Archivo de la categoría: Relatos

Relatos

“Mi amiga Milita”

¿Cuántos centímetros de tristezas se pueden abarcar con un abrazo?… ¿Durante cuantos minutos seguidos se puede echar de menos a alguien?… ¿Cuántas estrellas deben brillar para que alguien que está solo y triste se olvide de que lo está?…
La verdad, es que yo no pensaba que estas preguntas fueran tan difíciles de contestar, pero el caso es que cuando se las pregunté a mi mamá, se quedó muy sorprendida y con los ojos muy abiertos me dijo que de donde había sacado semejante batería de tonterías, que cada día me comportaba de una manera mas extraña y que debería dejar de estar todo el día solo y jugar mas con los otros niños a las cosas que juegan, según mi mama, los niños de mi edad… Yo la verdad, es que no entiendo porque mi mama se agobia tanto, cosas de mayores supongo, así que le dije que de ningún sitio las había sacado, que se me habían ocurrido a mi solito mientras estaba fuera jugando en el jardín a ponerle forma a las nubes. Sigue Leyendo...

INSOPORTABLE ASIMETRÍA

Desde que la vi por primera vez, quedé prendado de su sonrisa. Todo empezó cuando me mudé de apartamento. Aquella primera noche me asomé al balcón para observar el panorama que se divisaba desde mi nueva vivienda y justo enfrente, en otro edificio y al mismo nivel, pude ver su rostro iluminado por la tenue luz de una lámpara. Era sereno, dulce y de sonrisa insinuante. Sus ojos parecían dirigirme una llamada insistente. Mantuve la mirada haciéndole un pulso, en lo que me pareció una eternidad. Me sentí empequeñecido, turbado por su fuerza. Aparté la vista y me di por vencido en la pugna que sostuvimos por no ceder el primero.
Desde esa noche acudía a diario a la cita y cuando se encendía la luz de la alcoba, de mi vecina de enfrente, volvía a la carga. Siempre ganaba ella.
Empezó a obsesionarme un detalle que al principio me pasó inadvertido; la inclinación de su cabeza hacia un lado le restaba majestuosidad. Debía corregir ese pormenor, estaba firmemente decidido. Sigue Leyendo...

LA JUBILACIÓN DE MATÍAS

El dormitorio de Matías se asemeja al de un hospital; paredes blancas, cama con mecanismo regulable, crucifijo en la cabecera y los demás complementos: botella de oxígeno con mascarilla incorporada y sonda conectada a una bolsa de plástico para facilitar la evacuación de líquidos. Matías, recién jubilado y ex-administrativo de banca, llegó a esta situación después de toda una vida de fumar cigarrillos a una media de dos cajetillas diarias. Eso y la constante exposición durante su horario laboral al aire acondicionado. Terminó por desarrollar una bronquitis asmática crónica y por si fuera poco; comenzó a tener problemas con su próstata.
Matías se juró siempre a sí mismo que cuando llegara el día de su cese como empleado, jamás caería tan bajo como para pasarse las horas muertas jugando a ese odioso juego de bolas: la Petanca.
Cada vez que pasaba por la pequeña cancha que se encontraba frente a su domicilio, veía con disgusto a aquellos seres sin otra motivación que gastar su tiempo absurdamente tirando bolas y diciendo frases hechas , frases de argot que le resultaban tan carentes de ingenio y originalidad. Sigue Leyendo...

ANTES MUERTO QUE MATADO.

Los ciudadanos estamos desconcertados con la actitud de la policía. Estamos empezando a cansarnos de situaciones surrealistas cuando acudimos a denunciar un delito de amenazas o agresión verbal o física.
Normalmente comienzan a desanimarte nada más poner en su conocimiento que nos sentimos amenazados por algún individuo con el que tenemos problemas; ya sea vecino, compañero de trabajo o, incluso, familiar. Hacen lo posible por convencernos de que si denunciamos al agresor, no conseguiremos nada ya que no hay pruebas de lo que acusamos; sangre, por ejemplo. “Si no hay sangre, nosotros no podemos intervenir. Es su palabra contra la del otro”, suelen argumentar, a lo que nosotros como respuesta contestamos la mayoría de las veces: “¿Entonces que tenemos que hacer, esperar a que nos apuñalen o nos peguen un tiro para que así ustedes puedan intervenir? “. Sigue Leyendo...

