Dormido. Te escucho en el silencio y escucho la voz de la felicidad.
Koan de un sueño © Onlythebestones 2007
Reflexiones
Acabo de llegar a casa y, al poner el telediario, me entero de que ha fallecido Fernando Fernán Gómez esta tarde en el Hospital de la Paz, donde hace poco había sido ingresado.
Con su marcha la Escena española pierde una gran figura, una figura entrañable con la que muchos hemos ido creciendo y madurando.
Sólo le vi en persona una vez, al entrar con mi marido hace bastante años en una cafetería del centro de Madrid. Me lo encontré prácticamente de cara y recuerdo que nos miramos directamente a los ojos, con una mirada larga en la que creo que hubo un intercambio de piropos. Los que yo le dedicaba a él tenían más fundamento que los suyos, porque él quizá pensó que yo era una chica maja, pero yo pensé que él era un genio.
¡Eh, tú! ¿Qué tal va por la ciudad?
Tirando largo el hilo del cometa y caminando
Sobre los mismos pasos del poeta.
Entierra ya hoy, en arenas penetrantes, tu maldad…
Deja de perseguir las corrientes pasajeras, escapa,
Huye por las interminables escaleras hacia las alturas.
Por los huecos más recónditos de cerraduras abiertas.
En las puertas de llaves con ojos de misterio, atrás queda
La celda, fuera del adentro. Caen gotas, escuchas las
Primeras voces del miedo, te refugias en tus viejas botas.
Vives como en jaula de oro, no existe mapa del tesoro.
No soy de aquellos, ni de lejos, que acostumbrado a las martinlangas Populistas que explotan algunos políticos con vista a las esperadas elecciones no me extraño ya al ver cómo un público ensordece con aplausos declaraciones de alguno de ellos aún no entiendo muchas de las intenciones (y palabras) que sueltan. La cosa ya paso a otra muy distinta… ¿soy el único, loco acaso, que se harta de ver como un casi-presidente-del-gobierno llamado Mariano Rajoy no hace más que culpar al PSOE y especialmente a Zapatero de todo lo que pasa en este país? ¿Soy el único que piensa que de no estar en el parlamento, este hombre no tendría más voz ni voto que cualquier otra persona, que parece un niño chico al que le han robado un caramelo y por algún motivo de celos hacía su contricante le acusa años y años de todo lo que malo que pase?
Miro por la ventana y observo el reloj del tiempo, manoseando, a esos seres diminutos que circulan sin ser ellos mismos, in encontrados, descarriados, cruzando calles que no llevan a ninguna parte…ansiosos por dar una razón, un juicio a su subsistencia in albis.
Paseo mi retiro por las arterias de una metrópoli preñada de soledades… con el anhelo espiritual no satisfecho, me siento en el banco de los interrogantes.
Comienzo un nuevo año. ¿Turno de reflexión, cambios, metas…?
Salgo del sepelio, me percato de lo poco que conozco la postrera temporada.
Aquí me tenéis, con unos grados febriles, intentando sobrellevar la tos que se desata cada vez que respiro.
En el pensamiento me pierdo…
Me noto lejos de mí…. muy lejos….
Vuelvo a mí…
veo las palmeras que se mecen con la brisa…
La brisa se lleva los olores… las sensaciones
Los sufrimientos… la esperanza…..
Todo queda tan lejos que ha veces pienso que fue un sueño….
Sólo me queda un billete de avión …..que ya no vuela….….
Una caña de pescar… sueños….
Una cámara que se olvidó de las imágenes….. de las sonrisas…
Solamente quedan recuerdos……
Miro al cielo azul y veo las palmeras que se mecen con la brisa……
Hace unos meses asistí a una conferencia de una famosa doctora, directora de la Unidad del Dolor de un prestigioso sanatorio. Comenzó la conferencia enumerando los diferentes dolores y pidiendo a los asistentes que levantaran la mano cuando se nombrara el tipo de dolor que padecían. Cuál no sería mi sorpresa al ver que quienes más levantaban la mano en todas las ocasiones eran los jovencísimos. La doctora recomendaba, para la prevención de malestares del cuerpo y de la psique, echar mano del sexo y de la risa. Este segundo remedio es el que más difícil veo de conseguir, hoy por hoy.
