Archivo de la categoría: Cuentos

Cuentos

La intriga

Detestaba las intrigas de su socio. Detestaba su biblioteca, que tenía que visitar puntualmente, religiosamente, para recomponer el desastroso estado de las cuentas y organizarle el papeleo de contratos y legalidades. Detestaba su silencio, el secreto que lo enriquecía a la sombra de días y noches transcurridos en el buró, sacando cuentas; sí, muchas multiplicaciones para su socio; para él, pocos dividendos, jornadas que mal compensaba la mísera llegada de su salario fijo y único. Y lo que más detestaba era que la intriga se cebara en los lomos de los libros, en las portadas y en la página de presentación. Al mirarlos él, no podía informarse de su contenido de un vistazo, como le gustaba. Colocados en la ringlera de los estantes, con cuidado, carecían del completamiento de sus títulos: Curso Básico de… Sigue Leyendo...

La tarántula

Hombres de buena fortuna, de bien ganada fama, acrecentadores de su peculio y de su hacienda; moralmente me veo obligado a advertirles del peligro que corren al acercarse a una dama, ingenuamente (sé que sólo pueden ser ingenuos en su presencia) que pasea el frescor de sus veinte años por todos los salones elegantes de esta ciudad.

A esta muchacha le dicen “la tarántula”.

Hay una especie de araña de igual apelativo que habita en los alrededores de Tarento. Antes se creía que su picada generaba una grave melancolía de la cual se salvaba el afectado si se le agitaba con fuerza. La tarántula que yo conozco ataca con una dote sobrenatural que le otorgara al nacer cualquier rutilante estrella, de las muchas que brillaron aquella noche, dichosa para ella, maldita para sus víctimas. Sigue Leyendo...

CRISIS, CRIS Y LOS CRISTALES ROTOS.

Me he muerto en la librería. Aquél que estaba robando un libro era el negro más odiado, el sin papeles el empapelao de turno. Se forran con nosotros, dice uno y Cris, que me acompaña, pierde las gafas. ¡Cuestan un huevo! Mirando entre los tomos mezquinos descubron que están junto al Capital de Marx. Todo tiene ese aire de desgarro, de ventanilla de metadona y flor en ojal del político turista. Nos moriremos de hambre y sin gafas. La Cris se saca un pañuelo de papel y se limpia los cristales. Una oculista de la calle inventando la mirada interior. Hace calorcito. La calle no deja de sentir la ausencia de baldosas y de bancos. Es un invierno, donde Madrid comienza sospechar que está perdido entre vencejos y Prados postcoitales. No compro nada. No me gusta nada. No puedo comprar nada. Y en ésto alguien anuncia un mercadillo de camisetas con tias en pelotas. ¡Cuatro por una! Los cristales rotos no están en las gafas de Cris. Madrid siga siendo el ruido del silencio. Sigue Leyendo...

Dormancia

En el décimo año del nuevo siglo, tres días cabales después del hielo, estudiaba hasta bien entrada la noche los preceptos de la sabiduría, queriendo encontrar instrucción cierta, cuando sobrevino el cansancio a mis párpados. Esta es la narración del sueño que tuve:

Me encontraba en el interior de un templo. Entraba por todas direcciones luz a raudales y no me era posible ver, ciertamente, el cieloraso.
Ahí congregados, estaban los hermanos de mi madre y su madre y mi madre.
Todos llevaban trajes dignos y con respetuoso silencio escuchaban la palabra de un ídolo que, mezclada con la luz, impregnaba aquel recinto de burlesca religiosidad. Sigue Leyendo...

alegria

se encuentra conchita a las diez de la manana en aquel prado lleno de color su rostro refleja felicidad con el frio de enero su mirada se pierde en un rosal en flores que aun permanecen de pie de aquel arbol multitud de aves cantan a la vida de pronto se percata, una barda enorme cubierta por una cerca de alambre, no sale del estupor cuando una mano la toma del hombro diciendole conchita es la hora del desayuno llevandola despacio ella siente correr un hilillo de saliva por los labios en aquel hospital siquiatrico de Tepexpan en el edo. de mexico. Sigue Leyendo...

