Todas las entradas de: Diesel

Luces de neón

Era fría la noche y todos los transeúntes caminaban demasiado ocupados en sus impertérritos pensamientos como para que aquel indiecito pequeño como un alfiler pudiese llamarles la atención. Solamente las luces de neón de un comercio de perfumería parecía saludarle a través de la bella modelo del escaparate y la sonrisa de ella, blanca como el marfil y enmarcada entre los finos trazos de unos labios de amapola, le atornillaba la conciencia en una desesperada soledad. ¿Y quién era él para poder seguir amándola bajo la niebla y el temblor de la piel?. Sigue Leyendo...

DIARIO AZUL (4) : !Vaya Lío Las Mujeres!

Quito, 25 de diciembre de 2004

Mery me espera para desayunar con pasteles, pero Mery no cumple con la cita y decido que voy a seguir con Greta. Pero más tarde. No hay por qué acelerar el Destino. Greta sabe esperar. Ahora sólo pienso en Persie, sus dolores de parto y los bebés. Y deduzco que Persie va a tener problemas cuando tenga que compartir a Bongo con Theo sabiendo, además, que Milk se ha encaprichado de Bongo y le está persiguiendo insistentemente para tener relaciones sexuales con él y que Laya está necesitando mimos y caricias porque se siente muy sola enclaustrada como está entre las nostalgias y su futuro. Sigue Leyendo...

DIARIO AZUL (3) . Unos Vienen Y Otros Van

Quito, 24 de diciembre de 2004

Me he enterado que ha muerto Payasito Vega y mi diario azul ha llenado su página de gotas de rocío y de sol celeste con el trasfondo del piano de las quiteñidades y el rumor de las ondas radiofónicas navegando con las voces quebradas por el llanto rumoroso de un gallo que canta su última melodía, Y entonces he pensado en él tomando una cocacola y fumando un lucky rojo que ha lanzado su llamarada a las esferas de la posteridad.

Evita del Vorem

Evita, hembra primaria de los paraísos voremistas de la ilusión y el designio presidido de manzanas… lanza tu primera mirada al árbol frutícola de tus expresiones y atrévete a morder ese primer destello de expresiones donde tú puedes lograr hacer que el mundo de las imaginaciones se transforme en plasma milagroso para un viajero de la clandestinidad. Y después, deshauciada de palabras y de signos, escribe a las alamedas de tu sentimiento esa frase que no te atreves a rozar y que simplemente es el primer paso que das para vivir la fiesta de todas las melodías divinas. Dios ha perdonado ya a la serpiente… Sigue Leyendo...

Reflexión de color de plata…

No es la plata del dinero entrampador la que corre por las venas de los ríos y la sal marina de las algas clorofíleas. No es la plata del poder. Lo que corre hoy, en la antesala del nacimiento de Jesús, es la plata de las alas de una paloma que, en forma de Espíritu Santo, baja a la Tierra para decirnos a todos nosotros, hombres y mujeres del planeta azul, aquello de “Gloria a Dios en las alturas y Paz en la Tierra a los hombres y mujeres de buena voluntad”. Feliz Navidad para todo el Vorem. Recordad que ahí, a vuestro lado, hay alquien que está clamando dignidad… Sigue Leyendo...

Si a veces piensas…

Si a veces piensas que soñando
te conviertes en pétalos de olvido
y te perduran las ausencias del recuerdo
vagando entre sombras y caminos…
si a veces piensas esos sueños
posiblemente te habrás ido…
y llegará el momento del retorno
entre anhelos de soles vespertinos.

Música de silencios

Dejádme entre los silencios
que esculpen mis propias sombras
donde el rumor de lo eterno
desgrana leves estrofas
más allá…
más allá de los espejos…
más allá de las esporas
que habitan entre los versos
de meses… de días… de horas
que reverberan reflejos
entre sus rimas sonoras.

Sencillamente

Yo podría enlazar en las palabras
un eslabón de larguísimas presencias
para deciros, amable y sencillamente,
que el hombre se inicia en su ausencia
y que es el silencio de la soledad
la voz que le oprime, que le inquieta,
que le hace llegar a la frontera
de su profunda tristeza.

DIARIO AZUL (1) : Primer Amor

Quito, 22 de diciembre de 2004

Hoy me he despertado con un sueño azul escondido en la transición de las nostalgias. El café humeante de la mañana me trae la sensación de saber que el día ha amanecido con el sol esplandente de las conciencias comunitariamente claras y es aquí, en esta claridad de los misterios, donde he podido aspirar el aroma de una mujer envuelta en pétalos de orquídeas. Salir a la calle, a abrazar al primer transeúnte guardián de las esperanzas nocturnas, ha supuesto para mí recuperar el sentido de esa maravillosa creación humana que llamamos concordia y después, cuando he saludado a los azucarados amigos de la cotidiana aventura de existir en el pleamar de las vivencias, he podido comprender que no hay mejor manera de comenzar el día que deseando la paz a los vecinos… Sigue Leyendo...

Camino, Verdad y Vida.

Busqué el Camino y me hablaron de Kerouac y la Janis Joplin, de Sex Pistols y otros muchos más… pero yo buscaba un camino diferente. No ese de las drogas y el estruendo decrepitador. No ese de los desenfrenos y la moribundez. Y entonces me hablaron de uns escarabajos vestidos de negro que cantaban a Lucy en el cielo con diamante. Pero no me interesó su demencia y cuando vieron que no me satisfacían los submarinos amarillos donde los sargentos consumían pimienta aderezada con ácido lisérgico de las amapolas me hablaron de otros muchos caminos como los enfermizos y pústulos de un tal Bourrowght y luego, cuando rechacé de plano las desviaciones sexuales, de otras rutas como la del bakalao que solo eran encrucijadas sin más salida que la muerte. Sigue Leyendo...