¡QUE LE APROVECHE!

Apenas se apea Carlos de la motocicleta, en la puerta de la pizzería, cuando el encargado de repartos a domicilio se dirige hacia él con una entrega más.
— ¡Vaya nochecita!—dice el joven resoplando—, les ha entrado el hambre a todos a la misma hora.
—Venga, date prisa que estas llevan más de quince minutos de retraso y ya conoces la política de la empresa…—advierte el encargado mientras deposita dos cajas sobre la urna del portaequipajes de la motocicleta.
— Sí, sí, ya me conozco de sobras el rollo ese de: “si la entrega se retrasa treinta minutos, no le cobramos”. Pero no cuentan con el riesgo que eso representa para los que hacemos el reparto. —Carlos, sin apearse aún de la máquina, se queja de ese absurdo sistema—Tranquilo, quedan quince minutos de tiempo y esta dirección está a menos de seis de aquí.
— No te pases Carlos, que te la juegas. Sigue Leyendo...

Paloma en vez de halcón (TEATRO)

GRETA …… Juan… ¿Estás dormido?
JUAN ……..No, Greta… sólo estoy durmiendo…
GRETA …… Juan… ¿qué sueñas?.
JUAN ……. Sueño con una paz conquistada a través de la razón. Una
paz meciéndose en el Silencio.
GRETA …… Silencio… !qué hermoso paisaje!.
JUAN ……..Sí, Greta… es un paisaje lleno de luz y transparencia.
GRETA …… Estoy segura de que en ese paisaje que sueñas hay
alondras.
JUAN …….. Es cierto, Greta. Hay alondras con plumaje azul.
GRETA ….. ¿Azul como el mar?.
JUAN ……. Como el mar, como el cielo, como la amatista amando a la
libertad. Sigue Leyendo...

Breve

Minúsculo en su manera de andar y de ser. Callado como si la pared fuera su compañera. Humano, porque su verdadera misión siempre ha sido ser y ayudar a ser. Breve: su lema en esta existencia…la única.

Carta a Lucía, la amiga de la Mar.

“El corazón jamás olvida,
porque su memoria es inmensa
co el más profundo mar”
(Tagore)

Muchas gracias por tu carta haciéndote presente y necesaria. Aún siento ese declinar de la última Navidad. Fue un precioso regalo seguir vivo en medio de todo un mundo queevita mirar al mar. Para mí existen regalos que jamás podría pedir, porque son los que nos rodean, los auténticos regalos de la naturaleza para la vida y en la vida. Surgen solos, aparecen, se muestran…como tu llamada, o tu preciosa deseo de que vaya a verte. Lo haré pero esta semana y en cuanto encuentre un hueco…allí me tienes. Sigue Leyendo...

Diálogo de Narciso con su imagen

Cuánta alegría sentir el gozo inmediato de tu voz, el gesto de tu mano sobre las aguas. Ya has alcanzado la plenitud extrema que prepara el cuerpo para un goce extenso y prolongado. Has ido llegando con una suavidad maravillosa, como el ciervo suave que camina observador de sus entornos. Y has dejado mi vida llena de la tuya, como ese intenso deseo de estar de nuevo a tu lado.

Es maravilloso sentir y sentirte. Has alcanzado tu madurez, tu juventud abierta, noble y guerrera. Tu cuerpo se inclina ante tu voluntad de poder, ante el deseo de expulsar a los fantasmas que dominaron tus noches y amargaron tus dias. Sigue Leyendo...