halcon

en aquel tiempo habia un halcon que tenia por ocsatumbre posarse en un arbol quejumbroso, un dia el arbol se rompio de donde se posaba el halcon y este
volo en rededor y al no encontrar sino basura se quedo mudo y se marcho
hacia otro mundo.

lady blue

Era una de esas chicas que no solia reir por las mañanas, a menos de que hubiera pasado la noche en vela olvidandose de casi todo. Solia soñar despierta justo antes de dormir y eso le dejaba un cierto amargor en la boca al despertar. Pasaba por delante de los tres espejos que tenia en su cuarto cada mñn, pero nunca paraba a mirarse.
Sabia como colocar perfectamente las dos piedras de hielo que necesiaba ese vaso tan ancho y que tanto le gustaba para que el vodka supiera a recompensa y olvido, cada crujido de cada una de las piedras de hielo hacian que se le erizase los vellos de los brazos. Cpn cada trago era mas idiota y menos infeliz, ese era el trato y lo cumplió simpre que fué necesario. Sigue Leyendo...

Escuchando a los gorriones (corregido).

Largo viaje aéreo. Todo el vuelo Madrid-Bogotá lo he compartido con un baturro aragonés, nativo de un pueblecito muy cercano a la ciudad de Zaragoza, con quien he hablado de multitud de asuntos. Como no podía ser de otra manera, también hemos hablado del amor. Porque este baturro aragonés es un hombre divorciado que mantiene relaciones de noviazgo con una colombiana de Medellín. Por eso viaja continuamente a estas tierras. Al otro lado de los asientos centrales, a mi izquierda, una linda ecuatoriana no hace más que santiguarse cuando el avión comienza con un extraño bamboleo. Estamos atravesando una zona de turbulencias y ella está asustada. La tranquilizo. No pasa nada. Es muy normal que estas cosas ocurran cuando se viaja sobre el Atlántico. Al final se tranquiliza y me sonríe cuando le cuento un par de inocentes chistes. Los que no se tranquilizan son el joven de la camisa azul y la joven de la camisa blanca que se han pasado todo el tiempo recorriendo los pasillos de punta a punta. Sigue Leyendo...

pinguinos con sueter

los pinguinos azules zon los mas paqueños del mundo,aunque viven el tierra pasan mucho tiempo en el mar,un dia un barco tiro en el mar aceite y mucha gente se dispuso a ayudar a los pinguinos,porque el aceite los estaba matando,asi que decidieron tejer sueteres para protegerlos del frio y asi muchos pinguinos fueron salvados.

pinguinos con sueter

los pinguinos azules zon los mas paqueños del mundo,aunque viven el tierra pasan mucho tiempo en el mar,un dia un barco tiro en el mar aceite y mucha gente se dispuso a ayudar a los pinguinos,porque el aceite los estaba matando,asi que decidieron tejer sueteres para protegerlos del frio y asi muchos pinguinos fueron salvados.

papito, ¿Cuánto me amas?

El día que mi María José nació, en verdad no sentí gran alegría, porque la decepción que sentía, parecía ser más grande que el gran acontecimiento que representa tener una hija. ¡Yo quería un varón! A los dos días de haber nacido, fui a buscar a mis dos mujeres, una lucía pálida y agotada y la otra radiante y dormilona.
En pocos meses me deje cautivar por la sonrisita de mi María José y por la infinita inocencia de su mirada fija y penetrante, fue entonces cuando empecé a amarla con locura. Su carita, su sonrisita y su mirada no se apartaban ni por un instante de mis pensamientos, todo se lo quería comprar, la miraba en cada niño o niña, hacia planes sobre planes, todo sería para mi María José. Sigue Leyendo...