Lilo y las gaviotas…

Son marineras y todas las mañanas cuando Lilo se acerca a las cornisas del malecón de aquel pueblo impregnado de olores y sal, mientras las olas del mar azotan la playa rompiéndose en las arísticas piedras del muro de contención, ellas llegan para escoltar a las barcas de los pescadores y poder comer los pescados que éstos arrojan al mar. Y están también los otros. Los de la caña y el sedal -ajenos a la voluntad de las gaviotas- intentando capturar “tiburones” en forma de atunes, carpas y congrios; pasando sus vidas entre anzuelos y carretes mientras Lilo abandona sus abigarrados pensamientos y se sienta sobre la roca para descansar envuelto en las blancas presencias de las gaviotas. En esfecto, es Lilo contemplando las vaporosas nubes que impregnan, de blanca sensación, la llegada de ellas. Sigue Leyendo...

Jiménez

Jiménez es vago. Muy vago. Lo que más le gusta a Jiménez es ver pasar la vida por delante de sus ojos y, cuando llega la noche, oir entonar hermosos conciertos a los lunáticos grillos de su pensamiento.

Jiménez es tan vago como el tiempo de ociole permite; pero Jiménez es vendedor de libros a comisión y todas las mañanas, con los tambores del amanecer en sus ojos, el inhumano despertar le toca la diana de la rutina. Y entonces el hermoso concierto de los lunáticos grillos se torna pesadilla. Una pesadilla que se enrosca en su cerebro convirtiéndole en esclavo de esa humanidad que deambula por las calles cuando el sol, la lluvia o el viento, convierten cada día en una galera repleta de soledades: las soledades que Jiménez transporta dentro de su portafolios. Es como si cada uno de sus catálogos fuese un rival de su felicidad. Sigue Leyendo...

Hoy estoy presente (para Carlos Sanz)

Hoy estoy presente en las áreas de la niebla y los recuerdos del Museo del Prado me llegan al centro de mi sensación. ¿Qué era lo más importante de entonces?. Ligar con la presencia de todas las mariposas amarillas de Gauguin no era un imposible pero resultaba mejor empatar con las tormentas azules de los ojos negros… quizás con los rayos suntuosos de las veladas nocturnas de alguna circunstancia surgida entre los cuadros del impresionismo o, por qué no, la clásica silueta de una dama surgiendo de entre las tinieblas de Zurbarán. Y por las calles adornadas de farolas los paseos se hacían más interminables que nunca cuando llevábamos, colgadas del brazo de las ilusiones, un rostro de bailarina pegado al corazón. Posiblemente la niebla no dejase descubrir todos los contornos pero el Mueso del Prado era la inevitable sensación de que habíamos introducido en el abismo de la pintura una figura de mujer alada por las musas del artista. Y los artistas eramos nosotros dos diluyéndonos en las alamedas de la noche… Sigue Leyendo...

El tesoro

Ayer encontré un tesoro envuelto en papel plástico de ceofán: un par de lágrimas brillantes con una tarjeta navideña señalando una dirección: Valle del Llanto por tu Ausencia. Y decidí que desde entonces yo ya no me alejaría nuna más de tí, pequeña hora de silencio transmutada en pena de dolor. Me prometí que ya nunca más dejaría que las lágrimas recorrieran tu rostro, tomé la bolsa de plástico, saqué las dos lágrimas frescas… y las deposité dentro de mi corazón. Desde entonces siento más cercana tu presencia y ahora tengo el calor de tu llanto convertido en dos pétalos de rosas rojas. Ahora sé que la Navidad se acerca más ligera que nunca y que entonces, en esa fecha, sacaré a la superficie esos tus dos pétalos de rosas para convertirlos en sensación. Te amo, pequeña hora de silencio… Sigue Leyendo...

Un día cualquiera

Tomamos café por la mañana pensando en los viejos fantasmas del ayer pero más allá de las postrimerías de cada inicio se encuentra la reformulación de los nuevos encuentros… encuentros con las sinfonías de un futuro que se expande con las volutas humeantes de nuestro quehacer diario. Café de inicios que rueda por las aristas de nuestras sensaciones y abre espacios nuevos a las ristras de edades por vivir. Tenemos un suspiro en este día cualquiera de nuestras existencias y vemos que, adornándonos la esencial presencia de cada misterio, hoy es un pasatiempo más ajeno que tenemos que sentir. Y en cada sorbo que tomamos se nos abre un futuro de esperanzas que ya está rayando la barrera de lo insostenible. Así que, aislados de un presente sin materia, creamos una existencia de verdades colgadas en los sueños de cada uno de nosotros. Y seguimos sorbiendo tramos de existencia sin dejar de pensar en lo inaudito de cada uno de los segundos en que, sentados ante la máquina, nos convertimos en verdaderamente humanos. Sigue Leyendo...

La última frontera

Estamos solos. Es hermoso que el tren corra, definitivamente liberado, hacia esa ilusión que pervive entre las algas asustadas por tanta y tan desesperada espera. Es hermoso entrar, desapercibido por los demás, en el envoltorio “azul-verdad” de las mayeúticas y socráticas preguntas.