Oh ! je voudrais tant que tu te souviennes
Des jours heureux où nous étions amis.
En ce temps-là la vie était plus belle,
Et le soleil plus brûlant qu’aujourd’hui.
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle.
Tu vois, je n’ai pas oublié…
En el parque hay viento pero brilla el sol, un sol que quizá sea más tibio de lo que solía serlo a estas alturas del año.
No se puede vivir con miedo. Cómo cuando se tiene ese miedo a pensar que puedes caer y al final te caes, o cuando tienes ese miedo a no ganar sin haber arriesgado y ese mismo miedo de tenerlo todo y perderlo algún día. La vida, es mucho más que una película de terror. Cada día que vivimos, son escenas que nosotros mismos vamos creando. Le damos ese toque de suspense cuando se nos presenta algo inesperado que tenemos que descubrir, sin saber que es lo que nos espera detrás. Es también, la tragicomedia cuando se llora si las cosas que queríamos terminan por torcerse y nos invade de tristeza, pero es la alegría y la sonrisa cuando los sueños e ilusiones vuelven a llamar a nuestra puerta. Las escenas son cada camino que a lo largo de este tiempo hemos ido pisando. A veces unos cuestan más que otros recorrerlos, y no por eso, dejamos de andar. El miedo quizás, termine perdiéndose en uno de ellos.
Desde aquí escribo… desde donde el sueño se convierte en promesa que llega de la conciencia de saber que el alma de las musas se hace infinita entre las sombras. Queriendo buscar más allá de la utopía es lógico que la persona traicione a su propio tiempo real y se envuelva en la madeja laberíntica para desembocar en la ficción heredada de participaciones anteriores. Y que bajo los poderes de todos los sentidos, en cada momento de plenitud de nuestra esperanza, hay una descarga larga de posiciones vitales para los humanos. Hacia dónde va el sentir solo es meditación a nuestro alcance… tal vez siempre un ensanchamiento de nuestro sueño.
El camino del auto-conocimiento suele estar erizado de dificultades. En primer lugar, hay muchas personas que, considerándose a sí mismas plenamente realizadas y llenas de sanas intenciones, obvian todo lo posible el bucear en su interior.
Es hasta cierto punto lógico. Lo que debería ser algo a lo que nos acostumbraran desde niños, algo sobre cuya pista nos pusieran nuestros mayores o maestros es, deliberadamente o no, ignorado por la inmensa mayoría de la sociedad.
Como primer paso hacia nuestra propia evolución, hay que meditar sobre nuestras acciones y así veremos que somos los primeros sorprendidos con los resultados que dichas acciones obtienen, si logramos verlas “desde fuera” de nuestras motivaciones.
El pasado se ensombrece en vagas y lentas palabras,
que breves son en la memoria caduca de este hoy que será
el mañana.
Y sus voces se acallan en una guerra por seguir
viviendo en la prosperidad de los recuerdos, mas solo
las fuertes sobrevivirán al después, hasta que cuerpo y
mente pierdan su fuerza en el suspiro.
Y el pasado se ensombrece,
y las voces se acallan.
Estoy cambiando, me anuncia, y aunque no me agradan esos cambios, asiento… que deje de ser como es, como siempre le he conocido, no me entusiasma precisamente. Le miro, y comprendo que es la hora de despedirme de la personalidad cuyas particularidades siempre he admirado. Los vientos cambian, las reglas no son eternas, todo evoluciona. Y me pregunto si me gustará o no la persona que se queda, la que es mas obsesión en sus propias pasiones, la que se sabe admirada, lejana e inalcanzable, la que es talento, la que resplandece.