Doy Un Paso

Doy un paso y me detengo, escondida en mi miedo, te observo en cada gesto y en cada movimiento, estudio tu sonrisa, vuelves a ser el mismo, has vuelto a hacerme sonreír. Risas que contagias a todo aquel que pasa por tu lado, ¿y porqué?, porque te ven feliz. Ahora me detengo en tu mirada, tus ojos vuelven ha ser dos soles en el día y dos lunas en la noche, tan llenos de vida y de alegría… no me cabe duda de que ya la olvidaste, me olvidaste y esa es la recompensa que te mereces ¡así quería yo verte¡ y me siento orgullosa por ello…pero hay algo que me preocupa, lo percibo también en tu mirada, seguramente te estarás preguntando, ¿ que fue de mi?, ¿ como me irán las cosas? Sigue Leyendo...

La carta del escultor

Eva sintió la necesidad urgente de tumbarse en la cama en posición fetal, errante en el vacío perpetuo e incontestable de sus ilusiones; despojada de toda clase de revestimiento mental. Las lágrimas hicieron acto de presencia en el tiempo de desconsuelo en que había penetrado su conciencia. Se apoderó de ella una frágil y finita sensación de existencia esperando que la incertidumbre atravesara el imperceptible y quebrantado ánimo de su voz…

– Eva… deseo poseerte…

Notó una especie de caricia en torno a su cabello.

– ¿Quién eres tú y por qué deseas algo tan profundo?.
– Yo soy ese que tanto esperas…
– Yo no espero a nadie. Sigue Leyendo...

CINCO HORAS CON TERESITA

A pesar de todas mis pasiones y/o adicciones, la vida se me hacia mas mística por momentos. La verdad, lo llevaba francamente mal, y es que imaginen ustedes, que les da por hacerse budistas en el preciso instante en que a pesar de tan noble aspiración, lo único que aspiran es cocaína… Entonces pense, que no estaba todo perdido, que los sentimientos se desprendían de nosotros mismos, y quedaban suspendidos de las agujas de los relojes, dormitando en el interior de los agujeros negros, ¡y que esto mismo que yo sentía lo sentiría igualmente otro ser en otro tiempo, ¡o en otra dimensión!, y que las personas éramos, o podríamos ser, crisoles transformadores¡, ¡alquimistas de sentimientos¡, relojeros torpes de las horas tristes.
Entonces pense que me había metido en un buen lío, porque a diferencia de mi anterior novela, historia que por cierto les recomiendo sin escrúpulo alguno y a pesar de la opinión de 50 editores y sus correspondientes 50 madres, el primer párrafo de mi actual obra, es decir esta, comenzaba con una sinceridad apabullante, y eso, mi querido lector, hacia pensar que la cosa iba en serio… Sigue Leyendo...

Monólogo de Borges con Minotauro

¡Me estás observando…mónstruo del Mal, criatura de los laberintos, creación del Miedo y de la Ira! ¿No sabes que estoy ciego? Antes pude ver y mis ojos descubrieron la literatura como el gran teatro del Mundo. Sé de ti, mónstruo infernal, porque vives en los libros y eres parte del conocimiento universal. Tu centro es el mismo que los transgresores de la ley, los dictadores que usurpan reinos, los débiles vestidos de militar y espada en alto, los torturadores de la inocencia…ese es tu centro y esa es tu imágen. Picasso te adoró, no por tu centro, sino porque cualquiera de nosotros puede hallarte, encontarse en tu misma piel, adornarse con tu misma monstruosidad, atravesando laberintos sin límite. Soy un simple escritor, alguien que se abstrae para ser naturaleza de silla, cuerpo de libro, mente sublimada. Me has devorado muchas veces, incluso me has mostrado el camino de la confusión, pero no he caído en tus fauces de Toro, de Cronos taurómako…¿Mi gran decepción? No…no creo que sea la usencia de fama; al contrario…Obtuve mi ceguera como única oportunidad de no ver mi imagen en los espejos, pero escribí sobre ellos. devoré las cadencias del tango, bailando con mi soledad y simulando ser Dios. ¿Los ángeles? Los ángeles siempre han estado sosteniéndome los libros, y susurrándome infiernos que calmaran mi sed de sabiduría. ¡Tú eres, MInotauro…la única ocasión de regresar al mundo, de metamorfosearme en ti y esperar a Teseo! Sigue Leyendo...

