Un haz de luz se cuela timidamente por mi ventana y va ailuminar directamente ese huequito, ese trocito de piel tan tuya,tan mia…ese espacio de tu vibrante ser, que tanto me gusta,te observo,yo observo la piel tuya…solo un sonido reina en la habitación,un sonido profundo,calmado,que lo inunda todo de vida,tu respiración acompasada por tus latidos..Lejos quedaron los ruidos que se escuchan fuera, en la calle,esta mañana amanecí dotada de un nuevo poder especial, velaré por ti, ya nada perturbará tu sueño..Dejé a un lado,cerca del olvido,una bolsa de papel reciclado con todas tus preocupaciónes, tus anhelos junto al zumo recién exprimido de mil y una frutas del bosque, que te espera impaciente,por no perder sus vitaminas,en la mesita de la cocina.
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Relatos
La llamada de la muerte (2ª parte)
Con gran esfuerzo consiguió liberarse de los barriles, redes y otros materiales que lo habían sepultado. No sabía cuanto rato había estado inconsciente.
Caminó despacio hacia la escalera. Se quedó unos segundos quieto bajo la trampilla que comunicaba la bodega con la cocina del barco, atento a cualquier ruido. Se extrañó al no oír el habitual jaleo que había a todas horas en aquella sala. Solo se oían los gritos de las ratas que peleaban por algún trozo de comida. Inspiró fuerte, aguantó el aire y abrió la trampilla despacio, escudriñando la superficie del piso en busaca de los pies de algún cocinero. Nada.
canción hip-hop de Jaime a Alexis
Ali es como el aire, nadie la ve
Ali sigue triste, pero no volverá a recaer
Ali no tiene nada mejor que hacer
Que escribir poemas y subir a casa
Pa dormir y comer
Ali es como el viento, nadie la ve
Ali juega a los duros porque pasa del ajedrez
Ali no tiene nada mejor que hacer
Que subir al cielo pa volver a caer
imagenes en letargo
Mañana, casi mañana de soles tormentosos. sin poder ocultar la vida en los labios.
Arañando nuestro ultimo olor en el ascensor, culpable de mi inocencia.
Reptiendo cada respiracion, cansada por ti, cansada por ti.
Suena una llave, dos zapatos chocan contra las baldosas, En la nevera una nota.
Una cara envejecida por la vigilia, por el despecho, un fuerte dolor,
Suplicas, amenazas.
Descenso de una mano trágica, impotente.
Las rosas no huelen, el calor ya no pesa.
Matar, destruir. te quiero y no quiero.
Mi cuerpo derrumbado, sobre una colcha blanca.
Te prohibo dormir, tengo el mismo derecho que tu.
Lagrimas amargas que sufren por salir. dejaremos las palabras, Mañana.
Llovía y había sol
Llovía y había sol
Cansado de no ser entendido, de no hablar el idioma de casa, Marcos emprendió camino un día lluvioso y alegre a la vez.
Era feliz porque salía de casa en busca de mis amigos, todo parecía ideal, la calle, los árboles la gente y sobre todo mis amigos. Con ellos todos los días era una nueva aventura, una nueva charla, una nueva vivencia…. Era mi energía, mi vida, todos nos queríamos y también nos enfadábamos como en cualquier otra pandilla.
La llamada de la muerte (1º parte)
Existe una remota isla a medio camino entre Ciudad del Cabo y la Antártida. Un lugar hallado por casualidad, habitado por unos seres extraordinarios.
Unas millas antes de avistarla el agua se va encrespando lentamente, incluso en los días en que el mar parece aceite y el día es todo lo claro y despejado que puede ser, el cielo se cubre de un manto de nubes negras, muy bajas, a lo que sucede una espesa niebla que no deja ver a más de un palmo de distancia. Si no fuera por que tu cuerpo tiembla presa del terror y el bello se eriza sobremanera, pensarías que tu ser se ha esfumado.
Deseando el vuelo de Miriam
Acababa de llegar a la ciudad.
A su ciudad.
Forastera ocasional, ya habia dejado de ser el efímero reflejo de un sueño, y volvia de un viaje real, dificil, extraño, en el que habia encontrado la fuerza para encararse con los demonios que tambien habitaban en sus calles.
