Archivo de la categoría: Relatos

Relatos

Cicatrices del alma C. 6 El colegio

El comedor mediría unos ciento cincuenta metros, componiéndose todo su mobiliario de bancos de madera que hacían de silla y mesa, pues cuando teníamos que comer lo hacíamos de rodillas y utilizábamos el banco como mesa.

En una de las paredes había tres piletas con sus correspondientes grifos para poder beber agua cada vez que tuviéramos sed. Eso era todo.

El dormitorio mediría unos doscientos metros y en cuyas paredes se alineaban las camas empotradas en la pared. De día permanecían colgadas sobre la pared y de noche cuando nos íbamos a dormir las descolgábamos para que quedaran horizontalmente con las dos patas traseras apoyadas en el suelo. Sigue Leyendo...

Maldito horario Bohemio

Las 3:05am me avisa a alaridos el reloj. De nuevo, harto de no tener noches tranquilas o normales escribo; mis ojos ya quieren cerrarse. Escribo ahora que vengo de mi trabajo, en el bar. Es amanecer Jueves y la felicidad que ahora siento es nada más que por lo que tomé antes de llegar a casa. Estoy hostinado de este maldito horario, lo peor no es que llegué a esta hora a descansar… lo peor es que sé que mañana será igual, también el sábado lo será. ¡Que desgracia la mía saber que no puedo cambiar aunque quiera!, sí, es una desgracia mi condición, mas los hay otros en más difícil, por eso albergo tolerancia en el calor de mi habitación, en donde solo descargo mi descontento de éste, mi maldito horario. Siempre lo mismo, y en un bar la hipocresía, (a veces) llega a ser necesidad. Diablos, odio la hipocresía. Un saludo de mano, un abrazo, una chica te guiña un ojo, su novio te mata con la mirada, un vaso se quiebra a lo lejos y detrás tuyo otra cerveza es servida, el olor de ajo desde la cocina de abre el apetito, pero te niegas a la necesidad de comer por ofrecer siempre un buen servicio. El buen servicio siempre es vital… Sigue Leyendo...

No fue un mal sueño

Me desperté bañada en sudor y lágrimas,encendí la luz de un sobresalto al sentir una caricia en el brazo pero sólo había sido la cortina empujada por el viento.Me levanté y mientas cruzaba el pasillo sólo escuchaba el agitado latido de mi corazón que parecía haberse instalado en mi sien.Tras recorrer todas las habitaciones abrí la puerta de la cocina y un chirrido anunció mi entrada,me senté en el taburete en frente del microondas mientras observaba fijamente como éste se marcaba un vals con mi taza de café,encendí un cigarrillo y lloré, lloré como nunca antes me había permitido hacerlo.Realmente se había marchado; no había sido un mal sueño… Sigue Leyendo...

Los flechazos de Arturo

Todavía seguía sin poderlo aceptar. Sí. Tenía ya 55 años largamente cumplidos y se había enamorado como un quinceañero de una jovencita de 20. Todo eso era verdad. Pero también era verdad que su amor era profundo y que por primera vez, en su larga vida, él creía haber encontrado la felicidad. Sentía mariposas en su estómago. En definitiva, se había enamorado por un flechazo de Cupido. Y por eso, simplemente por eso, todos le estaban tachando de hombre inmaduro, hombre incompleto, hombre infantil… ¿y qué más?… No. No estaba de acuerdo. No lo aceptaba. Él tenía derecho a ser feliz por primera vez en su vida y dejar de ser el solterón al que los demás le habían condenado. Sigue Leyendo...

Quedaré solo

La vida me ha enseñado que tengo que decidir y tomar decisiones dependiendo de lo que esté viviendo, no puedo decidir con base a lo que le haya pasado a un amigo o familiar, he aprendido que aunque sea similar la circunstancia no es lo mismo porque son incomparables personas, incomparables pensamiento, incomparables épocas pero sobre todo incomparables sentimientos.
Si su amigo se equivoca no significa que usted se vaya a equivocar, talvez para el es mejor así pero a usted si le puede funcionar reitero en que son incomparables personas, incomparables pensamiento, incomparables épocas pero sobre todo incomparables sentimientos. Sigue Leyendo...

….