Camino de candombe.

Hay un camino de candombe, que aun consigue llegar, hasta los fragmentos que un día formaron parte de mí. Caminito del pasado, caminito a mi casa, llave de mi puerta.
Cuando me pierdo, solo su dulce sonido es capaz de devolverme a mi estado natural. Guarda en su caja milongas con palabras que componen mis recuerdos y tiene tangos que me doblan hasta encender todos los faroles de la ciudad.
Mi país, paso hablando de mi país, allá entre los cerros, les digo, donde duerme mi tesoro. Sol con el que me ilumino, donde anduve a caballo y a las risas, donde el verde se hacía parte de la piel y el horizonte una continuación, de la existencia. Sigue Leyendo...

El caballito de mar (minicuento)

El caballito de mar jugaba con las caracolas. Y mientras jugaba con ellas, las iba poniendo nombres para poder recordarlas. A la primera que halló la nombró Fantasía. Con ella construía palacios entre las olas que se movían al compás del baile de las ninfas. A la segunda la nombró Sueño. Con ella construía jardines submarinos donde acudían los tritones para cantar canciones de paz. Y a la tercera la llamó Existencia. Con ésta convertía todos sus juegos en poesía mientras le rodeaban las sirenitas para cantar.

La carbonería de Don Pedro (reedición)

Era una vez. No. Érase que se era. Tampoco. Tampoco es así. En un país muy lejano. Nada. Nada. Bueno. El caso es que había una princesa. No. No. No. No había, en principio, ninguna princesa ni ningún país lejano. Pero bueno. ¿Quién escribe el cuento?. ¿Tú o yo?. Yo, por supuesto. Pues si eres tan listo escribe el cuento ya. Verás. No era una vez en un país lejano donde había una princesa… porque el tiempo en los cuentos no existe, porque ya no existe ningún país lejano y porque, en principio, no hay ninguna princesa. ¿Entonces?. Nada. Déjame comenzar… Sigue Leyendo...

El perchero (2)

A la mañana siguiente, totalmente decidida a vivir la experiencia de la aventura, Alicia se dirigió al Drector General de la entidad bancaria donde laboraba.

– Señor Pérez… me voy…
– ¿Cómo que te vas, Alicia?.
– Me voy del Banco.
– Pero ¿qué estás diciendo?. Apenas llevas un año trabajando con nosotros y tenía precisamente yo puestas muchas ilusiones en ti.
– Lo siento. Me voy. Dénme lo que me corresponda por servicios prestados y me marcho…

El perchero (1)

En la madrileña Pensión “Greco” todos colocan su sombrero, su capa y su paraguas en el perchero, donde alguien ha dejado olvidada una chaqueta de lujo. Todos miran a la chaqueta. Todos desean aprovechar un descuido de la matrona (la amargada viuda Marga) para apoderarse de ella. Asi es la vida en la Pensión “Greco” donde, al final del pasillo, existe (en medio de la penumbra) una copia de “El caballero con la mano al pecho”. A la hora de la cena todos piensan en aquella misteriosa chaqueta. Todos están deseando robarla. ¿Quién dejó aquella chaqueta allí?. Solo la matrona sabe que es de un viajero desconocido que sólo estuvo un día. Llegó cuando todos los demás dormían y se marchó antes de que los demás despertasen. Sigue Leyendo...

Inocencia de nueve a seis

“…tantas cosas me dió que no me daban, tantas caricias casi de verdad. Que a mi se me olvidó que trabajaba y ella que se olvidó de trabajar”
Joaquín Sabina “Viridiana”

No puedo recordar en que momento comencé a pensar en ella. Solo sé que la rockola dejaba oír un blues muy triste. Creo que Little Walker era el intérprete. Blue midnight era el nombre de la canción y sonaba a vísceras derramadas. Por causa del blues y el tango se derraman anualmente más de doscientos metros cúbicos de lágrimas en el mundo. La mía rodó justo en el momento en que Little Walker acariciaba, besaba y ensalivaba su armónica, de la cual se escapaba toda la tristeza que metieron en sus mochilas los negros cuando los sacaron del Africa. Sigue Leyendo...

