Son tiempos acelerados,
difíciles y apresurados;
tiempos de grandes cambios,
en los que cada nuevo día
se descubren nuevas tecnologías
que demandan cada vez
mayor gasto de energía.
Unas acercan más a los hombres
pero otras los separan.
Unas nos ayudan a crecer,
pero otras destruyen
a los seres vivos y a la tierra.
Archivo por meses: noviembre 2007
Reflexiva
Sentir que està todo perdido y que nada se puede hacer
es rendirse en el camino sin ganas de vencer.
Saber que lo que fue y lo que ha sido se deja en el ayer
es morir en el presente por vivir en el pasado.
Mirar siempre hacia atrás sin ver lo que hay de frente
es quitarle el bastón al ciego que le ayuda a no caer.
No escuchar lo que no quiere oírse para no sufrir
es como decirle a un sordo la poca importancia que tiene escuchar.
Atarse las manos con cadenas que no se puedan romper
es negarlas el placer de los tactos e impedirlas que vuelvan a tocar.
FRAGANCIA DE JAZMIN
Era una de esas tardes de verano en las que el calor dentro de casa era insoportable. El edificio tenia una orientación tal que el sol iba recorriendo una a una todas las paredes y cuando llegaba la tarde hasta el último rincón de la vivienda estaba caliente. En invierno esto era una ventaja, pero ahora, a mediados de julio, hacía insoportable el permanecer dentro. No me apetecía pasar el tiempo delante del ventilador porque además éste lo único que hacía era mover y mover el mismo aire caliente, así que me di una ducha de agua fría, me recogí el pelo en una coleta y me puse el vestido más fresco que tenía y me fui a la calle buscando un poco de brisa fresca.
En el pensamiento me pierdo
En el pensamiento me pierdo…
Me noto lejos de mí…. muy lejos….
Vuelvo a mí…
veo las palmeras que se mecen con la brisa…
La brisa se lleva los olores… las sensaciones
Los sufrimientos… la esperanza…..
Todo queda tan lejos que ha veces pienso que fue un sueño….
Sólo me queda un billete de avión …..que ya no vuela….….
Una caña de pescar… sueños….
Una cámara que se olvidó de las imágenes….. de las sonrisas…
Solamente quedan recuerdos……
Miro al cielo azul y veo las palmeras que se mecen con la brisa……
Camino de santidad
Esta es la información, éste el proceso
del hombre que ha de ser canonizado,
en quien, si es que vio el Mundo algún pecado,
advirtió penitencia con exceso.
Doce años de suegra estuvo preso,
a mujer y sueldo condenado;
vivió bajo el poder de su cuñado,
tuvo un hijo no más, tonto y travieso.
Nunca rico se vio con oro o cobre,
vivió siempre contento, aunque desnudo,
no hay incomodidad que no le sobre.
Cancioncilla
Haiku de la Espera
Invitando a Only
-Dos con leche, Paquito… uno para mi amigo Only y otro para mí.
-Marchando dos con leche… y dos copitas de baileys, Diesel, y no te preocupes que hoy invita la casa.
-Pues este es el “Paquito Bar”, Only. Aquí escribo yo todos los días mis pequeñas notas del barrio.
-Parece un lugar bohemio.
-Es un lugar bohemio-voremio, amigo.
-Y ésta es su casa – le confirma Paquito a Only.
Ella está sentada ya frente a la barra.
Cuando conoci a Diana
Era media noche, una noche tranquila, serena, yo, como tantas otras, dormía pero no descansaba; el dolor de mi cuerpo no dejaba que éste se relajara y disfrutase de los beneficios del sueño. De pronto me sobresalté, alguien susurró a mi oído un nombre, lo oí con claridad, con firmeza, me senté de golpe en la cama pero todo estaba oscuro, fuera no hacía viento y dentro de la habitación solo reinaba el silencio… encendí la luz y la habitación estaba vacía. Pensé que quizás todo había sido un sueño así que apagué la luz y volví a arrebujarme dentro de las mantas, di vueltas y más vueltas, pero no conseguí volver a dormir. Estaba segura, alguien me había llamado…
El pasado presente.
Caperucita en verso
Cartas a Isabel
Isabel… dime por qué el cielo está gris y nisiquiera llueve, dime porqué el barranco está seco, por qué el agua desaparecio y por qué crecen las malas hierbas en su cauce, donde los pájaros anidan extrañados. Dime por qué en la playa el ronroneo del mar de apaga, por qué las rocas han caído al agua y las gaviotas se han ahogado. Por qué el cielo pinta al mar sin siquiera tocarlo y por qué las nubes no vuelan un poquito más alto…
Isabel, dime por qué. Por qué he perdido el amor y por qué odio, por qué me paso las tardes encerrado en mí mismo mientras los segundos dan pasos aprisa y sin pausa en el tiempo que nunca me espera ni perdona.
Isabel tú… me entendias. Tu me querías, aún recuerdo tu sonrisa sempiterna ante fuego y hielo en aquellas tardes perdidas que pasabas junto a mi, a mi lado.