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El desassiego de Pessoa, la perseguia últimamente y se dejaba embaucar con mordazas de humo y hielo sujeta a un vaso de whisky
.
Esto empezaba a ser demasiado a menudo y ella en su desasosiego, notaba como su alma, como su mas intima energia, empujaba y la impulsaba a desbocarse, sin fuerzas ni ánimo para ello.
Introspección
Escribo estas líneas desde la más profunda soledad, un aislamiento autoimpuesto, cumpliendo la última voluntad de mi miserable vida.
Era una típica mañana de invierno. Hacía ya tres semanas que la niebla mostraba las caras más espectrales de la ciudad donde moraba, llevando una existencia tranquila y monótona. Los efectos del clima empezaban a notarse. Los transeúntes levitaban por las calles, con rostro triste y pesados ademanes, sin tocarse, sin dirigirse la mirada, ensimismados. Deambular por la ciudad era como explorar el mundo de los recién muertos, donde las almas aun no han asimilado su traspaso.
Ofrenda al poeta
Pese a que Sócrates me enseñó a descartar las falsas falacias de la religión, también me inculcó el respeto a los inmortales, por eso no olvido mostrar mi gratitud por la felicidad de la vida y, cuando estoy en la Isla, si tengo la ocasión, subo a visitar la tumba del poeta, que se encuentra en lo más alto de la colina en la que yace el pueblo.
Mis pasos van siguiendo aquellos que, a la inversa, se señalan para la procesión del corpus en un fino dibujo en azulejo, sobre los muros de piedra, y me llevan hasta una pequeña hermita y hasta el cementerio.
Invitación (55)
– Iré al grano directamente… ¿cómo te llamas en realidad?.
– Siempre mi nombre ha sido el de Paul… Paul Richardson…
– Bien, Paul. Yo, como viste en la tarjeta de identidad, soy Arthur Sorensen. Tenemos que ser excelentes compañeros y amigos si queremos salir bien de todo esto… ¿qué sabes del Salón Tesauros?.
– Solamente que un anciano llamado Manesh me entregó una invitación para acudir allí dentro de un mes… pero sé que mi novia Bianca está metida en algún problema…
Travesia en un Taxi.
No cabe duda que las cosas llegan de donde menos te lo esperas. Lo negativo se transforma en positivo si tan solo lo dejas
fluir. Siempre se esconde una perla en el lado mas profundo del mar, y hoy llego a mi justamente lo que necesitaba. Me
encontraba en la escuela despues de un dia largo, habiendo dormido solo cuatro horas y con ganas de nada que no fuera
llegar a mi cama y dormir. Estoy en un momento ahorrativo de mi vida por mis proximos planes de viaje,
por lo que decidi esperar una hora para tomar mi transporte a casa. Deambule por toda la escuela sin sentido alguno, visite
la biblioteca, decidi marcarle a un amigo con el que ya habia perdido contacto. Tuvimos una platica amena, hasta que mi
telefono se descargo.
Hadas
Se levantó a eso de las ocho, aun tintineaban sus párpados a la luz del alba y se encontraba entre la realidad y el sueño, la alegre y dulce fantasía, y la triste realidad que parecía amanecer. Como tantas otras veces en la mañana, eligió entre una de las dos puertas. Las demás veces el deseo había ganado a la conciencia y se zambullía de nuevo en el libro de los sueños, del que cada día encontraba una nueva historia por leer y, a la vez, olvidaba otras de antaño. Esta vez, sin embargo, le pudo más la fuerza y cruzó la puerta contraria.
Asomó la cabeza por la ventana y le sorprendió lo que vio. Llovía como nunca. Llovía y llovía, y pareciese que aquello no fuese nunca a acabar. La imagen que tenía ante si era la de cientos de casas escondidas bajo la lluvia, con la boca cerrada en un intento de no resfriarse. A lo lejos, un horizonte describía lo que estaba por venir. Se divisaba un cielo abierto, dispuesto a ser el paisaje por el que el sol brillara. Entonces pensó que no lo quedaba mucho tiempo. Quizá diez, quince minutos. No más. Se vistió con lo primero que pilló y bajo corriendo las escaleras.