Se me ha marcado la frase de una cancion en la que invita a dejarlo todo por un sueño, y la escucho desde mi encierro en el trabajo, en mis 12 horas mal pagadas y casi sin escapatoria, me gustaría ser el chico que lo canta, poder dejarlo todo, el bar, el piso, los recuerdos,todo, pero no puedo, mi mente no fue esculpida para eso,no. Quiero escapar pero mi palabra vale más que mi libertad, es demasiado difícil pero muy sencillo a la vez. Estoy atrapado, en un trabajo sin futuro y en una ciudad que no soporto, quiero huir, quiero salir de aquí, pero mi palabra me lo impide, por qué? Por qué la palabra de una persona tiene tanto valor? ¿Por qué no tiene más valor mi libertad, mi felicidad? Sigue Leyendo...

tengo que marcharme

El Sol proyectaba con cansancio sus últimos rayos.
El mar,en calma,reflejaba los tenues rayos como para ayudar al viejo astro a terminar la jornada.
La brisa paseaba por su pelo haciendome más perceptible su delicioso aroma.
-Tengo que marcharme-me dijo mirándome con unos ojos más brillantes que nunca anegados quizá por la tristeza.
Lo entendí todo,le tomé el rostro con ambas manos e intenté tatuar en mi retina su imagen.
Se marchó y yo quedé allí inmóvil ante el horizonte que ahora había adquirido un tono púrpura.
Siempre había deseado enamorarme y ahora maldecía en silencio y con la cara empapada haber conseguido mi sueño.
Me descubrió la luna sentada en la playa solitaria llorando amargamete y maldiciendo mi destino…
Me levanté torpemente, mis piernas se habían dormido y tenía mucho frío ahora que había despertado de mi letargo, me fuí a casa, contenta,alegre,quizá simplemente había sido un mal sueño. Sigue Leyendo...

Gracias

Sólo quiero aprovechar estas líneas para agrader a todos aquellos que han supuesto algo para mi en la vida. Querría empezar por aquel que un día me tenía en sus brazos, que me hizo creer en él y que al poco tiempo me abandonó, pienso sinceramente que algo tiene que ver; quería seguir por todos aquellos que un día me dieron la espalda por ser “simplemente” el nuevo o por decir lo que pienso, la libertad de expresión siempre se verá condicionada por las mentes retrógradas que basan los hechos en su verdad.
Los agradecimientos no paran, ya que no me quiero olvidar de aquella que me dejó tirado y sólo en una ciudad desconocida cuando más la necesitaba, a mis “amigos” que me dieron de lado sólo por no dar su opinión, a esos mismos “amigos” que siempre ponen buena cara cuando me ven mientras están deseando irse, si a ellos también. Sigue Leyendo...

Ella cierra los ojos…

Ella cierra los ojos y deja sus labios entreabiertos. Mis dedos, ya sin temor alguno, juegan a ser pinceles a lo largo de su cuerpo. Después me entretengo en dibujar en su bello rostro figuras que van tomando vida como movidas por el soplo de Dios: una sirenita azulada, un barco de vela de color añil, una luna negra, estrellas multicolores, dos gaviotas blancas como la luz del alborear, un corazón del color trigueño del maíz… Se oye la lejana voz del viento.

Amarla no es sólo poesía. También es deseo de ver cómo se calienta bajo el tacto de mis sentimientos. Es hacerla viajar por países tan imaginarios que no duerme dos veces en el mismo lugar. Amarla es no tener conciencia de dimensión alguna ni de sentido concreto a la hora de dibujar sobre todo su cuerpo sueños convertidos en pájaros errantes a través de las yemas de mis dedos. Quizás amarla sea también hacer que su sensualidad se convierta en un sencillo diálogo entre mis preguntas y sus disposiciones para abrasarse en el fuego de mi ansiedad. Sigue Leyendo...

Enredos

Como todos los días al levantarme me apresuré a hacer el café, mis prisas no eran por el café en sí , tampoco porque el tiempo me acuciara, ni mucho menos porque algo bueno me esperara; simplemente necesitaba tomar mi tranquimacín.

Los enredos en mi vida y sobre todo los acontecimientos del último año, me habían desbordado; la ansiedad era mi compañera diaria, las aerofobias cultivaban mis miedos y dejaban al descubierto mi cobardía y mi debilidad; me aterraba salir de casa , a veces incluso me era imposible levantarme del sofá..

Alicia

Abrí la puerta del coche, me senté, coloqué con cuidado las llaves de casa en la guantera, me acoplé el cinturón de seguridad; con delicadeza me puse las gafas de sol, escogí un Cd de los Rolling Stones. Empezó a sonar “Angie” y arranqué el vehículo.

Me encontraba gratamente nervioso, placenteramente inquieto, una feliz nostalgia atrapaba con rabia mi alma. ¿Qué aspecto tendría Alicia después de 30 años?