Los frutos de la farola

Enciende su luz la farola de Santa Engracia. Mientras aligeran sus pasos los viandantes hacia un destino signado por el espíritu de la cotidianiedad, el fumador consume su último cigarrillo antes de despedirse de sus anguastias y un sinfín de ojos le observan. No puede salir del círculo donde aprisionada su conciencia. Lucha para no mover sus huesos calcinados y cuando se marcha con aire de igrávida languidez, el agente le sigue los pasos de cerca…

Tambalenate, el borracho de Luchana se aferra al tronco férreo de la farola. Su cabeza está inclinada sobre un pecho que ha dejado de latir sueños. Toda la luz se hunde en la demacrada piel de su rostro cetrino. El equilibrio corporal baila una especie de tormenta. Cae y se levanta. Vuelve a aferrarse al férreo tronco de la farola y después da unas estrambóticas zancadas hacia el vacío… Sigue Leyendo...

Fin de carrera…

Llevábamos muchísimos kilómetros sin parar de correr. Todos ibamos buscando… pero no acertábamos a encontrar… Hasta que el cansancio fue tan grande que los millones de seres humanos que componíamos aquel infernal maratón nos detuvimos en seco. !Corre!. !Ven!. !Te necesito!. Quedamos en un sepulcral silencio. Nos miramos unos a otros. Todos nos mirábamos intentando por fin comprender. Y entonces nos dimos cuenta de que eramos todos los que nos estábamos pidiendo ayuda a todos. Que nos necesitábamos urgentemente los unos a los otros. Y todos iniciamos lentamente el camino de regreso sabiendo por fin cual era el misterioso llamado de aquella urgente necesidad mundial. Sigue Leyendo...

!Corre!.!Corre!

Corríamos todos en todas las direcciones; chocando los unos con los otros, cayendo, levantándose, corriendo desesperadamente en busca de alguien a quien no conocíamos, en busca de un lugar que no sabíamos cual era, necesitados para algo que no podíamos decir qué significaba. Eramos millones de humanos corriendo hacia ninguna parte concreta… hasta que uno, tan anónimo como los demás, gritó !por allí!. Otros cuantos gritaron también !por allí!. Y al final todos gritamos !por allí!. Un inmenso maratón de millones de seres humanos de todas las edades galopábamos ya en una sola dirección. !Corre!. !Ven! !Te necesito!. Y todo el maratón humano salió de la ciudad corriendo desesperadamente. Sigue Leyendo...

Corazón Murmurado

Corazón solitario y abatido, gestos y palabras que no llegan a ningún lugar, ¿Por qué la brisa amarga mi ser?
Amado y dejado latente espera a ser enamorado, encerrado en un reino solitario y enfrentado con sueños del pasado.
Decadencia y locura, ansioso de ser amado, pero el que espera a un corazón enamorado siempre eterna búsqueda tendrá que ser soportado.
El joven del castillo magullado, olvidó todo amor, incluso el que le brindaban relegó.
El pueblo fue sepultado a ordenes sin piedad, oscuridad en el cielo, tristes lágrimas despachaban. Sigue Leyendo...

!Te necesito!

Me desperté repentinamente, movido por una extraña y poderosa sensación de inestabilidad gravitatoria. Ví entonces la breve nota en el velador. !Ven!. !Corre!. !Te necesito!. Y salí corriendo. Alguien me necesitaba con urgencia irracional. Y cuando estaba ya en medio de la calle corriendo sin cesar me dí cuenta de que no sabía absolutamente nada de quíen era quien me necesitaba, absolutamente nada de para qué me necesitaba ni adonde tenía que acudir. No sabía absolutamente nada de nada pero yo corría… seguía corriendo… corría de la misma manera irracional que todos los demás. Todos corríamos sin cesar. Sigue Leyendo...