Invitación (54)
De camino al hotel ni Paul ni el supuesto “detective” intercambiaron palabra alguna, al llegar a la puerta principal del mismo uno de los empleados del hotel les ofreció un saludo cordial.
– ¡Buenos dias Señor!
Con tono cansado, pero firme Paul respondió cortésmete – ¡Buenos dias!
-¿Ha pasado Ud. una buena noche?
– No tan buena como hubiera deseado, pero gracias por preguntar – contestó mientras iba alejándose hacia el ascensor.
Pesadilla
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Anoche soñé que todo lo conocido se transformaba en piedra…me movía entre estatuas de mármol y ríos congelados una eternidad.
Soñé que tú no estabas…y que cuando gritaba tu nombre una estatua se movía hacia mí, tratando de abrazarme para convertirme a mí también en piedra.
Entonces yo corría, corría por mi vida. Y asomada al cristal de un espejo veía reflejada mi vida anterior. Nos veía juntos, y felices. Lloraba lágrimas de piedra por una vida que ya no era la mía.
un,dos,tres
Escapé de una jaula, curioso que la rodilla que me falló entonces para mal, quiera recompensarme fallando justo cuando necesitaba un descanso, pero a jaula del trabajo no era lo que yo pensaba, ahora meses después, después del invierno, y casi pasada la primavera, sigo pensando en tí, sigo viendote en cada esquina, los recuerdos me avasallan , me tiran hacia un abismo en el que imagenes, sonidos, olores, todo me recuerda a ti.
Ya no veo tu cara, sólo un nombre en una serie interminable de fotografias que decidí no romper, en un gesto. En todo, ya ha pasado mucho tiempo, y sigo tan loco por ti como el primer día, no te tengo y te juré odio eterno pero te quiero, más que a nadie, y te odio más que a mi por quererte.
Espero que mañana sea el día en que por fin amanezca.
Siglo XXI (texto evolutivo II…claves sexuales)
Ringggg….¿Mire es ahí donde venden el caucho? Esque por eso no sé cómo se lo pué decir. Vaya! que me se enloya le lengua y suelo confundirme peromi madre m´entiende…y éso, que mola mazo. ¡ah! Una mucchaca de esas de cuacho, que si la venden o la alquilan por horas…¿Talla? ¿Va tallada? ¡Ah! Pos claro le ttendría que preguntar a Don Lorenzo…No, si el tiene un catálogo pero no vienen estirás, sólo un esquema…Y ¿venden el inflador o es todo a boca? ¡Ya que infladas no pasan por la puerta! Ya…me se ocurre que le estoy pidiendo tallas naturales y no chopos de la ribera. ¡Ah! Pues perdone eh! Si…si paso por favor se me acuerde. Eso! HIlario…Sí, el de la chica de caucho.
El señor León.
En el pueblo de un amigo vivía el señor León.
Muchos decían que éra un ermitaño, un demente, un exiliado de la vida, pero yo que tuve la gran suerte de conocerlo digo que el señor León éra un señor de piés a cabeza, un caballero, un poeta. Alguien único y especial. Muy especial.
Vivía en un monte de su propiedad y todo el monte estaba lleno de cuevas unas construidas por él y otras que la naturaleza había creado.
Cada cueva tenía su misión. En una pintaba, en otra esculpía, en otra hacía unguentos y perfúmes.
Su casa éra preciosa, éra una cabaña, pero muy bien bien dispuesta de todo.
Toda la cabaña estaba inpregnada de su toque especial. Jamás he visto tanto arte junto.
Pequeño principito humano
Albert éra un adolescente muy tímido. Bajo su largo flequillo escondía su gran mundo, el que él creía tan pequeño. Bajo su largo flequillo escondía su gran corazón, el que él creía de dura piedra. Bajo su largo frequillo escondía sus miedos, sus sueños, sus anhelos, todo escondía bajo aquél largo flequillo, sus ojos también, ésos ojos que tanto decían, que tanto soñaban, que a pesar de ser tan dificiles de ver, sin él quererlo, un brillo cegador sobresalía de entre los pelos.