Ella fue el amor adolescente. Empezamos a salir en el año 1975, apenas teníamos 16 años, yo estaba en COU y ella estudiaba secretariado en la academia Cots. Sigue Leyendo...

El fin

Al abrir los ojos me doy cuenta de que no estoy en mi casa .La cabeza me da vueltas, la boca no la puedo abrir, una terrible sequedad la mantiene pegada, soy incapaz de recordar lo que ocurrió la noche anterior; la conciencia me muerde cruelmente. Mi ropa está tirada en el suelo, sólo la corbata estaba colgada en una vieja percha. A mi lado no hay nadie, no escucho ningún ruido. No quiero levantarme, antes tengo que pensar en la noche anterior y sobre todo en María José, ¡Cuántas veces le prometí que iba a cambiar! .

Iba recordando lo sucedido, el Púb., las cervezas, la rubia excitante, ….. Me visto, el pantalón de franela está completamente arrugado; dos manchas en mi elegante camisa azul reflejaban con exactitud mi libertino comportamiento nocturno. Sigue Leyendo...

Cicatrices del alma. C. 4. Nuestro Viaje a Valencia. 1942

El motivo de este cambio tan negativo y tan drástico para nosotros, nos lo causó un malvado sin corazón y sin escrúpulos que vino de no sé qué lugar y supo convencer a mi madre para unirse a ella en pareja.

Este mal nacido, aprovechándose de la ignorancia de mi madre y de su buena fe, la engañó miserablemente prometiéndole felicidad y un bienestar para todos nosotros si se unía a él en pareja. La presionó para que vendiera todo cuanto tenía, pues según él ya no nos haría falta, nos iríamos a vivir a Valencia. Allí disponía de una casa y podríamos vivir juntos holgadamente ya que su situación económica se lo permitía. Sigue Leyendo...

retratos de la muerte

una voz,
una muerte diciendo verdades,
cajon de despojo, desechos y cartas sin mandar
sentimientos perdidos en el olvido,
marcas invorrables en mi ser,
y tristezas trazadas en mi corazon,
ANUNCIA MI ALMA, !LA MUERTE ESTA CERCA¡
Y TIENE HAMBRE DE MUERTE,
TIENE SED DE DEGOLLADOS CORAZONES,
y pensamiento de israeli sucicida.

Cicatrices del alma. 3, La Vuelta de Mi Madre.1940

La Vuelta de Mi Madre
Y la Muerte de Mi Padre.1940

Un día que nos encontrábamos almorzando en la casa del abuelo fuimos interrumpidos por la visita de una mujer toda vestida de negro.

Esta mujer, como más tarde sabría era mi madre, quien al verme muy escurridizo respecto a ella se dirigió hacia mí con la intención de darme un beso, pero ya no la reconocía y huí de ella refugiándome en las faldas de mi abuela, ya que la separación entre ambos dio lugar a que creyera que ésta era mi madre.

Cicatrices del alma. Capitulo. 2. Mi nacimiento. 1937

Mi Nacimiento y el Accidente de mi Padre.1937

Así eran las cosas cuando abrí los ojos por primera vez, ocupando el cuarto lugar, el de varón (las otras tres eran niñas: Isabel, María Dolores y Rosa).

Mis hermanas, a las que quiero y adoro con todo mi corazón, se convirtieron en mis protectoras, renunciando en mi favor incluso a lo más elemental para su subsistencia y de esta manera evitando que en parte yo careciera de ello.

Mi madre fue una mujer excepcional. Gracias a su sacrificio y a su fortaleza impidió que en aquellos años de hambre sus hijos llegáramos a perecer. No le importó exponer su propia vida por nosotros. Sigue Leyendo...

MIÉNTEME

Lo estuve pensando un ratito y decidí dirigirme hacia el despacho de Alejandro y aporrear suavemente la puerta con los nudillos de la mano, sobre todo porque la mañana se me echaba encima y de aquel despacho no salía ni cristo. Hice dos pum pum en la puerta y al cabo de unos segundos escuché su voz como entrecortada, que me invitaba a pasar. Me llamó tanto la atención aquel tono, que no sé por qué, pero lo imaginé transportando una caja llena de expedientes de un lugar a otro, o haciendo algo que requiriese cierto esfuerzo. Abrí la puerta. Sí, la abrí porque si no no hubiera visto lo que ví Sigue Leyendo...