¡Venda mis ojos!¡Ata mis manos! (Marqués de Sade)

Entramos en aquella habitación cerrada. Él me miró en silencio mientras me desnudaba despacio. Habíamos quedado. Un encuentro. La tensión formaba parte del juego sado/masoquista. Sentía su respiración profunda, como la de un animal que espera caer sobre su presa. No hablamos. El silencio excitaba. Me vendó los ojos con vigor. La oscuridad. Todo quedaba en sus manos. Yo dejaba de serlo. En mi ceguera aumentaba mi respiración. El cerebro, saturado, me provocaba, me torturaba a la vez. Me cogió de las manos. Me las ató con fuerza. Mi cuerpo iba siendo detenido, apagado en su fuerza. Le pertenecía, proque habíamos convenido que así fuera. Sentí su aliento sobre mi hombro. Su olor caliente; una mezcla de alcohol y tabaco. Sentí el roce de la piel de sus brazos, el vello intenso, la cobertura animal que le protegía. Comenzaba a sentir una clara desorientación. Sigue Leyendo...

Adivina…

El rostro de un hombre inmenso y brutal. Reflejos dorados de un campo de trigo. El azul intenso del cielo. Gemidos, estertores, enlazados con chillidos de pánico. Huecas carcajadas procedentes del infierno. La escena se tiñó de sangre. Percibió la muerte como un flash.

Se agitó al salir del trance. Su rubia cabellera dibujó una media verónica. Un sudor frío le recorrió todo el cuerpo. Notó el vello erizado y los poros comprimidos. Intentó recoger las cartas que yacían sobre la mesa pero, perturbada por la violenta escena, había perdido todo control sobre sus manos. Reprimió el vómito y, consternada, soltó la baraja. Sigue Leyendo...

Poco a poco

Se enamoro de su sonrisa, a primera vista
sus ojos pequeños, su carita…
Poco a poco no podía apartar su mirada de aquella persona
sentía que la amaba, le encantaba estar a su lado, sentir su presencia
poco a poco no podía prescindir de ella
Cada noche pensaba en ella antes de acostarse y soñaba que un día llegaban a besarse, no quería despertar, sentía sus labios tan cerca, tan suaves… esa sensación que por el día deseaba por las noches era su aliciente para despertarse al día siguiente.

Las calles llenas de gente

Salgo de ver Matrix. Supongo que no he sentido mucho más que nada. Una mezcla de amor y futurismo. Lo que veo supera a Matrix. es la realidad de los renos llenos de bombillitas y el frío que te deja las orejas coloradas. Un amigo me pide un cigarro. Fumamos todavía con una cierta libertad, hasta que dentro de poco la guerrilla urbana nos ponga contra la pared por echar humo. La sociedad bordea los límetes de la estupidez desde hace siglos. Me tomo un café solo y sin azúcar. Me dejan un periódico atrasado y aparece una foto del papa colocándose un gorro de picoleto. Supera a Matrix y a superman, y al hombre araña y a cualquier posibilidad de ser coherente. Voy a mear al vater. siguen con la misma idea de alarmar al personal con la arañita pegada en el fondo de la taza. ¡Es pura parapsicología de la mala! hace frío en la calle. Sigue Leyendo...

Aquella historia de café

Me dolían tus miradas aceradas mientras Raúl se enervaba con la cuesta abajo de Carlitos Gardel, Ulises narraba entusiasmado las últimas escenas del dólar mambo de Paul Leducq y Universi nos bombardeaba con los jardines interiores de su amado Amado Nervo. Pero tú me mirabas tan intensamente y con tal fiereza que me dolían tus arrebatos porque yo te silenciaba en mi interior pintándote en el aire de la rosada servilleta de papel aquella representativa narración de tus ojos que tanto había aprendido del tarifeño Pérez Villalta.