Ellas tomaban pernaud

Ellas tomaban pernaud

“Muertos de sol, de espacios, de sábanas,
muertos de estrellas, de pastos, de vacadas,
muertos bajo tierra a caballo.”
Eugenio Montejo. El cementerio de Vaugirard

He muerto y no acuden al entierro mis amantes. Sólo un atormentador canto de chicharras, que se deja oír a través de la tapa metálica del ataúd “generosamente” donado por la compañía, acompaña al hombre que me cubre con paladas armoniosas de tierra y de cemento.
He muerto y no hay lagrimas para regar la única flor que recogí para mi funeral. Un extraño mira a lo lejos el entierro y al cura que se aleja lentamente, tal vez hacia otro entierro. Sus letanías retumban como un eco en mi cabeza….. ruega por el….. benditas animas del purgatorio rueguen por el…. Sigue Leyendo...

El Ángel del Fútbol

Minuto 13.- Penalty. Todos miran con avidez y los ojos llenos de ambición al famoso número 10. Le llaman El Ángel del Fútbol porque es sueco, rubio, de ojos azules y una complexión atlética formidable. El aire, frío, a veces se presetna con rachas de viento inesperadas. Las banderas bandean en zigzag vertiginosos. Emoción. Todo proclaman el nombre del Ángel. Aúllan de placer los seguidores y las fánticas admiradoras de aquel titán rubio al que comparan con Odín. El balón (sueño de victorias son sus huellas) reposa plácidamente en el punto central de las dos áreas. El punto fatídico. Penalty. El Ángel del Fútbol sonríe con su blanca dentadura minentras el público femenino lanza rosas blancas al aire. El Ángel del Fútbol se acerca lentamente hacia el balón. Tiene en su memoria las numerosas tardes del disparo certero. Sigue Leyendo...

intercambio cultural

un niño estaba viendo la television,despues de un rato le dio sueño y decidio ir a dormir,cuando escucha un anuncio que deciA “cambia tu vida por un intercambio cultural “, , en el cual le proponian un viaje que el niño acepta y se fue a africa.

Jasón y las bellotas

La historia de los héroes griegos de la Antigüedad, está llena de hazañas portentosas que han servido de inspiración para grandes escritores de todas las épocas posteriores. He aquí una de ellas que hoy, Día de Halloween en España, se me ocurre escribir:

Pues resulta, amigos y amigas de lectura y escritura, que Teófane era una jovencita muy hermosa. Tan hermosa que había conquistado el corazón de Jasón y todos sus Argonautas. Despertó el amor en todos ellos y, como eran demasiados, decidieron que el que la conquistara fuera el que más precioso regalo fuese capaz de alcanzar para ella; teniendo en cuenta que se hallaban en una de las islas de las Simplégades, dominio absoluto del dios Poseidón, en donde se encontraban una gran cantidad de tesoros escondidos. A la búsqueda de éstos tesoros, ante los celos y la envidia de Ino, Hera, Atenea y la mismísima Atalanta, ésta última perdidamente enamorada de Teófane… Sigue Leyendo...

emboscada

Un grito ensordecedor inundó el silencio de la noche. El grito me sobresaltó, salte de la cama y me asome al pasillo. Todo el mundo debió hacer lo mismo porque estaban asomados a las puertas de sus habitaciones mirando a un lado al otro intentando averiguar quien había pegado semejante alarido.

Entonces la vimos, una chica corriendo escaleras abajo a toda velocidad, gritando:

-¡¡FUEGO!!

El dia que nos conocimos

“El día que nos conocimos”

El día que nos conocimos, no imaginaba lo que vendría después. Aun no era capaz de sospechar.