SÉPTIMA HORA

Deberías verme hoy aquí sondeando la madrugada con ojos de lechuza que apenas distinguen. En este mi refugio, en mi claustro la atmósfera se torna densa con sólo recordarte. ¿Sabes que sucede a menudo, que se ha vuelto una constante? Ah, esta absurda melancolía, evocando recuerdos lejanos que no hacen más que acentuar mi malestar. Yo no debería estar aquí solo escribiendo tonterías, reviviendo momentos y refiriendo las crónicas de un pasado lleno de tormento.

Nuestra historia es la más triste y corta que se pueda contar, con ella demostramos, tú, noble mujer; yo, simple hombre; que unas cuantas horas bastan para perpetuar en la memoria de los enamorados, para fijar en la mente un suceso tan extraordinario. Tuvimos desde el primer momento, en aquél coincidir de nuestras sendas un poco del favor de los diioses y contábamos, además, con el beneficio de ser reconocibles el uno al otro. En tu frente llevabas la marca y pude reconocerla. (Y era aquella señal, la misma del sueño). Sigue Leyendo...

Cicatrices del alma. Capitulo. 1

Quiero dedicar estas memorias a las personas que me ayudaron tanto en esta aventura que es la vida, en general a gran parte de mi familia y a la de mi mujer.

Y en particular a mi padre, al que casi no tuve el gusto de conocer. A mi madre, Isabel, y a mis hermanas, Isabel, Rosa y María Dolores, que tanto me ampararon en la niñez. Y, como no, a mi hermano Domingo.

A mis hijos Isabel, Paquita, Juan José, Jorge, Alex, Raquel y Noemí. A mis nietos, sobretodo a Tamara. Y a tantas personas que bien auxiliándome o favoreciéndome, colaboraron a hacer mi existencia algo más fácil. Sigue Leyendo...

compartir con las puestas de sol

una vez me dispuse al leer el libro que mas me a marcado mi vida, no se por que, “EL PRINCIPITO” y hay una parte que dice,
“”me gusta ver las puestas de sol, una vez vi 43 puestas de sol, pero sabes, añadio, cuando uno esta triste le gusta ver las puestas de sol,
alguien pregunto, el dia que las viste 43 veces estabas muy triste, ¿verdad?
y el principito quedo en silencio y perplejo, asi comprendi su pequeño mundo, y su tanta melancolia, solo queria compañia.””
esto nos pasa a muchos, y por eso lo quize compartir, el que tiene la posibilidad de leerlo lealo, es da saint expery, y lo comparto para la gente a la que le pasa esto, no estan tan solos, hay alguien que esta como ustedes. Sigue Leyendo...

El último millonario de la Tierra

Lo primero que Tomás descubrió al abrir los ojos fue un profundo silencio. Algo verdaderamente inesperado para él. La penumbra era total en la alcoba y sintió una especie de congoja interna que no sabía, amodorrado como estaba, a qué achacar. Alargó el brazo para tocar el cuerpo de ella, pero no encontró más que un vacío. Repentinamente asustado comenzó a tantear sobre las sábanas. No. María no estaba allí, dormida a su lado como siempre… así que, todavía con los ojos dolidos por la oscuridad, encendió la lucecita de la mesita de noche. Eran las dos y media. ¿Las dos y media de la madrugada y María no estaba allí, dormida a su lado como siempre…?. Se levantó más asustado todavía y dando un bote en la cama. Se acercó a la ventana, descorrió el visillo y levantó la persiana. La luz cegadora del sol le hizo cerrar brevemente los ojos. Se los frotó. ¡Eran las dos y media de la tarde!. Había dormido durante diecinueve horas exactamente. Sigue Leyendo...

Fotos

En una tormentosa noche de verano vuelvo a casa, como siempre, destrozado de la exigente jornada del día y aún con más ganas de huir y de dejarlo todo que nunca, no sé lo que me aferra a esta cuidad, nunca me gustó, pero algo me hace saber por qué.
Enciendo como todas las noches el ordenador, buscando en internet el único contacto humano que a estas horas una persona solitaria pueda tener, pero esta vez no entro en ningún chat, no leo ningún foro, ni siquiera miro el correo electrónico, esperando noticias, que sé que no llegarán, hoy me siento atraído por la dichosa y malvada curiosidad que la mente a veces tiene, abro una carpeta en la que claramente escribí no, con letras mayúsculas, hace algún tiempo, como intentando esconder los sentimientos que jamás quise olvidar. y allí está ella, mi motivo para permanecer en la peor ciudad del mundo, la causa y efecto de todos y cada uno de mis problemas, está abrazada y sonriente a aquel usaba mi cuerpo y mi mente pero que claramente no soy yo, ambos se rien de mí y de mi situación, aquella que presumía de los logros de otros, aquel que consideraba que tenía todo lo que había querido en esta vida, esos dos se carcajean ahora desde el pasado de mi y de mi futuro, como en un macabro viaje en el tiempo en el que todo es cíclico, sabes que volverás a encontrar a alguien, que tu sonrisa saldrá mañana, pero ya ha pasado un año de eso y todavía no amanece Sigue Leyendo...

