Quietud en el paraíso tras la marcha de Adán y Eva.
Silencio y paz.
Descanso.
Muerte.
De lo bello y de lo horrendo, pues sin nadie que los observe son la misma cosa.
Nadie que los juzgue, nadie por quien competir con los demás por su sentencia
Rilke murió al pincharse con las espinas de una rosa de su jardín privado (él era hemofílico y la sangre brotada le condujo a la muerte). Fue en realidad una manera de morir sacrificándose ante la belleza. El éxtasis de una flor nos puede matar el cuerpo. Rilke fue un poeta ebrio de lucidez, peleado con las sombras que intentaban sepultar la esencia de su ser. Y vivió como un ser al desnudo bebiendo zumos de la realidad entre vacías tinieblas. El mundo lastimaba cruelmente sus sentidos y eso le hacía ser maestro de las abstracciones y enemigo de la temporalidad.
Vivo en un país diferente a aquel en que nací. Vivo en medio de una sociedad diferente a aquella en que me crié. Vivo con unas costumbres diferentes a las mías. Vivo en un medio donde se habla un idioma distinto al que yo hablo. Me monto en un autobús. Observo a un hombre de avanzada edad. Lleva un sombrero sobre la cabeza y está leyendo un periódico. ¡Parece mi padre! pienso. ¡Es mi padre!. Bajo del autobús y observo a un grupo de personas de mediana edad que están hablando en la puerta de un cine. Están en animada charla. ¡Parecen mis hermanos! pienso. ¡Son mis hermanos!. Sigo avanzando por la calle y a pocos metros de allí observo a dos pequeñas niñas jugando en medio de una plaza. Son alegres. ¡Parecen mis hijas! pienso. ¡Son mis hijas!. Entro en un pub y me siento a tomar un café. Justo en la mesa de al lado hay un hombre, todavía relativamente joven, que saca un cuaderno y comienza a escribir. Fuma de una pipa. Lleva un abrigo verde. Observo el título que ha puesto a su escrito. Dice “Viata”, que en español significa “Existencia”.
¡Quiero huir! ¡Necesito huir! ¿Por qué? Ya lo averiguaré, pero mi mente y mi cuerpo me dicen eso… ¿Huir de mí misma? Se convierte en imposible cuando te das cuenta de ello. Yo no puedo escapar de mi misma, soy lo único que tengo. Me guste o no, soy lo único que está siempre después de todo. Lo quiera o no, soy un mero instrumento que me permite existir en esta Tierra.
Mirarse en un espejo es ser cruel conmigo misma. ¿Veo la realidad (o el espejismo que me genera mi subconsciente)? ¿Por qué soy así? Intento que mi mente se olvide de esto pero me lo recuerda todos los días ese maldito espejo. La gente no sabe lo que es vivir con este cuerpo y si me deshago de él, seguro que no sufriré más.
Me he refugiado en las leyendas y he escrito un libro hermoso ausente de palabras porque es sólo un olvido y un canto hacia el fluir de las dudas. Con el maravilloso descubrimiento de las metáforas ocultas, una lágrima de cristal me ha enseñado a caminar por un nuevo mundo, el mundo de los misterios. Y así, arrastrando las dudas, me he convertido en cántaro de fe. Pero sigo teniendo miedo a la liturgia de las soledades. Me estoy contemplando en la imaginación de las alas humanas y pienso que es mejor no existir dentro de ningún mensaje; que es mejor que el mensaje sea una especie de locura individual para encontrar la salvación de unos pensamientos llamados silencios. No lo sé exactamente, pero cada vez estoy más convencido de que el último objetivo de mi memoria es pedir que me envuelvan los años en el idioma de las ideas ausentes; las ancestrales ideas ausentes de las leyendas.
Todos tenemos un mundo interior y un mundo exterior. Somos, a la vez, lo que verdaderamente somos y lo que aparentemente somos a los ojos de los demás. En este contexto de la dualidad evidente de nuestras naturalezas humanas, siempre existe una verdad última que nunca puede ser expresada en su completa dimensión ni por la palabra escrita ni por la palabra hablada porque podemos llegar a deducir que la comunicación interpersonal también tiene límites. Por eso siempre somos aproximaciones a nosotros mismos en lugar de nosotros mismos en totalidad. En ese sentido, si alguien pregunta sobre la verdad y otro la responde, ninguno de ellos la conoce porque la verdad no está contenida ni por palabras ni por letras; la verdad está grabada y apuntada en la mente humana.
Estoy rodeada de miles de personas,
seres buenos y malos,
seres perversos y angelícales,
estoy rodeada de personas que me quieren,
de personas que me odian,
de personas que me ayudan y me dan su apoyo,
de personas que tratan de hundirme en este profundo hoyo que es la vida,
de todas estas personas aprendo algo,
aprendo a conocer lo oscuro y la luz que hay en mi,
aprendo a ser fuerte y a ser más tolerante,
agradezco a estas personas que me acompañan,
les doy gracias por que confían en mi,
gracias por darme su mano y
gracias por hacer que la batalla no sea tan fácil.
No alcaza el corazón a latir sin miedo,
ni siente sus perdidos pasos en el camino.
Cierra los ojos el héroe vencido
por el espanto mordaz de soledades huecas.
No hay sonido, ni luz que atraiga vida,
ni renglón doblado que encubra vanidades.
Solamente habitan soledades
las siniestras consecuencias de lo imaginal
perdido.
Sucedáneos de virtud; arrogancias,
fragancias de ingratud
disonancias en voces descompuestas.
