Archivo de la categoría: Poesía

Poesía

Cuerpo desahuciado

Carne quebrada ante los ojos del pueblo,
cuerpo herniado o mutilado
cuando no gris disuelto,
evaporado en la atmósfera
que debiera ser igual para todos
y no es así.

Nada en común tengo contigo,
salvo el oxígeno que respiramos y
ni aún así se siente el mismo.

Soneto de la gran ciudad.

La gran ciudad que al alba se despierta
palabras lleva en su contenido.
¿Dónde están?. ¿Dónde se han ido
los hombres de la naturaleza muerta?.

Un escritor va de puerta en puerta
buscando lo que se le ha perdido
y el niño que todavía no ha dormido
sueña que es, de verdad, poeta.

Plataforma del Sentimiento.

Efímeros sentimientos del alba
que llenan la lúdica presencia…
una esencia
de espuma marítima de nácar.

Una superior manera de entenderte
en este estar y siempre serte
fiel compañía sin ausencia…
ciencia
de estar, sueño a sueño, presente.

Purpurada el alba con memoria
es la lúcida ausencia de la muerte…
se siente
vida entera en nuestra historia.

Mira que en tu boca…

Mira que en tu boca tienes un verso desgranado
profundo de sentires y de audacia milenaria,
prímula fuente de iniciación fecunda,
lecho de vida enarbolada y en la cima
un viento lejano de soñadas tierras.
Tendida en el acento y despierta en mis sentires
enhebro en mis caricias tus primeros cielos.

Cuento

Un ratón hubo que me invitó a su casa, la puerta era pequeña, no pude pasar por más que quise, imposible entrar.
Esperé fuera él me dijo, a la espera me quedé, esperé junto al gato de la casa, al acecho el felino mirando, vigilante paciente esperando al ratón que me acababa de invitar a su casa, pero no pude pasar por la pequeña puerta.
El gato ahí fuera medio escondido esperando también al acecho estando, medio mostrándose medio dejándose ver.
En otra ocasión será pensé, veremos si se podrá que el ratón me vuelva a invitar y poder pasar, y no tener que quedarme cerca de la puerta a esperar ante la pequeña puerta para entrar. Sabiendo que el gato de la casa también querría acompañar, en lugar de irse a otro lugar a esperar. Sigue Leyendo...

Ecos de las palabras.

¡Qué presencia de tiempo sin distancias!
¡Qué dos corazones enhebrados como hiedra!
Un fulgor de llamarada en los clamores
perpetuando tanta lluvia de sentires.
Una especie de estar siempre despiertos
en esas albas donde nacen las caricias
y un piélago de palabras bellas
cruzando siempre el puente de los silencios…
¡hasta estallar en una tormenta de verbos
respirando mundos nuevos en el amanecer!

¿Por qué la Eternidad?.

Me viene a la recóndita memoria
un avión volando hacia las nubes.
Entonces subes
como si de niño subido en noria
y estuviese soñando
el minuto estrella de la gloria.

Es la luz eterna de ese mundo
en donde todo es un profundo
destello como un obús.

Volver

Volver a beber agua de la fuente de las palabras.
A sentir el aire fresco de su melodía.
A vibrar mientras te adentras en historias inventadas.

Volver al camino desandado
contemplando el bosque encantado que un día fue mi Paraiso.
Volver con la alforja llena de ilusiones, sentires y emociones.

Vorem, tu eres el papel y yo la pluma.

La vía de la simplicidad

El gato se me queda mirando, tranquilo y sereno vigilante mientras escribo este texto, el animal atento. Abre sus pequeñas fauces, bosteza, se relame, se acomoda aún más sobre el cojín, blandengue, cómodo. Por unos segundos panza arriba para ser acariciado así se acaba de posicionar, el animal sigue atento.

El gato se levanta, se arquea como el perfil de una luna media que asciende por la montaña invisible, luego baja un poco el lomo y se marcha caminando con elegancia y buena suspensión independiente en las cuatro patas, no de palo, pero sí pata de pelo; mamífero discreto, sin hacer ruido se retira a beber agua fresca del recipiente a temperatura ambiente, muy cercano bajo la ventana a la sombra el agua y su recipiente. Sigue Leyendo...

En un segundo.