La noche, como las últimas noches, me encuentra inquieta, dando vueltas en la cama, tumbos de guerra peleándome con la nada y la lucidez impertinente me invita a seguir por la noche oscura los pasos del pájaro que fue a buscarme. Adivino el camino hasta el ordenador, no tanto por los pasos acertados sino por los golpes de los objetos curiosos que me asaltaron, una sonrisa interna asoma, me saluda desde el fondo de mi mala leche. Voy a escribir. Sigue Leyendo...

Escena Romantica 2

Me cogió de la mano y tiró de mí hasta un viejo cenador de hierro que había cerca.

Entramos tranquilos, sin prisa alguna porque, sabíamos que ese momento juntos podía ser el último.

Nos sentamos en un banco, juntos, muy juntos.

-Charity…Sabes que esta puede ser la última vez que nos veamos, y quiero que sepas que siempre te amaré.

Escena Romantica

Tenía ante mí su increíble cuerpo. Era musculoso, guapo, alto…
Me agarró por la cintura y me atrajo hacia si. Estábamos tan pegados se sentía su calido aliento en mi frente.
Apoyé la cabeza en su hombro mientras una lagrimita caía por mi mejilla.

-¿Qué te pasa?-preguntó mirándome tiernamente.
-Nada… es solo que… llevaba mucho tiempo esperando este momento.

Cogió mi barbilla con muchísimo cuidado, como si me pudiera romper en cualquier momento, y me besó con ternura.

El Caballero de la Rosa (1)

El Caballero de la Rosa (Capítulo 1)

Castillo de Camelot. Sede del Rey Arturo y los 150 Caballeros de la Tabla Redonda. Es principios del siglo XI después de Jesucristo. El papa Urbano II ha ordenado organizar una gran tropa de caballería para combatir contra los sarracenos que ocupan la Tierra Santa después de haber sido un rotundo fracaso la organizada con gentes de los pueblos dirigida por Pedro el Ermitaño y Gualterio sin Haber. En la sesión extraordinaria presidida por el Rey Arturo se encuentran los 150 caballeros al completo. Están decidiendo quiénes desean ir a esta segunda cruzada bajo los líderes Godofredo de Bouillon, Raimundo de Tolosa y Bolemundo de Tarento. De aquel total de 150 caballeros, 123 se levantan y dan el debido juramento de ir a combatir. Todos parten a ponerse bajo el mando de los líderes citados. Sigue Leyendo...

En alguna parte del día…

En alguna parte del día, siempre la luna se pierde vista.
Como todo lo que no está en nuestras manos, percibimos que no podemos evitar.
Me paso cuando busque la luna en el cielo, que caí en la cuenta que estábamos por esas horas. Me paso cuando caí en la cuenta que perdí los sueños, igualito.
Igual de imperceptible, como o cuando, se habían marchado. La sensación de que en alguna parte del viaje cual ladrón te hurto tu documento de identidad.
La puntada en el estomago, de la sorpresa, lo peor viene después, el vacio.
Solo el vacio vendrá a despertarte cada mañana, bienvenido a la comandancia nunca más de mucho ni poco, grande ni corto, triste o contento, ni da igual ni involucrado. Sigue Leyendo...

Los dos aviadores

Había dos aviadores con dos intenciones distintas. Uno de ellos quería volar lo más lejos posible. El otro quería volar lo más alto que se pudiera. Uno de ellos buscaba el infinito. El otro buscaba a Dios. El que quería ir más lejos todavía está dando vueltas alrededor de la Tierra. El que quería ir más alto salió al Universo y todavía navega subiendo por él. Ninguno de los dos, hasta el día de hoy, ha logrado su objetivo. Ni el de las distancias ha encontrado el límite de la existencia ni el de las alturas ha encontrado a Dios… pero si alguno de los dos está en el Camino acertado es, con toda seguridad, el que busca a Dios. Sigue Leyendo...