Tomábamos café. Entre ellos y tú yo sólo me introducía en tus miradas que entonces, en medio de la madrugada, se hacían mucho más dulces, tan dulces que cuando terminé de dibujarte me regalaste una sonrisa tan específica que no tuve más remedio que seguirte hacia el exterior y allí, bajo la rielante luna, a modo de pícara molinera, me pediste que cantara para tí. Pero que cantara sólo con el corazón. Sigue Leyendo...

EL GUERRERO SAMURAI

Estaba acorralado. Vivía preso en mi propia casa y mis carceleros eran mis padres. Hacía mucho tiempo que no tomaba decisiones porque absolutamente todo lo que hacía estaba dirigido y supervisado de antemano por ellos y mi psiquiatra.
Dijeron que era esquizofrénico. Todo comenzó una maldita noche de verano, hace seis años, cuando tan solo tenía veintidós. Circulaba por la autopista A7 que va a Gerona a reunirme con unos amigos en Lloret de Mar. Todo hacía presagiar que iba a ser un fin de semana divertido; amigos, sol, playa y chicas. Pero nada de eso se cumplió lo más mínimo. Recuerdo que iba escuchando música de una cinta de casette y mirando al frente; concentrado en la conducción y pensando en lo bien que lo habíamos pasado el verano anterior en esa misma zona de la Costa Brava Catalana, cuando inexplicablemente, algo o alguien con una fuerza tremenda, tiró de mi antebrazo derecho hacia un lado haciendo que girara el volante del automóvil peligrosamente. A punto estuve de estrellarme contra la valla metálica de protección. Llegué a invadir por completo el arcén, pero una reacción rápida me salvó de momento al girar el volante en sentido contrario para contrarrestar el desvío del auto. Sigue Leyendo...

EL LOBO DORMIDO

Manuel; consultor e informático de una multinacional italiana, tiene una espina clavada desde muy joven; no haber vivido la experiencia de hacer el servicio militar. Le negaron la incorporación a filas, en su momento, cuando le detectaron una anomalía en la visión. Su falta no era tan grabe ya que no tenía más de dos dioptrías en cada ojo, pero suficiente para que lo declararan “inútil” para el glorioso deber de servir a su patria. La palabra “inútil” la lleva clavada muy dentro desde entonces.
Al principio no cabía en sí de gozo por haberse librado de aquella molesta obligación, la cual le hubiera robado un año de su vida, pero más tarde, cuando pudo comprobar que en las reuniones con sus amigos quedaba siempre marginado, la cosa no era tan agradable para él. Nunca podía intervenir en conversaciones sobre el cansino y reiterativo tema de “la mili”, que era casi siempre el que salía a relucir. Lo primero que le decían era: “¡Tú que sabrás, si tú no has hecho la mil!”, y eso le fastidiaba porque era la pura realidad. Esa situación le obligaba siempre, en dichas reuniones de amigos, a cambiarse de bando uniéndose al de las mujeres. Conforme pasaba el tiempo, intervenía cada vez más en los asuntos femeninos, alejados totalmente de temas de acción y gestas heroicas de machitos. Sigue Leyendo...

ALGO TENGO QUE HACER

Arremetió contra él en un último intento. Pero las fuerzas ya lo habían abandonado y aquel tipo era un bloque de hormigón.
Zarandeó a Alex como a un sonajero y lo lanzó a un metro de distancia.
Yo, agazapado en un rincón, escondido tras las sombras, asistía impotente a la escena.

“Algo tengo que hacer”. Pensé

Como un animal alertado por el instinto, Alex se sabía camino del matadero.
– ¡SOCORRO! ¡QUÉ ALGUIEN ME AYUDE! –Chillaba con escasa fortuna tras la brutal paliza, depositado en el suelo como un trozo de carne despellejada y sangrante.
Yo estaba paralizado.
Tras un año de vernos casi a diario, entre los dos había surgido una franca amistad. Pero el miedo me atenazaba. Sigue Leyendo...