IMAGINACIÓN

I
Ya no cabía duda ni lugar a especulaciones, de que él no la deseaba. Ella llevaba años en silencio y justificando su desgana con cualquier tipo de excusa, que, aunque ninguna de ellas evidenciaran una razón para tan desmedida desidia , al menos, le servían para conseguir conciliar el sueño y no darle más vueltas al asunto.

Agónica Abstracción

Aquel domingo Damián salió de la cárcel; había esperado con impaciencia la llegada de este día, una sóla idea le obsesionaba: ir en mi busca y liquidarme. Yo conocía de su determinación, no en vano cumplió condena después de asesinar con saña a un colombiano por asuntos de drogas.

Me habían informado de su libertad el día anterior, era consciente de que no se detendría ante nada, el pánico se apoderó de mi voluntad; estaba realmente asustado. ¿Qué hacer?. Él sabía donde encontrarme y tarde o temprano lo haría. Con angustia y nerviosismo llené apresuradamente y con desorden la maleta y me dirigí a la estación de metro más cercana; mi intención era llegar al aeropuerto. Sigue Leyendo...

Dulce Tortura

Estaba frente a ella. Mis ojos buscaban los suyos con la esperanza de leer su alma, pero cuando los encontraba, los míos huían. El lenguaje del silencio. Dulce, dulce espera y agonía, que me hiela y adormece, para así no poder meditar lo que en un futuro vendrá. El frío torturaba mi cuerpo, el cual hacía un esfuerzo sobrehumano para que no pudiera sentirlo. Luces, luces que viajaban a una velocidad, que se difundían en el espacio y vagaban tristes por el camino, que bailaban el suave canto de la monotonía. Personas, que cada vez más invisibles, que cada vez me importaban menos, pues yo era una de ellas. Inmóviles, el reflejo de un instante que los dos construimos. Palabras de amor que no eran mencionadas. Sigue Leyendo...

El extraño Nacho

Se acababa de incorporar. Nacho vino de Madrid, mi nuevo compañero de trabajo tenía apenas treinta y cinco años y un aspecto pasable, el pelo corto, los ojos pequeños, aunque la cabeza era grande y redonda. Por lo general parecía un personaje simpático y extrovertido, quizá algo vehemente en sus opiniones pero no más que la mayoría.

Al cabo de un tiempo no tardé en darme cuenta de que estaba ante un tipo peculiar.

Bajo los impuslos

Manuel recordaba con confusa nostalgia los tiempos en que ejercía de profesor de instituto, su existencia por aquel entonces era serena y plácida. En su casa, todas las tardes y hasta la llegada del cálido atardecer, preparaba con minuciosidad las materias de clase para el día siguiente; después, se dirigía al paseo de la pequeña ciudad costera y permanecía sentado en uno de sus bancos observando el ir y venir de la gente; de vez en cuando, algún conocido se paraba y departía algunos minutos con él; aquella rambla siempre le había gustado, los cercados parterres estaban muy bien cuidados y los tilos, con sus amplias copas, parecían aislar el paseo del resto de la ciudad. Los fines de semana los ocupaba en pequeñas reparaciones de la casa y en buscar un lugar cómodo y tranquilo en el acantilado donde poder pescar con su vieja caña. Sigue Leyendo...

No creo que sea posible…

Había cogido un precioso cuento. Era su favorito. La historia era perfecta y los dibujos eran bellísimos. Pero…algo raro le pasaba: le faltaba una hoja. ¡No!
Un cuento incompleto como el Soldadito de Plomo a quien le faltaba una pierna. La página 25 y 26, porque en las hojas los números se hacen compañía.

¡Lamentable pero eficaz!

Supongamos que sea…

¡Oh! No creo que sea usted capaz de pasarse todo el día corriendo y corriendo. No me gusta su reloj y usted lleva un sombrero muy feo. Tanta prisa le convertirá en un conejo con las patas enormes y además es muy aburrido encontrarme con usted en cualquier parte del jardín. He decidido que usted se vaya de mi historia.

Si usted, lector o lectora amiga, se identifica con es este relato…
sabe disfrutar de la relatividad de la vida.