Palpita, recuerdo, el río y eres antojo
dentro. Pareces naranjo de fruto mío.
Sonrío.
Una puerta blanca de aire que sorprende
al más diminuto de mis versos.
Los besos
es algo que se aprende. Y prende
como alma en el delirio.

Eso digo yo

Y por qué no escribir a estas costumbres
que me tienen resuelto,
al besarte en silencio,
a dormirme sin querer,
a treparte con los dedos cada relieve y hacerlos océanos.

A temerte despreocupada,
a joder en la mesa,
a quererte a sabiendas, de que algún día,
podría dejar de quererte.

A ciertas costumbres

Perdona

Si era por meneármela o por recordarte fumando no lo recuerdo,
pero si terrorista,
si era por mi tampoco lo recuerdo,
pero por ti, que ya cojeas con mi peso,
por ti… Perdona, ¿tu nombre?

El velero

Sobre una mesa reza una vela con una llama ofreciendo a su alrededor una pequeña, brillante, amarillenta luz a veces tímida, frágil como una mente que busca fortalecerse. Empieza a deshacerse la cera con esa pequeña y solitaria llama a esa altura cilíndrica que con cariño exploró y recorrió el artesano velero parte de la noche estando en vela.
De súbito un frenesí, ¡porque sí!, ventisca diminuta borrasca de viento viene e irrumpe en la sala, donde la vela confiada descansa eso creía descansar.
Sobre la mesa la vela, su llama luz pequeña se tambalea…; parece que pierde el equilibrio funambulesco volatín volatinero…; de un lado a otro se tambalea, oscilando, trastabillando, la llama en su pequeñez se ladea borracha sin embriaguez, serena se tambalea. Sigue Leyendo...

CURSOS PARALELOS

-Objetivo del curso
Los asistontos serán testigos del engaño

-Primer módulo (Básico)
Les damos un pedazo de cielo y que se armen un infierno a su imagen y semejanza
Les damos una lava de inframundo y que la disfruten de la mejor manera posible
Les damos vida y el poder de dar vida (a medias, un acto compartido)
Les damos hipersensibilidad pero escasa empatía
Les damos y a cambio cobramos

El peligro de escribir sin enamorarse

Perdóname por solo haber querido estar a tu lado
Con vehemencia, con deseperación, con preocupación;
Con planes sin asidero con inseguridades sin fundamento
No podía estar lejos de tu boca porque era mi fuente.

No puedo dejar de lado tu cuerpo porque ha sido mi puente
a un mundo maravilloso de néctares amargos y salados
y yo rendido pero de pie a este lado dulce de la calle
No podré olvidar ese café, ese helado, esa noche, ese beso.

Días en la ciudad

Entre tu espalda y mi cara
una fina capa de sudor.
Entre mis dedos y tu pelo,
ternura de la cara.

En la ciudad todos aferrados a un futuro,
en mi cama tu olor acariciando disimuladamente.

Y después de todo, en mis días,
caras de malos aires, de blanco roto.

De piña y coco.

Tal vez

Son días como estos, en los que en un escalón te sirve de Meca de la reflexión,
los que más me dan de comer que de sonreir.
Pero no importa, aún queda que contarnos,
que sudar, que reñir, tal vez si aquí,
donde te quedas,
te quedas sin aliento.

TIEMPO DE ESCALERA

Presiento en mi largo caminar
la brisa y el viento.
Al terminar ¿dónde está el primer escalón ?
…¡Olvidado! La canción suple su efecto sonoro
en la calidez del oro de cada hoja en su renacer.
¡Quiero ver! ¡Quiero ver!
Y la luz, atravesando el alba se asoma
sobre la paloma blanca de un destello.

Carmines

Me gustaría tomármelo en vaso corto,
sin hielos,
con fuerte un sabor amargo que escapa por los pelos;
sirenas,
jalo un poco de humo y corro para fuera,
a ver si sigues viva para calmar estos celos.

No, espera.

disuelto

me voy a baires
y no por su fama en los bailes
me voy por sus luces
pues en ellas confundo mis cruces.
y se que luego me iran tomando
de camino entre el puerto y mi barrio
asi descanso aunque vuelva agotado
dormire en la pocilga
lo que no en el hotel barato.