Isabel, por qué te fuistes…
El niño al que se gustaban las gaviotas
Mi amiga Isabel A., que anda remisa para entrar en la comunidad vorémica, escribió en 1981 el cuento que transcribo a continuación. Hoy, buscando en un cajón, lo encontré y le pedí permiso para ponerlo aquí. Me lo ha dado y por eso aquí está: (Ah, se me olvidaba, está interesadísima en conocer vuestra opinión, que yo tengo que transmitirle; se admiten toda clase de críticas)
“El niño al que le gustaban las gaviotas
Al niño le gustaba observar el vuelo de las gaviotas cuando, en los atardeceres, los barcos de pesca regresaban al puerto de la pequeña ciudad costera en la que veraneaba y, entonces, como remolinos inquietos de blancura y graznido, los pájaros escoltaban la flotilla, espiando y acosando el momento de la descarga de las panzas de los barquichuelos.
El nocturno Portugués
Es ya muy de noche, hace tiempo que sonaron las 12 y vamos camino de la una de la madrugada… pero el Bar Paquito se encuentra en plena efervescencia hoy. Nosotros cuatro (José el Relojero, Pedro el Historiador, David el Informático y Yo el Periodista) estamos en plena faena del mus. El Relojero de Manila, que ya camina hacia sus 96 años de edad (¡96 si señor, no es un error mecanográfico!) se encuentra en plena forma mental y memorística. Es una ventaja jugar con el Relojero de compañero porque su cara es un mapa indescifrable de guiños para los rivales. Las nobles arrugas de su rostro hacen imposible saber incluso para su compañero (que hoy soy yo) si las señas que hace son verdaderas o falsas. O sea que nuestros rivales (Pedro y David) nunca saben cuando José Gomariz va de farol o no va de farol. Y eso es una ventaja increíble que se nota a lo largo de la enconada partida…
Jenyfer….
Amaneció tarde aquella mañana la habitación en la que dormía estaba totalmente iluminada anteriormente el frio en la ciudad había ido en aumento y hasta ahora se podía percibir los primeros rayos de sol después de un invierno prematuro, el aire fresco que entraba por la ventana revuelto con el aroma de las flores húmedas en el patio, hacia de la responsabilidad de respirar algo placentero, ya con los ojos abiertos y la cara al cielo en su mente conservaba una sola idea, en su rostro un semblante de tristeza agónico acompañado de una especie de mueca ocultaban su verdadero sentir, la ropa marchita que llevaba puesta dejaba ver como había perdido la habilidad de dormir, de soñar y de tantas cosas que ahora, lo único que lo mantenía con vida era el teléfono…
Cuento de los dos campesinos
LA TORPEZA DE IGNORAR LOS TALENTOS DE NUESTRA TIERRA
Había una vez dos campesinos, Justo y Prospero, que vivían el uno al lado del otro. Ambos tenían una finca que contaba con un hermoso campo de tierra fértil, regada por un riachuelo de agua cristalina y pura que cruzaba por el centro de ambos campos. Como a los dos les gustaba cultivar flores, acudían juntos a ferias y certámenes y siempre volvían cargados de semillas de las más bellas y exóticas. Los dos organizaban fiestas a las que invitaban a los demás vecinos a saborear los ricos frutos de su huerta y contemplar sus hermosas mansiones de gran historia arquitectónica, heredadas de sus bisabuelos.
EL NACIMIENTO DE DIANA
La risa
Hace unos meses asistí a una conferencia de una famosa doctora, directora de la Unidad del Dolor de un prestigioso sanatorio. Comenzó la conferencia enumerando los diferentes dolores y pidiendo a los asistentes que levantaran la mano cuando se nombrara el tipo de dolor que padecían. Cuál no sería mi sorpresa al ver que quienes más levantaban la mano en todas las ocasiones eran los jovencísimos. La doctora recomendaba, para la prevención de malestares del cuerpo y de la psique, echar mano del sexo y de la risa. Este segundo remedio es el que más difícil veo de conseguir, hoy por hoy.
Las hojas secas
Oh ! je voudrais tant que tu te souviennes
Des jours heureux où nous étions amis.
En ce temps-là la vie était plus belle,
Et le soleil plus brûlant qu’aujourd’hui.
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle.
Tu vois, je n’ai pas oublié…
En el parque hay viento pero brilla el sol, un sol que quizá sea más tibio de lo que solía serlo a estas alturas del año.
escrito en el viento
Me sueño en un jardín…
Me sueño en un jardín
de pespunteantes flores rojas,
entre limones que se doran
y un dulce volar de plata;
en un espacio donde la mirada
cabalga entera por los recuerdos
y allá, en la oscura noche naranja,
la luz del jardín tiene resplandores.
Olores.
Olores y colores
de bungavillas y jazmín…
en el jardín…
Ser humano en las auroras.