El graffiti es una palabra que proviene del idioma italiano y que significa, en su definición ortodoxa, arte de escribir sobre paredes. ¿Por qué ésta definición tan simplista?. Porque los primeros grafiteros que son reconocidos como tales en la Historia son los escritores que expresaban sus ideas, de manera anónima, en los muros romanos durante la época del Imperio. Pero si pensamos un poco más sobre la identidad interna de los graffiti, el último sentido de sus mensajes e incluso su filosofía proyectiva hacia la sociedad urbana podemos señalar como los primeros grafiteros a los cavernícolas de la Prehistoria; aquellos que dejaron grafismos identificativos en el interior de las paredes de las cuevas. Teniendo esta idea como primaria magnitud del ser grafitero yo recuerdo la aparición de los primeros graffitis en la ciudad de Madrid. Era en los primeros años de la década de los 80 del siglo XX. Un día estaba esperando al autobús número 50 (el que sube por la calle Segovia y llega hasta la Puerta del Sol) cuando mis ojos tropezaron con una firma escrita sobre un cartel publicitario que estaba pegado en la marquesina. Era la firma de Muelle.
Le dice el niño al murmullo
No te entiendo, no te oigo
Le dice el niño al silencio
Cúbreme en tu manto paz
Y yo te cantaré azul
Con voz de torrente cristalino
Al amanecer del día
Le dice el niño a la noche
No puedo verte ¿que quieres?
Y el silencio le responde
Con un murmullo sin voces
Sin luz, ni calor, ni encanto
Y nace el temor y el miedo
De niña quise partir al cielo
Y no me dejo la vida
Adolescente dormí en el miedo
Sabiendo que de el me guarecía
Andando y buscando llego
A la mitad de mi vida
Baje a infiernos malditos
Subí a celestiales cielos
Y sin embargo no vi
Para mi ningún consuelo
sigo sin saber si puedo
Acostúmbrame a mi vida
Vivo sin querer vivir
Y viviendo muero
Siendo mi muerte vida infinita
Y por tanto triste castigo del destino
Que vida es muerte y viceversa
Que infinito y finito, son lo mismo
Castigo primoroso de ser sin ser
Lo que uno ansia
Viviendo sin vivir me regocijo
De algo que del mundo Ya no espera
Ni vida ni muerte son Bandera
es el hoy lo que realmente supera
Una y otra mi verdad Enajenada
Real o no, que más da.
Esta mañana volvieron las nubes a atormentarme
Lucia un sol prepotente, cuyos rayos herían mi orgullo
Y lo triste es que a pesar del sol
Las nubes no me dejaban ver la luz
Ayúdame amigo a desgarrar las nubes
Que me llegue algún rayo solar
Y tenga el privilegio de la reconstrucción
Que las heridas del alma no sanan
A menos de que se las de calor
Caliéntame el corazón
Tu tristeza te ha marcado, herido y lastimado.
Tus ojos han perdido su color
Tus labios ya no son rosados ni dulces como la miel
Tu morena y suave piel se ha entristecido y ennegrecido como el anocher.
Tus azulados ojos y carnosos labios han perdido su color
Tu boca ha perdido su encantadora sonrisa
Y tu voz ha perdido su luz ,tonalidad y color.
No quise ser Dios,
ni reconocido, ni audaz, ni héroe.
Mi único deseo es haber sido adjetivo,
llenar de calidad la fragancia de la rosa
y acariciar la fonética sonora
de un álamo en ribera.
Infinito hogar de sentimentales horas.
Hoy, leo y sueño y pienso:
aquí la línea creativa no termina.
Vorem es el Santo Grial
tantas veces escondido.
Cuanto más lejos estás
más en la sangre te llevo
con tu nombre en el camino
de los rumores del sueño.
Más en mi centro de espuma
te siento en el pecho agudo
y como espada de acero
te hundes dentro de mí.
Cuando más lejos estás
más tu cuerpo se apodera
de mis márgenes de piel
y mis condenas de fuego.
Más me queman tus temblores
de hembra junto al hechizo
y como saeta encendida
te clavas en mi temblor.
Son las 4,30 de la tarde y acabo de llegar de la Universidad. Voy rápida al computador y lo abro. Entro ávida en el Vorem. Como todos los días. Para pasar un momento feliz de comunicación en libre voluntad. Lo primero que siempre leo es el pensamiento que aparece en el cuadro superior de la derecha de la pantalla. Ahora mismo leo uno que corresponde a un proverbio chino y dice así: “Si te sientas en el camino, ponte de frente a lo que aún has de andar y de espaldas a lo ya andado”. Excelente. Me da ideas para comenzar. Son las 4,31 de la tarde y antes de expresar mis emociones realizo una tarea de investigación…
Comienzo la mañana desayunando en el Bar Paquito de la Calle Mayor cuando, de repente, entra en el local mi amigo El Relojero. Se sienta junto a mí y pide un Marie Brizzard dulce. Hoy José Gomariz tiene muchas ganas de charlar. A pesar de sus 95 años recién cumplidos no se cansa de vivir. Sabe que me gusta el fútbol y comienza a hablarme de la grave crisis de juego que atraviesa el Real Madrid, el equipo que, a pesar de ser él un alicantino de pura cepa ilicitana, es el que le tiene atrapado desde su juventud (cuando estuvo viviendo en los madriles de Carabanchel allá por los años 30).
Amarrado a tus recuerdos estaré
No te hablare, ni abrazare
No te podré besar, ni tocar .
Pero en el suave cálido caer de la tarde ,
Bajo la sombra de aquel frondoso árbol te susurrare.
Tus rojos aun rosados labios , pintados besare .
Tu cintura abrazare .
Tu cuello lenta, suave y apasionadamente besare ,
Y por él hacia tu joven, hermoso y esbelto pecho
Delicada y sutilmente me deslizare y besare .