Juan éra todo lo contrario, éra dicharachero, alegre, abierto, confiado. Le gustó Albert. Se propuso traspasar ese largo flequillo y hasta que no lo logró no paró. Se hicieron los mejores amigos del mundo.
Hace más de un año
Alba cogió el teléfono para llamar a su mejor amiga y le dio la noticia: “Cris, me traslado de tienda y vamos a hacer una cena de despedida con las compañeras, ¿os apetece venir a Nury y a ti?”. A las 9 de la noche quedaron y cenaron en un Burger, algo típico en ellas, y se estaban divirtiendo tanto que decidieron seguir con la celebración pero ya lejos del barrio.
Todas las compañeras dispusieron ir mejor aTorreEuropa en Madrid y, una vez allí, quedar con los amigos de una de las chicas. Cris y Nury que tenían que madrugar prefirieron irse a casa para descansar algo. Mientras tanto las demás entre baile y baile vieron llegar a los chicos, Juan, Roberto y Antonio. Entre toda la revolución y la música, Alba se fijó en uno de ellos, pero toda la noche mirándose no dio para mucho porque no llegaron a hablar nada.
Y me vuelvo…
Y me vuelvo viento para llenarte de sorpresas la conciencia al borde del pensamiento enternecido… y me vuelvo rosa para mecerte en los pétalos del silencioso atardecer… y me vuelvo sombra para iniciarte en el punto exacto de mis ávidos caminos que tiene señales unívocas en el sentir de las pisadas… y me vuelvo nube para envolverte en el nombre de las gaviotas… y me vuelvo mar para lloverte de ansiedades poderosas… y me vuelvo ola… y me vuelvo llanto… llanto de lluvia y de mar y de gaviota surcando mil piélagos de emergente espuma… y me vuelvo calma… y tempestad… y aire que suavemente acaricia tu misterio… y me vuelvo monte… y me vuelvo roca… y me vuelvo alma.
Seres Imperfectos (A Grekosay)
Todo comenzó años atrás, con los Márquez.
Después los ingleses Floyd, los Sánchez, los Muñoz…
Y poco a poco el síndrome de “litio” se fue extendiendo por toda la península, cruzando los pirineos, mares, ríos, montañas, conquistando el mundo de forma pasiva.
– Ha nacido otro.- Mark informaba a su superior, el líder del comité de emergencia ante el reciente síndrome.
– ¿Cuántos casos se han dado ya en ésta semana? – Responde Floyd, encargado y líder del comité y uno de los primeros afectados.
– Una treintena en todo el mundo. He traído los padres de varias de esas criaturas.-Hizo un gesto con el pulgar, a su espalda, fuera del despacho donde esperaban decenas de padres. – Creo que no son reacios al proyecto “Maldivas”.
El amor de la palabra
Escribió una palabra sobre el papel, abandonada y sola. Desprendida en su último trazo del bolígrafo que la engendró, voló libre en su nave de papel, a merced del viento, sin rumbo ni nada que perder. Viajó solitaria entre calles ciegas hasta que en uno de sus aterrizajes alguien la hizo suya. La llevaba encima de día y por las noches le hacía el amor a escondidas. Cuando nadie miraba la devoraba con los ojos y penetraba hondamente en cada tramo de su tinta. Pero las palabras, cuando son esclavas lloran y sus lágrimas las borran. Un día despareció entre un puñado de números de recibos bancarios y los apuntes de algún contable. La palabra fue olvidada y con ella, también su llanto. Pero aun queda un amor invisible, que la rescata a diario; el amor de una madre. La madre, entre frases violadas y la forzada prostitución de un mecanismo de letras de engranajes oxidados, deja escapar, y jugar libremente, el alma de la palabra, que renace a cada instante y muere en el momento, libre, feliz y sola. Inadvertida, presente, invertebrada, grácil y suave, baila entre líneas, teniendo quien la lea y no quien la detenga. La palabra…
Vencido vencedor
Se alejan detrás de él, tres amigos huidizos, y naufraga en un mar de ladridos. Dibujan las gotas formas ambiciosas sobre un niño paralizado, cubierto de lluvia, sudor y miedo. Todo en el silencio sordo y hueco, de un desafío, de sinfonía de gotas caídas, en do menor, y nace un alarido. Cobra intensidad tal, que al fugarse a merced del aire como un azorero fiel, vibra fuertemente en un baile de sombras encubridoras de grandes miedos. Y aquel perro enfurecido, no puede más que huir, amedrentado, ante la insurgencia de la figura desafiante, quieta y soberbia, en apariencia, de este niño.