Aspira este éter azul, surgente y natural, en que las esencias germinales de la materia elemental te envuelven en su plenitud. Aspíralo en el espacio cenital de tu puro vaivén en estas olas/horas humanas en que se vinculan tus presencias… y originalmente absuelto de toda clase de pecado por herencia, aspíralo en plena libertad a la sombra de cualquier designio; porque es tu propia y gloriosa condición de ser humano en las auroras. Aspíralo y siente cómo se desprende el peso de un corazón como destino. Es la interpretación y el gesto de todo un contexto de raíz con vida, una línea de sueño que ensalza todas sus virtudes. Y así, humano en tu grandeza, aspira este éter azul, surgente y natural, en que las esencias germinales de la materia elemental te envuelven en su plenitud.
Mariela la traviesa
Mariela era la más traviesa de mis amigas de la infancia. Ella y yo componíamos un dúo aterrador, pues si ella era la “creativa” de las travesuras, yo la secundaba de mil amores.
Desde los seis a los catorce años fuimos inseparables, tanto en el colegio como en los deportes; para colmo éramos casi vecinas porque nuestras casas sólo distaban unos treinta metros. Juntas íbamos y veníamos: al colegio, a la iglesia, a cantar la misa en gregoriano, a la Escuela de Idiomas, al gimnasio, a natación, a baloncesto… Discutíamos unas siete veces al día, pero seguíamos juntas. Si hacíamos ejercicios espirituales, ella hacía mil payasadas para distraernos y que nos diera una risa irrefrenable; si nos llevaban de excursión, se las componía para dar la nota. Cómo no iba a ser ella la que perdiera en clase la compresa, que una bobalicona agitó en el aire preguntando de quién era.
Mundos Redondos
Cuando nos hayamos ido,
quebrados ante la determinación de lo inevitable
y giremos por esa esquina
por la que no será la primera vez que giremos,
pero que aun y así nos parezca la primera,
la única,
la peor,
la más dolorosa,
entonces nos daremos cuenta de que
aquellos pensamientos insoportables
que se hacían soportables por el mero hecho de saberlos lejanos
y ser un simple ejercicio de masoquismo conjunto entre ruegos y risas,
Declaración
Hoy se esta comportando diferente… mas lejana, como si estuviese molesta contigo… y tu que esperabas que este día fuera como todos los días… normal, común, ordinario… Porque hoy es el primer día en que pones en practica tu propósito de dejar de amarla… lo decidiste y te ha costado resignarte, hablar contigo mismo en tantas horas obscuras, ya no puedes creer que algún día se hará realidad ese amor que repites “prohibido”, ese deseo que declaras “insano”.. En fin, eso que sientes.
Hela aquí… la saludas con la misma solicitud que ayer, todo quieres que marche como siempre, pero todo esta decidido a llevarte la contraria, le miras el rostro serio y te preocupas… Pero sabes que esta vez no indagarás la causa, que dejarás correr las horas y, si es posible, los días.
capuchino grande
Capuchino grande…
Cofee factory es el único lugar que parece atractivo en épocas de lluvia, suelo sentarme en el área de fumadores y no es que ya posea el vicio solo que desde allí las cosas mas simples se aprecian de manera distinta en especial hoy… aunque para mi es un viernes de café para los que atraviesan el universo en autobús y para quien este viernes comenzó desde el miércoles pareciera como si pendiera de un hilo su vida… a través del cristal una especie de aire enrarecido (pues no tengo otra explicación) a terminado por hacer enloquecer a los transeúntes, hoy la vida se celebra de dos en dos, derramados en los parques o acorralados en los arboles las parejas saciaban sus distancias en momentos de un efímero amor,
No ahora
EL POZO de Juan Carlos Onetti
Yo estoy tirado y el tiempo se arrastra, indiferente a mi derecha y a mi izquierda.
Esta es la noche, quién no pudo sentirla así no la conoce.
Todo en la vida es mierda y ahora estamos ciegos en la noche, atentos y sin comprender. Hay en el fondo, lejos, un coro de perros, algún gallo canta de vez en cuando, al norte, al sur, en cualquier parte ignorada. Las pitadas de los vigilantes se repiten sinuosas y mueren. En la ventana de enfrente, atravesando el patio, alguno ronca y se queja entre sueños. El cielo está pálido y tranquilo, vigilando los grandes montones de sombra en el patio. Un ruido breve, como un chasquido, me hace mirar hacia arriba. Estoy seguro de poder descubrir una arruga justamente en el sitio donde ha gritado una golondrina. Respiro el primer aire que anuncia la madrugada hasta llenarme los pulmones; hay una humedad fría tocándome la frente en la ventana.
Ecología
La Vida en juego
Jugaban, hasta que las reglas exigieron que alguien ganara. No lo decían explícitamente, no era algo reglado pero si necesario para que el juego tuviera sentido, si no ¿para qué habrían estado jugando? Eso lo sabían.
Durante las horas que duró la experiencia se habían desenvuelto con soltura pero ya había pasado mucho tiempo y nadie apareció para decirles que era la hora de comer, por lo que estaban determinados a terminar por propia voluntad.
Realmente esto ya había pasado otras veces, el acabar buscando un final. Los antecedentes que tenían, con respecto al juego, eran los comunes en los tiempos que corren para alguien de entre, pongamos, cinco y doce años, tres y dieciséis, dieciocho y veinticinco, puede que incluso entre diez y treinta o treinta y cincuenta, a saber; era muy normal.