El Jardín de mi abuela

Recordando mi niñez,mi infancia, me transporto a tu jardín,donde las hadas me hacian jugar entre tus rosales ,hortencias, jazmines, malvones de un rojo brillante, imposible hoy de plasmarlo en mis pinturas ,pareciera que ese color no se podría lograr ni mezclando el mas brillante color carmín,¿porque sera?,cada vez que tomo mi paleta y quiero encontrar ese color me es imposible,parece ser que solamente tu lo tenias… querida abuela,tambien recuerdo las calas blancas,con tallos muy verdes y largos,que solamente cortabas para el jarrón de pie de madera y cristal, sabiendo que alguien vendria a visitarte,ese jarrón hoy esta conmigo, forma parte de mi casa.
Y tus consejos,tus comidas hechas con amor y aquella frase de siempre
-niña,come mucho porque te quedaras pequeña y no tires la comida-,si me vieras hoy,abuela,toda una mujer…..no me quede tan pequeña mido 1,60,pero si quedo pequeña mi fortaleza ante las adversidades de la vida,soy muy vulnerable y a pesar de querer refugiarme en tu recuerdo y el jardín siento que no me alcanza y eso me duele Sigue Leyendo...

!Al fin su voz!

Fin del Mundo: Todos bajan sin mirarse. !!No sigáis muriendo, hermanos!! grito con la voz del silencio. Pero todos siguen sus marchas aceradas. Nadie quiere saber si he sido yo, si ha sido mi voz, si ha sido otro, si ha sido la voz de otro… Todos huyen sin tener piedad de sí mismos. Veo sus espaldas, llenas de sudor, perderse en los confines del andén. ¿Que clase de muerte aman tanto?.

El maquinista hace gestos. A ella y a mí. No va a seguir manejando el tren. Es su final. Se encoge de hombros. Se aleja. Se introduce entre los raudos corredores del sanfermín social. El tren sin látigo queda. Sigue Leyendo...

Cuando llegues

Guardaré intactas las gaviotas que hoy vuelan en mis manos
para que mañana vivan en tu alma virgen de soledades.
Quizás renuncie a lo que más ame…
solo para amarte mas todavía.
No habrá sol que no lleve tu nombre,
y en el lado oscuro de la luna encontrarás tal vez una historia que contar.
Clavaré la espina de tu rosa en mi pecho
para que esquivez el desencuentro de algún amor.
Llevarás en tus ojos la pasión eterna de mi pasado
y en tu sangre la fuerza que me faltó.
En tu risa sonará el aroma de mi niñez
y serán tus pasos la continuación de los míos. Sigue Leyendo...

Preámbulo de nacimientos y epílogo de despedidas.

Piedra a piedra la noche enjuta penetra por los goznes y fecunda las raíces del silencio a la vez que el tren cabalga espacios de ilusiones que ella va tejiendo (en forma de nidal) con su mágico contacto de miradas.
– !Los pájaros se fueron a otro encinar! -dicen sus ojos.
– Porque deben encender los rosales del mañana -explican los míos.

Contemplo la cruz que prolonga la existencia en las cuatro direcciones de mi vida. En el Norte poseo una esfera terrestre que me habla de viajes. en el Sur tengo una corriente que me cubre de distancias. Al Este cuento con un horizonte pleno de equinoccios. En el Oeste me esperan magnitudes de amplitud y enseñanzas. Y, en los espacios pendientes, cada rosa de los vientos que se desprende de la rosaleda de su ser me ofrece una distancia de cercanías tan próximas que, de no existir el preámbulo de los nacimientos y el epílogo de las despedidas, serían los prolegómenos de la presencia y los anexos de lo ausente. Sigue Leyendo...