A cucharadas
El aterciopelado negro rematado en luna llena, deja por botín una estrella y regala un suave baño, de plata eterna.
Caminando entre disfraces mordaces vivía; sin nadie que dijera que vendría, con ansias procaces de destilería.
Gota a gota, invierno a invierno, siervo y siervo. Un aullido desesperado en lamento, sin más color que el del viento, un día largo tras otro, esperando sin ser visto, sonriendo sin ser querido, montaba a un caballo herido.
La soledad acompañaba a cada minuto, la soledad perseguía a cada instante, y en un baño de terror agonizante, veía los días próximos como eternas cadenas de plata suave.
Café con leche más Sudoku
Hoy he salido a la calle con voraz apetito de desayunar café con leche y unas tostaditas para leer gratis el periódico deportivo en un bar. Comienzo a pasear por la acera y me asomo a la primera cafetería, la que está a pocos metros de mi casa. Imposible. Allí están los dos periódicos ocupados por ávidos lectores con rostros de ratones de biblioteca. Me queda otro bar, a doscientos metros de distancia, pero vale la pena hacer la caminata. Llego y. ¡oh sorpresa!, ¡qué lástima!, ¡un Señor Gordo acaba de coger el periódico y tiene una buena taza de café con leche todavía echando humo!. De todas formas ya estoy cansado de caminar y entro con la esperanza de que el Señor Gordo no sea un ávido lector de deportes. Veo que debajo del Marca tiene otro periódico que es El Mundo y estoy seguro de que pasará rápidamente las hojas deportivas porque tiene aspecto este Señor Gordo de ser más bien aficionado a leer política y crónica social.
Guitarra mía.
Más allá del horizonte.
¿Por qué veía siempre la luz de tus ojos encendida entre el cielo y el mar?. ¿Por qué viniste a salvar mi ayer a la playa solitaria donde mi cuerpo yacía sin alientos?. No respondas todavía. Déjame seguir soñando tu voz transformada en caracola amorosa mientras yo recojo las palabras en el escenario de mis sueños. Sólo sé, y no me es necesario saber más, que hoy estás aquí, regalándome trozos de mundo para hacerme saber y sentir que empiezo mi vida de nuevo cada día que amanezco junto a ti y, en medio de las olas, tú me relatas cuentos de sirenas enloqueciendo a los marineros. Acércate. Acércate a mí un poquito más… para que yo note tu acento como un sentimiento perfumado mientras sigues contándome relatos que van más allá del horizonte extremo de las cosas. En la otra costa, en la del más allá, siempre seguiré teniéndote a mi lado en el sueño de todas las eternidades.
En la conciencia de cada noche
En la conciencia de cada noche se me prende la llama de vida para cada dia siguiente. En esas horas de apremio para sentir lo que de nuevo siento me transformo en mariposa de vuelo inédito y empiezo a escalar las laderas de un sentimiento profundo: las ganas de vivir son siempre para el mañana pero pasando continuamente por el presente. Por eso en la conciencia de cada noche se me prende la llama de vida para cada día siguiente…
RIMAS (Gustavo Adolfo Bécquer, 1836 – 1870)
El increíble Gustavo Adolfo Bécquer nos legó unas maravillosas rimas. Si tuviera que elegir entre ellas, me sería muy complicado pero he extraído las que describen con excelente sutileza los lados opuestos del amor: el enamoramiento infinito y el orgullo, que nunca ayuda a los enamorados.
Dedicada a los enamorados y a los que sufren por amor…. ¡que es casi lo mismo! (como decía el autor…)