archivos generales algunas lloran. Soldaditos de plomo. No tienen autonomía propia porque tienen toda su voluntad sometida al justo general que conoce todos sus historiales y, de vez en cuando, publica informes sin compasión. El valor de 6 penikes. Por el denigrante pago de 6 penikes como acto de compensación, se venden los pichones ugeteros al justo general, inventando historias falsas que se descubren en el rastrollo del laboral cada día. Sigue Leyendo...

Madrid… ¡claro que sí!.

Claro que sí que mi ciudad es Madrid. Claro que aquí, en Madrid, la lluvia es lluvia y el sol es sol y también los gorriones son verdaderos. Posiblemente alguien dude de cual es la ciudad más bonita del mundo. Cada ser humano tiene un corazón distinto pero quienes hemos vivido existencias verdaderas y principales es que somos de Madrid… ¡claro que sí!… la ciudad más bonita del Mundo.

Quien piense que la barriada de Abrantes no significa nada se confunden. Escribo desde Madriz (sí he escrito Madriz terminado en z y no ha sido un error ortográfico sino una forma de hablar con el corazón), porque, como en Madrid sí que existe la calle de la Libertad (¡y cuánto luchamos por conseguirlo algún día!) nos permitimos el lujo de escribir Madriz. Y es que hoy, a las siete y media antes del meridiano, juego naipes sobres las mesas imaginarias con el as de corazones de las vidas humanas. Porque la ciudad libre, la ciudad que más me representa mi corazón (que se escribe con z de Madriz) es Madrid. Sigue Leyendo...

SEVEN UP

A veces, como hoy me ha pasado, desearía con todas mis fuerzas que un” agujero negro” pero de esos….muy negros, me hubiera tragado.
Desaparecer sin más, para no meter mi “patita” y oir cosas que oigo, y luego no son como las he oído. Tener a mi lado a alguien como testigo, que diga bajito: SÍ, YO TAMBIEN OÍ ESO!!!
Pero nunca tengo esa suerte…. nunca!
En fín, me disponía a salir de una guardia muy larga y de mucho trabajo, cuando un médico marroquí (con su peculiar acento) me ha pedido las llaves de una habitación que tienen para descansar con una cama incluida,claro. Sigue Leyendo...

HOLA AMIGOS VOREMIOS

Hola amigos voremios
Sigo en este sin vivir que es Madrid
Estoy contenta pues he visto una peli
De Budter kiton, si es que lo he escrito bién
La pesadumbre pesa en mi mente
Mas el destino sigue su sino
Bañado con las lagrimas del alma
Las plantas surgen aun sin riego
Nos hace falta la lluvia como

Ni tu ni nadie (NACH)

Busco una calma inalcanzable,la atmósfera aquí no es fiable,quiero estar solo,si solo estará todo bien,Que nadie me hable,que no rompan ese silencio es mio,hoy quiero sentir el frió, vértigo que el mundo pare y me separe del cansancio de vivir así,harto de fingir excusas,musas e intuir de mi,cosas que viví,esa situación de traumas, que desangra versos,desarma el alma.
Es mi verdad maldita,mitad genio,mitad flor marchita que se apaga por que haga lo que haga el premio,no cambiara mi estado de animo.Es este sentimiento pésimo,que me tiene pálido.Con mis amigos no soy cálido,ya no ya no hay remedio,preguntan que sucede y me limite a mirar serio. Sigue Leyendo...

Yo no soy Julián.

Fuensanta no hace más que confundirse conmigo llamándome Julián como si Julián fuese mi nombre de pila. Eso es un error. Yo no me llamo Julián. Yo no era Julián. Julián era otro.

Recuerdo que allá por entre los años 1968 y 1969 yo trabajaba en el Centro Compensador del Banco Hispano Americano, Oficina Principal de Madrid, antes de que destinaran a dicho Negociado a Pili. En aquel entonces yo tenía un compañero que se llamaba Julián. Julián no era yo ni tampoco tenía nada que ver con mi familia puesto que si hubiese sido un familiar mío yo recordaría sus dos apellidos o, por lo menos, uno de ellos. Y no recuerdo ninguno de sus apellidos. Sigue Leyendo...

Aquellos tiempos del vivir Día a Día…

Eran tiempos duros y ya vivíamos los 4 (mi esposa, mis dos hijas y yo) en la Calle San Roberto, número 10, habiendo dejado, hacía ya algunos años, la torre de pisos de “lujo” (lo de lujo es un decir y por eso lo pongo entre comillas) que existe cerca del Metro de Batán, en la calle madrileña de Villamanín; la torre de pisos en cuyos bajos fondos (porque de verdad parecían bajos fondos de ladrones y rateros porque hasta ratas había por allí) se encontraba el establecimiento correspondiente de Día. Así que había que subsistir Día a Día como se podía. Gracias a Dios que no morimos de inanición. Sigue Leyendo...

Versión B

Llegó a casa. Ladraba demasiado.
Intenté soportarlo
pero además roncaba.
Lo llevé a un centro de acogida,
uno de esos albergues para perros abandonados,
fingiendo que me lo había encontrado
allí me dijeron que no podían quedárselo
porque no era un perro, si no un ser humano
así que me lo llevé a mi casa de nuevo, para observarlo
andaba erguido sobre sus dos patas traseras

Alí.

Sucede que mi chavalilla (La Princesa) está fuera del país ecuatoriano, realizando un trabajo de servicio especial en los Estados Unidos. Sucede que hay una fiesta navideña en casa de los Montenegro Sosa. Sucede que yo estoy allí realizando un trabajo de servicio especial en los alrededores de La Gasca. Sucede que se mosquean todos conmigo como queriendo ocultarme algo. Sucede que yo no estoy fijándome en nadie ni en ninguna. Sucede que todos ellos están equivocados. Sucede que no me da la real gana de decirles de qué me estoy riendo porque siempre he defendido mi libertad de expresión sin tener que dar explicaciones absurdas a nadie. Sucede que se siguen mosqueando conmigo creyendo que me estoy riendo de alguno de ellos y que me estoy fijando en alguna de las suyas. Sucede que no me estoy riendo de nadie ni me estoy fijando en ninguna porque estoy pensando en una que está mucho mejor y que es mi esposa. Sucede que sólo estoy pensando en Ella (mi Princesa). Sigue Leyendo...

El año que descubrí a Belmont

Yo ya sabía de la existencia de Juan Belmonte, uno de los toreros más grandes de la Tauromaquia a nivel mundial; pero no tenía ni idea de que existiera Belmont. Fue sólo cuando me atreví a cruzar el “charco” (entiéndase Océano Atlántico) que me ecnontré con él. Vestido de azul y blanco, sin más adorno especial, a Belmont le conocí en el año 1994 después de Jesucristo, aunque ya antes había tenido algunas referencias de él allá por 1986 antes de Jesucristo aproximadamente. Así fue cómo me hice amigo de él para no aburrirme en los días pesados. Conocer a Belmont fue un placer inolvidable. Pasamos doce o trece años interesantes Belmont y yo. Mientras él escuchaba mis historias, se encendía de entusiasmo. Y es que Belmoont era mi confidente favorito. Sigue Leyendo...