Y al final lo confieso: No quiero, no deseo la opción de aceptarle o rechazarle, sencillamente me adapto, me ajusto, me reordeno, igual soy cambio. Evoluciono.
Cierra los ojos, imagina que eres la persona que de niño querías ser
Volando sobre mares de aceptacion
Relajado sobre nubes de conciencia
Sobre algun valle extranjero, sin conocimientos de una cultura perdida…
Amigo, tu; compañero de la soledad que dia a dia nos hizo mas fuertes:
Descubre ahora lo que nunca pudo ser…
Abre los ojos. ¿Recuerdas cuando fue que descubriste en el espejo en que te habías convertido?
¿Fue acaso cuando rompiste aquella frontera de las mil apariencias?
¿O cuando acuchillaste el destino que tu siempre habias negado?
El autobus empantanado en un taco de verano. Pocos pasajeros. Un payaso sudado repite los chistes de diez veranos atrás. Pocos prestan atención. Nadie ríe. Interrumpe el sonido de un celular. Algunos revisan sus ropas, sus carteras. Pero el llamado escapa de uno de los coloridos bolsillos del payaso. Coge el Teléfono. Alcanza a pronunciar dos o tres palabras. Se deja caer en un asiento vacío. Algunos se vuelven en sus asientos al oír sus sollozos. Entre lágrimas, su cara se deshace entre blanco, mentira, noche, sangre, sudor, hueso y carne. Y todos buscamos una moneda para pagar semejante espectáculo.
Desde el primer momento en que llego me doy cuenta.
Aún no he subido el último peldaño y tengo la sensación.
Hipocresía.
Estación de tren. Siempre Renfe.
¿Seguridad? Nunca.
¿Hoy? Seguridad.
No de sentirte más seguro o menos que el resto de los días.
Un señor medio trajeado anda por aquí, a su alrededor cinco trajeados.
Dos son guardias de seguridad. Nunca llevan guantes, a veces nisiquiera pantalón del uniforme. Hoy van bien equipados.
Fue hace unos días, una cita nada más porque si, fijamos la fecha, la hora y listo, irrumpimos en nuestro propio mundo… tu risa y mi risa, tus manos virtuosas y mis ademanes inquietos, las palabras escapando de tus labios… y de mis labios… cambiaste tu mirada por la mía y me quedé con esos ojos infinitos. No nos hemos vuelto a ver desde entonces, y no dejo de repetirme: vuelve ya, aparece de entre tus asuntos, vuelve ya, que necesito hablar de cuanto nos pasó en aquel momento, vuelve ya, que se dan a la fuga los recuerdos, los colores se desvanecen… vuelve ya, que la magia se me escapa, que la vida se me va
La vida de los seres humanos es un suceso temporal de carácter complejo. En el trayecto de la vida de un ser humano hasta su muerte (en los casos en que cumplen todas sus etapas) hay un reloj “biológico” temporal que va marcando las etapas en ese aspecto. Para mi pueden dividirse, sintetizando todo lo posible, en tres grandes etapas y cada una de estas tres conlleva a su vez dos subetapas. Las tres etapas grandes son el Crecimiento, el Desarrollo y la Decadencia. El Crecimiento se subdivide a su vez en dos pequeñas etapas: la Infancia (0-15 años) y la Juventud (16-30). El desarrollo se subdivide en la Madurez (31-45 años) y el Apogeo (46-60). La decadencia, por tanto, se subdivide en Vejez (61-75) y Ancianidad (76-fin de la vida).
No acierta el universo a dar medida de su asombro,
y la vanidad de los hombres es su ilimitado afán.
Aprendamos de la hoja, de su tiempo medido,
del sonoro momento en que desciende
y ahora es suelo.
En ese levedad persiste la nostalgia y el silencio,
las ventanas cerradas, los balcones quietos
y la luz penumbral.
Hay vidas que se unen en sonoridad constante
y el equilibrio se ejecuta desde el vértigo.
¡Nos duele vivir en la clara consciencia del tiempo medido!